Partida Rol por web

Ailush va susurrando palabras tranquilizadoras, mientras atiende a la muchacha. Dando un vistazo a Arek por encima del hombro (ella estando agachada).

-Tranquila, no temas por su aspecto, está con nosotros.-Susurra.

Aenghus tras revisar a conciencia las habitaciones se acerca a donde esta Puk. No he encontrado nada. Dicho lo cual se da la vuelta y baja las escaleras para reunirse con los demás.

Yo tampoco en cuentro nada donde se abrametido esa maga maldita,¡ lo pagara!.
Y me voy con Aenghus pero primero cojo la mochila y sus cosas, y vajo para reunirme com mis compañeros en la planta de abajo.

A medida que va pasando el tiempo y nada ocurre...

-Arek, quedate con la muchacha y Ronar, me preocupa que no oigamos nada. Tal vez estén con dificultades. Me adentraré para ver si me necesitan.

Se asegura las correas del escudo y se dispone a entrar en el templo de nuevo.

Aenghus baja las escaleras apesadumbrado. Sus ojos demuestran la rabia y la impotencia mientras se deja caer en uno de los bancos. Nada, no hay nada arriba ni una maldita cosa.

Un vez dentro, a Ailush se le ilumina el rostro ante los aldeanos que van apareciendo, atemorizados. También se fija en la sensación de abatimiento de Aenghus.

-Tranquilos, ya ha pasado el peligro por el momento, ahora os escortaremos hasta la aldea.- Dice con tono apaciguador a los pobres y atemorizados aldeanos. Acompañándolos hasta a fuera junto a aArek y la muchacha.

Aenghus y Puk bajaron por la escalera junto con unos cuantos temerosos aldeanos.

Ronar reconocio a su amigo y su familia, estaban vivos entre los supervivientes, despues de un largo abrazo y unos emotivos momentos, se volvieron hacia vosotros agradecidos por todo lo que habiais hecho.

Mafuso sigue jugando con el pequeño libro del altar.

Con una lectura mas en profundida, descubres que el libro contiene un pequeño ritual de sacrificios humanos, para provocar la resurreccion de Bane, pero esta claro que necesita de un gran numero de sacrificios para tener exito, no 10 o 12 personas como estaba ocurriendo aqui.

-Creo que lo adecuado, antes de irnos. Tendríamos de sepultar esos cadáveres que habeís encontrado. Permitirles descansar junto a sus dioses.

Comenta Ailush mientras mira a Mafuso, estudiando un libro, junto a un espejo. Parece algo alarmda.

Tras un breve carraspeo.

-Eso... Mafuso, sabes que estás haciando? Crees que es muy sensato trastear esos objetos? No has oido nunca historias sobre espejos y libros que corrompían a quienes los estudiaban? Dudo que estén de adorno en una habitación dónde se rendían culto a los dioses oscuros... Tal vez sea mejor que lo dejes para más tarde...

Hemos encontrado una mochila con algo de oro y un libro también. Aenghus deja las armas apoyadas en la pared y se dirige a sacar cadaveres al exterior.

Umpfffffffff estos tipos aún pesan. Quiza sería mejor hacer una pira.

Cuando Ailush ve los cadáveres se entristece... Cómo pueden hacer tales atrocidades!!! Hace un símbulo y reza una oración para que Lathander proteja sus almas allá dónd eestén. Mientras ayuda a Aenghus a trasladar los cuerpos fuera. Adivinando los pensamientos de Aenghus.

-Tal vez una pira fuera preferible, se evitaría que los puedan alzar después. En las ceremonia mortuarias de Lathander se ofician piras con ese propósito.- Comenta apesadumbrada Ailush.

Tras las palabras de Ailush, la miro, y la digo- Uhm... Puede que tengas razón, Bane no era un dios benévolo. Aunque sigo sin saber para que sirve este espejo -digo mientras me pongo ha hacer muecas delante de él.

Ah, y nada me haría mas feliz que ver una pira de cadáveres ardientes... Por cierto Aenghus, ¿Me dejas ojear ese libro?

Aenghus hace un gesto con la cabeza mientras carga con otro de los cadaveres. Señalando una mochila que tiene Puk. Aunque este trabajo debería suponerle esfuerzo se siente muy comodo, seguramente la fuerza imbuida por la plegaria de Ailush al menos tenga algo de utilidad.

Me acerco a Puk- Puk, ¿me dejas ver esa mochila porfa please?

Si como no , creo que deberiamos repartir el oro entre los aldeanos, Mafuso toma el libro.
Mientras dejo la mochila en el suelo y me dirijo ayudar a sacar los cadaveres.

Cojo el libro entre mis manos, y leo la portada. Después, empiezo a mirar y pasar hojas, a ver si veo algo interesante...

Tras la larga y cansada faena de sacar fuera del templo a los cuerpos sin vida de los aldeanos asesinados en estos rituales. Ailush habla a los supervivientes en busca de parientes de los fallecidos, les comenta que se hará una pira con los cuerpos, para que sean purificados de la maldad que les quitó la vida.

Fuera del templo que en su día sirvió para honrar a Mieliki, algo apartado, se depositan los cadáveres junto con leños y ramas para ayudar a prender.

Ailush pronuncia unas palabras para que Lathander acoja en su cálido abrazo a esos padres, madres e hijos y hijas de alguien. Deja unos momentos para que los parientes aliberados puedan pronunciar algunas palabras u ofrecer algún recuerdo a los difuntos.

Acto seguido se enciende la pira, junto a un cántico mortuario auspiciado por Ailush.