Partida Rol por web

Jack degusta el whisky en una esquina, en silencio, y en la oscuridad. Toma el vaso y un anillo de oro brilla en sus dedos cuando un hilo de luz de la ventana lo roza.

Guiseppe sirve a Renato, como siempre con el marimacho y el ayudante. Michael, con el pequeñajo... la familia se reproduce, excepto él. Ah... si la bonita Eleonora aún viviera! Ah, si le hubiera dado algún hijo!

Sus ojos evalúan la situación, antes de hacer nada. El lugar parece casi vacío, y al mismo Jack Terrasini no le apetece hablar en este momento. Tiene mucho en que pensar... mucho, todo lo que ha sucedido el día anterior. Todavía no puede reconciliar lo que ha visto, y ahora que la adrenalina se ha diluido en sus venas se siente viejo y cansado. Estrujado como un trapo.

Si al menos la Mamma estuviera aquí! Ella tiene una forma de llevar todo adelante; es puro vigor y fuerza.

Como si hubieran llamado por él Jan entra en el local. Se cruza en ese momento con Michael que sale apresuradamente, como si hubiera recordado una cita, llevando casi en volandas a su hijo del brazo. Al ver a Renatto casi sepultado entre libros pide una cerveza y se sienta a su lado:

- Por todos los infiernos.- dice cogiendo uno al azar - Veo que te lo has tomado en serio ¿no?

Renato levanta la vista y comprueba que del cuello de Jan pende el misterioso colgante. Parece que no es el único que se lo está tomando en serio.

- Cuanto más tiempo pasa más me parece una locura. ¿Realmente vimos lo que vimos?

Renato sonrie a Jan...

- Tendré que hacerme con uno de esos...

Dice indicando el colgante que lleva Jan.

- Se que lo que vi es real, si empiezo a dudar de si la realidad es o no cierto, solo tendría problemas en mi trabajo...

Olga se queda mirando a Jan...

-Lo que me faltava porr verr, otrrro que se une a la locurrra de estos librros extrraños.

Renato y Patriccio sonrien...

- Tranquila Olga, de momento estamos documentándonos para atar cabos, por cierto Jan..., en cuando podamos debemos de ir donde arrojemos aquella estatuilla, aunque pienso que podía haber mas,ando investigando si se han comprado estatuillas de ese tipo, ademas de saber que significa realmente el colgante que usas... -

- En mis tiempos-- Jack se tambalea lentamente mientras se acerca a los muchachos, y se sienta con un golpe sordo en una silla; -- en mis tiempos, no pasaban mierdas como esa.

En un gesto que sería cómico si no fuera por el rictus de su gruesa cara, Jack señala a ambos, Jan y Renato, con un grueso dedo de la mano que sostiene el vaso de whisky. Lo apura, y lo deja a un lado con un tintineo. Como su puntería no es muy certera, Milo aparece rápidamente y lo recoje, antes de que llene de cristales el piso.

- Porque eso... era una mierda. No pueden existir las mierdas con alas.

Jack arrastra las palabras, evidentemente ha tomado una copa de más. Sus ojillos están ojerosos, y pequeños de cansancio.

-Bueno Jack, pues ya me explicaras la gran bolladura en el techo de mi coche, en un descampado aislado

Dice mirando a Jack...

- Esta claro que era una mierda, pero una bien grande, pero quiero saber que era eso y de donde salio.., no quiero que si me sale algo asi la proxima vez, me pille desprevenido...

Empieza ha decirle con tono calmado y seguro...

- Se perfectamente que lo que veo es real, si vi aquello, es muy real..., pero para la próxima estaré preparado y haré que muerda el polvo, nadie ni nada me aboya el coche y se va de rositas...

Jan juguetea con el colgante del cuello:

- No sé... a mi también me hubiera gustado que no fuera real... Joder. Es que si atamos cabos: ¿qué coño es el contable ese? ¿o sería el chino? Pero igual... igual la movida del camino no tiene nada que ver con nuestro negocio y deberíamos dejarlo pasar... Nunca me he creído demasiado estas cosas.- apura la cerveza como si quisiera cogerle el ritmo a Jack.

- Psé.

Jack parece a punto de dormirse, su cabeza se bambolea de arriba a abajo lentamente. Por eso mismo Jan casi escupe la cerveza cuando repentinamente Jack se incorpora como bajo la acción de un resorte, derecho en el asiento.

- Sobrino, tanto da que no tuviera que ver nada con el escocés, los chinos o los asquerosos comunistas! Esa cosa tenía alas! A-LAS!

El viejo Terrasini remarca cada palabra con un dedo sobre la mesa marcada por incontables vasos y chismes. Su voz se eleva tanto, que incluso Guiseppe y Milo comienzan a mirar en la dirección de ellos. Jack toma un puro de su bolsillo, y lo prende.

El humo sube en gruesas volutas, desprendiéndose ociosamente de su boca entreabierta.

- Tal vez que hayas leido un poco sea útil... dime: qué era esa estatuilla de verdad? Quienes pueden estar tan locos de adorar demonios y cosas así en tiempos modernos?

- Uh...- Jan duda un momento y como si necesitase armarse de valor le pega un trago a una nueva cerveza - La estatua era una representación de una deidad indonesia.. un sapo viviente llamado Toggoth... aunque eso da igual. El caso es que leí sobre él en una revista de ocultismo. Es algo raro porque no es una cosa muy común y menos en los EEUU. Sus adoradores se decía que comían a sus enemigos...

Luego le da otro trago a su cerveza como si intentase armarse de valor: 

- Oye... ¿y si vamos al descampado de nuevo? A lo mejor obtenemos pruebas de... lo que fuera eso...

Renato se levanta..

- Patriccio , Olga, quedaro aqui y buscar algo de informacion en los libros, voy a ir con Jan...

Patriccio asiente con la cabeza...

- Miraré lo que encuentro en las listas de subastas y anticuarios...

Olga se lleva la mano a la cabeza....

- No entriendo, que tiene que ver con esto con nuestrrrro trrrrabajo,  perrro me quedarrre con Patrrrricio.

Renato mira a jan sonriendo para poner su mano sobre Jack..., sonriendo...

- Solo espero que donde este el escocés, no vea a los que tiene a su alrededor como enemigos y le de por hincarles el diente...

Dice sonriendo, para ver la cara de Jan cuando dice estas palabras

Esta vez, quien abre la puerta de forma vigorosa, estampándola contra la pared y ganándose una mirada recriminatoria de Giuseppe, es el joven Rico Terrasini.

- Corre, dame una cerveza - sonríe el niño pícaro con rasgos aún infantiles - ¡Venga¡ ¡Antes de que llegue mi abuela!

Como quince segundos después la campana indica que la puerta se vuelve a abrir, con discrección. La señora que ocupa todo el vano, entra con toda su presencia (que no es poca)  al bar. No hay medias tintas, lo ha escuchado; el niño tiene un tono como para ser sutil, y de la oreja de soplillo le agarra, arrastrándole desde el taburete en que se había sentado

- Giuseppe ni se te ocurra. Ma.. e ponme limoncello y per il bambino, un refresco. Estaré con los muchachos. Hay mucho de que hablare. 

Con el niño saltando por los tirones de oreja, rostro medio descompuesto y andando de puntillas al ritmo de la abuela, se pasea la Mamma por todo el Ristorante,llevando un semblante nada agradado. Los que la conocen le dedican alguna inclinación de la cabeza con respeto regresando con rapidez a sus menesteres. Los asuntos de La Mamma son de la Mamma y lo saben. 

"Otro crío en el bar" es lo que refleja su rostro, expresivo "el niño de Michael. Que desgracia la de ese muchacho. Le diría algo, mas no es buen momento" Por la forma casi impaciente de caminar es de prevenir que la Mamma no está precisamente de buen humor.

Lanza a Rico a una de las sillas al lado de Jack que resiste el embite con elegancia. Acepta los agasajos caballerosos del viejo amigo que no ha mucho que vió,  tras preguntar por el estado de salud de un Renato acompañado de sus muchachos falderos.

- Renato, hijo, ¿como va ese hombro?

Y de repente ve un montón de libros en la mesa. Malo, muy malo. Mira a Jan. Lee el tomo del libro "Antiguos ritos de Vudu" Vuelve a mirar a Jan. Ha despertado....

- ¡Que diantres es esto! Ma... ¿Chi ha portato questi libri al ristorante? - exaltada

¡Oh, Oh! Jan sabe lo que le espera. La Mamma no tarda en ponerse tras suya y pese a poner las manos en el cuello, le endilga una colleja al chaval.

- ¡¿Che cosa ti ho detto di questa merda??! ¡Nunca aprenderás! - los berridos de la señora retumban por las paredes del local y es el propio Giussepe, cuando lleva las bebidas, quien intenta calmar a la Mamma.

Se sienta, soliviantada y mira a Jack.

- E.. un caso perdido queste bambino. Ay, Jack, ni casándolo lo arreglaríamos - pone el codo en la mesa y se sujeta las sienes negando vehemente mientras exhala un suspiro de rendición - Estas cosas antes no pasaban.Si se dedicara a hacer niños, no estaría tan ocioso.

Jack asiente pensativo ante los comentarios de la Mamma. El sonido de la colleja parece despabilardo, su mirada fija en el tomo arriba de la mesa, observa la seria cara de Jan y el entusiasmo de Renato, y entonces se vuelve hacia Henrietta.

- Lascia il ragazzo tranquillo... al menos por ahora. Y puesto que van a salir a hacer un'assurdità, mejor los acompañamos.

Apaga el puro con violencia en el cenicero de la mesa, y se incorpora. - NO voy a dejar que estos dos vaguen por los campos y luego vaya uno a saber que merda les sucede por ahí. Mal o bien, son familia, y hay que cuidar la sangre.

Renato hace una inclinacion de cabeza como respeto a la Mamma...

- Mamma por esta vez Jan es inocente, todos estos libros y documentos, los hemos recopilado entre Patriccio, Olga y yo, quiero saber mas detalladamente, a que vino todo lo que vimos hace poco..., y el hombro mejor, ya sabes que soy bastante duro, no es la primera y ultima cicatriz que tengo en el cuerpo, es lo que tiene mi trabajo...

Al escuchar las palabras de Jack...

- Tranquilo Jack, no creo que esa cosa salga a la luz del día, además que iremos preparados, solo iremos a mirar y regresaremos pronto, es para verificar un par de cosas...

Dirige la mirada de nuevo a Mamma...

- Como siempre el vigor , la fuerza y la presencia, cada día las tienes mucho mas fortificadas Mamma...

Dice con elegancia Renato, para bajar los humos de la Mamma..

- Tranquilos, volveremos antes de la comida, solo iremos a echar un vistazo y regresaremos al poco, no os preocupeis...

 La entrada de un hombre maduro interrumpe las conversaciones familiares. El tipo, un hombre canoso vestido con un traje claro, entra con paso firme, con la espada enhiesta como un mástil y la barbilla alta, en una actitud tal vez desafiante y provocadora... si bien el gesto de su cara, sonriente y con una ceja medio enarcada parece quitarle hierro al asunto, dejándolo todo en un acto de chulería inocente hecha sólo por llamar la atención.

Atraviesa el local, parándose al lado de una de las mesas centrales. Con parsimonia, retira una silla, pero antes de sentarse, se queda quieto mirándola. Levanta la vista, lanzando fugaces miradas a todos los presentes moviendo la cabeza como un pájaro, mientras una media sonrisa pícara se dibuja en su boca.

Inmediatamente, deja la silla en su lugar original, y toma otra silla, esta vez una que le hará dar la espalda a la puerta principal. ¿Hay mejor muestra de confianza que dar la espalda a la única salida disponible?

Ya sentado, con el mismo gesto altanero, coge la carta y la lee con tranquilidad ante la mirada incómoda de Giusseppe. Entonces, levanta su mano izquierda, chasquea los dedos y le pide un plato al propietario.

- Traigame un par de filetes de serdo con patatas - señala la carta - iesta salsa ¿ies italiana como todo lo de la carta?

- Si -responde Guisseppe.

- Pues -guiña un ojo- iestoy seguro de que les vendría bien un poco de iespesias no italianas ¡Ien la variedad iestá el gusto! ¡Ja! ¡No me mire así, iera una broma! Traiga su salsa, iestoy seguro de que me gustará.

Giussepe no parece apreciar demasiado la broma del recién llegado. Su rostro muestra de todo menos diversión mientras toma nota y se retira. Cuando se pierde en la cocina le dice al camarero:

- Creo que es un paisano tuyo...

No hay humor en su frase. Casi se diría que el tono es el de quien constata un insulto.

Hacía ya un buen rato que Roberta estaba sentada en una de las mesas, de vez en cuando se escuchan las conversaciones jocosas y los aspavientos de los demás chicos Terrasini y sus aliados,los reconoce y sabe quienes son pero como ella no esta allí para eso ni le apetece tampoco ponerse a saludar y quizás escuchar cosas que le van a resultar algo desagradables prefiere centrarse en lo que esta haciendo y con quien lo esta haciendo y pasar lo mayormente desapercibida que pueda.

Si bien Nicola ha sido el "regalo" de su padre por volver al redil sin quejarse tampoco es que este demasiado contenta. Se le ve un chico simpático y que realmente quiere ayudar pero la simple idea de volver otra vez a que todo forme parte de una burbuja hermética basada en la familia le tira una poco para atrás.

Aunque por otro lado, seguramente todos los temas legales y de contabilidad no podían estar mejor llevados que por alguien de la familia y además apadrinado, somos de fama.

Da un ligero sorbo a su vino blanco italiano (allí casi todo es italiano) y mira con el ceño fruncido una factura muy rara que no parece encajar en ninguna parte, se coloca el flequillo detrás de las orejas y se sube el escote de su vestido blanco de gasa.

-Nicola ¿Esto que te parece a ti?-

Mira a su acompañante fijamente.

El abogado arremanga ambos puños de la camisa, al tiempo que da un breve trago al exquicito capuchino.

-Pues, creo que si bien esa factura no fue conformada por nadie, el mayor problema que poseen en la fundación es la falta de una estructura de misiones y funciones...

Sonríe amigable.

-Verá Roberta

Dice extremadamente formal para tratarse de un dialogo entre personas de similar edad e incluso cierto grado de parentezco.

-Sucede que amén de la buena predisposición y ganas de trabajar ad honorem que se posea, las organizaciones no gubernamentales, e intermedias suelen contar con muchos recursos, salvo el profecionalismo. Es decir, manejan a los entes cual si fueran "kioscos". No es en plan crítica, estimada. Sino todo lo contrario... ¿Qué mejor que ver oportunidades en este tipo de contratiempos?

Agrega esperanzado.

-Lo primero es dialogar sobre ese comprobante con quién realizó el pago... Observar si se puede subsanar la falta de autorización para el mismo y respaldarlo... Pero estamos en un "pan para hoy, hambre para mañana". La solución es organizar la Fundación, dividir las funciones, y asignar responsabilidades a quienes tienen injerencia en el manejo de los fondos... Sino, Roberta, los recursos con los que cuentan no rinden cuanto puden rendir...

Nicola observa a los parroquianos, pero sobre todo a Jack. Sabe que el sujeto tiene su peso dentro de la familia, y sabe que no es conveniente tenerlo de malas.

-Roberta, si le parece, podemos trabajar sobre dicho diagrama organizativo... Usted conoce el funcionamiento interno... Esto... ¿Cómo está su padre estos días?

Roberta va cambiando segun habla el abogado lentamente de cara hasta terminar por fruncir el entrecejo

-Bueno yo soy psicóloga pero espero que no me estes insinuando que alguien usa mi fundación para blanquear dinero, escaquearselo o algo por el estilo porque..¡Que narices que soy una terrasini!- Abre los ojos exponiendo lo obvio de su paretesco mafioso, la idea de que alguien trate de engañarla la enfurece

Saca un cigarro de su bolso y lo enciende ofreciendole a Nicola por si quiere

-La organización..necesitaría algo de tiempo para hacer un esquema como dices, y bueno, no parece que nadie haya puesto su nombre en este recibo, lo cierto es que todo esta tremendamente desorganizado..tipico por aqui, espero que puedas arreglarlo nos vendría muy bien y sobre todo a los niños de quien realmente es todo esto-

No se le escapa la mirada que Nicola deja posada en Jack y baja la mirada algo cohibida

-Mi padre esta mejor, nada grave que no sea tomarse el trabajo y las preocupaciones demasiado en serio..- O su absoluta manía de controlar todo

-Y tu Nicola ¿Por qué te has dejado convencer para participar en la fundacion? Con tu potencial y gratis...-

Es su primo, aunque lejano, no requiere para ella tratamiento de usted.

Mientras Nicola y Roberta charlan de negocios en la mesa de la ventana Jan y Renato se levantan para ir hacia la puerta. Dejan tras ellos un montón de libros que Olga y Patricio miran con desgana. Tras pensárselo un rato Jack se levanta, apurando su cerveza ligeramente ebrio mientras la Mamma niega con la cabeza decidida a que todo aquel sin sentido acabe cuanto antes.

Haram, en su mesa, comienza a comer los filetes que le ha servido Milo.

En el umbral los que salen se cruzan con Ezzio, que llega justo en ese momento. Ezzio Landore es el lugarteniente de Julen Terrasini. Es un tipo joven de unos treinta y pocos años que se mantiene en una excelente forma física. Suele ser el preferido de las chicas en las fiestas con ese pelo engominado hacia atrás y esa sempiterna sonrisa en los labios. Los que le conocen bien saben que es una bestia parda capaz de romperle todos los huesos a alguien sólo por mirarle mal. Siempre va armado y no tiene reparos a usar su arma si es necesario. Matar o morir es una cuestión que no presenta dudas para él. Se encarga de la contratación del músculo para la banda. Y desde que Julen se ha hecho cargo del negocio no para de trabajar.

Recorre un momento con la mirada el local y al ver a Haram va directo hacia él.

- Me habían dicho que te podría encontrar aquí. Que aproveche...- dice mientras se sienta sin pedir permiso - He oído que buscas trabajo y que eres un tipo con recursos. ¿Son ciertas ambas cosas?

El tipo es directo, no se le puede negar.