Partida Rol por web

Corro hacia el niño sacando otra flecha por si se le ocurre salir corriendo de nuevo. Espero, por su vida, que no se le ocurra tal cosa. Cuando llegue a él cogeré mi cimitarra para degollarlo si hace un movimiento en falso, pretendiendo, a ser posible, cogerlo con vida, para poder sacarle la información que de él quiero.

Sigo en mi carrera hacia el muchacho.

Casi en un segundo pasan varias cosas de las que soy plenamente consciente, aunque en una rápida evaluación de las circunstancias decido que no alteran mi curso. Una es que Daaron ha disparado una flecha y está sacando otra. La primera ya ha impactado, deteniendo al chico, así que espero que éste siga con vida. Muerto no despejaremos las brumas del misterio.

También me doy cuenta por la costumbre de no dejar que nada suceda a mi alrededor sin que yo lo sepa de que en la tienda ha habido algún problema con el Consejero. Parece que ya se encargan de eso los de dentro, y pronto Zoltak actúa desde fuera.

Voy a concentrarme en atraparle, y saber...

mmm necesitamos al criajo vivo quizas le podramos estudiar. no creo que sepa hablar pero por si acaso... Rapidamente Sira mira al crio y grita Medico!!!! haciendo alarde de su mando da ordenes de que inmovilicen al chico y el medico practique primeros auxilios Vaya que seran esos tatuajes? Sira se acerca poco a poco para saber si conoce esos tatuajes

retengo al consejero....bien amigo...parece que eres de pies ligeros. Puede que tengas razon y te tratemos con poco respeto pero tu debes tambien tenerlo y demostrar que no vas a salir corriendo y dejarnos con todo empantanado a la menor ocasion

Sidhe sale corriendo detrás de Sira en dirección al niño salvaje, espada en mano y con una fria expresión de concentración en su blanco rostro. Parece que varias preguntan sin respuesta, insidiosas, cruzan su cabeza mientras avanza.

Llevando una mano a su espalda, palpa una cuerda enrollada y sigue corriendo.

El niño no para de gruñir como un salvaje a la vez que respira agitadamente y se sujeta el cuello de donde mana bastante sangre. Daaron es el primero en correr hacia el niño, seguido de Grundh y de Sira; finalmente se acerca Sidhe y el niño, sujeto entre varios guardias y 4 generales, no puede resistirse y acaba maniatado.
Dentro de la tienda, Zoltak aparta la bruma artificial que ha creado el consejero y estirando el brazo lo agarra sin mucho esfuerzo. El consejero no pronuncia palabra. Sabe que en ese momento, lo único que puede hacer es permanecer en silencio.
Apoyáis al niño contra una piedra y Sira trata de analizar sus tatuajes, pero no ve en ellos nada que le pueda proporcionar algo sólido en lo que basarse. Únicamente sabe que esos tatuajes no corresponden con esta zona, sino de mucho más al sur: de los reinos negros en donde peligrosos hombres vestidos con pieles de leopardos realizan hechizos innombrables.

Calius se acerca a vosotros.

¿Médico? Jaja, un médico sólo serviría para alimentarse con la comida de un soldado. No tenemos ninguno de esos. Me aseguraré de que el niño no se desangre mientras nos interese su información.
Este bribonzuelo entró en el campamento aprovechando la escasa luz y al ser un niño, los guardias que lo vieron no lo tomaron por peligroso. El niño se acercó tranquilamente y de un mordisco, arrancó la yugular de Torlof, el hombre del norte. Murió desangrado.
El niño parecía querer huir del valle.

Asomo la cabeza por la entrada de la tienda desentendiendome del conejero,por el momento,y llamo a uno de los guardias que están por allí.

TU,poned alrededor de la tienda de los comandantes un grupo de vigilancia,mayor,triplicad los efectivos si es necesario,pero si vuelvo a ver,un fallo en su protección,rodaran cabezas.....

Vuelvo a entrar en la tienda, me coloco al lado de los mapas estudiando estos con total dedicación,prestando nula atención del hechicero,pero con los sentidos alerta por si ocurriesen mas altercados....

Sidhe mira al niño con unos ojos escépticos. Si no fuera por cómo le ha visto resistir los embates de dos flechas y porque el capitán ha dicho que este mocoso ha segado la vida de un hombre usando solo los dientes...

-Habla niño ¿Qué haces aquí? -inquiere acercándose e inclinándose levemente, aunque manteniendo una respetuosa distancia de seguridad, sobre el chaval para ocupar todo su rango de visión y conseguir que la mire- ¿Quién te envía?

La mujer posa la mano sobre uno de los tatuajes del niño y lo comienza a recorrer con un dedo, aparentemente por tener algo entre manos mientras habla.

Por fin le hemos atrapado, atado, restañada la sangre que mana de sus heridas, y llevado a la tienda.
El maldito niño no es inofensivo, por lo que cuenta Calius.
La concubina le interroga. Y repasa sus tatuajes.

Espero a que responda, para interrogarle yo misma después:

-¿Qué hacías en ese valle? ¿Y de qué huías?

Sira que veia como las mujeres del grupo intentaban entablar conversacion con el niño y dijo No creo que conteste. Es un salvaje y seguramente no hable ni un idioma. Traed al mago veremos que sabe de este tipo de personas. Sira miro a unos cuantos soldados asustados ante el impetu del niño y la orden de Sira. Al ver que no reaccionaban Sira se acerco a uno de ellos y le grito Vamos perro! o quieres que provemos cuan salvaje es este niño?

Me quedo en segundo plano, a la expectativa viendo como el niño parece no poder comunicarse con nosotros. Luego le digo al capitán Calius.

-Capitán, ve a tus hombres. Que pregunten a todo el ejército si hay alguien que sepa hablar algún dialecto de los reinos negros o los territorios colindantes. Rápido.

Luego me voy hacia el niño con un trapo con idea de curar, en la medida de mis posiblidades, esas feas heridas que yo mismo he provocado.

El niño permanece maniatado y muy asustado en la tienda a donde lo habéis arrastrado rápidamente. Tanto Morlor como Sira dejan bien claro a la tropa quién manda y que no se puede permitir otro fallo de seguridad como el que ha sucedido.
El soldado al que chilla Sira retrocede un par de pasos cuando lo llama perro y no se atreve a decirla que el consejero está dentro de la tienda, puesto que Zoltak no le dejó marcharse.
El campamento en su exterior está en ebullición, con todos los soldados corriendo y formando grupos de vigilancia.
Grundha y Sidhe se acercan al chico de una manera más suave y le interrogan. A lo que el niño sólo responde:

Ung hurbi, tral oiyrto guicelo tras.

Si señor, así se hará. ¡Vamos perros, ya habéis oido a vuestros generales! Más vale que cumpláis con vuestras obligaciones.

Al poco aparece en la tienda Calius con otro hombre. Uno de los arqueros de vuestra tropa que por lo visto estuvo en las tierras del sur hace años. Mira al niño y sin necesidad de hablar con él os dice:

Este niño es uno de los sirvientes de uno de los hechiceros que visten pieles de leopardo. Pensé que nunca más volvería a ver a estos seres de pesadilla.
Esos hechiceros realizaban sacrificios rituales para contactar con los difuntos y podían transformar a otros humanos en bestias horripilantes.
Si este niño está aquí, es que uno de esos terribles personajes ronda cerca. Soy tan sólo un soldado, pero mi recomendación es que nos alejemos cuanto antes de este lugar, evitemos problemas.

-Soldado, dime tu nombre y si entiendes algo de lo que dice este salvaje -le espeto al arquero.

Luego, tras recibir la respuesta, me aparto unos pasos de todos y le digo a Calius que se acerque para decirle en privado:

-Quiero que reunas información sobre (nombre del arquero). Pregunta a quién haya que preguntar, pero quiero saber de dónde es, cuándo se unió a nosotros, quiénes son sus amigos, qué come, qué caga y todo lo que hace desde que se levanta hasta que se acuesta.

compañeros si han inmovilizado al niño traiganlo aqui a lo mejor el consejero sabe algo....

-¿Hechiceros con pieles de leopardo? ¿Donde los viste, arquero? ¿A qué señor y ejército servían? ¿Y con qué fines?

Me quedo mirando al niño, y sus tatuajes.

-¿Puede ser de algún valor para ellos, o es un simple sirviente? Quizá tenga un precio...