Partida Rol por web

-Pero creo que seria bueno que fueramos para comprobar que todo sale como toca.....bueno pensare mejor que hacer.... Rovena frunce el ceño y se queda pensativa mientras mirea a su hermano esperando a que este diga que le parece su idea.

Ramiz mira a su hermana y suspira. Tampoco le dan otra alternativa. Mejor eso que nada.

-De acuerdo, lo haremos a tu manera, pero no me gusta no poder ir, quiero saber qué le ha pasado.

Se vuelve a sentar, apoyando los codos en las rodillas, las manos en la frente.

-¿Quien querría hacerla daño? ¿Por qué? -susurra.

Sali se limita a asentir ante las palabras de Rovena, sin mudar su expresión, y luego permanece callado

- Eso de momento no lo podremos saber hermano.... pero te aseguro que lo averiguaremos.

Rovena se aproxima a un mueble y abre uno de los cajones. De este saca una libreta y un boligrafo.

- Ramiz quiero que me apuntes aquí el nombre completo de Karen y su dirección. Voy a intentar hacer unas llamadas y ver si puedo conseguir algo más de información sobre esta chica. Comenta Rovena a su hermano mientras cierra de nuevo el cajón y se gira para dar a su hermano lo que cogió de este.

- Sali si sabes de alguien para que vaya a llevar la caja, te aconsejo que lo llames ya. Mañana ira allí sin perder más tiempo y nosotros iremos junto a él.

Rovena se gira y sin decir nada más se dirige a la cocina. -Sali tu cena se enfría y tu Ramiz ven aquí tendrás que cenar algo.

Sali asiente, y deja paso para Rovena y Ramiz. Pero, cuando este último se aleja un poco, abatido, se acerca disimuladamente a Rovena, y susurra

-No confío en nadie. Llamaré a un conocido, no prometo nada

Mientras Sali hace una llamada Rovena y Ramiz van a la cocina, donde la muchacha prepara la cena para su hermano.

Sali apaña un encuentro con Alex Skierniewice, un tipo al que le ha encargado en un par de ocasiones algunos apaños de categoría menor. Es un ratero de poca monta pero parece un tipo discreto y que sabe hacer las cosas. Mientras cuelga el teléfono el guardaespaldas se convence de que para entregar una caja tampoco hay que ser un virtuoso de guante blanco.

Cuando entra en la cocina es Rovena la que toma el turno de teléfono. Es bastante tarde y no tiene muy claro a quien llamar, pero tras un par de llamadas a unos conocidos de la brigada policial - los padres de Rovena tienen buenos contactos - consigue alguna información de Karen. Tampoco es gran cosa: la chica vive en Nueva York desde 1968, ha trabajado como profesora en Washington y Boston antes, alguna multa de tráfico. Una chica normal y corriente.

 Sali se mantiene erguido, cómo una estatua, durante su conversación telefónica

-Ok. Nesër në mesditë*

Cuelga el teléfono, y se lo acerca a Rovena, para que pueda llamar. Luego, se sienta en la mesa, y espera a que Rovena termine de hablar para empezar a comer en silencio, sin comentar nada de la llamada ni sobre lo ocurrido, cómo si fuera un día completamente normal, y Ramiz estuviera de visita en el apartamento de Rovena. En cierto momento de la cena, dirige una mirada disimulada al abatido Ramiz, y luego a Rovena, arqueando de forma casi imperceptible una ceja

Mientras que Sali hace su llamada la chica pone algo de cena a su hermano y la coloca en la mesa de la cocina junto donde se va a sentar Sali. Después la chica le sirve una copa de vino a su hermano y se la da.

- Te sentara bien hermano... Le comenta mientras ve como Sali termina de hablar y entonces ella sin decir nada más se dirige a su dormitorio para hablar desde allí por teléfono mas tranquila.

Pasado un rato Rovena sale del dormitorio y entra de nuevo en la cocina. - Bueno la verdad es que Karen es una chica totalmente normal....vive en Nueva York desde 1968, ha trabajado como profesora en Washington y Boston antes, alguna multa de tráfico..... Vamos como a cualquier persona medianamente normal.

Rovena coge otro cigarro y lo enciende. - Por mucho que estemos pensando no vamos a sacar nada en claro esta noche, mañana será un nuevo día y mañana averiguaremos lo que pasa con esa caja hermano.

Mira de reojo a Sali. -¿Todo listo para mañana Sali? Le sonríe ya que sabe que como siempre la eficacia de su guardaespaldas no se puede poner en duda.

 Inclina ligeramente la cabeza, a modo de asentimiento

Ramiz mira la copa de vino, la coge y da un trago largo, luego observa la comida como si no tuviera hambre.

-Intentaré comer, pero no te aseguro nada.

Levanta la vista a Rovena.

-Gracias, hermanita.

Cuando Rovena vuelve asiente, el plato está medio lleno, el cubierto en su mano, la copa vacía.

-Te lo dije, está limpia, es sólo una profesora. ¿Por qué alguien querría hacerle daño? ¿Y si mañana ya es tarde? No entiendo por qué tantas precauciones, bueno, sí, Sali es un paranoico, pero yo estoy fuera de todo esta mierda, tengo una vida normal, un trabajo normal, no... estoy metido en nada raro. Karen tampoco.

Suspira.

-Pero lo entiendo, entiendo que tenga que hacerlo así. Lo haremos a vuestra manera.

Rovena asintió. Todavía le quedaba tiempo incluso para su velada con Renato. Sin embargo el destino le presentaba otro cambio imprevisto esa noche. Renato llamó un rato después para comentar que no podría ir, que había surgido un problema de trabajo. La chica se sintió un poco decepcionada pero luego sopeso que quizás sería mejor así. Tendrían tiempo de cenar con más calma cuando solucionaran el problema de Ramiz.

Al mediodía siguiente...

Viajan en el coche de Sali: un viejo Chevrolet Bel Air que el ex-espía cuida con tanto mimo como a un niño. En el asiento del acompañante va Rovena y detrás, inquieto y jugueteando con la caja, Ramiz. Se detienen un momento en una calle cercana a Central Park para recoger a un nuevo viajero, que tras saludar a todos se mete atrás en el coche sin comentar nada. Se trata de Akex Skierniewice, un polaco que a veces trabajaba con la familia de Rovena. Todos se conocen de vista así que no hacen falta más presentaciones.

Cuando el coche arranca nuevamente en dirección hacia Liberty Island Alex rompe el silencio:

- ¿De qué se trata?- pregunta simplemente sin mirar a nadie en concreto.