Partida Rol por web

al ver los ataques de vondek y ericus preparo mi poderoza lanza de fe, pero en mi desesperacion por querer acabar con el no muerto no veo que Gandalug se acerca a atacar, por lo que en ultimo momento me veo obligado a desviar un poco el ataque, el cual busca impactar con el no muerto, sin afectar a gandalug...

Kriv se retiró resoplando. A pesar de su dureza estaba exhausto y la herida del hombro sangraba continuamente. Con un rugido de rabia y impotencia escupió sangre.
- Lo siento, chicos - dice con un rugido ensordecedor - estoy fuera de combate, ya gasté mis últimas fuerzas, seguid sin mi, en cuanto recupere el aliento voy a buscaros.

Esta vez las cosas no fueron bien para los héroes. El paladín había gastado hasta su último aliento pero ya estaba fuera de combate. Gandalug y Roku se esforzaban por derrotar a la escurridiza criatura pero era sorprendente como esta grimosa criatura se aferraba a su no vida. Recibe un fuerte impacto de relámpago y vuelve a levantarse. La criatura se debatió y se lanzó hacia el clérigo con rapidez.

LA criatura se lanza hacia el clérigo de Kélemvor y trata de abrirle la garganta de un garrazo, pero Roku, más rápido que él levanta el escudo y se refugia en él conteniendo sus embestidas

La criatura fue capaz de hacer retroceder hasta el poderoso Kriv. Sin duda alguna es un enemigo temible al que hay que acabar con premura por el bien de todos nosotros y de toda la ciudad. Cargo el poder del relámpago en mi interior y lo desato a través de la punta de mi daga, pero resbalo en el momento de lanzarlo, lo que hace que la electricidad se desvíe asquerosamente de su trayectoria planeada.

Lo estaban pasando mal. El draconido se retiro a retaguardia bastante malherido, pero por fortuna el clérigo de Kélemvor suplió su lugar y parecía resistir el primer embiste de la criatura.

Vondek volvió a concentrarse y apuntó la cabeza de su martillo hacia la criatura. Un relámpago de luz resplandeciente salió en dirección al amenazante gul.

Al haber reaccionado a tiempo y haber detenido el ataque del gul, lanzo una plegaria y de mi simbolo sagrado surge una explosion y un estallido de luz que busca dañar al enemigo que pudo hacer retroceder al draconico...

Al final Kriv consiguió zafarse de la criatura y retirarse, pero ésta atacó de nuevo. Esta vez a Roku, sin dudar un segundo imprimí toda la fuerza de que fui capaz en un nuevo ataque, esta vez intentando ensartar al Gul con mi espada.

LA criatura necrófaga no cesa en su empeño de despedazar al clérigo. Éste con gran celeridad logra contenerlo con su escudo mientras el pícaro enano consigue atravesar con su arma, pero la criatura no se detiene, con un ciego frenesí trata de alcanzar al servidor de Kélemvor. El hechicero invoca un nuevo rayo, pero lago sale mal, sorprendido interrumpe su conjuro y se arrodilla aturdido, de sus manos todavía chisporrotean con energía eléctrica. El invocador vuelve a conjurar elo nombre de Moratín, pero parece haberle olvidado en aquel sitio olvidado por los dioses.

La criatura ignorando el golpe penetrante del pícaro trata de alcanzar a Roku. Se debate con furia y consigue zafarse del escudo

El rayo que lanzo se desvía mucho de su trayectoria pero yo no quedo conforme con eso, por lo que intento sacar aun más poder dentro de mí para mover el poder ya en vuelo. Entonces siento que algo se rompe dentro de mí. Siento un poder enorme, primitivo, que se revuelve en mi interior y que me clama con su antigua voz en los oídos por una furia que estaba allí pero que yo desconocía. Pierdo el control de la electricidad que sale de mis manos y un enorme rayo sale de ellas, uno el suficientemente grande como para carbonizar a cualquier enemigo. Siento miedo, no puedo controlarlo y no dejaré que algo así destruya a todos a mi alrededor, por lo que intento contenerlo. Me esfuerzo en mantener el control, me esfuerzo en no dejar que aquel poder primordial se apodere de mí y todos mis pensamientos desembocan en mantener ese poder en mi interior y no dejar que dañe a nadie inocente.

Caigo de rodillas con una gran cantidad de energía saliendo sin control de mis manos. Siento el dolor que produce la electricidad pero me salva el hecho de que soy resistente al poder de la Tormenta pues esta yace dentro de mí. Mis manos emiten fuertes rayos en todas direcciones, rayos pequeños pero que destrozan las paredes y el suelo de forma letal. El poder de la Tormenta en mi interior está furioso por mi intento de contenerlo y me grita al oído que yo soy la Tormenta y que no debo reprimirme a mí mismo. Me dice que me entregue a la furia y al poder, que permita que mi ira fulmine a mis enemigos y a todos los que se interpongan en mis designios, pero no lo acepto y aprieto mis manos contra mi cuerpo para detener los relámpagos interponiendo mi propia carne resistente.

Me concentro lo máximo que puedo en calmarme y en volver a dormir a aquella parte terrible de mí que desea salir a destruir sin control alguno. No lo permitiré, no dejaré que el mal y el caos me dominen de esa manera. Pongo mi mente en blanco e intento calmarme mientras uso mis últimos esfuerzos en evitar que los relámpagos golpeen a mis compañeros, conformándome en lanzarlos contra el techo y el suelo, que muestran claros signos de la destrucción que puede causar la furia de la naturaleza sin control alguno.

Mientras Ericus caía de rodillas y llenaba todo el aire de chispas y electricidad, Vondek se concentraba en acumular el calor de su interior. Su compañero parecía necesitar su ayuda, pero primero debían acabar con aquel muerto viviente.

Había errado su anterior ataque, así que intentó concentrarse lo mejor que pudo ante tal situación. De nuevo apuntó la cabeza de su martillo hacia la criatura e hizo que el calor circulará por su cuerpo hasta el arma. Un rayo de color blanco salió despedido hacia la criatura.

Mientras Ericus hace gala de su poder, siento como un escalofrío recorre mi cuerpo y pone mis pelos de punta. Sin duda está manejando mucha energía.

Aprieto fuertemente la espada cuando empieza a chisporrotear por la estática acumulada y observo como Vondek lanza un rayo contra la criatura. Es el momento de atacar de nuevo.

La criatura se aparta para esquivar el ataque del enano invocador caudno su hermano de raza aprovecha para atacar por la espalda atravesando la escurridiza criatura. La hoja entra por debajo del homoplato y sale con una inclinación de 75º y sale atravesando la mandíbula de la criatura no muerta.

la situacion se encontraba muy tensa, la criatura habia alcanzado a dañarme.. no podia creer la velocidad y fuerza de esta bestia... por lo que instintivamente me muevo un par de pasos hacia atras alejandome del monstruo para lanzarme con gran furia, pero un ataque combinado entre Vondek y Gandalug pone fin con la vida de la criatura mientras el poderoso Ericus llacia de rodillas al suelo emanando rayos de electricidad.... estan bien!!! cortale la cabeza Gandalug!!!... pido al enano; observo mi cuerpo y veo las heridas causadas por las garras, como cada uno de sus dedos pudo burlar mi armadura y penetrar mi piel... por lo que tomo mi simbolo lo beso levanto los brazos al cielo Ayuda a tu hijo gran Kelemvor y coloco mis manos sobre mis heridas lanzando una pequeña plegaria de mis palmas se observa una pequeña emanación de luz y energía cálida, la cual cerro mis heridas lo cual ayudo a eliminar la hemorragia, pero el daño estaba hecho... al sentirme mejor me acerco a Kriv, quien habia sido arremetido por la bestia... y comienzo a revisar sus heridas para ayudarle

Vondek no dudo mucho su siguiente acción. Se colocó al lado del gul recién abatido y con mano firme levanto su pulcro martillo por encima de la cabeza.

El movimiento fue muy rápido, solo se oyó un chasquido de huesos al romperse. Vondek había aplastado la cabeza de la criatura con su arma. Levantó el martillo y una mueca de disgusto se dibujo en su rostro cuando vio trozos putrefactos y sanguinolentos adheridos.

Este ya no se levanta, ¡Por las largas trenzas de Moradin!. - Difícil ver al estudioso Vondek expresarse como un autentico enano, pero después de una lucha como aquella, se merecía sacar fuera su ruda naturaleza.

Después hecho un rápido vistazo a la situación. El seguidor de Kelemvor ya estaba sanando las heridas de sus compañeros, pero Ericus seguía acumulando electricidad a su alrededor. Había leído sobre personas con tal acumulación elemental que a veces no era capaces de controlar su propio poder. Solía pasarles en condiciones de estrés extremas. Parecía ser el caso de Ericus, sin duda era un compañero muy valioso en la lucha, pero si no podía controlar sus poderes, era un peligro para todos los que le rodeaban.

Vondek se acercó cauteloso hacia el humano, pero sin atreverse a tocarlo. - Ericus, ¿me oyes? Trata de contenerlo, se que eres capaz. ¡Animo muchacho!. - Agarró fuertemente su arma, si el humano no reaccionaba, lo dejaría sin sentido, antes de que aquello fuese a peor.

Me dispongo a seguir el consejo de Roku, cuando Vondek se me adelanta con un elegante golpe de su martillo. En otra situación me habría resultado divertido su gesto de desagrado al ver su arma llena de carne podrida, por el contrario le doy una palmada en la espalda.

-Así se hace amigo. ¿Estáis todos bien?-

No me atrevo a acercarme a ver cómo se encuentra Ericus, menos aún cuando la preocupación se hace evidente en el rostro del enano. Así que envaino mi espada y me dirijo hacia Kriv y Roku, sin perder de vista a mis otros compañeros.

-¿Cómo estáis? Ha sido duro, ¿verdad?- Digo, enjugando el sudor de mi frente.

Asi es!!! contesto a Gandalug, mientras sigo atendiendo al gran draconico... gracias a su entrenamiento, pudo soportar los fuertes ataques del mounstruo, como te sientes Kriv?? pregunto y volteo con Vondek y Ericus que sigue??? digo mientras busco en la habitacion rapidamente con la vista... al terminar con Kriv, hare una breve ceremonia por las almas que terminaron su vida antes de su tiempo... necesitas ayuda con tus heridas amigo??? pregunto finalmente a Gandalug

El Gul cae muerto y mi concentración se mantiene en toda su capacidad. De a poco, la ira comienza a remitir ahora que el enemigo ha dejado de existir, cosa de la cual mis compañeros sabiamente se han asegurado. Los relámpagos que destrozaban la sala ahora son solo chispas que iluminan con destellos la estancia. Separo mis manos de mi cuerpo y las miro fijamente mientras dejan de emitir energía. Un viento potente surge de mi ser en la última expiración del poder descontrolado que ya he logrado calmar y encerrar en lo profundo de mi esencia.

Lentamente y con aun uno pocos temblores en mis miembros, me pongo de pie. Me calmo, devolviendo mi respiración a su ritmo normal y relajándome después del terrible esfuerzo de luchar en contra de lo que tengo dentro. Me acerco a mis compañeros, ya completamente repuesto y bajo control mientras miro el daño dejado en el lugar, para finalmente hablar:

 - "Lo lamento mucho, amigos míos. Perdí el control por un momento y eso los puso en riesgo. Por favor, perdónenme."

Bajo la cabeza, avergonzado por lo sucedido y por haber provocado esa situación. Si bien ya me habría sido terrible el no poder ayudar a derrotar al enemigo, el poner en peligro a mis compañeros es algo que es muy difícil de resistir pues me dice que soy un estorbo para el grupo más que un aporte.

Un trozo de techo cae de forma repentino en el suelo lleno de escombros y restos de cuerpos devorados. Otro casquete cae y un cuerpo aterriza estrellándose y despedazándose. La cabeza sin cuerpo sale despedido por el impacto y llega hasta vosotros rodando. Parece tener vida y os mira con una expresión vidriosa, su boca se abre y se cierra sobre una presa invisible. Unas sombras se reflejan en el suelo, parece que arriba hay numerosas figuras humanoides vagando en la noche. Una tímida luz de la luna penetra en el recinto. Al fondo del recinto unas escaleras de piedra conducen al techo.