Partida Rol por web

Sacudió la cabeza con una risilla que parecía un bufido al oír el comentario de cubrirse.

Entonces el del equipamiento habló, nerviosillo. En otra circunstancia le habría retado a algo, un pique sano sobre acertar a objetivos, beber cerveza... algo sencillo.

-Sam García.-devolvió la sonrisa confiada, aunque le temblaban las comisuras-si oyes "ahí va" es de las mías.

Que tío mas raro. ¿Tiene miedo? ¿Como lo puede sentir? Pura adrenalina, sentir el gatillo en tu dedo, el peligro en tu espalda. No hay situación mas gratificante. Supongo que sera de los primeros en caer.

- Xavier Brassard. Y sobre las granadas, ¿para que quieres apartarte?- Concluyo con una risa.

-Allistaire McAllen- digo haciendo un vago saludo militar- y un consejo, respira hondo y si tu equipo está bien, deja de revisarlo, no lo vayas a estropear en una de esas.

Miro hacia Sam y no puedo evitar reirme- de acuerdo, entonces estaré atento a los "ahí va"

Entonces oigo el comentario del tercer individuo que había en la lanzadera, ¿de donde había salido? creí que solo eran dos más a parte de mí, bueno.

-Apartarme, pues principalmente para que una pata de bicho no salga dando vueltas y me empale el torso, que sería la muerte más ridícula de la Infantería Móvil y paso de que me ocurra a mí.

- Si tenemos que morir, moriremos.-Digo con frialdad

Asiento a la frase de Alistaire y miro con cara de cierta sorpresa al cuarto individuo de la lanzadera...no lo había visto al entrar....ya que nadie más que los otros dos habían pasado por delante de mi, porque yo estaba sentado en el primer asiento al lado de la puerta de la lanzadera. 

- Creo q..q..que...lo q..q....- 

Inspiro profundo varias veces y me relajo visiblemente...tras lo cual, vuelvo a intentarlo...

- Creo que lo que dice Alistair tiene mucho sentido,además de que no me apetece que una granada me vuele en pedazos...o me deje malherido para que un bicho termine el trabajo. Yo también diré "allá va, sam". -

Digo la frase de carrerilla, sin volver a tomar aire hasta el final....y mirando al resto comento...

- Es un pequeño defecto....tartamudeo al ponerme nervioso....eso es to..to..todo. 

Dió un leve respingo, seguramente estaba distraída y no se había dado cuenta de la presencia de Xavier. Se regañó mentalmente, no podía permitirse distracciones allá donde iban o acabaría muerta antes incluso de lo que pretendía.

Rió ante la respuesta de Alistair.

-Espero no ver esa escena,aunque si sobrevivo y pasa, te recordaré como el fusilero brocheta.

-Si he de morir que sea más tarde que pronto a ser posible-contestó procurando sonar animada para contrarrestar la frialdad de Xavier, ser tajante no les iba a aportar nada por el momento.-¿así enfocas la bajada?

Entonces oyó la explicación de Ethan sobre su tartamudez y reclinó la cabeza hacia atrás mirando el techo de la lanzadera.

-Debe ser un engorro...-comentó cuando este terminó, de nada servía ser tirante en esa situación. Si hacían piña tendrían más posibilidades de aguantar que yendo por separado.

Solté una carcajada

-Soldado Brocheta, me gusta -digo sonriendo- y mejor no pensemos en cuando podemos morir, si no en cuantos bichos podemos matar antes de ello.

-Caldo de bicho...

No sonrío ante el comentario ya que me mantengo pensando en como llevaremos a cabo nuestra misión. Ojalá todo saliera bien. Intento engañarme a mi mismo, pero no lo consigo, siendo consciente de que allí abajo, si la cosa está tan complicada, tendremos bajas, muchas bajas.

Me quedo observando a uno de los chicos que acaba de subir a la lanzadera ¿cuántos años tendrá?¿qué hace en este lugar? de hecho ¿qué hacemos todos nosotros en este lugar, con este equipo?

Sube una mujer a la lanzadera, es alta y fuerte, y se muestra segura. Sin duda alguna tiene más probabilidades de sobrevivir que el chaval, tal vez debería agruparlos...o tal vez debería dejar que los mejores tengan más probabilidades de sobrevivir y los otros...

Trago con fuerza, ¿cómo he podido pensar eso? soy sargento y me tengo que ocupar de que todo el mundo vuelva...o que vuelva la mayoría... Vuelvo a mirar al chaval y aún me parece más joven y perdido que antes.

Todos suben de forma frenética, pero a mi me parece a cámara lenta...

-Se acerca la hora de demostrar lo que somos...carne de cañón...

Algunos dirían que aquellos instantes pasaron volando, otros dirían que fueran una eternidad, otros incluso asegurarían no recordar nada de aquellos instantes. Lo cierto es que lo que todos si recordaban era el momento en que se vieron en el espacio, descendiendo hacia el fuerte helado. Con los cinturones de seguridad puestos y su equipo firmemente ajustado todos los infantes sintieron el fuerte golpe al ser expulsados de la nave en la lanzadera para iniciar su descenso. Durante los primeros minutos el descenso fue suave, frío y silencioso, todos estaban concentrados firmemente en lo que tenían que hacer apenas tocar tierra. Pero todo esto cambio al momento en que entraron en la helada atmósfera de Galdonia VI, tal parecía que se habían metido de lleno en una gran tormenta pues la lanzadera se sacudía de un lado a otro de forma estrepitosa, lamentablemente para los infantes el descenso apenas había iniciado realmente.
Y si esto ya fuera suficiente para preocupar a los inexpertos infantes, el piloto les indico que estaban siendo sometidos a un concentrado fuego antiaéreo y que intentaría esquivarlo, pero que aun así se prepararan para tener que descender a tierra con sus Jump Jets. Peor aun, en palabras del piloto, allí abajo había un enjambre de bichos aéreos esperándolos, el descenso no seria nada fácil.

Cerro los ojos con la cabeza aun reclinada hacia atras. -cuando bajemos... Mejor no nos separemos-musito rompiendo el nuevo silencio que se extendia entre ellos, le parecia importante tener una idea de como actuar.

Estaba acojonado... y aun no empezaba lo serio, bueno, solo esperaba poder poner los pies en tierra, no queria morir en una nave, al menos queria poder intentar defenderme. La hora estaba cerca, los novatos al poder. Asiento ligeramente a lo dicho por Sam

- Para esto nos han entrenado, para esto hemos nacido! No caigáis demasiado pronto! -El corazón latía con fuerza y un sentimiento de casi inmortalidad lo inundaba. Le habían advertido que podía pasar eso debido a la adrenalina o nosequé rollo, y le habían dicho también que no debía fiarse y ser temerario. Pero le encantaba, joder, le encantaba.

Mirando alrededor Nathan no ve más que caras largas. Nadie se hace ilusiones, todos saben donde se meten y qué les espera abajo. Una andanada de bichos, cientos, puede que miles. Por costumbre y por matar el tiempo se pone a revisar el arma que lleva atada al pecho, con mucho cuidado de descargarla antes y cerciorarse de que esta positivamente descargada. Al poco de empezar se da cuenta de lo mala idea que es estar trasteando con el arma a pocos minutos de entrar en combate, así que rearma lo poco que había desmontado y mira a sus compañeros.

- ¡Vamos tios! alegrad esas caras que hoy nacéis como guerreros -inspirar ánimo parece que le ayuda más a él que a nadie, pero peor sería no intentarlo- ¡Los que queden vivos que cuiden de las hermanas de los muertos! -convino entre risas.

Cuando se da cuenta de donde está las correas ya se han fijado bien y su cabeza descansa sujeta en la lanzadera junto a otros compañeros. Algunos compañeros bromean viniendo hacia aquí, los hay incluso que parecen divertirse o no tener miedo pero ninguno es ajeno a las suicidas probabilidades de la misión. Me alegra tener al sargento Wimger en la misma lanzadera. Normalmente a ningún soldado le gusta la compañía de un superior pero en situaciones como esta arremolinarse bajo sus faldas es un impulso natural de supervivencia. Así de novato soy. Cuando ves que la nave se suelta y despega entiendes que esto va en serio. Necesitas creer que eres un héroe para hacer aquellas cosas que hacen los héroes. Proteger a la humanidad, salvar a las compañías que se han quedado atrapadas en el fuerte, matar a los bichos... -Si salimos de esta nos llamarán héroes allá donde vayamos- Algo alegre: Una playa tropical...yo paseando en ella con mi hijo y Mary...¡Que se joda la humanidad, los del fuerte y los bichos todos juntos en el mismo cohete en dirección a una estrella a punto de explotar!. Voy a hacer esto por mí, para que cuando vuelva a casa nadie me mire por encima del hombro y digan que soy un estúpido macarra de tres al cuarto. -¿Alguno tiene familia?- La pregunta parece tópica pero aquellos libros de autoayuda decían que resulta mucho más fructífero conversar sobre algo que amamos que sobre aquello que tememos. Al fin y al cabo es pensar en ver nacer a mi hijo y casarme con Mary o en ser descuartizado y empalado por centenares de miles de bichos.

"Sí.......me..mejor no sepa...sepa.....SEPARARNOS JODER ¡¡¡" - termina con un grito mientras la lanzadera se empieza a sacudir estrepitosamente de un lado a otro, haciendo entrechocar los dientes de Ethan mientras sus manos buscan asidero en los agarraderos laterales del asiento. El ruido es ensordecedor y los fusileros apenas pueden oirse unos a otros debido al sonido del entrechocar de las placas de metal, las rejillas del suelo de la nave, las armas y cascos golpeando contra los asientos...

"ASI QUE IGUAL NOS TOCA SALTAR, ¿EH? JODER, ¿SE PUEDE PONER PEOR?" - grita Ethan para hacerse oir por encima del ruido....

-PODRIAMOS CONVERTIRNOS EN PALOMITAS!-le respondio entre los bandazos que iban dando. Acabarian saltando y rezaba por que el jump jet no fallara.

 Desengancharse y ser lanzado hacia un planeta era una accion que un soldado montado en una silla comprobando constantemente sus correas de sujeccion no podia notar ni aunque quisiera, pues la paranoia del momento  simplemente te deja descentrado por completo.

 Luego muy lentamente es cuando empiezas a notar la gravedad del planeta atrapandote, y sientes el calor producido por la reentrada de una forma muy tibia, pero eso no era nada pues el fuego antiaereo haria que empezaramos a vomitar dentro de nuestros asientos al obligar al piloto a tomar maniobras de descenso bruscas y la verdad es que lo prefiero a si ya que ¿que prefieres vomitar o estallar en el aire?

 Entonces escuche una voz de uno de los soldados, no se si tenia el estomago revuelto pero intentaba dar animos... darse animos, dios es lo que necesitamos en estos momentos pensar en algo distinto a lo que nos espera, ya se que evitar la realidad tan solo consigue que te acabe dando en las narices pero ¿tan malo es?¿Como preferirias pasar los ultimos minutos de vida?

-Yo tengo familia.-Dije ante el sargento.-Pero en estos momentos me resultan tan lejanos... .-Le dije con cierta nostalgia.

SANCHEZ, ALISTAIRE ¡¡ SI SALTAMOS... JUNTOS....¿VALE? YO CUBRIRÉ VUESTRO CULO ¡¡¡ JAJAJAJA ¡¡¡ - Ethan parecía fuera de sí, su cara estaba roja por el esfuerzo que estaba haciendo para controlar sus nervios, y sus manos apretaban fuertemente los agarraderos laterales de la silla, mientras sus piernas hacían fuerza manteniendo la rejilla de metal que estaba debajo de sus pies en su sitio por pura fuerza de voluntad, ya que todo en el maldito cacharro que les estaba zarandeando de un lado a otro vibraba y saltaba casi sin control. De vez en cuando levanta una pierna ligeramente para dar un fuerte golpe con el talón en el suelo, lanzando una exclamación gutural con la garganta mientras mantiene los ojos cerrados y la boca prieta en una línea recta, con un rictus de sufrimiento. - MIERDA...QUE POCO ME GUSTAN LAS MONTAÑAS RUSAS ¡¡ NO ME GUSTA NADA ESTA SENSACIÓN ¡¡ - Sigue gritando entre dientes....

El piloto estaba haciendo verdaderas cabriolas en el aire para esquivar los ataques antiaéreos que los malditos bichos dirigían contra las naves que descendían a gran velocidad, penetrando en la atmósfera helada de Galdonia VI en ruta de descenso hacia el fuerte helado, punto de destino de la pandilla de novatos que portaban en sus entrañas. Quizás algunos volvieran, quizás otros no, pero por la flota, que el piloto pensaba llevarlos sanos y salvos hasta allí. 

Sam dejo escapar un grito salvaje con el subidon de adrenalina correspondiente que intentaba aplacar el terror que le encogia el estomago.
-ETHAN,CUANDO SALGAMOS DE ESTA TE TATUARE MI NOMBRE EN EL DORSO DE LA MANO,TE LA CORTARE Y TE PEGARE CON ELLA!!!
No estaba enfadada por el error de nombres, era logico, pero pegarle el par de gritos ayudaba a canalizar la energia.
-NO LLORES Y LEVANTA LAS MANOS!!-bromeo pese a las circunstancias. Bueno, tenian un pequeño grupo que queria sobrevivir y se cubririan. Era un buen comienzo.

Y tras aquellos momentos intensos todo se desato súbitamente. En un principio escucharon voces desesperadas de los pilotos al parecer la lanzadera del teniente estaba recibiendo gran daño y quizá no llegaría a tierra, por su parte el resto de lanzaderas estaban sufriendo realmente para poder mantener el control y llegar ilezas a tierra.
Fue entonces cuando una proyectil de plasma impacto de cerca a la lanzadera C y esta perdió el control de si misma cayendo precipitadamente que la voz del teniente Osher se escucho en el intercomunicador de las naves.
-Todos liberen sus arneses y salten cuanto antes de las lanzaderas. Estas podrían no llegar a tierra, tendremos mas posibilidades si nos dispersamos, adelante soldados, ha llegado a la hora.-
Y tras las palabras del teniente cada uno de los precipitados  pilotos de las lanzaderas abrieron las compuertas de desembarco a fin de que los infantes desembarcaran pronto y así poderse marchar de aquel infierno.
Mientras los infantes liberaban sus arneses una súbita oleada de aire los golpeo de lleno silenciandolo todo por completos en los breves instantes previos al salto; la calma antes de la tormenta pensaron algunos.
El clima allá afuera era sumamente helado y el frio empezaba a azotarlos con intensidad. Afuera todo se notaba oscuro pues ya estaba cayendo la tarde, y la principal fuente de luz que lograban notar eran los proyectiles de plasma que surcaban los cielos y que iluminaban a un sin fin de arácnidos alados que claramente los estaban esperando.