Ace, sacale informacion o haz lo que desees, dentro de nada se las tendra que ver con el Jefe, asi que aprovecha para ponerte duro con él, pero con cuidado - decia desde lejos mientras poco a poco se acercaba con algunos pasos firmes y acelerados -
Ademas, muchas cosas te inculpan de las desapariciones y el asesinato del pater - aun decia con su peculiar juego de que eran agentes del FBI -
...Al Jefe le encantara tener unas palabras con el lider sectario de antaño, fijo que tiene la culpa de lo que ha acontecido ultimamente, mejor que nos demos prisa, ya se va haciendo tardisimo, aun he de llevar el coche para que lo reparen por culpa de esas cosas.. - decia sonriendo, dandole un par de palmaditas en la espalda a Ace y acercandose a ver como iba-
Aun estamos esperando que nos des nombre , para si dado el caso, tu no tienes la culpa de nada de eso, saber a por quien ir, a nosotros nos da igual darte el marron a ti, culparte de todo, la opinion publica necesita un culpable, y tienes todas las papeleteas - decia al lado de Ace mirando al tipo del maletero, con esa extraña sonrisa, mientras le explicaba -
Responde...¿ a que vienen tantas desapariciones y quien es el culpable?,¿quien asesino al Pater en la Iglesia? - dice ya mucho mas serio con cara de pocos amigos -
Ok, editado, a ver si encaja mejor, siento el desfase.
- Después de lo sucedido en ese garaje y de como lleváis el tema ¿de verdad crees que me voy a tragar que sois agentes del FBI? ¿Por qué no habéis llevado entonces a vuestro colega al hospital?
El tipo ríe sin humor, desafiante.
-Yo no maté al puto cura. No voy a decir que no me alegre de su muerte pero no tuve nada que ver con él... Los polis que me investigaron andaban tan perdidos como vosotros. El cura no sólo me tocaba los cojones a mí. ¿Habéis mirado sus papeles? Se estaba metiendo con gente más grande que yo... pero si pretendéis que os de información vais de culo... nada de lo que podáis hacerme vosotros será peor que lo me harían ellos...
Su rostro ya no está sonriente, ni desafiante. Parece como si simplemente estuviera cansado de luchar.
-Me aburres
Un ligero empujoncito bastó para volver a colocar a John en posición. El sonido del maletero al cerrarse de nuevo no fue tan violento por la fuerza del impacto si no por la sequedad de Ace, que sentía como su cabeza palpitaba constantemente, como si algo que hubiera dentro de su cerebro pugnara por salir desesperadamente. Guerras mágicas, zombies descerebrados, perros del infierno... No, ese no era su mundo
¿O sí? Ace siempre se había considerado una especie de mago. No un mago de los de los cuentos, si no más bien un mago moderno. Un mago de las cartas, un trilero, una lengua afilada. Jugaba con la ignorancia, con el misterio, con la ilusión. Quizás, en realidad, todo era una ilusión, sólo que en esta ocasión, él era el pardillo al que estaban timando. No quería pensar en ello. Necesitaba una ducha
-Renato, ven. Apartémonos un poco, no vaya a ser que nos oiga
Suponiendo que su compañero no le iba a poner muchas pegas, al menos no hasta oírle, continuó hablando una vez se hubieron alejado unos cuantos pasos
-Estoy algo frío, chico. Creo que necesito asimilar todo lo que he visto hoy, o me voy a volver loco. Y con "asimilar" me refiero a "Servirme una copa de whisky en el sofá despellejado de mi casa mientras escucho algo de rock desafinado". Y con "volver loco" me refiero a "Meterle un tiro entre ceja y ceja a ese jodido bastardo". Si te soy sincero, opino que lo mejor que podemos hacer es dejarle encerrado en un sótano de mala muerte, con un par de centinelas para que no intente ningún truco más, e ir a descansar unas horas. Luego podemos volver a intentarlo
No dijo lo demás. No añadió que, en realidad, temía que ese sectario de tres al cuarto pudiera invocar quién-sabe-qué mientras ellos no estaban, y que la opción más segura sería matarle allí y ahora. Pero sabía que aquella no era una opción viable. Por otra parte, vendería a su madre, si siguiera viva, claro, por algo de paz y tranquilidad. Después de lo ocurrido, lo iba a necesitar
De vuelta. Perdón por el retraso :)
Renato asintió con la cabeza y escuchó con detenimiento, una vez se alejaron del coche.
Luego de una manera extraña sonrió al chico...
Bienvenido a la otra realidad... - decía sonriendo, más no se sabia si con gracia o sarcasmo -
Vamos hacer algo mejor.. - Renato le da unas palmaditas al joven Ace en la espalda -..¿qué te parece si llevamos al tipejo ese, a quien de verdad quiere hablar con él?, Jack no lo veo con esa pinta de levantarse de la cama de donde esté postrado para dar guerra, voy avisar a la Mamma que llevamos el tipejo al jefe, que haga lo que le tenga que hacer , depués de llevar al tipo, si el Jefe no nos dice de quedarnos, te llevo a un bar a tomarnos unas copas, si asi te has puesto con esos chuchos, si llegas a ver lo que yo vi, te lo habrías hecho encima... - decía sonriendo, volviéndole a dar unas palmaditas a Ace , para dirigirse a informar que llevarian el paquete a recepción, para ver si lo franquean a otro destino o prefieren retenerlo en aduana -
Por cierto..,- se gira Renato a Ace -..si quieres acojonar al del maletero, dile que lo vamos a llevar a los Jamaicanos, de seguro que serian capaces de comerselo creyendo que tiene algun poder , por haber sido un lider de secta..- termina de decir Renato, en un tono que solo escuchara Ace , para luego meterse en la casa residencial, para informar de lo que iban hacer -
-Me gusta ese plan- Ace relajó algo sus facciones con la promesa de una cercana vuelta a la realidad. No quería saber a que se refería Renato con todo eso de la otra realidad. Por hoy, ya había tenido suficiente -Te espero aquí. Estoy harto de hablar con este brujo- Añadió como para dejar claro que no iba a hacer referencia alguna a los jamaicanos. Por otra parte, no se olvidó del ofrecimiento de su compañero; A decir verdad, prefería tomarse el whisky con alguien, en un bar, que solo en su casa. Quién sabe, con un poco de suerte, aún quedarían algunas mujeres sueltas por la ciudad a esas horas. Después de revolotear entre los brazos de alguna señorita anónima se sentiría mejor
O no. Qué más daba
Ace está de acuerdo con Renato (Tampoco es que lo haya pensado mucho, pero tiene ganas de cerrar de una vez por todas con la noche), así que, por mí, llevamos a cabo su plan sin mucho más que añadir
EPÍLOGO
La puerta del sótano se abre y Julen sube las escaleras. Está cubierto de sangre, demasiada sangre, tanta que Ezzio considera fútil tenderle la toalla mojada con la que normalmente se lavan las manos los chicos tras un interrogatorio. Aquello no ha sido un interrogatorio. Después de escuchar los gritos del que salían del sótano Ezzio se alegra de no haber tenido que estar presente. Julen es un hombre que no desperdicia energía, pero cuando lo considera necesario hay pocos que puedan igualarle en violencia. Su fachada de hombre de negocios es sólo eso: una máscara que mantiene contenida a la bestia.
- No fue él.- dice Julen abriendo la puerta de su despacho mientras se acerca al mueble bar para servir dos bebidas - Si hubiera sido él lo habría confesado.
Parece tranquilo mientras habla, como si estuviera dando el informe de una operación de ventas fallida. Ezzio toma el vaso de whisky que le tiende:
- Los chicos no tienen la culpa. Todas las pistas apuntaban a ese tipo.
- Lo sé. Han hecho un buen trabajo...- Julen bebe un largo trago - Maldita sea. Están pasando cosas muy raras. Otra vez.
- ¿Otra vez? ¿A qué te refieres? - Ezzio enarca una ceja - ¿Qué cosas raras?
- ¿Recuerdas al viejo Baronetti? Fue lugarteniente de mi padre.
- Sí. Hace bastantes años... Lo habían pillado en una masacre y alegó demencia para escaparse de la cárcel ¿no?
- Baronetti estaba loco de verdad. Mi padre... me contó unas historias extrañas. Pensé que eran delirios de vejez... Pero últimamente están pasando cosas raras. Y ese puto tarado del sótano - señala con su copa la puerta, todavía cubierto de sangre - sabía algo. No mató al cura pero sabía algo...
- ¿De qué estamos hablando jefe?
- De mierda ocultista... de esas cosas que nadie quiere hablar.
Ezzio permanece callado. Mira su vaso incómodo.
- No hace falta que calles como una perra. Yo tampoco acabo de creérmelo... pero por si acaso vamos a salir de dudas. Quiero que unos cuantos chicos acompañen a Baronetti en un viaje. Según él puede demostrarme ciertas cosas que me harán comprender lo que pasa.
- ¿El viejo sigue vivo? Pensé que el viejo había palmado en aquel psiquiátrico de...
Una voz contesta desde el fondo de la sala. Entre las sombras, sentado en uno de los sillones, se vislumbra una sombra corpulenta. La luz solo alcanza a mostrar una mano gorda con un anillo de oro que parece aprisionar el dedo al que se aferra:
- Hace falta algo más que el tiempo para acabar con Petucho Baronetti.
Ezzio se gira sobresaltado. En su negocio ser pillado por sorpresa significa ser un fiambre. Como si se diera cuenta de eso Julen lo disculpa:
- No te preocupes. Baronetti era el mejor asesino de mi padre... y es raro que alguien como él llegue a viejo ¿no? Es la experiencia Ezzio.- Julen parece divertido con el desconcierto de su lugarteniente - Busca a un grupo para acompañar a Baronetti hasta New Orleans.
- ¿Un grupo de escolta? ¿Hay alguien de quien debamos protegerle?- pregunta Ezzio intentando recuperar la compostura.
- No, joven.- responde el viejo Baronetti levántandose del sillón, todavía entre las sombras - En realidad me temo que lo que tu jefe quiere es que tus hombres protejan al resto del mundo de mí.
No se ve su rostro pero está claro que sonríe. Como sonreiría un felino...