Partida Rol por web

Tras las celebraciones de la noche anterior la gente se despierta bien entrada la mañana y comienzan perezosos el trabajo de poner el marcha la caravana, en cuestion de unas horas todos los carros estan ya colocados en fila y comienzan a moverse lentamente, el ambiente entre la gente sigue siendo alegre y amable al parecer todos estan muy ilusionados con el viaje, Donnar y drago viajan al frente en el primer vehiculo de la caravana, sentados en la parte trasera del carro no teneis mucho que hacer salvo vigilar el camino, Agape y gunnar aceptan ser llevados por una pareja de ancianos muy amables vendedores de telas quienes os acojen en su carromato para que no tengais que andar.

Drago procedió a inspeccionar todos y cada uno de los carros que componían la caravana antes de la partida, para comprobar que todo estaba bien, a la vez que fue presentándose a todos los hombres y mujeres que la componían para ofrecerles sus servicios.

Carro tras carro fue diciendo las mismas palabras una y otra vez:

-Buenos días, soy Drago y seré su protector junto a mi amigo Donnar durante el viaje. Si necesitan de mi ayuda no tienen más que pedirla y si está en mi mano no duden en que se la ofreceré. Por lo demás les deseo buen viaje a todos.

Gunnar comprobó que llevara todo lo necesario y sus armas en buen estado, miró a Ágape y le guiño un ojo en intentando trasmitirle confianza.

-Señores, ¿Que podéis contarme de la comitiva?-le dijo a los ancianos de la caravana-Sabéis algo de nuestro destino, por cierto yo soy Gunnar y esta es Ágape, seremos vuestros protectores durante el viaje-

Me caía de sueño y me costaba mantener los ojos abiertos. Sin embargo me entusiasmaba la idea de no tener que andar.

Apoyé la cabeza en el hombro de Gunnar y dormí sin saber cuánto, aunque me desperté cuando el carromato dio una sacudida por alguna piedra del camino. Me estiré y miré a Gunnar.

-Qué sueño- murmuré, sonriendo a su guiño.

Miré el cielo y pude comprobar que ya era demasiado tarde por la posición del sol. Resoplé de frustración y me acomodé mejor en el carromato, arropándome con la capa. Escuché la pregunta que Gunnar les hacía a la pareja de ancianos y enarqué una ceja. Sentí el impulso de agradecerles el gesto que habían tenido con nosotros por habernos dejado subir al carromato y así no andar, pero estaba demasiado dormida aún como para entablar una conversación, por lo que preferí callar y escuchar.

El anciano parece muy ocupado en llevar el carro por lo que es su mujer quien esta sentada a vuestro lado hablando

-Nos dirigimos al oeste a la tierra de los kalasases, se rumorea que alli el invierno ha sido mucho mas leve y ya estan apareciendo las primeras cosechas, nuestra idea es ir por el viejo camino de los señores hasta las tierras kalaseses y despues ir a Reythia donde compraremos los alimentos y venderemos nuestras telas.

Escuché a la anciana con la mirada perdida, aún somnolienta y reprimí un bostezo. Me enjugué las lágrimas que se me caían por el frío y por el sueño y salté hacia el suelo.

-Voy a ver si encuentro a alguien que tenga algo de comer y beber- informé a Gunnar, mirando a mi alrededor-. Y, así, ya de paso, me despejo un poco, que si yo no duermo mis buenas doce horitas, no soy persona- bromeé-. Ahora te veo.

Me despedí de Gunnar con un gesto de la mano y avancé a un paso apresurado, encogiéndome bajo la capa, a lo largo de toda la comitiva. Hasta ese momento no me había fijado que éramos tantos ni que la caravana fuera tan larga.

Pregunté a un par de hombres si tenían algo de comer, pero todos se negaban.

Resoplé de frustración. Todas eran personas mayores y, obviamente, si tenían comida era para ellos y sus familias. Lo entendía. Yo tampoco la hubiera compartido.

Iba a darme por vencida cuando vi, al principio de la caravana a un par de hombres y me fijé especialmente en el hombre alto y rubio.

"¿Sería ése del que habló anoche aquel hombre?", pensé, mirándolo con verdadera desfachatez.

Gunnar Olof escuchó con atención el relato de la anciana, del porque iban al oeste. "Todo parecía coherente, pero aún así no encajaba en el perfil de la anciana que necesitasen tanta protección adicional, algo mas deben de estar trasportando" pensó Gunnar

-Muchas gracias por la información-le respondió educadamente.

Inmediatamente después Ágape le contó su plan de ir a dar un paseo.

-Vale, yo me quedaré aquí esperando- le respondió Gunnar-

Gunnar no tenía intención de dar ningún paseo se limitaría a quedarse sentado y a reposar sus fuerzas.

Tras lo que me parecieron días contemplando a aquel hombre, me encogí de hombros y di media vuelta para volver al carromato de aquellos ancianos.

-Qué frío, maldita sea- murmuré, abrazándome bajo la capa y pensando en que, quizá, sí que estábamos bien protegidos. 

Después de caminar lo que se me antojaron horas, llegué a la altura del carromato y miré a Gunnar.

-Nada de nada- negué con la cabeza, dando un salto y me senté a su lado-. La comida no la comparten- informé, resoplando, irritada-. Pero, bueno, podríamos preguntar a ver si tienen ellos algo- murmuré en el oído de Gunnar y giré la cabeza para mirar a los ancianos-. ¿Crees que la compartirían?- pregunté.

Me tapé con la capa lo mejor que pude y apoyé la cabeza en el hombro de Gunnar.

-Creo que me voy a volver a dormir- reí, bostezando y cerré los ojos-. Al menos, así, no tendré hambre.

Agape seguia durmiendo placidamente cuando 3 jovenes y 2 hombres adultos se acercaron corriendo a la caravana. el primero en hablar fue un joven bastante excitado al igual que sus acompañantes vestia sencillas pieles de granjero, los jovenes rondarian la quincena mientras que los hombres habia sobrepasado los 40. 

-Tu eres cazador verdad? necesitamos ayuda, hemos encontrado algo pero no sabemos si se puede comer...

Vuestras presentaciones transcurren sin ninguna eventualidad al parecer la gente parece contenta de teneros y pese a vuestras corteses negativas no podeis evitar sus obsequios y cuando regresais al principio de la caravana llevais un ordre de agua un pequeño pan redondo y algunos trozos de cecina, la caravana esta bordeando una montaña por lo que el viento cada vez es mas frio y a ambos lados se alzan espesos bosques que altos cipreses que impiden ver nada excepto el camino frente a vosotros.

Miro a Donnar y le susurro:

-Este lugar está demasiado tranquilo, estate atento a una posible emboscada querido amigo.

A continuación me bajo la visera de mi yelmo y me preparo para alguna visita inesperada mientras continuo caminando parapetándome al lado del primer carro.

- Tienes razón. - Le contesto en un susurro a mi compañero, mientras preparo el arco y un par de flechas, por si las moscas. - Esos árboles prácticamente no nos dejan ver nada y la nieve solo nos dificulta el paso. - Hecho una rápida mirada hacia atrás, para asegurarme que los demás carromatos siguen estando donde deberían estar. Todo parece estar bien. - Esperemos que el viaje sea lo más tranquilo posible, mi buen amigo. - Dicho esto, me acomodo mejor la capa para cubrirme más: el frío y el silencio me hielan la piel...

Gunnar se sobresaltó con la llegada del grupo, 5 granjeros excitados por la aparición de una criatura, no parecía algo muy normal, aún así no podía ser desconfiado, si pertenecían a la caravana sería de fiar. -Sí, soy cazador, guiadme hacia donde esta la criatura-les dijo al grupo- Antes de seguirlos Gunnar decidió despertar Ágape, para que al menos alguien supiera donde estaba: -Ágape, siento despertarte, pero voy a salir a cazar, sigue durmiendo no te preocupes--Le dijo a la joven-

Los chicos empiezan a descender la pendiente a un lado del camino os internais en un bosque de altos cipreses y otros arboles, el suelo esta completamente enraizado por lo que hay que ir con sumo cuidado, apenas habeis avanzado una veitena de metras ya podeis ver un gran bulto tumbado junto a unas raices. al hacercarte ves que es un oso, un oso cavernero, de gran tamaño es un animal poco comun habitan en las montañas y no suelen tener un refugio fijo, no les es necesario ya que no tienen ningun depredador y estan perfectamente preparados para el frio. al acercarte ya hueles a putrefaccion al rodear al animal ves que su vientre esta abierto y a sido despedazado, ves marcas de arañazos y mordeduras.

Sentí que me zarandeaban y entreabrí los ojos. Fruncí el ceño y miré a Gunnar. 

-¿Qué pasa?- pregunté, reprimiendo un bostezo y frotándome los ojos-. ¿Ocurre algo?

Escuché con atención las palabras de Gunnar y no pude sino preocuparme.

-Gunnar, ten cuidado- dije, cogiéndole del brazo-. Hazme caso, no me gustaría perder a nadie más- añadí.

Reprimí el anhelo de decirle algo más, algo un tanto más cariñoso o esperanzador, pero, era parca en palabras. No se me daba bien nada de eso.

-Suerte- deseé, mirando cómo se marchaba y sintiendo una punzada de dolor en el corazón.

"Lo que me faltaba", pensé, amargada. "Al final mi tío sí que va a tener razón cuando dijo que, algún día, iba a suspirar por alguien". Esbocé una media sonrisa y sacudí la cabeza para quitar ese pensamiento de mi mente. 

-No- negué, colocándome para volver a dormir-. Esas cosas a mí no me pasan.

No entiendes muy bien que ha podido causar las heridas, una de dos o han sido muchos animales o otro muy grande, sin duda con grandes mandibulas y garras, el corazon no se encontraba dentro, pero lo que mas te llama la atencion es que al oso le falta ambos colmillos, quitarle los colmillos a una bestia es una tradicion de muchas tribus salvajes de las montañas. La carne esta mas que podrida probablemente le dispararan algun tipo de veneno o ponzoña con una cerbatana antes de atacar.

Al observar aquella brutalidad, miro a Donnar y le susurro:

-Amigo enterremos bajo la nieve toda esta barbarie para que no se alarme el resto de la caravana.

A continuación comencé a enterrar aquellos restos bajo la nieve y una vez acabado cogí de nuevo mi equipo y tras golpear varias veces mi hacha contra mi escudo dije:

-Odín está con nosotros así que no hay nada que temer. Continuemos con precaución.

Gunnar aún estaba asombrado al ver la escena de aquel enorme animal sin dientes, parecía indicar que era obra de salvajes. La rapidez con la que se lo contase al resto de la comitiva era capital en este caso. Así que con paso rápido volvió sobre sus pasos, no sin antes indicar a sus 5 acompañantes que avisasen a las caravanas, -"6 bocas difunden mas rápido que 1"- pensó Gunnar-

Y mientras volvía corriendo, solo un pensamiento se removía en su cabeza...Ágape...