Partida Rol por web

 Sianna había acompañado a sus compañeros hacia la taberna, se la veía más alegre tras el truco de Racknor, ignorando las miradas depredadoras de má sd ela mitad de los hombres que estaban en el local en el momento en que pusó el pie dentro.

 Estaba acostumbrada a estas miradas, estas sucias y miserables miradas. Pero había aprendido a ignorarlas cuando no había algo interesante a lo que mirar.

 Así que sin dudarlo ignoró el comentario del mediano y se dirigió a la mesa elegida por Korn. Se quitó la pesada capa empapada y la mochila y se acomodó en la mesa. Tras pedir una copa de vino, aguardó la llegada de la comida mientras miraba el ambiente, muy variopinto, la verdad. Pero lo que más llamó su atención fue las tabas que lanazaba Raknor en la mesa, por su semblante no parecía nada alentador.

 - Dime que la cosa no pinta tan mal como dice tu rostro, y que ha sido solo un mal holor.- Dice divertida quitando hierro al asunto.- Parece que se han juntado varios aventureros. Espero no tener que combatir contra ellos a parte de contra los peligros que ya aguardan allí.

 Luego la muchacha miró al siempre silencioso Crann, que miraba con semblante serio a los medianos. Sin lugar a dudas esa escena de los medianos debe se run claro ejemplo del poco éxito de la civilización.

 Luego llegó la camarera y sació parte de los apetitos de Korn, la joven miró divertida a la camrera y asintió ante la carne.

 - Gracias y toma.- Dijo pagando las bebidas de los compañeros con unas platas.- Cuando puedas tráeme otra copa de vino.

al ver a Viktor comer con tantas ganas, no dude de las cualidades culinarias de las camareras, y comencé a comer y le digo "si que esta buena la comida, compañero!"  mientras como, pienso en la cama y las ganas de dormir se hacen irresistibles,  necesito unas buenas horas para descansar...

Escucho que uno de los hombres de la mesa me habla, mientras yo estoy casi acabando mi comida. Él parecía disfrutar también la comida, algo que quizás pueda hacer que no me caiga mal.

Doy un bocado más y le contesto. -Estás disfrutando solo esta comida o eres tan glotón como yo?- mientras lo miro fijo, algo serio para no parecer tan agradable.

Se veía que llevaba un arco, un buen complemento para mi estilo, si es que llegaba a simpatizarme y poder formar equipo conmigo. Me pregunto qué usaran el otro muchacho y la chica que comparten el lugar conmigo y la persona con quien empezaba a dialogar.

-Los huesos sólo predicen muerte... muerte... pero no olvido.-dijo Raknor como si hubiera una importante diferencia.- No todos viviremos para cobrar la recompensa. Más de uno de ésta sala no...

-Pero no me dicen cuantos. No me dicen quiénes... ¡No se si somos nosotros los condenados!.

Cerró los ojos con fuerza, tratando de quitarse la idea de la mente.-Pide vino para mí. No se si será la última vez que pueda beberlo, pero por si acaso voy a disfrutar cada momento como si fuera el último.

Desconcertado me quede, por la hostilidad del semiorco "las dos cosas, amo la comida" pensando porque estaba tan serio, no había necesidad para intimidar a nadie, todavía..

Cuando voy a abrir la puerta, Leira ya estaba dentro, habia adecentado un pequeño candil para que nos iluminase mientras comiamos, no disponiamos de mucho espacio pero al menos un lugar tranquilo antes del ajetreo que nos esperaba mañana...

Ven, Leria... aún la comida conserva el calor... y con estas vistas será una magnifica cena antes del dia de mañana... ante nosotros un amplio ventanal se situaba frente a la cama dejando ver la muralla de la ciudad y las tierras que se extendian tras ella, bajo un cielo plagado de estrellas.

Nos sentamos en la cama mirando hacia el ventanal y con el plato en las piernas nos dispusimos a ponernos a comer, sonreía a Leira mientras comía... quedaba ya atrás el día en que nos conocimos, tambien en mi cuerto, en circunstancias diferentes... cuando si saber porqué se apiado, de mi alma y yo curé sus heridas...

Ahora sin miedo el uno del otro, comiamos juntos, agradecidos de la compañia del otro, y yo aún más pues el olor que desprendía su piel tras el baño, llenaba mi olfato de una fragancia suave y tierna que endulzaban aquella cena

Aun masticando el trozo de carne mire a mi "Primo" barbaro, que lanzaba aquellas tabas a la mesa y predecia el futuro. Habia visto varios trucos de su parte ypor parte de los chamanes de mi pueblo. Me limpie la comisura de los labios con el antebrazo y tras coger la cerveza y darle un sorbo para tragar el pedazo que me habia metido en la boca.

Sonrei y negue con la cabeza- No hace falta tirar esas piezas para saber que deparara el futuro, eso ya lo sabia yo sin tirarlas.- La verdad que no queria ofenderle, pero me parecia demasiado dramatico y algo obvio en sus predicciones.

Eso ultimo si que tiene sentido la vida que tenemos es solo una y si Tempus quiere mi alma en ese agujero la tendra. No es algo que me preocupe, lo que si que antes de llevarse la mia correra la sangre de muchos mas.- Deslice una medio sonrisa y volvi a comer y beber- Y sinceramente me da igual si son criaturas o alguno de los que esta aqui.- Mire a Sianna a los ojos, sin inmutarme pues si se terciara el caso de cambiar una vida de los que estaban en la taberna por la mia. La balanza estaba clara, apostaria por mi y mi hacha.

Antes ellos que yo....

Asi que disfrutar de esta noche, pues quiza sea la ultima jajajjajajajaj- Sonrei sonoramente y alce mi jarra para brindar en el aire.

Leira sonrió y se sentó junto a la ventana. La joven empezó a comer en silencio, observando las vistas que aquella ventana les ofrecía. 

- Deberíamos haber pedido cochinillo... Esto está asqueroso - . Le dijo, rompiendo el silencio y llevándose un trozo de verdura a los labios. - Eghhh... A saber qué le habrán metido... - Apartó el cuenco a medio comer. De repente sintió que se había quedado sin apetito. 

- Y no le pidas disculpas mañana a Reijar. Él fue un capullo y no tienes por qué rebajarte. Simplemente te recomiendo que pases de sus chaladuras. Ese tío no está bien de la cabeza... ¿Cómo se te ocurrió aceptar su compañía? Seguro que hubiéramos encontrado a alguien mejor. Aisss... Pero bueno, ya está hecho. Eso sí, no quieras hacerte responsable de sus actos, porque acabaremos mal - . Leira había vuelto al tema que no paraba de darle vueltas en la cabeza. Culpaba a Aaron de haberse juntado con semejante personaje. Aunque en verdad habían sido los dos, ella no reconocería que tenía parte de culpa. 

- Voy a bajar un rato... Me gustaría escuchar los chismorreos de la gente... ¿Por qué no bajas conmigo? - Le preguntó insistiendo una vez más en que la acompañara. No quería dejarlo solo, pero sentía que si se quedaba allí encerrada acabaría abriendo la ventana y gritando. Así como Aaron era más tranquilo, Leira siempre había sido un culo inquieto.

Aprecio que el muchacho del arco me mira extrañado, mientras me contesta positivamente a mi pregunta. Puede que este hombre me caiga bien y hagamos buen equipo.

-Bueno. Puedes llegar a ser de mi agrado... Muchacho del arco?-digo, mientras termino mi plato y me limpio un poco, levantando una ceja ante la pregunta.

Había disfrutado plenamente la comida y esperaba descansar pronto, para mañana poder comenzar tranquilo. Tenía muchas ganas de empezar con el trabajo, sin importar lo que conlleve. Necesitaba la plata para poder ayudar a mi madre con las cosas de la casa.

 Sianna estaba terminando de dar un vistazo al resto de pretendientes a la misión, mientras escuchaba las palabras de Korn y Racknor, ante las últimas de Korn devolció su atención y mirada a ellos.

 - Por descontado, si algún pellejo tiene que terminar en el suelo, mejor el de otros que él mío. Y si son tan neceios de entrometerse en nuestro camino... en fin, quien juega con fuego se quema.- Terminó diciendo con voz cantarina pero con una mirada fría y letal.

La cena, lejos de lo que pudiera parecer en un principio transcurrió de manera tranquila y tras ella, poco a poco la gente se fue retirando a las habitaciones, pues incluso aquellos que no querían aparentar que el viaje había sido largo, deseaban poder quitarse el equipo de encima y dormir en una mullida cama.

Claro que hubo quieres aguantaron más de la cuenta e incluso que casi se metió a la cama algo borracho, pero no es que fuera nada poco habitual cuando se presentaba un grupo de aventureros.

Por la mañana poco a poco fuisteis bajando, descansados, algunos hasta dejando ver de nuevo el color de su piel, pues la noche anterior la tenían cubierta del polvo del camino...

Mientras comíais algo de queso ( aquellos que no comenzaron desayunando cerveza ) la puerta se abrió y por ella entraron dos hombres, quienes casi podíais deducir quienes eran.

El primero portaba una lustrosa armadura y la cara llena de cicatrices. Aún se mantenía bien erguido dentro de ella, pero cojeaba ligeramente del pie derecho, lo que seguramente, sumado a su edad, le impediría participar en un combate sin jugarse la vida en él más de lo habitual.

Tras él, un joven con un porte parecido y ropajes caros. Podría ser su hijo, aunque si lo era estaba claro que había salido a la madre.

Ambos hacían gala de un porte que hacía que al menos se les respetase la primera palabra.

La camarera joven casi salió corriendo a su encuentro y les proporcionó un lugar en el que sentarse y una copa de vino a cada uno.

- Caballeros, Señoras! - Dijo el hombre mayor intentando que se le prestase atención. - Soy Richard Ambery, señor de estas tierras y éste es mi hijo Mordren.

"Debí haber iniciado una pelea de taberna ayer"

La noche ha sido extremadamente aburrida, el caso es que deje pasar completamente la posibilidad, en parte por culpa del mustio de Aaron y en parte por el cansancio, sin duda estaría de mucho mejor esta mañana habiendo saltado algunos dientes

Así estoy pensando cuando llegan los contratadores, no dejo de comer y beber cuando se presentan, pero les dedico mi atención, si esperan algo mas van listos, yo no valgo para reverencias

Tomtom se encontraba sentado en loque ya consideraba su lugar en aquella posada, encima de la mesa de su grupo. El mediano se afanaba trabajosamente por realizar sus abluciones matutinas, escarbando ebtre las amarillentas uñas de sus pies con una pequeña navaja. El espectçaculo era de todo menos agradable, menos aún cuando la gente quería desayunar cerca.

Sin embargo, hoy era un buen día, y cuando el señor de aquellas tierras se presentó, Tomtom no encontró un motivo para no hacer lo mismo.

Ah, pues encantado. Yo soy Tomtom, el Viajero. dijo pestañeando algo más de lo normal.

La noche había transcurrido de forma sorprendentemente tranquila, pese a los intentos de unos y otros por iniciar alguna gresca, me retiré bien entrada la noche cuando mi sed y hambre hubieron estado saciados plenamente. Sin embargo el sol de la mañana no se hizo esperar y, aun habiendo descansado bien esa noche, lamenté no disponer de alguna hora más de sueño reparador. Sin más ánimo de perder tiempo, volví a vestirme y bajé al salón de la taberna donde parecía formarse algo de bullicio y, nada más descender el último escalón que daba acceso a la parte inferior de aquel edificio, vi a un hombre acompañado por un joven.

Cuando aquel hombre se presentó ante nosotros y definió la identidad del joven como su hijo, me dirigí hacia él para recibirlo con una leve reverencia de cabeza al que se suponía era nuestro contratante:

-Saludos mi señor...joven Ambery.- ,dije respetuosamente saludando también a su hijo, -Ya esperábamos noticias suyas, mi señor. A decir verdad llegais con el alba y eso os honra, si me disculpais aguardaré la llegada de mis compañeros.-

Diciendo esto volví a inclinar la cabeza respetuosamente y me quedé junto a la escalera esperando a que Aaron y Leira llegaran también.

Relajado, por empezar a llevarse bien con su grupo, "puede que si o que no, depende de ti, pero si seriamos una buena dupla"  después de la pequeña charla, subo y me acuesto en la cama, para dormirme, rápidamente... como si hubieran pasado solo un par de segundos, abro los ojos para ver que el sol ya estaba naciendo, otra vez, me cambio y bajo al salón, para escuchar a un humano, acompañado por joven, decir unas palabras. voy a una mesa a esperar a mi grupo, si ya no estaba por ahí...

Leira había pasado una noche bastante tranquila y relajada tras el baño que había tenido oportunidad de darse. Se levantó cuando el sol empezaba a despuntar y bajó al comedor con paso tranquilo. 

Mientras estaba comiendo algo de queso, entraron el señor Ambery y su hijo. Se presentaron ante todos ellos. En aquel momento bajó por las escaleras Kerinan y saludó respetuosamente, indicando que esperaría a sus compañeros. Leira levantó la mano llamando la atención de su compañero.

- Kerinan, estamos aquí... - Gritó para que pudiera escucharla. Una sonrisa bailaba en su rostro. - Dormilón... - Dijo con un guiño de ojos...

Cuando Leira me avisó abrí los ojos de par en par algo sonrojado por la vergüenza de haber sido el último en llegar de mi grupo. En silencio y buscando en el suelo de la taberna algún lugar donde esconder mis huesos de ser impuntual, me acerqué hasta mis compañeros al tiempo que comentaba:

-Disculpad entonces mi tardanza, queridos compañeros, tiempo hacía que no descansaba en cama confortable y quizá las sábanas quedaran adheridas a mi cuerpo más de lo que deseara.-

Diciendo esto me quedé en silencio tras mis compañeros esperando que el señor Ambery hablara.

Luego de la portentosa cena, comenzó a darme cierto sueño por la comida y el cansancio, por lo que decidí ir a dormir sin mediar palabras con mi supuesto equipo.

El descanso había sido muy reparador. Me levanté de mi cama y baje al recinto principal, para ver que había de bueno. Encontré otro gesto de buen trato cuando me sirvieron algo de queso, el cual comí agradecido, mientras el muchacho del arco se acerco para tomar lugar junto a mi. Minutos más tarde, la puerta principal se abre y aparecen dos hombres. El más grande de los dos habló y se presento a él mismo como el señor Ambery y al otro individuo como su hijo.

Escucho que un mediano, que ayer había protagonizado una escena algo pintoresca, se presenta. Sin embargo, guardo silencio, para escuchar atento lo que dice el sujeto que nos encomendó la misión.

El descanso levantó sonrisas en mi rostro, y ver el buen ambiente que se respiraba las amenizaba... todos descansados y deseando ver a los anfitriones...

Y fue que ellos llegaron al lugar... y se presentaron a nosotros... Kerinan ya empezó a hablar con ellos y los demás nos acercamos poco a poco, al llegar junto a ello mostré mis respetos a ambos y dije:

Creo que digo en nombre de todos, que estabamos impacientes por su llegada... digo mirando a padre e hijo alternativamente... Todos esperamos sus instruciones y queremos servirles en todo lo que podamos, al menos nosotros... digo girandome y colocandome junto a mi grupo... y señalandonos empiezo a presentarnos... Kerinan, sabío donde los haya, no se deje engañar por su corta edad pues en poco tiempo alberga gran inteligencia y experiencia... Leira, ágil y rápido, todo equipo necesita de una mano veloz que adelante el paso y contrareste la fuerza... Reijar, valiente, sagaz y rudo, su pequeño tamaño puede que engañe al enemigo, pues sus artes son comparables con el más experto luchador.... y finalmente yo, Aaron, un humilde servidor, docto en la escuela clerical... y dispuesto a poner todos mis conocimientos en manos de mis compañeros y en las vuestras y de sus aliados si fuera necesario...

Despuès de las presentaciones frene mi discurso para que los nombres se fijaran y no se mezclaran con más charla, y esperé una respuesta...