Partida Rol por web

Un aullido interrumpe la conversación del explorador y la völva. El aullido no queda lejos. Suena demasiado cerca. Los aventureros se detienen y se tensan. Parece que habían llegado a la zona de caza. Esperaban ser los cazadores y no los cazados.

¿Lobos que cazan hombres? Por Ymir que esto es mejor de lo que pensaba. Llegará el momento en que Heimdall toque el gran cuerno y el fin de todo se extienda sobre Midgahr seguido del nuevo principio. Allí estaré yo, joder.

Ingvarr aseguró el hacha y el cuchillo para tenerlos a mano, deshizo el nudo de la tapa de la aljaba y extrajo cuatro flechas. Con las otras tres en la mano, preparó una de ellas sin tensar la cuerda. Sus ojos se movían hacia la espesura, siguiendo el aullido por donde sus sentidos le decían que debía haberse originado.

-Los lobos son acechadores y estos no serán menos. Atacan en manada y saben cómo desorientar y emboscar a la presa. Nada de huir, nada de salir corriendo. Si tienen los cojones de atacar, nosotros debemos resistir en grupo. Busquemos una posición alta, aquí el terreno les beneficia.

Ingvar miró a la völva e hizo una señal a Jormün para que se acercara a ella.

-Nosotros en los extremos. Naúl, tú vas delante, yo me quedo atrás. Movámonos. Ellos no van a esperar.

 Lanza en mano, Naúl ya estaba en movimiento cuando Ingvarr daba instrucciones.

 Necesitaban un lugar despejado, donde poder moverse y apoyarse, y dejar a la vista los lobos para acosarles des de lejos. 

 Por el momento solo era el aullido de un lobo, tal vez fuera un solitario, pero no tenía mucho sentido que un solo lobo buscara dar caza a un grupo de hombres armados y la bestia de tiro. Habrían más.

En cuanto escucho el aullido y veo la cara de mis compañeros mira hacia todos los lados varias veces y tomo mi gran hacha por si veo algún cánido con hambre de carne humana o equina. Intento aguantar las riendas del animal y finalmente digo:

- Qué alguien aguante las riendas y el animal, dejadme hacer mi trabajo y protegeros, ha llegado el momento de cambiar el orden de formación y de que otro, u otra, se ocupen del animal de carga, ahora necesitáis mis habilidades en la lucha por si se acercan. Es mejor que yo vaya junto a Naúl, aunque seguramente atacarán por detrás o por los costados, así funciona la lucha en manada.

-¡Daana, la bestia! Encárgate de ella. Hay que moverse, Jormün, no te separes del grupo. Todos juntos.

El grupo rápidamente responde a la situación. El explorador se mueve con celeridad buscando un punto elevado para tener una visión mejor y señala un punto despejado de árboles. Rápido ahí evitaremos una emboscada.  Dada las circunstancias el punto elegido es el mejor que pueden obtener, no evita un ataque a la retaguardia pero al menos hay una buena visión, lo suficiente como para que no sean sorprendidos. La zona no está alejada pero deben avanzar unos quince metros si no quieren verse metido en una posición desfavorable. 

Por otra parte el hirdman se tensa y pide a grandes gritos que alguien sujete la bestia de carga, que empieza a encabritarse. El cazador y peletero prepara su arco mientras que la völva permanece unos instantes sin moverse. La situación se tensa. Los aullidos van sucediendo, parecen que responden al aullido inicial, se están comunicando para una caza o eso parecía, no tardarían en acecharlos si es que no lo habían hecho ya.

-Oh, entonces el sur...-la frase murió en sus labios, interrumpida por un aullido. Ese mismo aullido fue el desencadenante. Daana por un instante se sintió desorientada y, cuando quiso darse cuenta estaba agarrado las riendas de la bestia que hasta el momento acompañaba al hirdman, siguiendo las indicaciones de aquellos hombres que no solo estaban más curtidos que ella si no que parecían ser capaces de eliminar cualquier amenaza incluso antes de que ésta se produjera.

Al moverse el hacha palmeó su muslo como un recordatorio funesto y, a su alrededor, los aullidos se alzaban pareciendo llegar de todas partes pero de ninguna a la vez.

-...-Tiró de las riendas llevando al animal que pifiaba nervioso por los aullidos, queriendo llevarle a la zona despejada indicada por Naúl

Jormün intentaba permanecer atento a su entorno par a no ser sorprendido, pero él era un guerrero de frente, y le gustaba el combate singular o contra más de un opnente, pero a la vista y no ocultos como parecía que iban a atacarles aquellas bestias caninas. Balanceó su hacha para estar preparado por si aparecía una de aquellas bestias con malas intenciones darle su merecido y proteger a sus compañeros de periplo.
 

La situación se tensaba.  El grupo se repliega hacia la zona donde señalaba el explorador. Entonces aparece los primeros lobos en el momento en que la mujer llegaba con la bestia que se detiene de golpe tras advertir la presencia de un ejemplar mediano que trataba de flanquearla. Eran unos ejemplares enormes con ojos rojos y feroces dientes que asomaban a través de sus hocicos a modo de señal de advertencia. Por otra parte el hirdman se demora tratando de protegerlo mientras avanzaban a paso ligero hacia el lugar señalado.

 Naúl avanzó a grandes pasos por el terreno escabroso, con el arco y una flecha en la zurda, mientras se aupaba con la diestra para terminar de subir por el terreno antes que el resto para hacerse una idea de por donde eran atacados y centrar sus esfuerzos con el arco.

 - ¡Vamos rápido!

 Entonces vio a Danna, quien tiraba de la bestia, con un lobo a punto de saltarle encima...

No es que fueran grandes, no... eran enormes. Enormes con bocas llenas de dientes y ojos como brasas encendidas. El caballo a todas luces temía a las bestias y el temor también era extensible a la völva que, con una mano enroscada en las riendas se llevaba la mano hacia el hacha que colgaba en su cadera ante el peligro de verse rodeada por los animales y que el caballo hubiera decidido clavar los cascos en el suelo.

El hirdman seguía otenado su entorno y escuichaba lo que sus compañeros iban diciendo y haciendo, al menos los menos silenciosos como esa mujer. Esperaba estar atento y asestar el primer golpe sobre una de esas bestias y darle muerte pues cuánto más durase el encuentro más peligroso sería para todos, y esperaba que los lobos al ver su defensa huyesen tras un par de bajas en su manada.

Cinco grandes ejemplares de lobo. Una de ellos  ataca por el flanco derecho de Daana que trata de aguantar las riendas del caballo de carga que comienza a encabritarse. Otro ataca por la vanguardia tratando de sorprender al cazador que no se percata de su presencia. Naul es el quien goza de mejor posición, desde su puesto elevado observa como otros dos están abriéndose colocándose a ambos flancos del hirdman. El quinto permanece un poco atrás como si evaluara la situación.

Viéndose flanqueado por dos de aquellos enormes lobos Jörmund empuña con fuerza su enorme hacha a dos manos e intenta dañar a ambos lobos con un barrido , para poder salir en ayuda de la mujer e Ingvar que estaba siendo acosados por los lobos, esperaba que Naúl como diestro cazador pudiera dar cuenta de alguno de aquellos dos y acabar esto cuanto antes a favor de los hombres, haciendo huir a las bestias que asediaban el pueblo y se aparecían en las pesadillas del Jarl.