Partida Rol por web

Ésta es nuestra oportunidad Señor Jack, así que me deslicé en silencio hacia la espalda del que quedaba para noquearle, vestirme con sus harapos y subir al barco antes de que zarpase.

Asiento al comentario de Stuart y le sigo con la primera piedra o madera que encuentre cerca para intentar noquear al tipo que queda en tierra. Avanzando en silencio mi pulso se precipita pensando en que ocurrirá si nos descubren y como subiremos a la nave en caso de que tengamos éxito al noquear al tipo.

Antes de que Jack pudiese seguirle, Stuart se adelanta y en silencio se coloca justo detrás del tipo, arreándole un golpe con todas sus fuerzas. El golpe va bien dirigido a la sien del tipo que cae redondo como un fardo. Al poco, aparece Jack, entonces os dáis cuenta de que el tipo no es humano, es una criatura humanoide con cuernos.

Entonces, uno de los marineros se asoma y grita algo hacia el marinero caído.

-¡ ASFAHDSHFDJKSAKFDSJK SJ SK!

Tiré a la criatura al mar para ver que hacía su compañero, si se lanzaría a socorrerla o no.

Mientras que la situación todavía no se me terminaba de aclarar, salí corriendo hacia la rampa para entrar en el barco y buscar a nuestro compañero.

No le dije nada al Señor Jack pues a partir de aquí la decisión que tomáramos cada uno debía ser individual, no podía pedirle a mi amigo que subiera al barco pues no sabía lo que me encontraría ni tampoco que se quedara en tierra pues no sabía las intenciones de estas criaturas.

Mientras agarro uno de los cascotes para usarlo como arma, la rápida reacción de Stuart me pilla por sorpresa y observo cómo se acerca al vigía. Cuando veo caer al sujeto corro hacia la embarcación para tratar de subir a bordo y así poder sorprender con suerte a los extraños sujetos.

El marinero que gritaba algo por la borda en un idioma ininteligible debía estar llamando a su compañero. Al parecer tienen prisa en irse.
 

Al ver cómo Jack tira al mar al compañero caído, el hombre que lo ve desde el barco empieza a dar gritos como un loco -¡FDASFSDFSD SASJK A! ¡RT'SU! -y en breve los cuatro hombres restantes aparecen en la borda del barco armados con cuchillo.

Fui hacia los amarres que quedaban para intentar quitarlos antes que me lo impidiesen. Si el pequeño barco no podía mantenerse quieto entonces habría una posibilidad de que no desembarcaran, por otra parte estaba el dilema de ver si dejaban a su compañero morir ahogado o salvarlo.

Observo los hombres que salen a la cubierta armados con cuchillos sin saber muy bien qué hacer. Subir al barco con esos sujetos ahí sería un suicidio pero tampoco podemos dejarles escapar con Roger.

Me fijo en la cubierta buscando un candil o algún fuego para tratar de lanzar el arma que porto y así poder provocar un fuego en la cubierta que mantenga entretenidos a esos extraños marineros.

Efectivamente, desde donde estás puedes ver que hay por lo menos tres semicírculos metálicos en cuyo interior se revuelven unas débiles llamas que iluminan la cubierta del barco. Si lograses acertar a uno de ellos con la piedra es posbile que los mantuvieses ocupados.

Stuart no pudo evitar que los cuatro hombres armados bajasen por la borda. Jack lanzó una piedra intentando darle a uno de los braseros, para incendiar la cubierta pero no logró acertarle. Así que en apenas unos segundos, teníais frente a vosotros a cuatro hombres armados con cuchillos. El líder desde la borda os espetó

- ¡NO TENÉIS NINGUNA POSIBILIDAD! ¡RENDÍOS A MIS HOMBRES Y VIVIRÉIS!

Levanté las manos ya que eran las únicas armas que tenía, pues todo lo demás me faltaba hasta mi ropa. Me encaminé con las manos levantadas hacia las malignas criaturas Lo siento Jack dije cuando pasé por al lado del doctor pues sabía que le había fallado. 

El intento de provocar un incendio se esfuma cuando la piedra lanzada pasa por el costado del farolillo y se hunde en agua con un sonoro Chof. Me quedo un segundo petrificado esperando la venganza, la ira de es estos salvajes diabólicos que caerá sobre nosotros. Cuando oigo al que parece ser el líder hablar en nuestro idioma me quedó aún más inmóvil y sorprendido.

Elevo las manos en señal de sumisión para pronto darme cuenta de que estamos desnudos y me cubro mis partes con un gesto automático aunque en este sitio, en esta extraño mundo no tenga mucho sentido el pudor y a vergüenza.

No es su culpa. Teníamos que intentarlo. Es mi breve respuesta al comentario de Stuart aunque sin mirarlo, con la mirada clavada en el cornudo ser que ha hablado.

El hombre lanza una carcajada

- ¡HABÉIS HECHO LO CORRECTO! - haciendo un gesto a sus subordinados, sóis "acompañados" a bordo. Véis una trampilla rectangular que da a la bodega -ahí están nuestros queridos remeros. Verlos no sería muy grato a vuestra vista, así que os llevaremos junto a los otros- atravesáis la cubierta del barco hasta llegar a los camarotes. Entráis en un oscuro pasillo y sóis conducidos hasta el último camarote de popa. Un camarote oscuro en el que para vuestra sorpresa, hay un hombre desconocido  y el bueno de Roger, inconsciente. Ambos están atados al suelo con fuertes argollas metálicas, vestidos con ropas de lino blanco (pantalón y camisa). En seguida os traen ropas para que os vistáis, también de lino blanco. En cuanto estáis vestidos, sóis atados al suelo y vuestros captores cierran la puerta. Poco después, notáis cómo el barco zarpa. Empieza el viaje a un destino incierto.

El hombre os mira con curiosidad, pero no dice nada.

Miro también al hombre me llamo Stuart le dije sin más contemplaciones estamos en un lugar que nunca supimos que existía es más creo que no es de este mundo. Y si no estamos en este mundo ¿en cual estamos? me quedé pensativo mientras que mi aspecto desaliñado debido a la falta de medios se iba haciendo evidente, junto con mi mirada perdida y mi aspecto pensativo me daban pinta de vagabundo, pero todavía mis palabras eran coherentes con lo que no se me tacharía completamente de loco.

Con resignación acompaño a nuestros captores al interior de la embarcación, por un lado frustrado por no haber conseguido salvar al anticuario pero por otro aliviado que estos tipos no nos hagan daño... de momento.

En silencio paso recorro el interior del barco parándome solo un segundo a observar la puerta tras la que se encuentran los remeros. El comentario del capitán no ha sido muy esclarecedor pero lo suficientemente misterioso para que mi imaginación vuele pensando en qué criaturas tendrán manejando los remos.

Después de estar vestidos y encadenados me siento un poco más tranquilo por tener mi cuerpo tapado aunque la situación no es para nada halagüeña. Observo al prisionero que se encuentra en la misma sala en silencio y espero que responda las preguntas de Stuart.

El hombre tose descontroladamente, está muy débil -un gusto conocerles... ojalá que les hubiese conocido en otras circunstancias. ¿Están ustedes dormidos? ¿saben dónde están? -parecía confuso por vuestra pregunta -¿no saben que esta estas son las Tierras del Sueño?

No, no es eso dije mientras examinaba esas cadenas que me tenían atado haciendo un poco de fuerza por si estaban algo oxidadas y eran posibles de abrir.

No somos de este mundo, en nuestro mundo no hay monstruos ni estos seres que conducen este barco, en nuestro mundo sólo hay humanos y animales, no hay seres extraños con poderes ni monstruos empecé a repetir pero me parecía todo esto tan inverosímil que tenía que repetirlo una y otra vez, estuvimos investigando en un templo después todo cambió cuando nos metimos por un agujero salimos sin nuestra ropa ni armas hasta que acabamos aquí, ahora si es tan amable de decirnos cómo es este nuevo mundo y a quién nos enfrentamos le estaríamos agradecidos. No quise darle más información sobre nosotros, sobre todo de los doctores que ya se la darían dado el caso...

Al ver el lastimoso estado del sujeto y su absurda conversación, me figuré que el hombre estaría delirando. La respuesta de Stuart tampoco era la más cabal posible. Miré al suelo apesadumbrado y cansado. Verdaderamente parecía otro lugar, otro mundo, pero no mi racionalismo se negaba a darse por vencido. Buscaba una explicación lógica a todo aquello.

Estaremos en las profundidades de Belice. Probablemente en algunas grutas aún no descubiertas. Esos sujetos serán una subraza, solo conocida por algunos que les han enseñado el idoma.

Mi mente continuaba retorciendo ideas para poder justificar los últimos acontecimientos vividos.