Partida Rol por web

Las Hojas Caen en Otoño

Escena II - La Fortaleza Perdida

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19/05/2013, 20:21
Elaine Ríos

Elaine cerró los ojos con tristeza al escuchar la voz de Darren detrás de ellos. Habían llegado muy rápido; el patio había caído demasiado pronto. Ahora que todos estaban en la fortaleza y los gigantes avanzaban por lo que parecía ser la única salida, aquella habitación nauseabunda se había convertido en la última estancia de una ratonera.

Escuchó en silencio la voz de Alyssa, reclamándolos desde su trono de cadáveres. Vio las marcas de los hilos en su vientre, y vio como toda ella se convulsionaba en cada temblor de la fortaleza, como si hubiera un vínculo entre ellas.

Oh no...

Las palabras volvieron a retumbar en su mente. "Cuando caiga la Dama, tú también caerás. Y serán necesarios dos sacrificios más..." Si la Dama caía, la fortaleza caería con ella, sepultándolos a todos, sin importar cuántos se sacrificaran. Y si la única salida por la que podrían huir estaba infestada de las armaduras vacías de espíritu, si Martin, Leroi y Darren a penas habían podido mantenerlos fuera unos minutos, no les quedaba más que elegir de qué modo querían morir.

La sacerdotisa evitó mirar a sus compañeros a los ojos. No quería ver su mirada de angustia, y no quería mostrarles la suya, ausente de respuestas. O quizá lo que no quería era darles las respuestas que tenía. No quería tener que decirles a los niños que iban a morir por algo que hicieron sus antepasados, por un espectro sediento de venganza. No quería tener que decirles a los demás que el premio por su fidelidad a la casa Llyfren, a su asqueroso primo Brennan, era morir como ovejas en un redil a manos de criaturas creadas por el ansia de poder de un anciano.

Suspiró, y aspiró una bocanada de la más absoluta putrefacción. Sin embargo no sintió náuseas. Sin duda R'hllor no había querido hacerle sufrir en esta hora oscura. Porque si algo era aquel maldito agujero, era oscuro; los cadáveres, a la luz de las improvisadas antorchas, parecían moverse y gesticular grotescamente.

¿Parecían?

- Oh, no - pensó de nuevo, esta vez en voz alta.

Los pasos de su prima Livia detrás de sí la sacudieron de sus pensamientos. Se estaba acercando a la Dama, se estaba acercando a la pila de cadáveres, y los cadáveres...

... Elaine sostuvo a Livia manteniéndola detrás de sí. Luego, cruzó su brazo en el camino de Thomas, para impedir que nadie más se acercara a la pila, y dio un par de pasos hacia atrás.

- No os acerquéis - dijo, a modo de explicación - Los cadáveres se están moviendo.

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19/05/2013, 21:14
Finn

El hedor se hizo insoportable en la funesta sala. El aprendiz de herrero no pudo soportar el pestilente olor que emanaba de los cadáveres apilados como troncos en el corazón de Piedranegra. Finn cayó de rodillas dando arcadas mientras su cerebro le martilleaba con la idea de que no saldría con vida de aquel lugar.

- Tiradas (1)

Motivo: constitución

Dificultad: 8

Tirada (2): 4, 3

Guardados (1): 4

Total: 4, Fallo insignificante

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19/05/2013, 22:15
Duncan Ramm

 

Descendieron por los pasillos derruidos de la fortaleza, en una oscuridad traicionera que les hacía tropezar y ver sombras terroríficas por doquier. Al ser quien cerraba la marcha, Duncan fue el primero en sentir los gritos y las carreras tras ellos. Los monstruos habían forzado la brecha con suma facilidad, empujando a todos tras sus pasos. Un trago de bilis ascendió a su boca. El camino que llevaban no ofrecía alternativas, con lo que estaban igual de atrapados que antes. Aun peor –recapacitó-. Porque en el patio podías escalar un muro y tratar de huir al bosque. Rápidamente, guiados por el resplandor de las antorchas, los compañeros les alcanzaron. El terror brillaba en sus ojos.

En las profundidades de la ruina ganaron una gran sala iluminada con antorchas. El hedor de una montaña de cuerpos pútridos inmediatamente contrajo su garganta entre nauseas y toses. Pero el verdadero horror estaba por revelarse. Una cadavérica mujer, momificada por los años, reclamó a sus descendientes, tanto Llyfren como Blackford. Las ajadas sedas que cubrían su repulsivo cuerpo dejaron entrever el hilo negro de los resucitados.

Los caballeros Llyfren urgieron a todos para cerrar desesperadamente el acceso –aparentemente el único- con los cadáveres que allí había. Pero si una barrera de fuego no había detenido a su enemigo, mucho menos lo haría una de carne podrida. Además, la bastarda de los Llyfren ¿Elaine? les anunció que los cuerpos se movían.

Duncan había visto muchas cosas en su largo viaje. Héroes que morían nada más desenvainar y salvajes que se debatían sin esperanza. Él mismo se había arrastrado durante leguas y leguas, de sur a norte y de norte a sur, para llegar allí. El destino no garantizaba nada. Pero la rabia tal vez sí.

Se hallaban atrapados junto a una masa de carne muerta que les amenazaba y un fantasma revivido que exigía la muerte de sus hijos. Sólo contaban, quizá, con la elección de su propia muerte, y Duncan eligió vestirla de venganza.

Se adelantó hacia el espectro e hizo una bonita reverencia que no hacía desde muy joven. Era el afectado saludo de un petimetre, impropio de un guerrero como él.

-Mi gran señora –interpeló a la Dama con todo respeto y cortesía, sin mirarla a los ojos-, vuestros hijos han venido a vos. Por mi parte únicamente busco a un hombre que conoceréis. ¿Tendríais la generosidad de indicarme dónde está el llamado Qyburn?

- Tiradas (1)

Motivo: Constitución

Dificultad: 8

Tirada (4): 4, 1, 3, 5

Guardados (4): 5, 4, 3, 1

Total: 13, Éxito considerable

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19/05/2013, 22:33
Director

Notas de juego

Vega, la tirada la has hecho mal (aunque has fallado igualmente). En guardados, siempre has de poner el número de dados del rango. En este caso, dos también.

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19/05/2013, 22:24
Elaine Ríos

- ¿Anna? - gritó

Elaine retrocedió un poco más, siempre tratando de mantener a Livia tras de sí. Era su prima al fin y al cabo, y, por insoportable que fuese, no soportaría que le ocurriera nada. Alyssa no entendía eso; la guerra entre hermanos había terminado y su venganza carecía de sentido alguno. La sacerdotisa había perdido por completo cualquier esperanza de salir con vida de Piedranegra, pero, por el amor del Dios Rojo, deseaba que sus compañeros, Llyfren o Blackford, regresaran ilesos a sus hogares.

La arquera estaba pálida del hedor que desprendían los cuerpos, pero se mantenía firme. Elaine deseó que su pulso se mantuviera tan firme como aparentaba.

- Anna, ¿crees que una de tus flechas podría romper los hilos que sujetan su vientre?

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19/05/2013, 22:34
Elaine Ríos

- Usa esto

Elaine tendió a la arquera un pequeño saquito rojo, con símbolos valirios en la tela.

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20/05/2013, 15:18
Emir "Almahueca"

Atrapados como ratas. En una gran ratonera donde ni siquiera podíamos sentirnos seguros.

Tiendo al muchacho de los Llyfren unas flechas. Son de pluma de cuervo -le guiño un ojo -rápidas llevando la muerte a su objetivo. Si no... que le preguntasen a la sacerdotisa de R´hllor.

 

 

Notas de juego

Post cortito. Mañana podré postear más y mejor

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20/05/2013, 22:25
Adran "el herrero"

El olor a los cadáveres poco distaba de aquellas mañanas, o tardes en las que se despertaba rebozado de la pestilente mezcla del alcohol junto con el vómito expulsado en algún momento del sueño. Las paredes y el suelo retumbaban bajo las atronadoras pisadas de los gigantes que venían siguiéndoles los pasos, órdenes se gritaban de un lado a otro. Demasiadas decisiones, él no estaba hecho para pensar, ni para tomar decisiones, ni siquiera para entender la situación. Botarate le llamaba su maestro mientras se afanaba por explicarle los misterios de la forja y el temple.

-¡Apartad!- Bramó mientras enarbolaba su gran mazo con la intención de golpear las jambas de la puerta por la que entraron, tal vez encerrarse con aquella cosa no era la mejor de las ideas, pero al menos retrasaría a las gargantuescas criaturas. -Sí golpear, eso es lo mío.

- Tiradas (1)

Motivo: Constitución

Dificultad: 8

Tirada (8): 2, 4, 5, 5, 2, 1, 2, 5

Guardados (5): 5, 5, 5, 4, 2

Total: 21, Éxito increible

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21/05/2013, 23:19
Anna Valerious
Sólo para el director

- Tiradas (1)

Motivo: Punteria Arco

Dificultad: 0

Modificador: +1

Tirada (7): 3, 4, 6, 6, 2, 1, 1

Guardados (4): 6, 6, 4, 3

Total: 19+1 =20, Éxito asombroso

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21/05/2013, 23:25
Anna Valerious

Forzados a entrar en Piedranegra por la interminable aparición de gigantes en el patio, Anna encabezaba  el grupo, que avanzó por los pasillos, algunos bloqueados en parte, otros totalmente, parecían formar un improvisado laberinto, que desembocaba en una bajada en círculos hasta llegar a una cueva en lo más profundo de Piedrangra.

Anna rápidamente sintió el terrible hedor proveniente de lo que sus ojos contemplaban: una montaña enorme de cadáveres que ascendía desde la entrada hasta terminar en un trono, ocupado por lo que parecía el cadáver viviente de una mujer.
Aunque había sentido ese olor en el bosque, cuando encontraba cadáveres de animales pudriéndose, aquel olor era mucho mas intenso, no en vano, la cantidad de cadáveres era ingente. Palideció momentáneamente y varias arcadas le subieron a la boca, pues tras el rápido descenso su respiración estaba acelerada y la inhalación del aire putrefacto era mayor. Pero poco a poco fue recuperando su respiración normal y el olor dejo de ser tan insoportable. Mientras tanto pudo ver que el grupo que había entrado anteriormente también se encontraban en aquella cueva.

El cadáver viviente de aquella mujer, parecía ser el que se había oído hablar desde el patio, pues al volver a hablar, insistió una vez mas en que sus hijos, fuesen ante ella.

Entonces la voz de Elaine llamó la atención de la montaraz. Mientras impedía a Thomas acercarse a los cadáveres dijo:- No os acerquéis. Los cadáveres se están moviendo.
¿Más cadáveres reviviendo? Si se alzan muchos no podremos con todos y los gigantes pronto llegaran. Tenemos que hacer algo, ¿pero que? –se cuestionaba Anna.

En ese instante Elaine se dirigió  a Anna y le dijo: - Anna, ¿crees que una de tus flechas podría romper los hilos que sujetan su vientre? – y luego sin que el resto del grupo escuchase, le dijo algo y le entrego un pequeño saquito, sin que nadie se percatase. Anna se lo colocó con disimulo debajo de su cinturón, pero antes introdujo un par de dedos y se los untó con el contenido. Acto seguido sacó una flecha y antes de ponerla en su arco tocó la punta con esos dos dedos, como si estuviese comprobando que la punta estaba bien afilada, aunque en realidad impregnaba la punta con lo que había en aquel saquito.

Tensó su arco y apuntó al vientre de la mujer en el trono, aguantó la respiración para que su pulso se estabilizase y soltó flecha y aire a la vez.

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25/05/2013, 12:21
Edweir Lyon

Se las había apañado para permanecer cerca de Livia, aunque esta vez estaba tras ella temblando como una hoja al viento. Tampoco prestaba atención a lo que los demás hablaban a su alrededor, la figura que se alzaba ante ellos como una macabra 'reina de la muerte' atraía inexplicablemente su mirada y era incapaz de prestar atención a otra cosa.

Hasta que se dio cuenta de que alguien le estaba hablando a él, el arquero que les había ayudado a aguantar vivos hasta llegar a la fortaleza en ruinas. No escuchó lo que le había dicho, pero cogió las flechas que le tendía y vio como le guiñaba el ojo, el mensaje no podía ser más claro.

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26/05/2013, 12:48
Livia Llyfren

Livia casi reaccionaba con brusquedad con Elaine cuando la sostuvo, pero le pareció prudente guardar las formas ante la Dama.  – Trato de ver una salida,  por donde ventila el hedor.- dijo en voz baja para el grupo.
Finn no aguantaba más la peste y cayó de rodillas. La joven se apresuró a acercarse al niño y le tapó la nariz con la bolsita aromática. Acarició sus rojas mejillas dedicándole una media sonrisa. – ¿Que hacías tan lejos de tu casa, pequeño? – preguntó al fijarse que era realmente un chiquillo.

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26/05/2013, 13:02
Barkas

Notas de juego

¿Hay alguna puerta para salir de la habitacion a parte de la que usamos para entrar? Yo paso de esta señora, voy a por Qyburn

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26/05/2013, 13:12
Director

La pregunta de Duncan resonó en la estancia, con el nombre de Qyburn repitiéndose entre roca y carne.

Tenía asuntos que atender —contestó la Dama; algo parecido a una sonrisa se torció en su cadavérico rostro. Con desgana, uno de sus brazos señaló tras ella—. Por aquella salida, querido —así pues, una montaña de cadáveres se interponía entre Duncan y su objetivo… unos cadáveres que, según Elaine, se movían. Los ojos de los presentes no tardaron en darse cuenta cómo aquí y allá, un brazo, una pierna, una pelvis se movía levemente.

Querida Alyssa –dijo entonces Livia—. Estamos aquí para unirnos, como antaño, madre.

Lo sé, hija mía. Por eso estamos todos aquí.

El repentino golpe de un martillo tronó en la cueva. Varios habían querido obstruir la estancia, pero el herrero de los Blackford sabía bien cómo hacerlo: del único modo que sabía. Sorprendidos, varios retrocedieron unos pasos, mientras veían al fornido hombre golpear las jambas de la puerta. Cada vez más cerca, se oyó cómo los gigantes llevaban. Adran golpeó una, dos, tres veces, con cada vez más fuerte..

…y la puerta se vino abajo. Con un salto atrás, Adran observó cómo la salida era taponada con grandes rocas. La cueva tembló brevemente, pero no fue más que una amenaza vana: no hubo más derrumbe.

Y fue en ese momento cuando la flecha de Anna cruzó el aire, impactándose en uno de los pechos caídos de Alyssa. De inmediato, un fuego estalló en su carne flácida, y los hilos del vientre estallaron, rotos. Entre llamas, restos de pequeños infantes cayeron delante del altar, como una burla del parto. Alyssa, a pesar del fuego, se alzó con parsimonia de su trono de hueso.

¡Fuego! ¡Fuego en Piedradorada, de nuevo! —aulló. Sus pies esqueléticos pisaron la montaña de cuerpos, avanzando lentamente hacia el grupo. Alzó sus dedos como garras hacia sus “hijos”—. ¡Otra vez, mis pequeños arden! ¡Otra vez está ocurriendo! —su cuerpo ardía, con varios órganos deshechos cayendo a través de su vientre abierto con cada paso—. ¡Venid con vuestra madre, para que todos nos reunamos con vuestro padre!

Entonces, con si manejara unos hilos invisibles, Alyssa levantó los brazos y los cadáveres empezaron a alzarse, lentos, torpes. Aquello era diferente de la oscuridad de los gigantes y los perros. No eran engendros creados por nadie: eran muertos llamados a la guerra por aquel ser deseoso de venganza. No todos lo hicieron pero, mientras más movía Alyssa sus dedos, más y más se alzaban contra los aventureros...

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26/05/2013, 13:14
Director

Notas de juego

Para aclarar, si subis entre los cadáveres, más allá parece haber una salida, subiendo y bajando por la montaña de cuerpos. Tiradas de Agilidad (equilibrio) para moveros por encima de ella.

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26/05/2013, 13:18
Barkas
Sólo para el director

Notas de juego

Es una sala diáfana o hay columnas o algo que pueda usar para intentar pasar inadvertido?

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26/05/2013, 14:17
Director

Notas de juego

Diáfana, no hay sitio dónde esconderse. ESo sí, la mayoría de cadáveres siguen muertos, así que puedes más o menos escapar trepando la "montaña".

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26/05/2013, 16:29
Barkas

Barkas aistio a las palabras del fantasma y la conversacion siguiente con ansiedad. Estaban retrasandose aun mas. Cuando vio el flechazo y como se avecinaba otro absurdo combate, decidio tomar la iniciativa y emepzar a escalar la montaña de cadáveres aprovechando que nadie parecía fijarse en él. Que los demás lucharan contra las marionetas, el acabaria con el marionetista.

Antes de hacerlo, eso si, hizo una señal a Duncan, por si decidía unirsele.

- Tiradas (1)

Motivo: agilidad

Dificultad: 0

Tirada (3): 4, 3, 1

Guardados (3): 4, 3, 1

Total: 8, Éxito considerable

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27/05/2013, 00:23
Leroi Llyfren

Resistimos lo que pudimos pero Leroi sabia que la posición estaba perdida, solo ganaron algo de tiempo para poder ir entrando hacia la fortaleza, la cual todos recorrieron con especial cautela y teniendo cuidado de todos los escombros y diferentes caminos.

Una vez sorteados los mismos llegamos a la profundidad de una cámara que estaba llena del olor de la muerte, cuerpos de ancestros de ambos linajes que se acumulaban allí, de diferentes épocas yacían amontonados en distintos estados de descomposición.

Al ver el trono que se alzaba Leroi no pudo evitar ponerse en guardia frente a la mujer que allí yacía, a pesar de llamarlos y hablarle con cariño maternal...pero no podía ser ella, no debía, ella había muerto hacia muchos años y por eso Piedra Dorada había pasado a ser Piedra Negra y el lugar estaba igual o mas maldito que Harrenhal.

A esta altura diría que mas maldito.

Elaine vio lo mismo que el y seguramente todos veían, las costuras en su vientre, como si le hubiesen arrebatado a bebes no natos y los hubiesen condenado a morir por el pecado de su madre y fue Anna la que se encargo de romper las mismas con flechas, haciendo que sus fetos cayeran al suelo y vuelva a haber fuego en el lugar.

El herrero derrumbo el posible acceso, ahora solo quedaban los cadáveres que comenzaban a moverse.

-"Debemos movernos y salir de aquí, no se separen mucho y abrámonos paso, Anna! Dispara a las manos de ese espectro, no dejes que las siga moviendo!"- tras dar esa orden comencé a avanzar por sobre los cadáveres, golpeando con la espada a los que se levantaban para volver a derribarlos y procurando que Livia me siguiera.

- Tiradas (2)

Motivo: Agilidad

Dificultad: 0

Tirada (4): 1, 1, 2, 3

Guardados (4): 3, 2, 1, 1

Total: 7, Éxito considerable

Motivo: Combate

Dificultad: 0

Tirada (5): 4, 5, 2, 6, 5

Guardados (4): 6, 5, 5, 4

Total: 20, Éxito asombroso

Notas de juego

Que mala tirada la primera? Si pudiese usar acrobacias para ir saltando de muerto en muerto, quizás iría mejor xD

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27/05/2013, 10:53
Martin Blackford
- Tiradas (1)

Motivo: Agilidad + Equilibrio

Dificultad: 0

Tirada (4): 4, 2, 4, 6

Guardados (4): 6, 4, 4, 2

Total: 16, Éxito asombroso