Michael dejo de remover su café doble y levantó la vista para encontrarse con los ojos de Petucho. Su primer impulso fue reirse. Ese tipo estaba aprovechandose de sus experiencias para meterles el miedo en el cuerpo. ¿Un tipo de doscientos años?
- Ya...
Fue todo lo que se atrevió a decir. A saber lo que esos pirados podían conseguir con sus rituales y sus putos sacrficios humanos.
Un sorbo. Mira a Petucho, y se encoge de hombros
- Visto lo visto, supongo que hay cosas más raras
"Concéntrate en tu café, Ace"
- Te diré una cosa Petucho - toma un sorbo de su cafe con leche, aunque es mas cantidad de café que de leche, para al poco proseguir.
- Si eso que dice, lo habría escuchado hace un tiempo, antes de que todo esto ocurriera, me habría echado a reirme a carcajada suelta y te diría lo imposible que es eso, pero despúes de todo lo que he visto, me creo hasta que los cerdos vuelen- Dice mirando a los ojos de Petucho.
Al poco saca el colgante que le quitó al exdirigente de la secta de la anterior mision.
- Parece que tu estás entendido en todas estas cosas mas que ninguno de los que estamos en la mesa..,¿qué significa este colgante?- dice mostrando el colgante a Petucho, para dejarlo en la mesa, para proseguir con terminar de tomarse su café con leche, comiendo un croissant que había pedido tambien.
Al cabo de un rato de comerse el Croissant y mirar un poco con la mirada perdida en lo que le quedaba de su desayuno, terminar de comerse su segundo croissant y bebiendo lo que le quedaba de su desayuno, coge una servilleta cuidadosamente para limpiarse los labios.
- He visto cosas raras, cosas que me han llamado la atención, a partir de ahí me tome la libertad de investigar un poco sobre el asunto, cosas de ocultismo, esotericas y cosas de esas, lo que son las cosas, un tio como yo, leyendo cosas raras, además me informe de algunas ventas de antigüedades, que misteriosamente no saben nada, han robado o se han perdido, de las pocas cosas que averigue.... - se queda un en silencio, pensando en como decir las cosas*.
*Si me informe de algo en todo el tiempo que investigué lo de las antigüedades de Patriccio, además de lo que me he ido enterando de lo que he leido, seria un buen momento para exponer lo que sabe Renato.
Petucho mira el colgante con curiosidad:
- He visto algunos parecidos... pero desconozco cual es su poder.- se lo devuelve a Renato mientras continúa - Sois gente de mente abierta. Eso es bueno: os mantendrá vivos. Pero os digo algo más: no hay salvación contra la locura. Hemos rasgado un velo que nos separaba de las cosas que acechan en la oscuridad. Oh, sí, he matado y descuartizado a mucha gente. Eso podría enloquecer a un pusilánime pero vosotros conocéis el negocio: alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Puedo matar a un hombre de mil maneras distintas... acabar con su vida. - toma un sorbo de su café antes de continuar - Pero aquí hablamos de acabar con su alma. Hay otros... no sé como decirlo. Ni yo mismo lo entiendo demasiado bien. Hay una mafia que no conocemos... una mafia que tiene colgantes como esos, una mafia que juega en una división superior a la nuestra. La gente normal si tiene suerte no se la encuentra, pero nosotros... ah... nosotros estamos en medio del huracán, me temo.
Luego da una palmada en la mesa. Renato y Michael permanecen impasibles pero a Ace está a punto de caerle la taza de la mano por el sobresalto.
- ¡Por eso vamos a ver a Remington! Él ha sido un peón de esa mafia. Los soldados* puede que no sepamos los entresijos del negocio familiar pero vemos muchas cosas. Y por dios que Remington ha tenido que ver mucho más de lo que podamos imaginar.
Le voy a pasar cierta información a Renato para que la comparta... o no :D
Renato piensa en lo que dice Petucho. Él no es ningún idiota. No piensa quedarse mirando pasar los acontecimientos sin informarse. Si hay que matar a alguien se estudian sus movimientos y las armas disponibles. Si hay magia por medio ¡se investiga!
Durante esta temporada ha estado muy ocupado con las cosas que la Mamma llamaba 'tonterías'. Hay muchas tonterías en los libros, es cierto, pero de alguna forma Renato cree que también hay cosas reales que son tomadas por tonterías. Sobre los malditos zombies que vieron en el primer trabajito encontró referencias directamente traídas del vodú africano. Lo que inquieta ahora al asesino es que se dirigen a la mismísima cuna de este arte en los EEUU: Louissiana y por ende Nueva Orleans. Se dice que Marie Leveau, una negra libre que vivio a principio del siglo XIX y que fue apodada como la Reina Vudú vivió en esa ciudad, desde donde derivó a varios de sus seguidores. De hecho algún culto en Nueva York tiene el nombre de Hijos de María como una referencia macabra a esta mujer. ¿Tendrá algo que ver con lo que está sucediendo?
-Que perspectiva tan... Atrayente- Murmuró Ace, mientras dejaba la taza, ya vacía, en la mesa, con un tono claramente irónico -Así que vamos a un vertedero de ex-militares para que un tipo que ha visto demasiado nos cuente historias que harían temblar al más cuerdo, ¿Me equivoco?
Esperó la respuesta de Petucho, y luego asintió
-Voy a por otro café
Ace está dispuesto a hincharse a cafeína con tal de no tener que oír al tío este contando historias de brujas XD
Pd: Me levanto de la mesa. Voy a esperar un poco para meterme en la conversación de nuevo, así que supones que Ace no está con vosotros
Michael mantuvo los ojos cerrados mientras Petucho hablaba, absorbiendo cada palabra, memorizandola en su mente. Cuando abrió los ojos, su mirada era resignada. Lo que habia dicho sobre la locura era algo que Michael ya sabía. Lo sentía en sus huesos. El mundo había cambiado para él. Se habían abierto unas puertas y Michael había mirado a través de ellas y lo que había visto...lo que había visto lo había cambiado. Posiblemente para siempre pero, si quería sobrevivir en aquel mundo, tenía que comprenderlo. Igual que habia hecho con las calles de Brooklyn. Había que conocerlas, ser parte de ellas para sobrevivir. Si para ello tenía que hablar con un pirado en un sanatorio... Demonios, hasta ingresaría voluntario si era necesario.
-Hablaremos con él, Petucho. Se besó el anillo de casado.-Te lo prometo.
Después de las palabras de Petucho, Renato muestra una extraña mueca, que parece mas bien una risa macabra.
- Es irónico, estamos aterrados en un nivel u otro, con las cosas que no entendemos, y nos vamos a meter en la boca del Lobo - dice Renato al poco de coger el colgante.
-Así que una mafia superior a la nuestra que juega con Zombies y demas criaturas que uno no podía imaginar, quien no este propenso a la locura, no seria humano - dice sonriendo,para luego hacer intento de beber lo que le quedaba del cafe con leche, pero cortandose a mitad de tal acción, al ver que no le quedaba nada, un gesto alerta al camarero, al que le pide un café, en cuando se va el camarero prosigue.
- Al parecer vamos a la cuna de la Madre de toda la historia que creo todo lo de los zombies y demas muertos con vida, creo recordar que se llamaba Marie Leveau, creo que hasta esta la tumba aun por aquella zona, lo dicho ironico - guarda silencio al ver como el camarero le trae el café , sopla y le da un par de sorbos, en cuando se pierde de vista el camarero prosigue.
- En una de las misiones que hice, vi una especie de criatura alada que solo tenia intencion de acabar con todos nosotros,a no ser que recuperara una especie de estatuilla, como no, cuando volvimos al día siguiente a la zona donde lanzemos la estatuilla, ni había rastro de lo que le dimos a herir a aquella criatura,ni estatuilla, ni nada, solo el boyo que me hizo en el techo de mi coche - decia algo nervioso pensando en aquellos momentos.
- Eso sin contar, con una especie de perros que parecia sacados de una pelicula de terror, como una especie de perros infernales,de otra mision, creo que Ace pudo hasta oler el aliento de uno de ellos, la verdad que ultimamente pienso a donde nos llevara todo eso - dice en un tono preocupado Renato, al poco se termina de beber el café.
Master, mirate una pelicula que se llama "El Bibliotecario 3: La maldicion del Caliz de Judas", ya veras que sorpresa te llevas...XD
-No me lo recuerdes, tío- Dijo Ace, soplando a su vez el café, que, a diferencia del de Renato, aún parecía sacado de las entrañas de algún volcán inactivo -Creo que a veces puedo escuchar a esos jodidos chuchos cuando me voy a dormir. Y no me malinterpretéis- Miró a Renato, luego a Petucho, y por último a Michael -Sé que a la larga es posible que nos encontremos con algo peor. Quizás no hoy, ni mañana, ni esta semana. Pero bueno... Prefiero no pensarlo, hasta entonces
Dio un sorbo, y se quemó la lengua. "Joder, he pedido un café, no lava fundida en las calderas del infierno"
-Cualquiera se vuelve loco dándole vueltas a esas cosas todo el día
Petucho asiente. Ya no sonríe. Se tratan temas serios:
- Perros infernales... Yo también los he visto. Y lo que describes parece una gárgola. Por suerte nunca me he topado con ninguna pero he oído hablar de ellas. A estas alturas ya no soy reacio a creerme nada, desde hombres lobo a jodidos vampiros pasando por los duendes de la cerveza irlandeses.
Se acerca un poco más a sus compañeros, como si compartiese un secreto:
- El viejo Remington me contó en cierta ocasión que esto es cíclico. Cada cierto tiempo sucede algo que provoca una especie de señal y ¡zas!- da una nueva palmada en la mesa - todos los putos magos se ponen en marcha como si fuera el fin de los tiempos.- se separa un poco de la mesa - La mayoría de la gente tiene suerte y no se entera de nada: cambia un gobierno, se hace un nuevo descubrimiento o aparece una enfermedad incurable... pero los que están cerca del epicentro se ven metidos de lleno en una mierda que desconocen.
Acaba su café de un sorbo.
- Nueva York fue el epicentro hace 20 años y por algún motivo que desconozco parece que vuelve a serlo ahora. Y nuestra Familia vuelve a estar en el medio. Hay dos maneras de pasar por esto: mirar hacia otro lado o echarle cojones y enterarse de lo que pasa. El viejo Terrasini fue de los primeros pero su hijo es de otra madera: va a por la segunda. El problema es que una que miras ya no puedes pasar de largo. Y nosotros somos los encargados de acercar el ojo a la cerradura.
-Somos tipos con suerte- Comentó Ace, todavía en ese tono irónico que llevaba utilizando durante toda la salida. Luego tomó un sorbo a su café. De repente, no le parecía que quemara tanto
- lo malo de acercar el ojo a la cerradura, es que haya alguien en el otro lado con un hierro fino, largo y afilado, que anda esperando para clavartelo en el ojo - dice semiriendo.
- me explico, esta claro que ya estamos metidos en esto queramos o no queramos, solo nos queda enterarnos mejor de las cosas, luchar contra ellas o hacer algo, pero a la misma vez, nos adentramos mas en todo ese mundo, me imagino que a esos "magos" no les hará gracia que miren en sus cerraduras, haciendo todo lo posible para alejarnos del asunto, o quitarnos del medio, el que ya estemos luchando con todas esas cosas, significa que estamos ya demasiado metidos, y esos magos esperan con ese hierro largo y afilado, para clavarnoslo en los ojos, cuando mas curiosidad tengamos en mirar por esas cerraduras- dice con un extraño tono.
Renato mira con detenimiento a Petucho, Michael y Ace, la verdad que lo que habia dicho era una verdad como un templo, ya estaban demasiado metidos en asuntos que nunca habrían imaginado ninguno, hace apenas unos meses,como para hacerse atras, pasar de largo o mirar hacia otro lado, por mucho que quisieran olvidarse de todo ese asunto, alejarse de todo, los que sean esten detrás de todos esos asuntos paranormales o sobrenaturales, no les dejarian en paz ya nunca.
-Dejaos de metáforas- Murmuró Ace, dejando su taza, ya casi vacía, en la mesa -Vamos a darnos prisa. Cuanto antes acabemos esta mierda, mejor. Invito yo- Hizo un gesto a la camarera, una chica joven de unos veintipocos años, para que les trajera la cuenta. Y, de paso, le guiñó un ojo
-Os diré una cosa. Me alegro de no tener que ir ocultando lo que se todo el tiempo ni buscando explicaciones racionales para todo lo que he visto. Sobretodo porque hay cosas que no tienen explicacion posible. Nosotros tres, igual no sabemos lo que esta pasando, pero si sabemos por donde van los tiros y quien esta disparando.
Está todo dicho. El grupo acaba de desayunar y tras pagar se dirige hacia la furgoneta. Queda un largo viaje todavía hasta el destino.
El trayecto se realiza sin sobresaltos. La autopista es rápida pero aburrida, no cabe duda, y Petucho se pasa casi todo el camino durmiendo apaciblemente. Visto así cualquiera diría que es un hombre de negocios que va a cerrar un particular contrato en algún lugar del Louissiana. Aunque nadie quiere pensar que las palabras vudú, contrato y Louissiana parecen hacer juego siempre con diablo. Tal vez eso sea el viejo Petucho: un diablo de otra época.
Al atardecer un cartel de autopista les da la bienvenida a Nueva Orleans. Son casi las 19:30 cuando salen hacia la ciudad y la pregunta es inevitable ¿irán directamente a la residencia militar o buscarán un lugar donde pasar la noche primero?
¡Perdón por la ausencia!
-No se vosotros pero yo no tengo ninguna gana de pasar la noche en un sanatorio. No tengo ganas ni de pasar cinco minutos. Propongo que durmamos bien, descansemos, preparemos la entrevista y mañana por la mañana vengamos con las pilas cargadas.
- Me parece perfecta la idea - dice mirando a Michael.
- mejor nos vendra estar descansados, por lo que pueda surgir - dice con una semisonrisa.
Se acomoda un poco en el asiento del coche, dentro de nada, su espalda podrá estar en una cama blanda y un sueño reparador se adueñara de Renato.
Ace, que llevaba todo el día conduciendo, movió el cuello de forma algo brusca mientras sus huesos crujían debido a la mala postura
-Otro voto a favor. Si queréis, esta noche puedo hacer guardia yo. Así alguno de los dos podrá descansar como Dios manda
Su aspecto, por otra parte, no parecía acompañar a sus palabras
Tomada la decisión Ace pone el intermitente en cuanto ve el cartel del 'Relax Inn'. Relajarse... eso es una buena promesa. El lugar es una enorme masa de cemento de una planta con una entrada que quiere imitar la época victoriana. Igual hace mucho el sitio pareció incluso lujoso pero esos tiempos han quedado definitivamente atrás. Los descuidados descampados a su alrededor lo hacen parecer un motel de mala muerte de las Vegas... lo cual es ideal para el grupo.
Ace detiene la furgoneta en el descampado frontal y el grupo baja a estirar las piernas. El sitio, cuanto menos, parece concurrido. Hay al menos una veintena de coches aparcados en la zona. ¿Será el alojamiento mejor de lo que parece desde fuera? Sorprende ver matrículas de todos los estados y coches de todas las características: desde Mercedes europeos hasta viejos Ford que necesitan ser retirados de la carretera antes de llegar al último estertor.
http://maps.google.com/maps?q=inn&hl=es&ll...
¡Me encanta Google Maps! A ver si lo integro de una vez en la web.
-Bonito lugar -Comentó Ace con tono desganado, mientras estiraba las piernas y los brazos, recuperándose de las muchas horas que había pasado al volante -¿Vamos entrando?