Partida Rol por web

El enemigo que se encuentra tumbado en el suelo recibe el golpe de Bratza, haciendo un profundo corte en su hombro. A pesar de ello, el ser (que ahora os percatáis que es una especie de no-muerto) no nota el daño y se levanta pesadamente.

Damarcus, si bien es cierto que ha tenido suerte en su ataque con la red, la criatura logra desembarazarse con rapidez de la misma, quedando enfrente del explorador.

Avanzando por la izquierda, Eberk se hace un hueco al lado del paladín y golpea con una de sus hachas.

 El enano, antes de que el revivido termine de incorporarse le golpea con fuerza con su hacha, partiéndole en dos.

Viendo como parecen ser más que capaces, deja que sus compañeros hagan frente a las aberraciones mientras se mantiene atenta por si hay algo más a parte de estas.

El caballero masculla algo así como - "Criaturas antinaturales..." - y pensárselo demasiado, pasa por encima del cadáver del revivido que el enano acaba de rematar y se dirige hacia el que se enfrenta a Damarcus; al llegar junto a él, se protege con el escudo y le lanza una rápida cuchillada... aunque, desgraciadamente, no demasiado certera.

La chica algo indecisa, arma en mano, rodea finalmente con precaución a la criatura, y le golpea por la espalda.

Damarcus, ya sin la red, sostiene el tridente con ambas manos y lo alza sobre su cabeza.
Al ver que el espantoso ser se gira para enfrentar a Bratza, le atraviesa el pecho de lado a lado con todas sus fuerzas, y gira el tridente tratando de desgarrar la carne de la criatura alzada.
Brrrrap! Grita el loro. Que fiero hueleee!! Brrrap! No sirve ni pa carnada! grazna.

Prraaapppppp! Si yo tuviera mi verdadera forma, quemaría a este repulsivo muerrrrto con un chasquido!! BRRRAAA!

 El tridente se clava profundamente en la carne del revivido, terminando así con su no-vida.

El pescador, limpia cuidadosamente el tridente, y a continuación se pone a doblar su red para poder usarla con facilidad en otra ocasión.
Vuelve aqui, emplumado! le ordena a su pajarraco.
El ave, pone cara de mago enfurecido, pero al final vuela hasta los hombros de Damarcus...

Veamos...Damarcus, se pone a registrar entonces el lugar, en busca de alguna pista antes de ponerse a girar los mecanismos que abran la puerta.

 Tras terminar los gritos y gemidos de las criaturas con las que luchaban sus compañeros la joven y menuda sacerdotisa estira el cuello para ver que ha sucedido.

 En el suelo, tirados de trista forma están los cuerpos de dos seres humanos mancillados por brujería. Cuando Damarcus se adelanta para inspeccionar la joven se agacha para hacerles unas señales de origen religioso en la cabeza y el pecho, susurrando unas plegarias para que sus espíritus descansen en paz.

 - Lamento que no tengamos tiempo para dar a estos cuerpos su merecido entierro. Esa bruja pagará por sus atrocidades.- Una gran amargura trasluce su tono de voz.

Damarcus no encuentra nada útil. Tan solo queda una palanca para abrir, por lo que, tras tirar de ella, las puertas se abren. Volvéis hacia el Fortuna para continuar vuestra marcha.

El viaje vuelve a ser monótono. Han pasado muchas cosas desde que partisteis, y os habéis demorado cierto tiempo ante las situaciones vividas. Esperais sin embargo, que aún esteis a tiempo de encontrar a Alexia e impedir sus planes. Por el momento el resto del día transcurre sin mayores incidentes y tras caer la noche os acostáis para descansar.

La mañana se presenta de nuevo tranquila: un día más o menos soleado y sin extraños impedimentos por el camino. Vuestro avance es constante, y según os informa Bizco, os queda poco para llegar a vuestro destino. Ya tenéis ganas de bajaros del barco y continuar vuestra misión por tierra.

El cauce que en estos momentos seguís se ensancha hasta formar una gran laguna, quizás de unos 120 pies en su parte más ancha. Al norte se ven los restos de un barco de vapor. Su popa esta totalmente sumergida y su proa apunta hacia arriba en un ángulo pronunciado. Una iridiscente mancha de aceite rodea el naufragio, el cual se encuentra a unos 10 pies de la orilla.

Tras las experiencias vividas, el caballero seguía el viaje apoyado en la proa, disfrutando de la suave brisa que soplaba sobre la corriente del río y atento a cualquier posible amenaza, real o hipotética. Por eso fue de los primeros en avistar el naufragio.

- "Capitán" - llama Sir Héctor cuando los demás van saliendo a la cubierta - "Este naufragio es reciente, ¿no es así? ¿puede haber sido provocado?"

El paladín se lleva una mano a la frente, a modo de visera, y escruta el barco semihundido con los ojos entrecerrados - "Quizás deberíamos echarle un vistazo. Puede haberse hundido solo, pueden haber sido los gobos o esas otras extrañas criaturas... o quizás sea una primera muest

A pesar que el rio es tranquilo, Bratza sigue sin sentirse a gusto.. demasiados días sin pisar tierra firme.

- Uff.. cuando queráis continuamos a pie, quizás sea más seguro. Ya me diréis, por que.. falta mucho para llegar?

 No tengo ni idea. Sin embargo, podemos acercarnos si queréis. Quizás encontréis algo útil para vosotros. Y no, no queda nada para llegar, por lo que no hay problemas si miramos un poco esta zona- dice Bizco. Da órdenes para acercarse al naufragio.

Cuando os encontráis mas cerca de los restos del barco, os percatáis de lago bastante significativo: cortes profundos y marcas de garras en muchas de las superficies de madera, así como manchas, salpicaduras y gotas de sangre. Esta claro que aquí ha habido un combate.

Acerquen el barco Capitan...voy a desembarcar!

El loro parece abrir el pico para graznar su opinion...pero se mantiene callado, como si supiera que hacer demasiado ruido puede alertar a alguna criatura cercana.

 El barco se aproxima lo máximo posible, pero es suficiente para que Damarcus pueda desembarcar sin mayores problemas.

Espérame Damarcus, me pongo el pijama y te sigo, que el agua puede ser traicionera. El enano se va cambiando apresuradamente su armadura completa por su cota de mallas, va rápido como un niño que tiene ansias por ir a la feria.