Partida Rol por web

Pasais la noche vigilantes ante la posibilidad de la aparición de las temidas cocatrices. Sin embargo, la cueva es un buen refugio, y no teneis ningun percance antes de que amanezca.
Emprendeis de nuevo el viaje por el pantano, con la esperanza de llegar a vuestro destino.
A lo largo del camino observais que las huellas que seguíais se confunden con otras, algunas más recientes, otras más antiguas, de más hombres lagarto. Esto es una señal clara que os estais acercando a la guarida de la tribu.
Extremais las precauciones, y aun así os sorprende una visión espeluznante. Clavados en dos estacas veis los cadáveres de dos hombres lagarto. Como llevan sus armas y amraduras, reconoceis a los dos personajes que daban órdenes en el asedio, el "chamán" y el soldado con el escudo de hierro.
Un cartel tiene algo escrito en el lenguaje de los lagartos.

Nita observa los cadáveres y se acerca en busca de posibles trampas.

- Parece que su jefe no brilla por sus dotes de conversación y perdón

Al ver la terrible escena, me giro hacia Dys
Si esto es lo que hacen con los suyos, no podremos esperar nada bueno de ellos meneando la cabeza a la vez que levanto los hombros y señalo con la mano a los cadáveres
Este salvajismo no lo puedo entender. ¡Fueron buenos soldados!, ¡lucharon bien!, pero se enfrentaron con una fuerza muy superior, y con las bajas que tuvieron hubiera sido una locura seguir con el asedio.

Namarth traduce, más para si mismo que para sus compañeros: La tribu de la Rama Retorcida no tolera a los fracasados

Cada vez está más claro, alguien dirige esta tribu con mano de hierro. Si es quien creemos no habrá posibilidad de hablar con ellos, a no ser que nos busquemos aliados entre los hombres lagarto.

Pero me parece una posibilidad muy remota.... El gnomo se mesa la barba, preocupado, ante la muestra de barbarie.

Dirigiéndome a Námarth
Pues no creo que sea dificil. Por lo que he leído, en todas las regiones donde ha reinado un tirano ha existido núcleos de resistencia que luchaban contra ese poder establecido. Con un leve encogimiento de hombros
Ahora bien, el dialecto puede ser un problema

-Es su modo de llevar su sociedad: cuando una abeja reina nace, la nueva lucha contra la vieja, que generalmente pierde por su edad. Ella y quienes la secunden deben irse o morir. A nadie le parece injusto; lo llevan escrito en su sangre y es el único modo de que el panal sobreviva.- dice Dysh examinando sus cuerpos para ver de qué murieron, o si los empalaron vivos -No podemos cuestionar su sociedad. Los ha llevado hasta nuestro mismo punto en la historia, así qe algo deben de estar haciendo bien.- replica Dysh -Entiendo que no te guste, pero tú no eres medio cocodrilo; posiblemente seáis más distintos de lo que creéis. lo único preocupante de esto es el cómo tratarán a los prisioneros. Pero si no nos los hemos encontrado igual por el camino, aún hay esperanza.

el enano no da credito a lo que ve y se frota los ojos, a la vez que decide sacar su hacha... Esto no me gusta nada, a mi no me cogeran vivo y me haran eso, no señor!! antes me llevo a todos por delante o me tendran que abatir!!!

Desenvaino la espada, miro a mis compañeros y amigos
Tiene razón Dys, debemos darnos prisa, no vaya a empezar a pagar su frustración con los rehenes

Sigamos adelante, no sirve de nada quedarnos aquí mirando a estos pobres desgraciados. Tened los ojos abiertos, cuando se hace una cosa así es para que el resto de la tribu lo vea, como ejemplo, y eso significa que estamos muy cerca. Namarth empieza a andar, con gesto serio.

Comenzais a avanzar con cuidado y observais lo que es un promontorio en el pantano, en él hay un enorme manglar cuyas raices salen de la tierra, las huellas parecen dirigirse hacia allí.
Una patrulla de hombres lagarto charla animadamente hasta que os ven en la lejanía.

Nita se agacha intentando pasar desapercibida.

Me adelanto unos pasos, no demasiados, y alzo la voz para que se me escuche, pero no tanto como para que se quiebre:

Me llamo Lazarus Deadwing, vengo en nombre de Lord Deadwing a buscar a su vieja amiga Marzeena, quisiera hacerlo sin tener que derramar la sangre inocente de los de vuestra estirpe, en vuestra mano está. Tomad una pronta decisión

Cuando concluyo estas palabras dejo escapara una vaharada de humo negro de mi boca, saco la espada y la situo delante de mi cuerpo, apoyando mi cuerpo sobre su pomo.