Partida Rol por web

El descenso se tornaba cada vez mas difícil para los infantes, no solo por la alta velocidad a la que descendían sino también por determinación de los bichos por no dejarlos salir de allí enteros. Varios infantes mas habían caído victimas de los ataques y con esto ya solo 13 infantes estaban logrando sobrevivir al suicida descenso. Esto sin contar a la lanzadera del teniente Osher de la que hasta el momento no se sabía nada…, o mas bien, a nadie le importaba.
Tras unos últimos instantes intensos, los infantes lograron dejar atrás aquella nube de muerte para verse de pronto sobre el fuerte helado y tratando de maniobrar de forma desesperada con sus Jump Jets. Ya podían ver todo con claridad, aunque en el fondo no tenían tiempo para poner atención a los detalles.
Infantes corrían de un lado a otro sobre los muros del fuerte según podían ver, algunos de ellos eran de la infantería ligera por lo que quizá el teniente Osher había sobrevivido. Lo preocupante era todo aquello que se encontraba mas allá del muro. El fuerte halado, que era como se le conocía a aquella fortaleza, se encontraba completamente rodeado, en las cercanías había un primer asalto que parecía estar dando frutos, mas a lo lejos avanzaba una horda de bichos que no tardarían en hacer aparición sobre los muros. Tanques, Guerreros, Ripplers, Hoopers, prácticamente podían ver a todos aquellos bichos de los que habían escuchado en el adiestramiento, y ahora tendrían que enfrentarlos; no para demostrar su valía como infantes, sino para sobrevivir.

Era hora de los infantes prepararan su aterrizaje, algunos de sus compañeros ya habían hecho lo propio y estaban por tocar tierra en unos instantes, después seria su turno.

Ya se atisbaba el fuerte, la suerte parecía estar del lado del soldado Graves. Su concentración era máxima en aquellos instantes, debía maniobrar el aparato para que el aterrizaje fuera suave y con las piernas intactas. Despues, debería buscar a algun cabo o sargento para recibir ordenes y pronto se encontraría en los muros repeliendo a los bichos... en la instrucción siempre les decían que no ahorrasen balas, pero el miedo a quedarse sin ellas...

¡Pero en que estas pensando! si no te concentras en el jet te vas a pegar un leñazo, vamos Nathan... a lo tuyo. Con la mente de nuevo en blanco se dispuso a dirigir el jump jet para aterrizar con cuidado.

Súbitamente el suelo corre a mi encuentro seguido de un portentoso golpe que me deja medio muerto en el suelo. Por suerte, el Jump jet hizo su trabajo y la velocidad a la que impacto no es suficiente para matarme aunque el dolor que me recorre el cuerpo en el impacto me deja medio inconsciente.

Por un segundo todo se tiñe de rojo y negro, ese bicho me hizo unos buenos cortes y la estampada contra el suelo no ayuda a que dejen de sangrar. Debo encontrar un sitio donde aplicarme unos puntos enseguida o podría morir desangrado sin darme cuenta.

Me incorporo pesadamente preparado para cualquier amenaza cercana pero me encuentro solo en un patio helado salpicado con algunos cadáveres. Me encuentro dentro de los muros.

-Gracias a Dios...-

La temperatura aquí abajo no puede compararse a la que hacía varios kilómetros cayendo por encima del fuerte en mitad de una tormenta de viento y arácnidos voladores pero sigue siendo muy baja y eso no hace sino aumentar el miedo a morir congelado.

"Si pierdes demasiada sangre y el corazón empieza a bajar el ritmo...¡vas a morir congelado!"

Más que la urgencia por aplicarme unas curitas lo que realmente me amedrenta es el recuerdo de la imagen aérea que ofrecía el fuerte completamente rodeado y con varios contingentes de todo tipo de bichos acercándose desde todos los puntos. Cuando todo eso llegue aquí más nos vale tener todo lo que pueda disparar cargado y apuntando...o una buena flota de evacuación.

"A ver...calma, un momento de calma, recuerda las instrucciones del Teniente Osher...escuadrones: Heat, Sargento Corbec al este . Eco, Sargento Wolf al oeste. Luego...Fox del Sargento Focker defiende el sur y el escuadrón Gatling... del sargento ¿Mutsafar?, no sé, pero defiende el perímetro al norte. "

Los edificios de enfrente y detrás me confirman los puntos de evacuación, por lo que ya me considero más o menos situado. Espero que todos terminen de llegar vivos al patio.

"Como de diferente ha sido de las practicas. En lugar de una sincronía más o menos coherente estamos muertos, heridos y desperdigados por todas partes. Compadezco al desgraciado que haya caído fuera".

De repente, mientras intento localizar a mas fusileros y al Sarjento Wimger diviso una figura cerca del pozo. A no mucha distancia de mi.

Camino pesadamente hacia ella y le saludo enérgicamente con el brazo para que me vea. Si no me equivoco ese es el Sarjento del escuadrón Fox, que por alguna razón que desconozco se encuentra alejado del perímetro que se nos dijo que tenían asignado cubrir más al sur.

-¡Sarjento! ¡Sarjento Gary Foker! ¿Verdad? Venimos rescatarles. Hemos tenido algunos muertos y muchos heridos durante el descenso ¿Cuál es la situación aquí?-

Bajar el arma fue un buen negocio, porque me estabilicé en el aire. Notaba la ropa rígida, seguramente por mi propia sangre congelada. Sentí la tentación de mirar, pero la aguanté.

Estaba cansado, como si los últimos momentos hubieran durado una eternidad, comencé a desear que todo acabara cuanto antes: una etapa del combate para la que nos habían preparado los psicólogos. Se suponía que en nuestra comida, incluían un coctel de drogas para solventar estas situaciones, o esa era la información de radio macuto, pero sentía como si no hubiera tomado más que yogur. Puede que fueran simples rumores, extendidos como placebo por los mandos. Todo esto era tan extraño, tan lejos de mi tierra. El frío me estaba matando, por si no fueran poco los djinns voladores, y toda su prole.

Procuré mirar, en vez de mi herida, al fuerte, y al terreno que lo rodeaba. Perros por todas partes, de todos los tipos. En ese momento, y en ese lugar, mi mente adiestrada para matar formó para mi la imagen de la única granada que me habían asignado ¿qué mejor momento para aprovecharla?

Romeo desciende peligrosamente y en la parte final de la caída empieza a perder el control del jump jet. Cada vez va a peor perdiendo estabilidad y empezando a girar.

No lo voy a lograr, ¡Maldición! - pensaba mientras giraba sobre si mismo perdiendo el control de la maquina. ¡Rápido! Debo activar los estabilizadores y enderezar esto...

Al final llegó al suelo, porque aterrizar era mucho decir... más bien se había estrellado con algo de violencia, pero consiguió rodar y amortiguar el impacto, aunque eso no impidió que se quedara unos instantes mirando al cielo y resollando... 

lo he conseguido... estoy a salv...

Entonces abrió los ojos como platos, se arrodilló como buenamente pudo y miro alrededor. Estaba dentro del fuerte, y podía oir el sonido de la batalla que se cernía sobre ellos, por lo que se puso de pie y comprobó que con el impacto no se le hubiera caido algo, no tenía tiempo para comprobar si el equipo funcionaba bien... asique tendría que arriesgarse.

Buscó algún soldado o alguien que le indicara donde, quien y como le darían instrucciones... entonces vió al Teniente, y sin dudarlo se dirigió hacia él.

-Infante ligero Alistaire MacAllen, a duras penas, pero ya estoy aquí y listo para recibir órdenes, señor.

Aguardó lo más firme que pudo y haciendo el saludo militar mientras se presentaba, no estaba seguro de si se podía saltar ese protocolo en zona de guerra pero no se iba a arriesgar.

Aterrizó el tejado con un ruido sordo, rodando para amortiguar el golpe y levantando las tejas al pasar.

-Joder, que locura...-suspiró parpadeando algo desorientada, los bandazos para esquivar los ataques aéreos de esos malditos bichos la habían mareado. No tendrían mucho tiempo y afortunadamente había caído dentro de los muros de la fortaleza.

Revisó el equipo tanteándolo y deseando por todos los dioses que todo siguiera en perfectas condiciones.

Se deslizó por el tejado haciendo caer más tejas y clavó los talones antes de caer por el borde. En el muro se encontraban tres soldados. Dos estaban especialmente cerca.

-¡¡Eh!!¡¡los del muro!!-llamó echando mano del rifle, solo para tenerlo preparado en caso de necesitarlo-¿Cómo vais?-sería mejor espabilarse y saber cómo iban de aguante. Si además le indicaban una manera de llegar hasta ellos relativamente rápida mejor que mejor.

Empezaba a echar de menos a sus compañeros de lanzadera, ¿Cómo irian las cosas con el soldado brocheta? ¿Y el soldado de los tartamudeos?Dioses, hasta esperaba que el que tenía hielo en vez de sangre siguiera vivo... y matando bichos, las cosas como son.

despues del fuerte impacto, rodó por el suelo hasta encontrarse parado del todo. Lo primero que hizo fue mirar su brazo, con el que habia golpeado el suelo buff.. menos mal solo tenia un gran moraton y el dolor causado por el mismo, pero por suerte nada grave. 

Lo segundo que hizo fue mirar a su alrededor  bien, estoy dentro Mark ya estaba mas calmado busca a alguno de tus compañeros... en ese momento vio a Ethan White caer muy cerca de su posicion, y empezo a caminar hacia las escaleras por las que se asciende a la parte superior de la muralla mientras le gritaba y le hacia señas de que le siguiese ¡Ethan!, ¡Ethan por aqui!, ¡vamos a subir a la muralla! voy revisando mi equipo, compruebo mi comunicador, reviso mi arma... y entonces veo al cabo Patrick Evans y me dirijo hacia el corriendo, cuando llego a su lado le saludo y digo Se  presenta el soldado Winters, señor. Somos del equipo de rescate. De repente a Mark le sobrevino el dolor en el brazo a causa de la caida y no pudo evitar enseñar una mueca de dolor contenida joder... ¿Cual es la situacion por aqui? dijo, aguantando todo lo que pudo el dolor del golpe al entrar un poco en calor.

Una mirada me bastó para desistir de lanzar la granada. Dar a mis compañeros hubiera sido demasiado, con la que estaba cayendo.

Lancé una ráfaga a ciegas. El arma quemaba, se encabritó en mis manos y creo que apunté demasiado alto, pena de munición.

Un golpe en los pies me indicó que había tocado el suelo helado. Rodé, para no romperme las piernas, di dos vueltas y miré a mi alrededor, sin saber si estaba dentro o fuera del fuerte...

El descenso comienza a ser más lento. La herida me duele a rabiar, pero aun así consigo resistir pero cuando consigo darme cuenta de la dirección que llevo un escalofrío me recorre el cuerpo. Después de recibir el golpe, al no prestar atención, me separé demasiado del grupo y de la zona de aterrizaje, así que el muro se encontraba más allá de mis posibilidades.

-joder vamos...tengo que conseguir llegar al muro, solo un poco más- pienso mientras observo como las planchas metálicas se acercan a mis pies. Observo a los infantes allí situados y espero que me puedan echar una mano.

-Solo uno poco más joder...- me repito mentalmente mientras fracaso en mi empeño y la potencia del jump set me deja con la miel en los labios. Apenas a cinco metros del muro consigo aterrizar sin demasiados problemas, rodeado de bichos muertos que parecen amontonados y observando la puerta del fuerte que yo mismo evitaría abrir a toda costa.

Apenas he tocado suelo y pienso en usar la lizard line para ascender, pero dentro de ese muro de bichos, no soy el único ser viviente; me encuentro acompañado de un bicho, todo patas y mandíbulas afiladas y deseosas de arrancarme la carne de los huesos.

Sin pensar, encañono al bicho y aprieto el gatillo. No siento que el pecho me duela, solo siento el retroceso de me arma. Veo a lo que estoy disparando, pero no soy capaz de racionalizar mi acción, solo siento el dedo en el gatillo.

Ante la llegada de sus tropas, el teniente Osher intento ponerse de pie sin éxito alguno debido al amplio dolor en sus heridas –No hay tiempos señores, como podrán ver la situación es apremiante. El capitán Tsumina, que es quien esta al mando de la defensa del fuerte me ha ordenado distribuirlos en torno al muro defensivo. Sargento Wimger, Winters, incorpórense al muro sur, estarán bajo el mando del Sargento Focker del escuadrón Fox; Garcia, White y McAllen diríjanse al muro oeste, estarán bajo el mando del sargento Wolf del escuadrón Eco; Casas y O´Connor estarán bajo el mando del Sargento Corbec del escuadrón Heat en el muro este. El tiempo apremia, es hora de cumplir con nuestro deber.-

Las vueltas del destino. Los arácnidos que hasta el momento me habían ignorado giran repentinamente. En un instante me encuentro rodeado y enceguecido por esa turba informe de alas como navajas. Confundido en medio de los enemigos casi no noto qué parte de mi está lastimada. Cuando se retiran en medio de la caída puedo ver mi vientre muy dañado, pierdo mucha sangre y quizás no lo logre. Apenas puedo tener los ojos abiertos y el sabor metálico de la sangre llena mi boca. Solo una intervención divina puede sacarme de esto, y yo no creo en Dios. Mantenerme firme, mantenerme concentrado, mantenerme respirando. Creo que voy a lograr mantener el Jet Pack derecho, creo que llegaré. Paso a paso, un pequeño objetivo a la vez.

Miré, pero, por un momento cerré los ojos ¿era verdad lo que creía que había visto, mientras caía? Mi mente iba por detrás de mi cuerpo, y me informaba tarde de las cosas que sucedían.

Había visto cómo mi arma, por el retroceso, apuntaba demasiado alto y, si, había visto que de carambola di de lleno a uno de los perros de Shaitan. Vi cómo caía, desmadejado por unos cuantos balazos bien puestos.

Dios es grande: ya llevaba dos abatidos y dos heridos. No podía creer mi buena suerte.

Con la herida sangrante, comence a tomar tierra pero era realmente dificil hacerlo mientras sentias como si tu pecho estuviera al descubierto. Primero fue el latigazo de activar de nuevo los impulsores y luego mantenerlos...

simplemente no pude hacerlo y me desconcentre con fatales resultados pues aterrice mal y empece a sentir el dolor de nuevo junto al de la caida. Gemia y gritaba por el dolor doble, pues el mal aterrizaje casi habia aplastado mis pies y mis musculos.