Partida Rol por web

La vida en Lago de Diamante hubiera seguido con su monotonía habitual si no hubiera sido por la llegada de 3 extraños al pueblo. Un grupo liderado por el popular Auric, ganador del prestigioso torneo del Cinturón del Campeón de Ciudad Libre. Viene acompañado por por un mago delgaducho llamada Khellek y un agil elfa conocida como Tirra. Estos tres aventureros dicen que vienen a explorar el túmulo del nido de la estirge. Su llegada a reabierto el viejo debate de los túmulos. Los viejos del lugar dicen que hace mucho tiempo que fueron saqueados y que no hay nada que hacer, mientras que los jóvenes se muestran ansiosos ante la posibilidad de riquezas y tesoros. Salvo por esta circunstancia la vida sigue igual en lago de diamante y algunos deciden pasar el rato en la Taberna del Gigante Bailarín...

Nita llega a la entrada del Gigante Bailarín y se detiene. Hasta ahora nunca la había usado; es paradójico teniendo en cuenta la de veces que ha venido a ver a su amigo Namarth en los últimos meses a escondidas. Como si temiera que la vieran entrar (los viejos hábitos no se olvidan fácilmente) empuja la puerta y una extraña sensación de libertad recorre su espina dorsal provocándole un escalofrío.

Recorre con la mirada la taberna, es temprano todavía para la actuación del gnomo y quiere contarle que por fin puede vivir fuera de la carbonera del Emporio.

Tienes razón, Allustan, por lo menos en que debo ir a trabajar. Si es que hoy me dejan actuar, ultimamente hay un elfo que me roba el trabajo.

Bueno, hasta mañana, amigo mío.

*voy al Gigante Bailarín, supongo que encuentro a Nita preguntando por mi*

¡Nita!, ¿que haces aquí a la luz del día? ¿Te has escapado? Espera un momento, recojo mis cosas y nos largamos. La Ciudad Libre es demasiado grande para que te encuentren allí...

*Hago el amago de subir las escaleras e ir a mi habitación*

"No, espera." - dice Nita cogiendo a Namarth por el brazo - "Sentemos en alguna mesa alejada tengo que contarte un par de cosas".

Aquí le cuento que he estado muy malherida, que he conseguido averiguar que es Balabar Smenk la persona para la que trabajo ahora y que si intento escapar me matará. Debo encontrar la manera de desvelar los trapos sucios que tiene o conseguir dinero suficiente para comprar mi libertad.

Cada vez me parece menos adorable este pueblecito. Vamos a actuar con cautela.

A partir de ahora dormirás en mi habitación, lo más fácil para Balabar sería matarte directamente y sin miramientos. Además, supongo que echarás de menos dormir en una cama.

Procura no quedarte sola nunca, mientras yo esté actuando quedate cerca de Erthank, es un enano, un guardia de la guarnición. Por lo poco que lo he tratado parece buena gente, y desprecia la corrupción de este pueblo tanto como yo. No le dejes beber mucho o será de poca ayuda... ya sabes como son los enanos.

*me voy a actuar, diciendole antes al posadero que prepare una cama para Nita en mi habitación, (no le dejes pagar...ya haremos cuentas)*

"Gracias." - intenta decir Nita mientras Namarth se aleja camino del escenario.

En ese momento, piensa lo que le ha dicho el gnomo "lo más fácil para Balabar sería matarte directamente y sin miramientos" y comienza a mirar nerviosa a todos lados en busca de un enano con pinta de guardia "Con suerte no estará borracho todavía" - comenta en voz baja y se dirige a pregutarle al tabernero.

"¡Eh, tabernero! ¿Podrías decirme si se encuentra en esta posada un enano de la guarnición llamado Erthank? Me ha dicho Namarth que estaba por aquí." Grita Nita mientras se sube en taburete para llegar a la altura de la barra.

Tras una noche de guardia, y haber visitado a
Vulgan Durtch para cerrar el trato sobre el alquiler de una de sus forjas, paso por la taberna del Gigante Bailarín a tomar un par de cervezas.
Según entro por la puerta el tabernero ya sabe lo que quiero y me lleva la cerveza a mi mesa habitual, algo apartada, debajo de la escalera que sube a las habitaciones.
Al poco veo entrar a Namarth, pero él no me ha visto. Estoy atento a lo que se dice en la taberna como siempre, especialmente ahora que ha llegado un grupo un tanto pretencioso.
Oigo mi nombre desde la barra y de reojo veo a una mediana subirse a un taburete.
Entre eso y el rechinar de los bramidos de Namarth me atraganto un poco al vaciar mi cerveza de un trago.
hago un gesto al posadero para que me lleve otra jarra y dejo encima de la mesa las 8 pc que cuestan.
- Espero que esa niñita sea aún menos pesada que su diminuto cuerpo... - pienso para mí.

Oye, Redgard, tú que has viajado más que yo, ¿que crees que significará que, en un solo día, hayan llegado cuatro extraños personajes a este pueble?
Bueno, veo que necesitas algo para beber.
¡¡dos cervezas por aquí!! grito según me acerco a la barra y busco con la mirada alguna de las novedosas figuras de las que se habla

Al observar a la mediana acercarse a la barra el tabernero le responde: 'Erthank es el enano que se sienta sólo en esa mesa, pero no creo que le haga gracia que le ande rondando una canija como tú'.

Akka observa en la taberna, pero no ve a ninguno de los buscadores de tesoros que traen como locos a los del pueblo.

Con resignación me vuelvo a girar hacia la barra y, después de dar un largo trago a mi cerveza, me limpio la espuma de mis labios y me dirigo a Redgar:
"a propósito, ¿sabes si hay alguien por aquí que me pueda servir de guía? ya sabes, algún tipo de esos que les gustan más andar por los bosques y caminos que una buena cerveza, comida caliente y una cama para descansar....

Una figura encapuchada se revuelve en una esquina de la taberna. Lleva tiempo intentando pasar desapercibida dándole un poco de coba al caldo de carne y verduras y el tazón de leche que le ha sacado al tabernero por desratizarle el establo (Wix no necesitará comer en un tiempo).

- Si vas a andar paseando por los campos de estos andurriales, más te vale saber dónde pones los pies. Las minas tienen trastornadas a las pocas serpientes que he visto por el camino: los golpes de los picapedreros las ponen histéricas, y el polvo les embota el olfato. - se oye un leve siseo de fondo - ¿Vas a ir a los túmulos? Por menos de lo que te cobrará ninguno de los otros timadores que encontrarás con esta fiebre del tesoro, ciudaré de tu sombra allí afuera... si te interesa, siéntate y hablemos.

La figura señala acto seguido al taburete que tiene en frente, haciendo un gesto invitador. Con la otra mano se retira la capucha y su brillante melena cae sobre sus hombros femeninos. Sus profundos ojos color miel se clavan en el alto joven, casi con desafío.

- Ja.

Una única y sonora carcajada sale desde un rincón. Sin levantar la vista de la jarra que tiene delante, la voz continúa.

- No creo que un delgaducha como tú sea capaz de defender a nadie, sería gracioso ver cómo lo intentas.

Me rasco la barba, y con expresión pensativa me pongo a hablar a Akka:

-Pues tampoco te creas que he visto mucho más mundo que tú... pero probablemente ese grupo pasaba por aquí y oyó algún rumor sobre el tesoro de los túmulos. Últimamente se comenta por ahi que hubo el tesoro. Hay quien dice que ya no hay nada, pero sería interesante pasarse a echar un viszato. Yo no tengo nada mejor que hacer, y tú siempre pareces bastante ansioso con aquello de "ver mundo", así que podría ser interesante.

Y sí, cierto, probablemente nos venga bien un guía. Yo no entiendo mucho sobre naturaleza. No estoy seguro de quién puede ayudarnos, ¿pero ves aquel enano de allí? se llama Erthank. Nos hemos tomado unas cervezas alguna vez. También ha "visto mundo", un poco. Podría preguntarle a él a ver qué me cuenta. Quizá incluso se anime a venirse, y cuantos más seamos, más nos divertimos.

Dyshire observa al enano lentamente con una mirada neutra y cansada, mientras escucha a Redgard. Entonces dice pausadamente:

- Id con ese y no duraréis ni dos minutos allá afuera. Acabaréis a 50 km de aqui en cualquier osera, como provisiones para el invierno. Hay slampi - (silvano: significa fauno sin flauta, que es algo así como decir estúpido) - que se piensan que una espada y una armadura es suficiente para saber dónde está el norte de su culo, pero no distinguen una muerdebaya - (fruto amargo, pero comestible, que quita bastante el hambre) - de un jíspero - (baya levemente tóxica que da un fuerte dolor de tripas y cagalera). - Si el señor enano cree que podrá hacerlo mejor que la señorita Dyshire, yo misma pagaré una moneda de sucio oro de mina por verlo.

Tras eso la mujer vuelve a mirar al joven alto y a la banqueta alternativamente y añade:

- Vamos, chico; hablemos de esos túmulos en serio. Sentaos los dos. No encontraréis a nadie mejor.

"¿Canija? Si te corto las pelotas y te las hago tragar no serás capaz de llamarme lo mismo otra vez"- con esto Nita se baja de la silla y se dirije hacia el enano.

Conforme se acerca presencia una disputa verbal entre una mujer humana arropada en su capa y el enano que el tabernero ha identificado como Erthank. Al parecer ambos están intentando convencer a dos humanos embotados en armadura para hacerles de guía para llegar a los túmulos y Nita espera a que terminen antes de dirigirse a Erthank para averiguar si le interesaría unirse a una expedición a ese lugar.

Entonces se sienta en la mesa de Erthank si pedir permiso y comenta al grupo "¡Vaya! Otro grupo de aventureros dispuesto a ir a descubrir si quedan tesoros en los túmulos del nido de la estirge" - en ese momento y como inciso le dice a Erthank - "Hola, soy Nita. Namarth me ha dicho que me quede contigo hasta que él acabe." - para volver a decir a los demás - "Yo estaría dispuesta a acompañaros por una parte de las ganancias, claro está, y antes de que digáis algo sobre mi tamaño pensad en quién va a impedir que os descalabreis en algún pozo o quién os facilitará las cosas cuando haya obstáculos en el camino que no sean un par de orcos a los que apalear."

"Por cierto este pueblo tiene demasiados oídos, quizá deberíamos sentarnos en alguna mesa tranquila y hablarlo sin dar gritos por toda la taberna"