Partida Rol por web

Hizo un gesto cómico con la cabeza, después de haber visto la reacción de Thane.

- Hasta en sueños tienes que decir la última palabra- le decía sonriendo- Bueno, pues…- se quedó a mitad al advertir que Caodín había entrado revoloteando- Eh! Mira a quien tenemos aquí.

Myliaela levantó el brazo para indicarle que se posara en él. Cosa que hizo. Y cuando iba a acariciarlo, Caodín le picó y se marchó.

- ¡Oye! ¿Qué modales son esos?- Caodín se posó esta vez en la ventana y volvió a picar. O le había dado un brote psicótico o quería que ella lo siguiese.- ¿Qué ocurre? ¿Quieres que vaya?

Esta vez si que se incorporó en la cama. Tras un breve respiro se quitó de encima las sábanas y puso por primera vez las piernas en el suelo. El contacto duro contrastaba mucho con la blanda cama. La idea de volver a taparse era muy tentadora, pero Caodín parecía inquieto.

Ya de pie, la elfo experimentó un breve mareo que se le pasó tras unos instantes. Vio su alrededor, para luego acercarse a la ventana.

- ¿Qué sucede, pequeñín?

Caodín picoteó tres veces con fuerza en el umbral de la ventana y siguió mirando al exterior.

Era decidido, como su acompañante habitual. Thalessin. E igual de caprichoso y enigmático.

Tras volverle a preguntar, el ave simplemente desplegó un breve vuelo hasta subirse a tu hombro y, tras rozarse cariñosamente contra tu mejilla, estiró el cuello en dirección al exterior de la ventana.

El mensaje, tras tantas veces repetido, no podía ser más claro. Quería que vieses algo.

Las ventanas de la enfermería, en el segundo piso, daban al patio interior.

El mismo estaba totalmente desierto. Sólo se veían árboles moverse y, sorprendentemente, alguna que otra arma destartalada por el suelo. Era inusual que ningún soldado dejase tirado armamento en el suelo sin más, sin recogerlo y llevarlo a la armería. Pero más extraño era aquella sensación desértica, sin un alma respirando en el edificio.

Lo único que se veía era una bandera negra plantada en mitad del patio, ondeando.

Sabías el significado de las banderas.

La negra era la peor de todas, y hasta ahora nunca se había plantado en Quel'Thalas.

Significaba estado de alerta máxima, ataque masivo inminente.

Problemas. La bandera negra que se dejaba mover por las pequeñas corrientes de aire preocuparon a la elfa recién despertada. Habían elegido un mal día para ser ensartados por un solo hombre. Myliaela sintió un escalofrío recorriendo por su espalda. Un pensamiento oculto empezaba a inquietarla. Temía que fuese eso.

- Buen chico- le dijo a Caodín mientras le volvía a acariciar cerca del cuello. Su cara estaba seria, preocupada- Algo grave está pasando y vamos a averiguarlo.

Se giró en dirección al baúl donde estaban sus cosas y una a una se fue equipando. Tras ajustarse su espadón a la espalda miró a Thalessin y se acercó a él. Le dio un beso en la frente y le susurró al oído "Vuelvo enseguida, tú no te muevas".

Después le habló a Caodín, que se encontraba en el hombro.

- Quédate aquí y cuida de Thane. Volveré en cuanto pueda.

Había regresado casi de entre los muertos y ahora volvía para no perderse la acción.

Caodín te miró mientras le hablabas, y pareció hacerte caso. No obstante, tras posarse en la almohada al lado de Thalessin, le metió el pico en la oreja y lo revolvió ligeramente.

El elfo terminó por pegar un bote y abrir los ojos, pasmado.

— ¿Pero qué demonios?— preguntó cogiéndose el corazón en un puño—. ¡Caodín!— se quejó mirando con reprobación al ave—. La madre que te...— entonces reparó en tu presencia y se incorporó en el camastro—. Eh... buenas tardes. Creo que te he pillado saliendo antes de que se despierte el bello durmiente.

Compuso una sonrisa buscándole el lado bueno a la situación.

Claro, que él no sabía nada de la bandera negra.

- Oh, así que de esa manera os despertáis, bello durmiente- dijo en un tono divertido, después le hizo un gesto aprobatorio a Caodín- La próxima vez seré menos dulce y os pegaré un cabezazo.

El tono divertido con el que Thalessin saludó a Myliaela fue respondido de la misma manera. No obstante, después de ese momento cómico, su rostro volvió a dejar muestra de preocupación.

- No es ahora momentos de broma. Hay bandera negra- la seriedad de sus palabras esperaba hacer mella en Thane- Levántate y averigüemos qué está pasando. Por un momento creí que mi padre te había tan fuerte que no ibas a despertar, pero mejor así. En marcha.

Thalessin se divirtió con tu broma, pero su sonrisa se borró al escuchar la bandera negra.

— ¿No es otra prueba, verdad?— preguntó el elfo—. No— asveró—, nadie jugaría con algo así.

No había simulacros de banderas negras. Simplemente, no los había. Y por muchas raazones.

Se vistió en un revuelo y en breves tenía puesta su armadura, las armas y cargaba con su equipo.

— Vámonos— alargó la mano, y Caodín se posó sobre su brazo para treparle hasta el hombro.

Salisteis del edificio. El cuartel parecía desierto, con todos los efectivos disponibles operando en la ciudad. No se escuchaba un alma, ni se veía la menor señal de peligro, ni de nada, salvo de paz e inquietante silencio. Al llegar a sus puertas, visteis que las mismas estaban selladas desde el interior, cerradas a cal y canto y con los refuerzos de seguridad puestos. En ausencia de todo el mundo, habían aislado el edificio para que nadie entrase sin facilidades. Había otras formas de entrar, claro. Volando, con escaleras, o trepando. Pero habían criaturas incapaces de las tres cosas...

Fuisteis por una escalera lateral y, finalmente, conseguisteis salir del edificio por una salida. Recalcar salida, que no entrada. Había que saltar varias veces y, finalmente, lanzarse sobre una pequeña red que amortiguaba un mayor impacto. Ya en la calle, lo que visteis fue a civiles corriendo de un lado a otro, fluyendo como un río que manaba de una dirección concreta. El peligro. Y se adentraban cada vez más en la ciudad. Por tanto, en sus salidas...

— Debo reunirme con Zak— dijo el elfo a tu lado—. Al fin y al cabo, soy su hombre— puso una mano en tu hombro para decir—, y mi trabajo me requiere en el frente. Tú haz lo que debas, Myliaela. Sé que eres una mujer querida— concluyó sonriendo de medio lado. Por él, claro, pero no lo decía claramente.

También por otros, u otras, y no en ese sentido. Al fin y al cabo, conocías a más gente. El resto de tu familia, tu pequeña amiga. Thalessin te estaba pidiendo que escogieses tu propio camino, fuese con quien fuese. No podías ir a encontrarte con todo el mundo, claro. No podías estar en todos los sitios a la vez. Y una bandera negra era una bandera negra.

-Sabes que yo también soy guerrera y si nos están atacando, debo ayudar a mi gente- dijo en protesta. Pero por otro lado, en sus palabras había una verdad oculta. Su hermana pequeña, Lymsleia, era todavía muy joven y apenas sabía defenderse. Por un momento, Myl  estaba entre la espada y la pared. Al final la cordura imperó.- Ahh, tienes razón. Mi lugar no está en el frente ahora mismo. Debo asegurarme de que mi hermana esté bien.- Después con una velocidad sorprendente, puso su dedo índice en el pecho de Thane.- Como te maten, juro por todos los dioses, que te perseguiré hasta esclavizarte y te haré cosas que no imaginarías.

Parecía una amenaza, pero en el fondo Myl le estaba deseando suerte y le imploraba para que regresase a salvo.

- No perdamos más tiempo. En marcha.

Thalessin te siguió mientras el camino de ambos fuese por la misma senda. Y Caodín a su hombro. Por el momento sólo habíais visto a gente huyendo despavorida, demasiado poco para pararse y contestar a ninguna de vuestras preguntas. Estaba claro que, fuese cual fuese el enemigo, era aterrador. ¿Orcos? ¿Trolls arrancacabezas? Se te ocurrían pocos enemigos más esperpénticos que esos dos, cuando su furia era álgida y su actitud de barbarie desatada. No obstante, dudabas mucho que fuesen los orcos. Estaban demasiado lejos de aquellas tierras, y su líder era bastante diplomático.

Finalmente llegasteis a un pasillo alargado y estrecho. Al otro lado se abrían más callejuelas que Thalessin seguiría para llegar al origen del horror y unirse a las fuerzas militares que batallaban. Casi al final del mismo había una escalera de mano, auxiliar, que te permitía subir al nivel superior de la ciudad — Quel'Thalas podía tener varias alturas, unas cimentadas sobre las otras o mediante magia —, y desde ahí avanzar hacia tu hermana.

¿El único problema? Parte del nivel superior de la ciudad — nada que te impidiese avanzar por el mismo hacia tu hermana — había colapsado, bloqueando parte del camino. Seguía siendo transitable, pero no se veía buena parte de lo que había al otro lado.  Aún así, distinguías una alargada figura de metal con clavos, como un mueble, y varios no-muertos erráticos en su sitio o, los más cercanos, avanzando lentamente hacia vuestro extremo del pasillo.

Como siempre, la visión de los cadáveres ambulantes era nauseabunda.

La pareja élfica estuvo, después de salir ya equipados de donde habían estado durmiendo, corriendo durante un buen rato, sin encontrar a nadie dispuesto a parar y responder a unas preguntas. Todos, cíviles en su totalidad, huían de un enemigo imparable que avanzaba sin contemplación.

No tardaron mucho en encontrarse a los primeros cadáveres, caminantes, zombis o lo que fuesen.

- ¿No muertos?- se preguntó a si misma, sorprendida. No podía ser.- ¿Te ves capacitado de golpear a unos cuantos craneos?

Cogió su espada a una mano, tal y como había hecho por la mañana, cuando creía que iba a enfrentarse a Thane y sin parpadear cargó contra el primer no muerto que le salía al paso. Su mano izquierda, mientras la otra cogía el arma, realizaba unos signos que terminaron al coger el pomo. Entonces, la espada se cargó de una luz blanca y brillante.

- Más os vale que os largéis de aquí u os enviaré yo misma al infierno del que vinistéis!

Luego, atacó.

Muevo a S3 y atacó a R4. Daño total: 14.

Bajo el filo de tu arma y el poder sagrado, el no-muerto gritó despavorido y cayó al suelo envuelto en luz blanca. Dejó de moverse y proferir ningún tipo de sonido, mientras la luz que manaba de su herida desaparecía.

— Nací capacitado— dijo la voz de tu elfo a tus espaldas.

Tras ello escuchaste a Thalessin tensar su arco y disparar una flecha. Impactó sobre el rostro del siguiente cadáver, pero el mismo siguió andando. Thalessin, aun sin suerte, tenía una tremenda precisión con el arco — mucho mejor que con su espada en el combate contra Zak —, pero no demasiado daño. Era un gran refuerzo en segunda línea.

— Guarda tu magia para el futuro, Myliaela— te sugirió o pidió con voz grave—, probablemente la necesites con rivales de verdad— carraspeó—. Estos no siquiera comprenden tus amenazas.

Aún así, Thalessin se escuchaba visiblemente conmocionado. Para él aquellos no-muertos también eran una incógnita.

Thalessin hace 2 PGs de daño a Q3. Cada cadáver ambulante tiene CA 10 y 10 PGs.

El cadáver con una flecha de Thalessin clavada avanzó hacia ti lentamente. Por suerte para él, era poca distancia. Levantó una de sus manos, como zarpas, y te provocó un sucio arañazo en una mano. Una herida superficial pero desagradable. Intentó abalanzarse sobre ti, pero lo mantuviste a distancia con un puntapié.

Otro cadáver avanzó lentamente, también, hacia vosotros.

Pierdes 1 PG.

— Ridículo— dijo el elfo, tras de ti, criticando el ataque del cadáver.

Cargó su arco, tensó, y disparó una flecha que se hendió nuevamente en el pecho del cadáver.

Una herida tan superficial como la que él que te provocó a ti.

— ¿Lo ves? Soy adivino— bromeó sin ganas, criticando su propia hazaña marcial.

Milyaela está en S3. Los Cadáveres de P2 y Q3 están en Q2 y R3 respectivamente.

El Cadáver de R3 ha sufrido 3/10 puntos de Daño.

Myliaela tampoco tuvo tanta suerte con el segundo cadáver. Ante los dos ataques de Thane que no consiguieron matarlo, la elfa atacó con las mismas fuerzas, pero el no muerto consiguió esquivar el ataque sin apenas dificultad.

- En el fondo te lo estoy dejando para que acabes con él- dijo, siguiendo el mismo tono bromista, después de haber fallado un ataque que, a priori, era fácil.

Esperaba no lamentarse después de esos pequeños fallos.

El primer cadáver, tras esquivar tu ataque, intentó devolvértelo. Su golpe también cortó el aire. No obstante, el segundo siguió avanzando por el flanco. Tras alcanzar a su compañero, lanzó un zarpazo a tu brazo derecho, sobre la herida de su compañero en tu mano, y te hizo otra herida — aunque menos — superficial, pero igualmente fea.

Su voz resonaba como un eco, balbuceante y sin sentido. Era el sonido de una cabeza sin nadie al mando.

Y volvieron a atacar. El primero volvió a errar, pero el segundo, tras su primer golpe en el brazo, consiguió aferrarte el mismo y lanzar una dentellada sobre tu mejilla. Escuchaste a Thalessin perder el aliento de la impresión detrás tuya, y sentiste tu carne siendo arrancada. Escocía como un demonio, y la sensación, combinada con el olor del cadáver y su cercanía, te daban nauseas. Pero permaneciste indemne ante esa adversidad.

El cadáver de Q2 avanza a R2. Sufres ocho puntos de daño (10 en total).

Esos malditos malnacidos se habían atrevido a invadir su ciudad y ahora se atrevían a morderle hasta la cara. Myliaela empezó a sentir rabia en su interior. Esto no iba a quedar así. No sabían a quién habían osado atacar.

- ¿Queréis guerra?, está bien.- Myl apretó con fuerza, decidió hacer acopio de todas sus fuerzas. Pero volvió a fallar. El dolor y su obcecación la hicieron volver a errar. Ante tal situación se le ocurrió un plan genial- Thane, deja de mirar como un pasmarote y haz algo! Se me acumula la faena!

— Yo... yo...— la voz de Thane tembló a tus espaldas, visiblemente conmocionado de ver la sangre manar de tu rostro, con una parte de tu piel arrancada—. Lo intento.

Sabías que atacar a distancia contra los no-muertos no era del todo fácil. Corría el riesgo de darte. Y tú le tapabas ángulo de tiro. Por suerte, te conocía demasiado bien como para que eso le fuese un impedimento, y si bien sus flechas no mataban a los muertos demasiado rápido, siempre daban en el blanco.

Cargó una flecha, tensó, y pasó por el lado de tu cabeza, clavándose en la del no-muerto. Concretamente, en uno de sus ojos. Pero el mismo ni siquiera pareció inmutarse, pese a estar tuerto. Además, un compañero suyo se acercaba, lenta pero inexorablemente, a la espera de alcanzar a los otros dos y poder, como ellos, intentar probar tu carne.

— Odio esto— confesó el hombre—. Ni con Trolls podría ser peor.

Thalessin no solía ser así. Era optimista. Visiblemente, tu estado le afectaba.

  +1 de Romance con Thalessin Skyfall.

Tu actual Relación de Romance con Thalessin te da un beneficio único. Cuando Thalessin dispara con su Arco Largo a un combate cuerpo a cuerpo en el que formas parte, no sufre por tu presencia un penalizador de -4 a sus ataques.

El Cadáver de R3 ha sufrido 5/10 puntos de Daño.

El Cadáver de M5 ha llegado a P4.