Partida Rol por web

- Mire, Howard, no es mi intención ofenderle, pero parece usted de esas personas que no se entera de que su vida está en peligro hasta que la bala le sale del cráneo. - Dijo Whitmore sonriéndole tras el comentario - No podremos sobrevivir ni dos días más si no nos mantenemos un paso por delante de ellos, y para eso tenemos que saber por qué nos quieren muertos. Yo iré a casa del señor Richards a ver qué encuentro, y me gustaría que vinieran ustedes conmigo porque realmente los necesito; necesito a alguien que conociera al susudicho y en qué diablos estaba metido o no veré nada de importancia.
Hizo una pausa para beber un chupito de Whiskey, aún de pie, y continuó.
- Este Whiskey da pena, Rivers.

Me quedo un instante pensativo.

-Esta bien Sr Richards, es usted muy elocuente, la imagen de la bala y el craneo resulta altamente convincente, acepto acompañarle.

Ahora sí estaba claro que Legrasse se había metido en algo demasiado grande para él. Afortunadamente ese Whitmore parecía un tipo duro.

-Amigo Whitmore, no pienso separarme de usted. En mi Nueva Orleans natal supe lo que era convertirse en alguien perseguido y marcado y eso me llevó a huir. Pero esta vez no pienso hacerlo. Puede que no tenga tanta experiencia como ustedes en estas lides, pero intentaré ser de ayuda -sonríe confiado aunque intenta disimular que estaba un poco asustado.

 El matón no hace caso del comentario hacia su bebida y deja, por fin y después de mucho beber, abandona su vaso a un lado de la mesa.

 Bien...me he cansado de tanta palabrería...Vamos a revisar la casa de ese profesor.

  Su aliento podría derribar a cualquiera que estuviese lo suficientemente cerca. Por fortuna para ustedes el olor del tabaco y la mala música de jazz que llega desde otro sector del bar aleja sus mentes y sus narices dejándolas a salvo.

 Bobby deja un billete debajo de la botella y les hace una seña para seguirlo como si fuesen unos cuantos rufianes a su cargo y se marcha. 

 Bobby espera unos cuantos minutos fuera del bar y detiene un taxi vagabundo que duda un segundo en recibir a tantos pasajeros.

 Una vez todos están arriba Rivers hace una seña para que Sands diga la dirección de la casa. El conductor recibe la orden mecánicamente y los conduce por diferentes callejuelas que van cambiando lentamente de aspecto. Luego de un instante de paseo las casas y plazas que cruzan delatan el caudal de dinero propia de la zona.

 El conductor estaba llegando a la dirección indicada cuando Bobby lo detiene una cuadra antes. Paga con un billete ignorando su valor y ordena que todos se bajen allí.