Partida Rol por web

Ante vosotros, Ganzúa saca los mapas que había recogido en el templo de Mystra para que todos podáis decidir el camino a seguir.

Yandrak se quedó pensando en la barca que habían encontrado en el templo. Seguramente tuviera algo que ver con todo aquello. Pero la idea de volver al templo hacía que los pelos de la nuca se le pusieran de punta.

¡Yo no pienso volver al templo, así que habrá que pensar en un nuevo camino a tomar! Dijo mientras observaba el mapa de Ganzúa. Lo mejor será buscar un puente para cruzar La Corriente del Draco y desde allí dirigirnos hasta el punto indicado.

Tiene que haber varios sitios para cruzar ese río, aunque después tengamos que caminar un poco más.

Ganzúa apoyó las dos manos en la mesa mientras observaba detenidamente el mapa.

Siempre le podemos preguntar a la gente de aquí. Seguro que ellos conocen un paso del río cercano y que no sea entrando de nuevo en el templo

Ummm por cierto, esto me recuerda que tanía una cosa pendiente con vosotros... Ganzúa abrió su mochila y después de hurgar dentro sacó una bolsa de monedas que tintinearon al depositarla encima de la mesa.

Hay 553 monedas de oro, somos cinco así que nos corresponde 110 para cada uno. El pico me lo quedo yo por haber sido el transportista y tan bueno de repartirlas en vez de quedarme con todo.

El joven pícaro sonrió mientras se encogía de hombros

Bien parece que todos estamos de acuerdo buscaremos otra forma de cruzar, les parece que nos dividamos para tratar de averiguar los posibles caminos, esperaba que no tardaran mucho, si pasaba mucho tiempo seguro que cuando lleguemos ya les habrán advertido sobre nosotros.

Creo que puedo encontrar la mejor manera de llegar a ese punto - les dije.

De momento no nos dividamos, voy a intentar saber cómo ir hacia ese lugar.

Me agaché, empecé a palpar la superficie, a oler...

Poco después fui avanzando lentamente, comprobando el camino tomado. Acompañadme, tengo una corazonada de que es por aquí - dije seguro de mí mismo.

Adam se queda mirando a Ganzúa con una media sonrisa mientras se guarda el dinero.

-Porque, por supuesto, tú nunca nos engañarías para quedarte con más dinero de la cuenta, ¿verdad? Más vale que sea así, estoy cogiendo práctica en cavar hoyos.

Bien parece que todos estamos de acuerdo buscaremos otra forma de cruzar, les parece que nos dividamos para tratar de averiguar los posibles caminos,

-Sigamos a Askabal, Wiberg. De todos modos, para cruzar el río lo primero es llegar a él. Si su "corazonada" no es buena, ya pensaremos cómo buscar allí. Además, tiene toda la pinta de haber un vado al sur de Whelum, según ese mapa.

Pues claro que no..... dijo el pícaro con cara de haberse ofendido. Aunque si así lo hiciese tú no te darías ni cuenta.... continuó cambiando el gesto a una sonrisa inocente.

Bien, sigamos a Askabal entonces 

Me paro y sigo junto al resto a Askabal, el explorador parecía confiado de poder encontrar una forma de cruzar y eso daba esperanzas.

El mapa que tenía Ganzúa era bastante exacto y os permitió, con la ayuda de Askabal, a encontrar una especie de puente que estaba dibujado. Continuasteis por el que se conocía como el Camino de la Mantícora y girásteis al norte en una bifurcación. Tardasteis unas cinco horas en localizar lo que parecía ser el Santuario Desconocido.

Sobre la cima de una colina veis la silueta de columnas y paredes rotas contra el cielo. Mientras estáis contemplándolo, un cambio en el viento trae hasta vosotros el olor de un fuego para cocinar. Alguien sobre la cocina está asando conejo.

No so cuesta ver a dos hombres que están sentados alrededor del fuego, con la mirada perdida uno y el otro moviendo el fuego para avivarlo de manera casi inconsciente.

Viendo cómo están haciendo una especie de fogata, Askabal intenta no hacer ruido para no llamar la atención.

Poco a poco se va acercando a esas siluetas e intenta esconderse para ver mejor de cerca.

¿Quién se escondería allí?, ¿qué dos personas eran aquellas?

Pronto lo averiguaría.

Askabal se empieza a mover con el sigilo de una sombra, veo hacia donde se dirige, saco mi arco y cargo una fecha, si lo descubren y son hostiles debo de estar ahí para ayudarlo

Cuando ve a Askabal acercarse sigiloso, Adam toca a Wiberg en el brazo para darle una seña de atención.

-Deja que se adelante él, nosotros sólo haríamos ruido.- Le susurra, intentando hacerle ver que no se acerque demasiado con el arco. Él mismo desata la cadena de la mochila y se prepara para cargar a toda velocidad si Askabal tiene problemas.

Conforme coronas la colina, se alzan ante tu cabeza las ruinas circulares de lo que antaño fue una orgullosa estructura de piedra blanca. Un grueso muro rodea una zona empedrada con losas blancas, y en la que hay dispersas columnas, tanto en pie como caídas. Un estrado bajo ocupa el centro del lugar. Sentados cerca de un pequeño fuego encendido en un nicho de la pared hay un gnomo bien vestido y un humano también de buena apariencia. Un conejo está asándose en un espetón mientras ambos contemplan las llamas; hay un caballo y un pony cerca. No parecen ni haberte visto ni escuchado.

Vuestro compañero se aleja en silencio mientras os ponéis alerta por si pasa algo y necesita vuestra ayuda.

Tras mi indagación a través de la colina, volví de regreso sin alertar a nadie.

He podido observar una especie de ruinas circulares de piedra blanca. Un muro rodea una zona empedrada con losas blancas, en la que hay columnas por doquier. En el centro hay un estrado.

Además, he podido ver a un gnomo con buenos ropajes y a un humano, estaban asando un conejo. Estaban mirando como tontos la comida que se iban a comer, y parece que tienen desatendidos a un caballo y un pony, que sin duda son de su propiedad.

¿Y has logrado escuchar algo? ¿Has averiguado de quién se tratan?

Yo puedo quitarles de en medio sin necesidad de enfrentarnos a ellos o sin necesidad de luchar. Puedo recurrir a mi magia para distraerles. Aunque quizá no sea necesario y están tan distraídos que puede que no sean consciente de nuestra presencia.

Estaban tan absortos en la comida que no hablaban en ese momento, de hecho, creo que no se percatarían de nuestra presencia si fuésemos allí, salvo que el caballo o el pony se diesen cuenta.

Al estar de espaldas no pude ver sus rostros, tan solo identificarles vagamente.

¿Os venís de nuevo conmigo?, iremos con suma cautela, yo el primero - les dije.

Bueno, si queréis lo que puedo hacer es un leve truquito para distraerles y así hacerles ir hacia otro lado en el que queremos dirigirnos. O la otra opción, simplemente es entrar y liarnos a mamporros contra ellos.