Partida Rol por web

Cierra los ojos y sonríe al recibir el beso de Leira. Su relación sobrepasaba la simple amistad. Ambos se habían salvado la vida mutuamente, y se sentían en deuda con el otro. Al principio podía haber sido una obligación, pero ya era algo que realmente querían hacer. Cuidar de Leira era una de las cosas por las que merecía la pena despertarse por la mañana. Sin quitarle ojo, observa como vuelve a sumergirse en aquellas aguas ya tranquilas. Todo parece ir bien, hasta que de repente un preocupante burbujeo sale a la superficie. Volvía a tener problemas.

Sin pensarlo demasiado, y dejando los fardos en la orilla, se lanza de nuevo al agua para averiguar qué está pasando. Al menos la armadura ya no tira de él hacia el fondo.

Kerinan fue el último en lanzarse al agua de nuevo. No acababa de convencerle aquel plan pero suponía que no había otra forma de acceder a la mazmorra. Se percató en seguida al ver la cara de Aaron que algo pasaba. Leira estaba en peligro otra vez. Intentó ayudar en la medida de sus posibilidades.

Aaron parecía tener una gracia especial dentro del agua y casi le costó más eso de tener que mojarse, que lo de tener que seguir hacia delante debajo del agua. Incluso le costó poco trabajo el echar un ojo a Leira quien parecía que era un poco más reacia a eso de los chapuzones.

De todas formas, aunque la mujer volvió a tragar un poco de agua y por unos instantes, creyó que no iba a poder seguir vio que Aaron se detenía un poco y la animaba a seguir hacia delante.

No tardaron en ver la burbuja de debajo del agua y aquellas tres puertas de energía que había en su interior. Una verde con un marco hecho como con plantas y trozos de corteza de árbol. Así a la vista se veía como muy élfico el diseño. La segunda de ellas tenía un diseño más parco, de líneas más rectas y era azul. El marco era de hielo y estaba tan pulido que podía parecer un espejo. La tercera era de color púrpura y no tenía marco alguno, aunque tenía una pica al lado con una calavera que daba bastante mal rollo.

Al lado de las puertas y en el suelo con cara de no tener muchas ganas de sonreír estaba vuestro compañero.

Tan Aaron como Leira os detuvisteis en el borde de la burbuja, en cuyo interior parecía haber aire, pero desde dentro no parecía que os estuviera viendo aunque de vez en cuando mirara hacia los lados... No podíais aguantar mucho así, por lo que teníais que decidir si ir junto a él o no.

El que no pudo seguiros el ritmo fue Kerinan, quien ya estaba un poco cansado de nadar, pero quien se pensaba que eso de nadar hacia un lado, volver y darse la vuelta para hacer lo mismo iba a ser tan sencillo como decirlo. Tragó un poco de agua cuando siguió a sus compañeros de vuelta donde la burbuja y aunque un poco después, consiguió llegar donde sus compañeros.

Nunca ha sido un nadador experto, pero parece que a su dios le interesa que continúe con aquella empresa. Gracias al aumento evidente de su fuerza, consigue llegar hasta la burbuja en la que descansa Reijar. Ya en el borde, echa un vistazo hacia atrás para asegurarse de que sus compañeros están bien. Está a punto de intervenir, pero finalmente ambos consiguen alcanzarle.

Con las mejillas totalmente hinchadas, intentando evitar que el poco aire que le queda se escape, señala el interior de la burbuja con el dedo. Ahora ya no hay vuelta a atrás, por lo que coge un poco de impulso y trata de penetrar en la zona donde a juzgar por la tranquilidad de Reijar debe haber aire respirable.

Durante unos críticos instantes, Leira temió no poder seguir adelante. Sentía que le faltaba el aire... Pero hizo un último esfuerzo y consiguió, sin mayores percances, llegar junto a Aaron. 

Miró el interior de la burbuja. Tal y como les había explicado Kerinan, Reijar se encontraba allí, sentado en el suelo y esperando pacientemente. El aire empezaba a escapársele en forma de burbujas. Miró a Aaron e hizo un gesto de asentimiento con la cabeza antes de intentar entrar a través de aquella especie de burbuja... No tenía mucho más tiempo...

Al final, después de tanto tiempo en el agua, sobretodo el semielfo, quien a estas alturas ya empezaba a parecerse a una pasa, uno tras otros fueron cayendo en la arena del fondo de la burbuja.

En un primer momento el mediano que estaba dentro aburrido de esperar se sobresaltó pero sólo hasta que vio a Aaron apareciendo, tras lo que luego arrugó más el gesto y eso, que en realidad la culpa había sido un poco suya, por meterse en cualquier parte el primero y solo.

El que no llegó en tan buen estado fue Kerinan al que le dio un ataque de tos mientras escupía algo de agua, pero tras unos minutos se recompuso, aunque estabais todos empapadísimos delante de las puertas.

La cúpula desde dentro era como otra cosa. Ahora parecía una pared circular a vuestro alrededor a través de la que todo vuestro alrededor era negro, ya no se veía el agua. No había marcha atrás, sólo se podía avanzar.

Tras el sobresalto inicial espero sentado con los brazos cruzados mientras los demás van llegando, sin hacer ademan de ayudar a ninguno

"sobrevivirá"  es lo único que pienso mientras veo al semielfo toser agua

Luego me pongo en pie, vestido únicamente con un taparrabos y esgrimiendo espada y puñal

-¿habéis traido mi equipo? porque no vamos a poder volver a por el, ya lo he intentado-

Una vez en tierra, tira de las cuerdas tensando los músculos al máximo, hasta asegurarse de que todo está a salvo. Ha estado a punto de quedarse sin aire, sobre todo por el esfuerzo de cargar con el equipo de todos. La ropa que habitualmente lleva bajo la armadura es la única que viste ahora. El agua la ha pegado a su piel, y se puede ver mucho mejor el considerable aumento de tamaño de su musculatura.

- Sí - hace una pausa jadeante - creo que está todo.

Se agacha apoyando las manos sobre las rodillas y trata de recuperar el aliento poco a poco. Bajo sus pies, los dos fardos.

- Sírvete tú mismo

Cuando por fin se recupera del esfuerzo, separa su propio equipo del de los demás y comienza a colocarse la armadura sin perder ojo a las tres puertas.

en realidad no esperaba que me trajeran mis cosas, de modo que miro con aprobación a Aaron

-muy bien- sin mas empiezo a separar mis cosas y ponerme mi armadura

-menuda trampa para bobos esta burbuja, intente excavar por debajo pero nada- evidentemente, los problemas o responsabilidades que me corresponden ya no significan nada

Una vez en el interior, Leira miró hacia el exterior de la burbuja. Fue entonces cuando descubrió que no podían volver hacia atrás. 

- Mierda... - Murmuró con el ceño fruncido. No le gustaba nada aquello, pero desde que había empezado esa particular aventura, no había habido nada que le gustara. Se sentía como un ratón encerrado en una especie de caja de cristal... 

Se volvió al escuchar a Aaron, y su rostro se suavizó. Había conseguido llegar hasta allí con las cosas de todos... - Gracias... - Le dijo en un susurro, mientras se acercaba a coger su mochila. Miró en su interior y sus ojos se ensombrecieron. Sus labios dibujaron una mueca al comprobar que todas sus cosas estaban empapadas. ¿Pero qué habías esperado? ¿Que llegara todo seco? Suspiró y se colgó la chorreante mochila en su empapada espalda. Entonces, mirando a sus compañeros y pensando en la situación en la que estaban, una risa nerviosa empezó a salir de entre sus labios...

Aun con la tos en la boca, Kerinan se puso la ropa empapada. No iba a ser agradable llevarla pero tampoco había otra opción. El viajecito acuatico había salido peor de lo que esperaba y deseó que todo aquello mereciera la pena despues de todo.

¿Qué hacemos? preguntó intrigado ante aquellas puertas. Ninguna de ellas le inspiraba confianza. ¿alguna idea? dijo mientras se acrecaba en busca de alguna pista, de algun labrado que le permitiera tomar alguna decisión.

Una vez pertrechado de nuevo, se acerca a las puertas para examinarlas más de cerca aunque sin llegar a tocarlas.

- Supongo que tendremos que elegir una de ellas - dice mientras echa un vistazo a la que parece hecha por elfos - A juzgar por su aspecto, parece obvio que aquella - sin dejar de mirar los pedazos de árbol que adornan el marco de la primera puerta, su dedo señala la calavera clavada en una pica - es la más peligrosa - se gira para mirar a sus compañeros - ¿Pero qué sentido tiene? Si alguien tiene intención de ocultar algo, lo más lógico es que intente disuadirnos, y nada mejor que apelar a nuestros temores - acaricia su cuidada barba pensativo - ¿Kerinan, qué opinas?

- ¿No estarás insinuando de entrar allí? - Preguntó la joven mirando con cierto respeto la puerta de color púrpura. Aaron podía tener razón, y aquello estuviera tan sólo para engañarles. Pero aún y así, no le hacía nada de gracia tener que cruzar aquel umbral...

Una vez vestido sigo intentando escurrir mi ropa lo que puedo, sin dejar de hacerlo me uno a la conversación

-a mi me parece que da igual el portal, el mago que ha hecho este sitio no creo que haya puesto una salida "correcta" todas van a ir a parar a algún peligro seguramente-

saco de mi mochila varios frascos y compruebo que los cierres se han portado como se supone, las raciones no han tenido tanta suerte -bah, pan de viaje mojado-

Sonríe al escuchar a Leira, y se acerca hasta ella haciéndole una caricia en el pelo.

- A eso me refería - dice mirándola a la cara - Poniendo esa advertencia, es la última puerta por la que nadie en su sano juicio pasaría - instintivamente, mira al mediano de reojo - pero es posible que Reijar tenga razón, y todas nos deparen un destino similar. Personalmente escogería aquella con los ojos cerrados - señala la de aspecto más élfico - pero creo que deberíamos decidirlo entre todos

Vuelve a mirar al semielfo, sonriéndole

- A no ser que los ojos de nuestro experto arcano hayan detectado algo que nosotros somos incapaces de percibir

El semielfo estaba observando las puertas con detenimiento, casi dejando que fuerais vosotros los que decidierais por cual entrar, al menos por el momento y cuando Aaron le preguntó, éste lo miró como sin tener demasiado claro si podrían o no llevar al mismo sitio o si hubiera que seguir secuencia alguna.

- Si querrían que entráramos primero por alguna supongo que nos habrían dejado algo marcado o alguna pista, pero no veo nada raro... - Miró a sus compañeros y a la calavera del fondo que no le gustaba un pelo, pues estaba viendo que en cualquier momento podía ponerse a hablar o algo parecido y la burbuja le parecía demasiado pequeña para ello.

- Es que si intento ver algo más detectando magia aquí dentro vamos a brillar hasta nosotros... - Se encogió de hombros. - Elegir una y que Reijar vaya primero... - El semielfo sonrió ante su comentario.

Estaba claro que no era demasiado natural el hecho de que hubiera una burbuja debajo del agua.