Otro de los gobos cae ante el ataque certero de Iris.
Gobo 1 muerto (dejad de matarlos!!)
Ante la situación, Damarcus se dirigió directamente hacia donde se encontraba Eberk, acabando con otro de los enemigos.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: ataque tridente
Resultado: 7(+7)=14
Tirada: 1d8(+5)
Motivo: daño
Resultado: 6(+5)=11
Gobo 8 muerto
Damarcus pnjizado
Los gobos esperaban un saqueo rápido al navío, sin embargo no esperaban un grupo demasiado potente que defendía con facilidad el barco. En un instante habían perdido una buena parte de sus efectivos... así pues tocaba lo mas prudente. Tal y como habían llegado los gobos desaparecen ayudándose de la niebla y del bosque.
Fin de combate
El pescador, se arranca de un mordisco el dardo, y revolea la red hacia el gobo que se asoma por la borda.
El pequeñajo, no logra esquivar la red, y Damarcus rie a carcajadas, mientras el loro levanta vuelo...
¡BRRRRRRRR! MEJORRRR ME VOY!! NO QUIERO JUGAR AL DARRRRDO AL LOROOOO!!
Vuelve aquí sabandija! Chilla el pescador, y dando un paso le atraviesa el cuerpecito de lado a lado al gobo, empapando la red de roja sangre
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: red y tridente: combo al gobo 10 Red toque rango
Resultado: 11(+8)=19
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: ataque con tridente, al "Enredado" (sumo 2 porque tiene -4 a destreza)
Resultado: 7(+9)=16
Tirada: 1d8(+5)
Motivo: daño al gobo 10 enredado
Resultado: 7(+5)=12
12 al gobo 10, y entangled
Al ver como las criaturas se largan despavoridas tras ver la carnicería que se ha producido en pocos segundos, la joven Iris, poco dada a estas situaciones peligrosas, deja escapar el aire contenido en un profundo suspiro.
- Los dioses han guiado nuestras armas. Que bien que no se haya alargado más el combate.
Dice mientras su mirada va pasando de un camarada a otro, viendo que Damarcus había recibido una fea herida. Se acerca a élla y le pregunta.
- Si quieres puedo dar un vistazo a la herida, estaría bien que la limpiaramos cuanto antes... con este clima suelen infectarse con prontitud. Por lo que he podido leer es sorprendente la velocidad en que se puede infectar, hasta el punto de rezumar pus en cosa de un par de horas... algunas de estas afecciones, si no son tratadas adecuadament pueden llegar a comportar la extierpación de parte, o incluso todo, el miembro.
Sin mediar palabras y un poco triste por su actuación en el combate, Eberk baja a terminar la tarea de apartar el árbol.
Viendo que el fácil combate ha terminado por fin, Sir Héctor apoya su escudo en la borda y saca un viejo trapo para limpiar su espada, chorreante de la negruzca sangre del gobo.
- "Me temo que a estos enfrentamientos simplones ni siquiera puede llamárselos combate" - comenta sin hablar con nadie en particular - "Pero sirve de calentamiento, eso hay que admitirlo. Espero, eso sí, que no todo sean asquerosos gobos en ciénagas aún más asquerosas".
He sufrido heridas de anzuelo más grande, preciosa....dice sonriente el pescador...
Pero si lo que quieres es tocarme un poco...adelante! Zas!
Damarcus se acerca a la sacerdotisa, y aflojando la correa de su peto, lo abre un poco por el costado revelando un pecho musculoso y tostado por tantos dias al sol de la cubierta, algo ensangrentado por la herida del dardo.
4 de daño tengo
Una divertida sonrisa aflora en los labios de la pelirroja sacerdotisa.
- Soys muy divertido sr. Damaracus... y bien parecido, pero no, no era mi intención el deslizar mis manos por su pecho musculoso y bronceado jeje.- Tras limpiar un poco la sangre de la herida la joven asiente.- Sí, creo que me precipité no parece más que un rasguño... será cosa de la sangre que siempre es tan escandalosa. De todos modos lo limpiaré un poco.
La joven saca un pequeño botiquín de uno de los bolsillos de su cinturón y empieza a limpiar la herida, luego tras recitar una queda oración, trata la herida con una especie de desinfectante que escuece horrores.
- Venga no se queje tanto si he tratado a niños pequeños de heridas de consideración sin que se movieran tanto... pronto estaré...- Dice mientras da un par de puntos a la herida y la venda un poco.- Ale, listo, ya puede seguir tomando el sol mientras el barco abanza. Tan solo procura no hacer demasiada fuerza con el hombro izquierdo o le saltarán los puntos.
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: Sanar
Resultado: 15(+9)=24
Uso un Curar heridas menores a parte de sanar.
Mientras Iris "cura" el rasguño de Damarcus, Eberk termina de realizar su tarea. Corta los troncos en tres secciones para hacer más fácil moverlos. Tras esto, solo quedaban apartarlos de vuestro camino. Con la ayuda de las cuerdas, vuestra fuerza y algún que otro chiste de Damarcus, lográis cumplir vuestro objetivo. El Fortuna tiene ya vía libre para continuar el viaje.
Buen trabajo, chicos- os dice Bizco- ahora podremos seguir. Espero que no tengamos mas contratiempos.
Continuáis remontando el afluente. Durante la última legua la niebla ha ido aclarando, los árboles son más escasos y el sol ha salido. En otras circunstancias, incluso podría ser un viaje agradable. ¡Hasta Bizco esta de buen humor, algo muy raro!
Cuando tomáis una curva, dos torres cuadradas de piedra surgen ante vosotros a 100 yardas. Hay una a cada lado del curso de agua, y una verja de hierro se extiende entre los 60 pies que las separan.
No, si cada vez que pasa un problema, vamos a otro mayor- dice Bizco mientras ordena ir frenando el barco- habrá que abrir esa verja, y ya sabéis lo que significa, ¿no?- os mira, dando entender que es vuestro problema realizar tal labor.
- "Me lo puedo imaginar, visto lo visto hasta ahora" - aunque las palabras del paladín pueden denotar hastío, en su voz no hay ni pizca de queja. Al contrario, Sir Héctor observa con interés las dos torres que flanquean el cauce del río - "Está claro que tendremos que entrar en esas construcciones para abrir la cadena. No creo que haya otra manera" - mira al Capitán - "¿Me equivoco? ¿Quién creéis que ha podido levantar esas torres y para qué?"
Las torres se que estaban aqui hace bastante tiempo, pero no así la verja- contesta Bizco- esta siempre ha permanecido abierta. No se quien ha cerrado la verja, pero tendréis que entrar en cada una de las mismas para abrirlas. Siempre y cuando el mecanismo funcione.
Os acercaré a la orilla para que vayáis hacia allí.
Sir Héctor asiente y se ajusta los correajes de la armadura con aire profesional. Se echa el escudo al hombro y deja la mano descansando sobre la empuñadura de la vieja espada.
- "Debería ser sencillo. Yo estoy listo" - comenta sin ninguna arrogancia, simplemente informando de un hecho.
Bratza se ajusta su armadura, sus armas a su espalda y se coloca al lado de Sir hector. Mientras, observa los alrededores..
- Cuando quieras.
A pesar de que el primer dia el viaje con el navío se le puso un poco difícil parece que la joven sacerdotisa se ha acostumbrado al ritmo de la embarcación y su suave vayven.
Poco después de superar los troncos que habían entorpecido el avance una nueva situación detenía el avance. Ante la pregunta de quién puede haberlo hecho la menuda Iris responde.
- Creo que nuestra malhechora es quien puede haber dejado esa barrera detrás suyo. No me sorprendreía encontrar dificultades en estas torres. Actuemos con la máxima precaución.
Bajáis del barco y os dirigís a la primera de las torres. Algunos restos de madera y hierro son el único vestigio de que esta torre tuvo alguna vez una puerta. Cuando entráis, sois prácticamente abrumados por un terrible olor. Unas pocas pulgadas de apestoso guano resbaladizo cubren el suelo. Un extraño objeto esférico cuelga del centro del techo, y unas herrumbrosos escalones de hierro en la pared posterior llevan a la planta superior.
Bratza, tirada de rastrear!
- "Un escenario realmente épico, ¿verdad?" - comenta el caballero, arrugando la nariz a causa del intenso olor. Mira hacia arriba y señala la espera con la espada - "¿Alguien tiene idea de qué demonios es esa cosa? Parece que la subida será complicada, y no me gustaría que nada extraño nos sorprendiera mientras nos las vemos con esa herrumbrosa escalera".
Se rie ante la preocupacion de Héctor ¿Que pasa? ¿Te has ensuciado los calzoncillos por dentro? Avanza por la escalera. Nadie vive para siempre así que no tengas miedo.