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La Corte de Toulouse

Preludio de Agnes: Intrigas

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03/01/2011, 01:20
Agnes de Aquitania

-Mi sonrisa sería incapaz de iluminar camino alguno si no fuera por vos y mis ojos serían incapaces de brillar como lo hacen si no fuera porque es a vos a quien contemplan -respondió extendiendo la mano a su Sire.

-Oh Etienne -se acercó a él y apoyó la mano en su pálido rostro, acariciándole-, vuestra ausencia ha sido la peor de las condenas. Me habéis hecho falta, infinita falta. No es lo mismo disfrutar de un paseo por los jardines en soledad que gozando de vuestra compañía, ni mucho menos sabe igual el rojo elixir que nos alimenta cuando no estáis vos para acallar la hoguera de mis pasiones.

Agnes sonríe, coqueta y sin soltar la mano de Etienne le anima para que la siga.

-Sin duda habéis de venir cansado... y hambriento. Venid, tengo una sorpresa para vos y después, si no estáis muy agotado, deleitádme con vuestras historias, estoy segura que traéis muchas novedades de Paris -aprovechando que el servicio les había dejado un momento a solas, posó un beso en sus labios y apartó un mechón de cabello de su frente-... Os tengo algunas novedades, pero ya habrá tiempo de poneros al día con esos asuntos, por ahora lo importante es celebrar y disfrutar el teneros de regreso.

Notas de juego

Te he editado el mensaje para poner novedades de Paris, no de Poitou :-)

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17/01/2011, 21:10
Etienne

Bueno querida, ya sabéis como son los asuntos de la corte. Muchas veces son aburridas, y otras exasperantes. Pero entremos.

Subis la escalinata hasta el enorme hall, donde los mayordomos ya están presentes para recoger los abrigos y las pelucas. Pasáis a la sala, donde una chimenea sin fuego encendido domina la estancia, con varios sillones de orejas forman un semicirculo que invita al parlamento.

En cuanto se sienta, un ghoul lleva una copa de oro engarzada de rubíes para cada uno de vosotros, llena a rebosar del dulce icor rojo que os sustenta. Inlcuso notas la tibieza con el contacto de la copa, es evidente que ha sido extraída instantes antes.

Paris está ajetreada. El Conde Raimundo VII ha jurado lealtad a la Iglesia y a nuestro joven Rey Luis IX, y no hemos podido evitarlo. Se han buscado culpables y se les ha asignado las tareas que les corresponden. De todas maneras, esto ya no tiene remedio y nada podemos hacer salvo analizar la nueva situación y actuar en consecuencia.

Aunque no deseo aburriros, pues los detalles son intrascendentes por el momento. Contadme vos las novedades que tengáis. ¿Ha ocurrido algo digno de mención en mis dominios en mi ausencia?

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17/01/2011, 21:53
Agnes de Aquitania

Agnes esperó, espectante, que Etienne bebiera de su copa. La sorpresa era esa, en el sótano del castillo había una doncella virgen que estaba siendo lentamente desangrada para que su roja sangre pudiera convertirse en el deleite de Etienne.

Bebieron juntos. Agnes le oía con atención, hasta que fue invitada por éste a ponerle al tanto de las novedades.

-Hace unas semanas vino a verlos un hombre -comenzó a decir, mesurada-, se identificó como Sarrasine... -hizo una pausa a la espera de la reacción de Etienne ante la mención del nombre- Deseaba hablar con voz, pero al no encontraros lo hizo conmigo. Deseaba hablaros de Ranulf -pronunció aquél nombre con extrema cautela-; Sarrasine afirma poseer información que podría ser clave para atacar al Obispo, sin embargo para que eso sea posible primero hay que aislarle y acabar con sus aliados, difícilmente con todos, pero sí con el máximo posible.

Sarrasine no me dio grandes detalles, ni mucho menos profundizó en sus ideas, que según dice son muchas. Como sea ha sido bastante sensato al decir que a nadie más que a vos corresponde ejecutarlas. Sarrasine se ha mostrado temeroso y respetuoso de vos, además de agradecido; sus intenciones me parecen sinceras y, aunque he dudado si era propicio contaros antes de tener hechos concretos, considero pertinente poneros al tanto -sonrió-. Bien sabéis que mi corazón no tolera secretos para con vos.

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28/01/2011, 16:45
Etienne

Etienne asiente levemente con una pequeña sonrisa cuando comienzas a relatar tu encuentro con Sarrasine. Por un fugaz momento, parece ensombrecerse su mirada cuando nombras a Ranulf, pero dirías que ha sido un espejismo si no conocieses a tu Sire, pues odia a Ranulf lo suficiente como para cambiar le el semblante. Aunque controla muy bien las emociones y una persona que no sea cercana, como tú, no habría detectado nada.

Prosigue asintiendo cuando continúas, y al acabar te pone una mano suavemente sobre las tuyas.

Gracias por atender tan bien a Sarrasine. Y me encargaré de hacerle llegar un mensaje con mi gratitud por confiar en vos. No esperaba menos de él y de vos, pero aún así es de buen caballero ser agradecido.

Se levanta de la butaca y comienza a pasear por la sala con las manos a la espalda, pensativo.

Estáis en lo cierto. Sarrasine siempre es sincero en lo que dice, al menos todo lo sincero que puede ser. Me sirve de lamejor manera que las circunstancias se lo permiten, que no es poco. Y efectivamente, si posee información importante sobre Ranulf debemos controlarla y hacer buen uso de ella, con juicio.

Se encara a ti de nuevo, y te señala brevemente con un dedo.

¿Tú qué opinas sobre lo que debemos hacer? Es vuestra tierra, la conocéis bien, y sabéis que su control no nos lo entrgarán fácilmente. ¿Cuál sería el primer paso a seguir?

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31/01/2011, 01:31
Agnes de Aquitania

-Infiltrarnos en Toulouse -respondió con plena seguridad-, es una jugada arriesgada, pero no se me ocurre ninguna otra. Hay que debilitarlos y el mejor modo es desde dentro. Vuestro enemigo desconoce mis habilidades y yo podría valerme de ellas para tomar ventaja, acercarme a él, ganarme su confianza, convertirme en su sombra... en su amante de ser necesario... y traerlo a vos para que sean vuestras propias manos las que pongan fin a su existencia.

Agnes hablaba al mismo tiempo con una frialdad y una pasión que, para quien no la conocía, sin duda resultaban confusas.

-Ranulf sabe que sois mi Sire, es imposible que no lo sepa, y también debe saber lo cercanos que somos -se acercó a Etienne y tomó su mano-... Si él cree que ha conseguido ponerme en vuestra contra, sentirá que ha obtenido un gran triunfo sobre vos y, estoy segura, no perderá oportunidad de recordároslo. Me mantendrá cerca y viva -esbozó una sonrisa-, porque acabar conmigo sólo significaría para vos un dolor del que, con el tiempo, os repondríais mientras que si me mantiene viva, junto a él, conseguirá que cada vez que se pronuncie mi nombre o vuestros ojos me vean, el dolor de la traición vuelva a apoderarse de vuestro pecho -apoyó las manos en el torso de Etienne-... ¿O acaso no sería así?

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08/02/2011, 17:58
Etienne

Querida, vuestra pasión es... excitante...

Etienne se acerca... se agacha... notas su fría piel cerca, muy cerca... sus labios rozan los tuyos, y en el éxtasis de lo que ese beso promete, cierras los ojos y te ofreces, ofreces tu cuello como una vez hiciste.. Pero tras un ligero contacto él se aparta, quizá justo a tiempo...

Camina hacia la ventana.

Aunque en ningún caso aprobaría que fueráis su amante. No me importaría que tuvieráis sexo con él, sois libre de hacer lo que queráis mientras vuestro corazón me pertenezca, pero el status de amante... sí, sí, no os preocupéis, os he entendido, finjiriáis ser su amante...

Se gira y sonrie ante su comentario, aunque no le falta parte de sarcasmo y de... ¿advertencia, quizá?

Aunque no comprendo el propósito de acudir a Toulousse. Se encuentra a gran distancia de Burdeos, suficiente para que vuestra influencia no tuviera efecto, pues es territorio de los herejes. Y Toulousse es un herviderio ahora mismo, y el esfuerzo de ocultar vuestras actividades no compensarían los mínimos logros que pudieráis obtener. Por tanto, ¿qué interés podría tener conquistar Toulousse?

Un brillo en sus ojos te hacer sentir que está poniéndote a prueba, te reta a hacerle jaque mate...

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14/02/2011, 20:00
Agnes de Aquitania

Agnes sonrió de medio lado, sosteniendo su mirada, y se acercó a él lentamente con un andar casi felino, incitante.

-¿La idea os pone celoso, mon amour? -preguntó casi en un susurro con el rostro tan cerca del suyo que los labios de ambos se rozaron- No dejéis que los celos no os permitan ver más allá -añadió posando un suave beso en la comisura de sus labios.

Se apartó.

-Si estuvierais en el lugar de vuestro enemigo... -su hablar era pausado, seguro- ¿No os parecería sospechosa mi presencia en Burdeos? Sabiendo como sabemos que Burdeos es uno de los mejores, sino es que el mejor lugar para actuar... ¿No os tendría vigilando mis movimientos a todas horas?

Agnes volvió a llenar su copa y hundió el dedo índice en el rojo líquido para luego, con éste ya impregnado del elixir, llevarlo hasta su boca y chuparlo.

-En Toulouse, pese a que mi presencia seguirá despertando suspicacias, no habrán tantas miradas puestas sobre mi. ¿Qué peligro podría representar en un territorio tan distante al mío donde mi influencia es poca o ninguna? -bebió de la copa y sonrió, calma- Ganaré confianzas y me fingiré indefensa, allanando poco a poco mi camino para que, cuando llegue a Burdeos, no existan sospechas sobre mi y pueda actuar amparada por las sombras y alcanzar el éxito... para vos.

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23/02/2011, 16:04
Etienne

Etienne sonrie, divertido.

No, ma cherie, no estoy celoso. Y ciertamente la que no ve más allá, cegada por la pasión, sois vos.

Hace una pausa y camina lentamente, con las manos a la espalda.

Ir a Toulousse solo supone peligros. Ademas de la busqueda de brujas por parte de Roma, la cruzada alberga cazadores de herjes entre los cainitas. Además es una tierra que está muy cerca de los Pirineos, lugar de culto de muchos magos mortales poderosos y de muchas tribus de lupinos. Y no solo eso, sino que está Esclaramonde, reina de La Corte del Amor de Toulousse. ¿Qué influencia creéis que podréis forjar con estos obstáculos? ¿Cual es vuestro objetivo?

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26/02/2011, 22:09
Agnes de Aquitania

Sujetó con fuerza la copa que mantenía en su mano, sintiéndose furiosa y al mismo tiempo avergonzada. Habría arrojado la copa a cualquier esquina, de haber estado sola y segura de que nadie la vería reaccionar de aquél modo. Habría dejado caer su cuerpo sobre el mullido sillón y dejado que su frustración se hiciera latente. Sí, lo habría hecho de estar sola, pero no era el caso y por lo mismo no podía ni debía permitirse perder las formas.

Parpadeó, parsimoniosa, mirando cual criatura inocente y sin mácula a su Sire. No fingía, pues no había en sus planes ni actos ninguna intención salvo el deseo de agradar y complacer a Etienne, mas ya se había dado cuenta que de eso nada estaba consiguiendo, salvo quedar como una inepta.

-Ya os lo dije, no pretendo conseguir influencia alguna en Toulousse, lo único que pretendo o pretendía era poder acercarme a Burdeos sin que se me viera como a una sospechosa -se encogió de hombros, indiferente, o fingiéndose así al menos-... Pero ya habéis dejado más que claro lo estúpido de mis planes, así que perded cuidado, no volveré a hablar de ello, pero recordad que quien preguntó fuisteis vos y yo sólo os hice partícipe de las ideas que cruzaban por mi cabeza y que creí, erróneamente, serían de vuestro agrado y beneficio. Queda claro que planear estrategias no es lo mío, así que de ahora en adelante me limitaré a cumplir vuestras órdenes.

Dejó la copa sobre la chimenea e hizo una grácil reverencia.

-Ahora si vuestra merced me disculpa me retiro a mis aposentos para dejaros descansar del que, de seguro, ha sido un viaje agotador... Y, si lo estima conveniente y no considera que esta sierva es demasiado insignificante para ello, quizás le agrade compartir mi lecho alguna de estas noches.

Giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia la puerta, maldiciéndose por lo estúpida e inútil que debía estar resultando ahora ante los ojos de su Sire y preguntándose si por su tan poco acertada intervención él decidiría alejarla de su lado.

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03/03/2011, 09:51
Etienne

A Etienne se le quita la sonrisa de la cara cuando comienzas a hablar, y su gesto va cambiando y la seriedad se va tornado hacia un ligero tono de hastío.

Dejad de lloriquear. Vos sois una Reina, no una vulgar Gangrel. Nunca mostréis debilidad, ni siquiera cuando creáis a estar a solas, pues hasta las paredes pueden transmitir vuestros lamentos. Y en especial en mi presencia, no soporto estas muestras de dependencia.

Deja también su copa en la repisa, al lado de la tuya.

Recordad quién sois, y lo que es justo que os pertenezca. Y si para haceros con lo que es vuestro tenéis que aplastar a diez naciones más, así sea. Tenéis toda una eternidad para conseguirlo, si es necesario. Conseguir influencia siempre debe ser un objetivo. Nadie puede reinar sin Influencia. Sin Poder. Sin sumisión.

Ahora ya relaja su faz, tras aleccionarte.

Dulce Dama de mis sueños… debéis recordar siempre vuestro linaje, lo que os ha sido arrebatado y los que os corresponde por derecho legítimo. Aunque los demás así no lo vean. Y debéis recordar que poseéis multitud de armas a vuestro alcance para conseguir vuestros objetivos, y si alguna os falta, tenéis las herramientas necesarias para conseguirlas. Id y descansad por hoy, yo tengo asuntos que resolver.

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16/03/2011, 22:47
Agnes de Aquitania

Agnes se detuvo y apretó las mandíbulas apenas comenzar a oír a Etienne. Volvió a girar sobre sus talones, plantándole cara, sosteniendo su mirada. La debilidad que mostrara segundos antes había remitido y volvió a mostrarse como la mujer orgullosa que era.

No replicó a ni una sola de sus palabras, mas tampoco afirmó ante ellas, se mantuvo e silencio escuchando estoica todo cuanto Etienne le decía. ¿Qué si le ofendía que él la llamara una llorica? Sin duda, pero ofendida o no debía admitir que acababa de dar una muestra de debilidad imperdonable para alguien de su posición.

Cuando Etienne la despidió, bajó la cabeza e hizo una reverencia, grácil como la que más.

-Buenas noches -dijo esta vez sin acritud y abandonó la sala.

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23/03/2011, 19:41
Etienne

Te levantas una nueva noche. La sensación de descanso apenas si roza tu alma, que no tu cuerpo, debido a cómo terminó la jornada anterior. Un desasosiego inunda tu ser. De haber podido soñar, seguramente hubieras tenido pesadillas.

Como cada noche tras despertarte, te aseas y perfumas antes de vestirte. Cada noche podría llegar un invitado inesperado, por lo que había que estar acicalada siempre. Etienne diría que una Reina siempre debe estar radiante, hasta en las peores situaciones...

Cuando abres la pesada puerta de tus aposentos, una criada está apostada en el pasillo, con las manos entrelazadas y pose sumisa.

Mademoiselle, El Señor os está esperando. Seguidme, por favor.

Y comienza a caminar en dirección al piso inferior. Cuando llegas al final de las escaleras, Etienne está en vestíbulo.

Oh lala, tré vien. Estás muy linda, mi querida damisela. Si me acompañáis, tenemos unos asuntos que requieren de nuestra presencia.

Etienne extiende su brazo para que puedas agarrarte a él. Os dirigis a una zona del palacio que no soleis frecuentar, una zona fría y lúgubre, antesala de las mazmorras. Allí hay 4 soldados, dos por cada puerta de entrada, y dos hombres en el centro de una sala de suelo y paredes embaldosadas, sin adornos ni alfombras ni tapices. Uno de ellos está serio, y el otro nervioso. Además ha perdido el decoro, pues tiene las ropas manchadas de sangre en algunos puntos, sin duda está sudando y es un cainita.

Con un gesto manda a los soldados cerrar las puertas y os quedáis los cuatro en la sala.

Sebastien, qué bien que al final pudiste acudir a mi llamada. Quería hablar con vos en persona, y no me hubiera gustado retrasar esta entrevista más de lo imprescindible. Veo que habéis venido con vuestro chiquillo. ¿Puedo ofreceros algo de beber, quizá? ¿Necesitáis algo?

No Mi Señor, está bien así. - contesta el hombre.

Perfecto, muy bien, muy bien. Sin duda conoceréis a mademoiselle Agnes, mi chiquilla. Es de mi interés que sea ella quien disponga lo que considere adecuado a la situación que nos atañe, por lo que por favor, contadle cuandto consideréis necesario que deba saber. Proceded.

Notas de juego

Quitate 1 punto de sangre. Cada noche para que un vampiro pueda levantarse, debe consumir 1 punto de sangre.

Continuo con otro post, después puedes contestar.

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23/03/2011, 19:58
Sebastien Millet

El hombre, que conoces de vista de alguna fiesta en la que os han presentado, mira nervioso a Etienne, pero solo por un segundo. Después carraspea, como si se le atragantasen las palabras.

Mad... Mademoiselle, me llamo Sebastien Millet, como bien sabréis. Etienne me convocado debido a un... asunto relacionado con mi chiquillo, aquí presente. Las evidencias indican que mi chiquillo ha roto una norma establecida por nuestro Señor sobre la alimentación en sus vastos territorios.

Notas de juego

Bien, sabes que Etienne tiene prohibido alimentarse de peregrinos. Y la alimentacion debe centrarse en aquellos mangantes que se aprovechan de los pobres peregrinos que pasan casi de continuo por Poitiers camino de Santiago de Compostela.

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23/03/2011, 20:05
Etienne

Y...?

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23/03/2011, 20:05
Sebastien Millet

Y... y... y mi chiquillo debe ser castigado.

Dicho esto, Etienne mira con una sonrisa a Sebastien y después te mira a ti, esperando lo que tengas que decir.

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15/04/2011, 17:59
Agnes de Aquitania

Agnes clavó sus azules ojos ora en Sebastien, ora en su chiquillo. Ladeó ligeramente la cabeza y diríase que los miró con dulzura. Etienne sonrió y ella lo hizo también, al tiempo que se acercaba lenta y cadenciosamente al, podría decirse, directo responsable de esa reunión.

-¿Cómo os llamáis? -preguntó al chiquillo obligándole a alzar el rostro y mirarla- ¿Por qué lo habéis hecho? ¿Por qué desobedecisteis a vuestro Sire?...

¿Había pesar en sus palabras?

Agnes volvió a mirar a Sebastien y torció el gesto en una sutil mueca.

-Ha roto las reglas y conocéis las tradiciones... sois responsable de las acciones de vuestro chiquillo y sus pecados son los vuestros...

Nuevamente su mirada pasó de uno a otro.

-Ambos debéis ser castigados...

Notas de juego

Espero haber interpretado bien eso de La cuarta tradición. Lo busqué en el Rincón del vampiro, decía ésto:

La cuarta tradición: La responsabiblidad.

Aquellos que creas son tus propios chiquillos. Hasta que liberes a tu progenie, estarán a tus órdenes en todo y sus pecados serán tu carga.

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18/04/2011, 18:38
Sebastien Millet

El chiquillo ni levanta la cabeza.

Marc es mi nombre. Solo fue una confusión, Mi-Mi-Mi Señora... El hambre me atenazaba y... y... os rue...

Sebastien le golpea en la cabeza desde atrás, impidiendo que termine sus palabras.

No supliques malnacido!!! - susurra entre dientes, en una mueca de furia, a su chiquillo.

Disculpad a mi chiquillo, Mi Señora. No siempre sabe comportarse ante los asuntos de la corte. Circunstancia que solucionaré, no lo dudéis. Y tenéis razón, asumo mi responsabilidad como manda la tradición, y aceptaré cualquiera que sea el castigo que consideréis imponerme.

Dicho esto se inclina en una reverencia ante ti.

Notas de juego

^^

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03/05/2011, 00:44
Agnes de Aquitania

-Una confusión -musitó deslizando sus suaves dedos por el rostro de Marc-... pues os puedo asegurar que después de hoy nunca más volveréis a confundiros.

Su voz era firme, intimidante.

-Venid conmigo -ordenó a ambos-, hay un lugar que deseo conozcáis.

Miró entonces a Etienne y esbozó una sonrisa, coqueta, antes de comenzar a caminar. No lo invitó a acompañarla, aunque esperaba que así hiciera.

Sus pasos guiaron a sus "invitados" hasta una pesada puerta. Tras ésta habían unas escaleras que conducían a la parte baja del castillo. Agnes los condujo hasta las mazmorra, un lugar frío, lúgubre, que por toda iluminación contaba con un par de antorchas, aunque distinguíase una diminuta ventana por la que, sin duda, cuando el sol estaba en lo alto, colábanse sus rayos.

En una de las paredes había grilletes con púas sujetos a gruesas cadenas, lo mismo que un collar de púas punitivo. Del otro lado había una silla de púas, que contaba a su vez con un collar igual al anterior, éste último un añadido que Agnes se las había ingeniado para incorporar a la estructura.

-Colocáoslos -dijo a Sebastien, señalándole el collar y los grilletes- y aseguraos de que queden bien ajustados porque os aseguro que no vais a querer que sea yo quién los ajuste.

Su mirada entonces se posó en Marc.

-Para vos he reservado la silla -le dijo indicándosela con un delicado gesto de la diestra-. Sentaos, yo me encargaré de sujetaros a ella.

Notas de juego

Tanto la silla como los grilletes han sido modificados y en lugar de contar exclusivamente con púas metálicas, cuentan también con púas de madera.

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31/05/2011, 17:01
Sebastien Millet

Sebastien mira a Etienne. Es una mirada interrogativa, dubitativa.

Después te mira a ti. Esta mirada es rabiosa, inquisitiva, altiva.

Esto es bochornoso. ¿Me váis a postrar como a un vulgar neonato? ¿Váis a humillarme y a torturarme como a un simple ladronzuelo de gallinas? Ettiene, ¿estáis seguro de esto? ¿Váis a dar el visto bueno a este ultraje?

En los pocos segundos de la diatriva, un rugido sale del neonato. Está temblando y casi fuera de control.

¡No! ¡Contrólate! - interviene Sebastien.

De repente, sisea y sale corriendo, dominado por la bestia, sin pensar en las consecuencias. Sin apenas dar tiempo, notas como Sebastien activa el poder de la sangre y en la fracción de segundo que el neonato llega a las escaleras, desenvaina la espada que lleva y atraviesa por la espalda a su chiquillo. Después, aún ensartado, le muerde salvajemente en el cuello, haciendo que se postre mientras la no-vida se escapa con el fluir de la sangre que se va encharcando en el suelo y manchando las ropas del brujah.

Cuando los últimos estertores convulsionan el cuerpo del chiquillo, éste se gira en uan grotesca mueca en la que el blanco de los ojos resalta sobre el rojo de la sangre que cubre toda su cara.

¿Estáis contenta? ¿Véis lo que acabáis de hacer? Esto debería haberse resuelto de forma limpia. Incluso vos podriáis haber hecho lo que yo acabo de hacer, no hubiese importado. Pero en cambio...

Notas como está haciendo verdaderos esfuerzos por dominar a la bestia, con la respiración entrecortada y resoplando sonoramente, salpicando el suelo con la sangre que le sigue chorreando.

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22/08/2011, 21:47
Agnes de Aquitania

Agnes no parece inmutarse. Su mirada y gestos continúan siendo tan fríos y pasmosamente serenos que cualquiera diría que allí nada ha pasado. Puede que en su fuero interno considere haber cometido un error, un grave error. Puede que todo aquello le resulte divertido e incluso puede que hasta le sea indiferente. Difícil saberlo.

-No olvidéis con quién es que estáis hablando -dijo a Sebastien con esa voz suave y aterciopelada que poseía-. Controlad vuestros impulsos. ¿Es que no lo véis? Si vos no sois capaz de controlar a la bestia difícilmente vais a ser capaz de enseñar a vuestros chiquillos a hacerlo. 

Le pasó el dedo índice de la diestra por el rostro ensangrentado y se lo llevó a la boca para lamerlo.

-Podría haberlo hecho, sí, pero la lección debía darse a ambos y así ha sido.