Partida Rol por web

- ¿Estas seguro que debemos irnos? No seria conveniente al menos saber que va a pasar en el museo. ¿Porque parece que van hacia alli?

Rovena no esta muy segura de que sea conveniente marcharse sin saber que va a pasar, quiza sea una encerrona y si no vuelven a saber de Alex, perderian cualquier pista que les ayudara a saber donde se encuentra Karen.

- Sali lo dejo a tu elección, tu mejor que yo sabes como funciona esto y si realmente tu crees que Alex lo puede hacer y volver con información, entonces nos marcharemos, pero si no estas seguro es mejor que vayamos a ver que pasa. Tu decides. Dice Rovena con un tono de voz serio.

-Ya sabes lo que opino. Sí quieres hacer algo bien, hazlo tú mismo- Sali clavó sus ojos en Rovena, y habló con tono grave -Pero no le des más vueltas. Alex es bueno en su trabajo- Una mentira piadosa no hace daño a nadie -Y sólo tiene que entregar el paquete. Seguro que han entrado en el museo para charlar sobre el tema en privado. Deberíamos irnos

El guardaespaldas echó un vistazo al museo. Sí fuera por él, ni siquiera habrían venido. Desde luego, algo olía mal en todo el asunto, pero no lo suficiente como para darle más vueltas. Si no había ningún problema, pagaría a Alex al día siguiente, y asunto solucionado. Si ocurría cualquier cosa... Mejor que le ocurriera a Alex. No quería que Ramiz, y menos Rovena, tuvieran nada que ver en el asunto. Fin de la historia

- Bien marchemonos.  Rovena niega con la cabez mientras se aproxima a su hermano y le coge del brazo. -Mañana hablaremos con Alex e investigaremos a raiz de la información que nos traiga. 

Sin decir nada mas Rovena empieza a caminar en dirección a la zona donde se encuentran los ferrys sin soltar el brazo de su hermano. La chica mira por ultima vez en dirección al museo y segundos despues a Sali con cara seria y es que hay algo que no le termina de convencer.

Sali intenta devolver una mirada tranquilizadora a Rovena, pero lo único que consigue es mostrar su expresión fría y distante de siempre. Al fin y al cabo, él tampoco está muy seguro de que todo vaya a salir bien para el bueno de Alex. Y poco que le importa. No lo reconocería ante nadie, pero, en realidad, se siente bastante tranquilo de poder abandonar el asunto por fin. No por él, por supuesto. Por Rovena. Cuánto más lejos esté de los problemas, mejor

Aunque es posible que al día siguiente tenga una pequeña charla en privado con Alex. Charla de la que Rovena no tiene por qué enterarse, si no es necesario. Al fin y al cabo, lo que le cuente Alex podría ser tan perturbador como para incitarla a buscar problemas... Y Sali no quiere eso. Así que se preocupará de avisar a Alex de que mantenga la boca cerrada. Al fin y al cabo, es su contacto, no el de Rovena. Con un poco de intercambio de información entre los dos, y la transferencia del dinero, todo será de lo más normal

Si es que sigue vivo al día siguiente, claro

En el lugar hay mucha gente: mucho turista, mucho movimiento. Rovena sopesó la posibilidad de escabullirse de la vigilancia de Sali, aunque sabía que eso sería más que complicado. El guardaespaldas era muy bueno en su trabajo y raramente podía darle esquinazo si él no la 'dejaba' para hacer sus chiquilladas.

Ramiz todo el tiempo que han estado conversando Sali y su hermana se ha mantenido a un lado, mirando de vez en cuando hacia el museo, donde ha desaparecido Alex, está inquieto, se nota por su postura, por cómo vuelve la mirada de nuevo hacia atrás, cuando Rovena le coge del brazo.

-Confío en tí, hermana, pero no se si podré esperar a mañana para saber algo, en un día pueden pasar muchas cosas, los dos lo sabemos, se que Sali está haciendo lo mejor para nosotros, pero aún así...

Vuelve a mirar hacia atrás, como si no lo tuviera claro.

-Aún así sigo inquieto.

No dice nada ante el comentario de Ramiz, pero se mantiene en silencio a la espera de la respuesta de Rovena. Su expresión no muda un ápice

El trío se montó en el ferry para regresar a la ciudad. Van en silencio, cada uno pensando en sus cosas. ¿Qué les contará Alex? Aunque en estos momentos no lo saben Alex no les contará nada. Y es posible que Ramiz no vuelva a ver a su amada. Una fina lluvia cae sobre el cristal del ferry. Al otro lado de la bahía la ciudad duerme como un animal inquieto.

Epílogo

La imagen es de total oscuridad. De pronto algo atrae la atención del espectador. Es un movimiento en la oscuridad. Poco a poco se vislumbra algo de la escena. Una luz tenue alumbra una pared empedrada y húmeda. Podría parecer unas viejas alcantarillas, unas catacumbas o unos túneles. Una figura camina por ellas chapoteando cuando sus botas negras pisan el suelo. Lleva un abrigo largo y negro, raído y sucio. Su cabeza calva y pálida, vista desde la espalda, destaca contra la oscuridad predominante. En su cabeza tiene tatuada una serie de símbolos que lo recorren como nervios rojos.

La figura se detiene al final del túnel. La figura calva, de espaldas en primer plano, tapa lo que tiene ante él pero se pueden ver unos brazos abiertos en cruz: un hombre clavado a la pared. Las manos atravesadas cruelmente por clavos de acero. El retazo de horror viene dado por el hecho de que no hay piel sobre su cuerpo. Los músculos se retuercen provocando en el espectador una sensación de repugnancia y quizás grima. Por fortuna lo único que se ven son los brazos.

El hombre calvo habla. Su voz es metálica, inhumana, sin tono ni alteración:

- No sabía lo que contenía la caja. Ni por qué debía dárnosla.

Por un momento podría pensarse que habla con el crucificado. Pero una voz femenina responde a sus espaldas:

- No. Pero no es Ramiz. ¿Cómo podemos estar seguros de que el novio no sabe nada más?

- Si supiera algo más no habría mandado a otro en su lugar. No están al corriente de lo que pasa.

- ¿Y ella? ¿Dónde está ella? ¿Cómo le ha podido entregar el sintonizador a un no-iniciado?

- Es lo más inteligente que ha podido hacer. Contaba con que el Guardián recogería la pieza... ¿cómo íbamos nosotros a descubrir a un no-iniciado? Su único error fue pensar en que no encontraríamos al Guardián.

- Bien... estamos un paso más cerca. Matemos al humano y continuemos.

La figura calva niega con la cabeza. Su mano derecha se extiende. Sostiene un pequeño y afilado cuchillo.

- Tenemos tiempo... hay ciertas cosas que siempre he querido averiguar sobre el tremendo potencial de sufrimiento de los humanos.

La luz se extingue. La imagen muestra nuevamente un fondo negro totalmente. Se oye un grito desgarrador.