Partida Rol por web

Cuando la nube de piedras y polvo dejó ver algo, Pat pudo apreciar un bonito agujero en la pared que había sido elegida.

-Bien hecho.

Le dijo a su prima con el pulgar arriba y una sonrisa mientras se acercaba al lugar, sacudió su mano para acabar de quitar las partículas del aire y sacó un poco la cabeza para inspeccionar la salida, todo su cuerpo listo para reaccionar a cualquier ataque.

Tam sonrió satisfecha cuando vio el boquete que acababa de abrirse en la pared. A pesar del fracaso inicial a su llegada a ese nuevo mundo, parecía que volvía a tener pleno control de sus poderes. Nadie había resultado herido o golpeado esta vez y aquello eran buenas noticias.

-Gracias.- respondió a su prima sonriente.-Voy a perder la cuenta de los favores que me debes.terminó por bromear, al tiempo que se acercaba junto a su prima al agujero, con sumo cuidado, para ver que había al otro lado.

Kat ahogó un grito que intentaba escapar de su garganta. Agarrandose del alfeizar de la ventana, se deslizó hacia abajo, quedando fuera del alcance de la mirada de
la criatura.

En silencio, contó hasta 30 y al terminar, tomó impulso con los pies contra la pared, y se propulsó hacia la otra ventana.

Intentó aterrizar de forma suave, pero el impulso fue mayor y estrepitosamente chocó con la pared contraria, agarrandose por muy poco al alfeizar de la ventana.

Tras unos momentos de confusión y dolor, Kat se izó y miró al exterior de la habitación.

Al otro lado de la ventan pudiste ver tres mujeres cuya piel era verdosa, tenían arrugas en la cara, verrugas por todas partes y la nariz ganchuda. Tenían un gorro negro y puntiagudo, iban vestidas con una túnica negra y estaban junto a un caldero gigantesco que removían a la vez. El caldero estaba el fuego y humeaba. Parecían tres brujas de cuento fabricando una poción. A su lado había un gato negro que se estaba relamiendo.

La tensión acumulada en el cuerpo de Pat se desvaneció un poco al ver a sus primos al otro lado de la pared, pero lo malo fué que aquella nueva estancia era igual a la suya.

-Hola chicos. -dijo para tranquilizar a los hombres inmediatamente -¿Qué se ve por la ventana? Nosotras teníamos un abanico y un frasco encima de unas mesas.

Si ellos tenían los mismos objetos significaría una cosa, pero si tenían otros igual era alguna especie de puzzle. De todas formas creia que lo mejor iba a ser pedirle a Tam que reventase todas las paredes, igual el resto de la familia estaba detrás de ellas. Ni una mención a su ceguera, no quería recordar esa sensación, al menos no mientras estuvieran en aquel lugar. 

La sonrisa que se había adueñado del rostro de Tam se esfumó en cuanto el polvo expulsado al crear el agujero se disipó para dejar a la vista una sala idéntica a la que tenían a sus espaldas. 

- No puede ser verdad.- dijo, al ver tirado su esfuerzo a la basura. Pero entonces, sus ojos captaron movimiento al otro lado y no tardó en identificar las figuras de su hermano y de su primo. 

- ¡Henry! ¡Chris!- exclamó sonriente. Su sonrisa todavía se hizo más grande al percatarse de lo que su hermano estaba haciendo en las alturas.- ¿Se ve algo interesante allá arriba? Dime que no es otra sala idéntica a esta, por favor.- suplicó, confiando en que la respuesta sería negativa. 

Mientras tanto, Pat había hecho su parte y se estaba encargando de encontrar algo que difiriese entre ambas habitaciones. 

Chris se alegró de ver a sus primas, y se apresuró a responderles. -Allí había lo mismo: una mesa con un abanico y una botella -recordando todos los incidentes, agregó más información a lo anteriormente dicho -Henry vio a una especie de...- se rascó la cabeza, dubitativo, pero era mejor decirlo -de mujer vampiro. Sí... eso. Para alguien que intenta acostumbrarse a la magia eso sigue siendo demasiado. Usamos el abanico, yo lo tomé y al agitarlo en el aire, Henry se elevó. Llegó hasta arriba y entonces vio a esa mujer.

Miró a su primo para que él confirmara su historia. "Y eso que estamos como en el mundo de Alicia pero así y todo no me acostumbro..."

Pat asintió a las explicaciones de su primo mientras se acercaba hasta él.

-¿Vuestro abanico llevaba dibujados una seta, un conejo y una oruga grande? -​porque yo he abanicado y no ha pasado nada- acabó la frase mentalmente, añadiendo otro fallo más a la larga lista que en ese día no paraba de crecer, entonces cayó en la cuenta de algo y elevó la mirada hacia Henry -¿Uno de tus poderes no era levitar? y no habéis probado antes a orbitar fuera de aquí. O no podéis usar los poderes, porque Tam sí.

Al decir la última frase su cabeza señaló el agujero en la pared, era obvio quién lo había hecho.

Pero que es esto?-pensó confundida Kat-Esto no parece real. Tal vez sea una ilusión y en realidad solo ea una forma de mostrar el camino hacia mis hermanas. Al fin y al cabo todas somos brujas. Aunque un poco menos verdes eso si.-se echó a reir.

Bueno, incluso si son reales, no hay mas salidas, asi que algo hay que probar.

Con cuidado, abrió la ventana y se adentró en lo desconocido.

Henry empezó a descender justo cuando escuchó el derrumbe, esperando que la mujer vampiro no se percatara y mirase en el preciso momento. Deseándolo con todas sus fuerzas, llegó al suelo para contestar a su hermana y a su prima.

Para ser exactos, es una mujer de cara blanca, labios rojos y colmillos bastante afilados. Camina por las paredes como si fuera el suelo y también tiene alas. Sí, uno de mis poderes es levitar, pero al principio no he podido. No se si el abanico ha ayudado o ha sido todo casualidad, pero bueno, he conseguido mirar. Se encogió de hombros. No estaban en situación de analizar cada una de las cosas. Cogió la poción y se la acercó a los ojos.

El abanico tiene lo que dices, Pat. ¿La oruga no es parte del cuento también? En esos momentos no lo recordaba bien, pero algo había...

Creo que lo mejor es probar la poción. Quizá consigamos algo inesperado.

- ¿Una mujer vampiro? ¿En serio?- Aquello era lo que menos se esperaba oír. También era verdad que nada de lo que habían visto sus ojos hasta el momento desde que cayeran en el "agujero negro" era algo que hubiese esperado ver en toda su vida. Era tan diferente a lo que estaba acostumbrada. Cuando Henry añadió detalles a la descripción, la idea de volver a utilizar sus poderes se fue volviendo cada vez menos apetecible para Tam. Tenían que planear bien las cosas antes. ¿Y si había más de una de esas criaturas esperándoles al otro lado?

- No creo que tirar la pared abajo ahora mismo sea una buena idea. Todavía no. Pero tengo una teoría.- añadió, mirando alternativamente a sus dos primos y a su hermano.- Cuando utilicé mis poderes, Pat acababa de abanicarme y tú dices que tus poderes no funcionaron hasta que Chris hizo lo mismo contigo. Quizás los vuestros.- esa vez miró solo a sus dos primos.- no se activen hasta que alguien os abanique. 

Entonces los ojos de Tam se posaron sobre el frasco de la habitación de los chicos.- Quizás deberíamos probar primero lo de abanicaros a los dos. Si recordáis...en el mundo de Alicia cuando había dos objetos uno solía tener efectos opuestos al otro. ¿Y si el contenido del bote lo que hace es anular nuestros poderes o disminuirlos?- En caso de ser así, ¿quién se arriesgaría a sacrificar los suyos para probar los efectos del líquido?

Pat escuchó la explicación de Henry con el ceño fruncido -Vampiro, súcubo, qué mas dá. No tiene pinta de amistosa-. Asintió levemente a Tam, no se acordaba de eso de los efectos contrarios, mientras intentaba pensar en alguna solución.

-La oruga se la encontraba Alicia y creo que le decía que comiera de una seta. -contestó a la pregunta de su primo, nada segura, antes de dirigirse a la gemela -Yo probaría con otra de las paredes, cualquiera que no tenga ventana, pero lo del abanico es buena idea. Daño no os ha hecho. La poción... -no tenía ni pizca de ganas pero de los cuatro si alguien tenía que perder sus poderes creía que tener uno duplicado podía ser lo menos eficaz -si nada más funciona ya haré yo de conejillo de indias, lo tengo reciente.

Acabó bromeando con sus últimas horas en el cuerpo de ese animal peludo, como hacía casi siempre que algo la incomodaba, aunque antes probaría algo con su otro 'don'.

Con las palabras de sus primas, no dejaba de pensar. Se habían tomado un frasco que les hacía pequeño, ¿y si la seta...?

Creo que la seta te hace crecer si la comes de un lado, y menguar del otro. Si el líquido de la otra sala nos hacía pequeños, este, por narices, nos tiene que hacer crecer. Pero... miró hacia el ventanal no se que pinta esa mujer en la otra sala, la verdad.

Chris escuchaba todo con atención. 

-Lo de probar con los abanicos me parece lo menos peligroso de todo. Y la verdad lo de la mujer vampiro tampoco me convence. Digo, estas cosas... lo del frasco y el abanico... me parecen más de Alicia que un vampiro. Pero, vamos, que yo estoy dispuesto a intentarlo.

Pensaba en su hermana, se preguntaba cómo se encontraría, lo mismo que sus otros primos.

-La poción también puede ser probada. De verdad no sé qué podamos hacer, voto por intentar todo, siempre y cuando lo haga uno de nosotros solamente. En caso de que nos convirtamos en conejos o vaya a saber qué cosas.

Miró a los demás y aguardó la decisión final, lo que votaran estaría bien para Chris. Solo necesitaba encontrar al resto de la familia.

- Está bien- dijo, conforme a las palabras del resto.- ¿Estás segura de que quieres hacerlo, Pat?- le preguntó, dándole la opción de echarse para atrás. Viendo que la decisión parecía firme*, Tam tomó el abanico de manos de su prima y lo agitó en dirección a Pat, observándole con atención a la espera de algún tipo de reacción.- Quizás deberías probar tus poderes para ver si han aumentado o algo.- sugirió. Había optado por emplear el abanico primero, ya que en dos ocasiones había demostrado ser inocuo. La poción podía esperar al segundo plato. 

- El problema de que el líquido nos haga crecer es cómo volvemos luego a nuestro tamaño.- contestó al comentario de su hermano, sin apartar la vista de Pat a la espera de alguna pista de que el abanico había obrado algún cambio. 

Parecía que estaban todos más o menos de acuerdo con el tema de dejar la poción como último recurso, ante la pregunta de su prima Pat asintió y casi cerró los ojos al sentir el leve viento. Cuando acabó abrió bien los ojos y retrocedió unos pasos hasta coger uno de los cascotes de la pared reventada. Lo sopesó un momento en su mano, ni demasiado grande ni muy pequeño, recordó los entrenamientos con Kat y las pelotas, y el buen rato que pasaron a pesar de los fallos y celebrando los aciertos.

Con un atisbo de sonrisa en los labios lanzó la piedra al aire, hacia arriba y hacia donde no había nadie, y rápidamente agitó las manos con determinación.

Creo que a tu premonición le faltaba algo. Dijo PJ observando los objetos. Quizá sea necesario que usemos ambos objetos para poder conseguir lo que propones. Creo que esta poción debe servir para algo, quizá así podamos cumplir lo que decía tu visión. 

Quizá si la tocas puedes averiguar algo más. ¿No te parece?