Partida Rol por web

Edie se te queda mirando, como si algo te pasara.

Se acerca a ti y te mira a los ojos, pero tu los tienes en blanco, como si estuvieras viendo algo.

Claro que es algo que el no puede ver.

Estoy apunto de comentar algo cuando por un segundo una imagen viene a mi mente, sacudo la cabeza un par de veces para tratar de espabilarme

¿Que me ha pasado? digo mirando a mis compañeros He, he visto a Edi y a Lucy en la recepción del hotel, pero no se como es posible...... digo con un visible gesto de asombro en mi rostro

Como no sea verdad, seguro que se van a pensar que estoy loca me muevo un par de segundos algo nerviosa buscando el baño con la mirada Quizás deberíamos recoger alguna muestra de la sangre de la mujer, así podríamos saber si se ha tratado de algún tipo de droga o veneno, aunque sinceramente no creo que sea el caso... tras decir esto me dirijo al baño esperando la aprobación de mis compañeros para recoger una muestra

Me vuelvo hacia Layla tras escuchar sus ácidos comentarios. Por alguna razón parece irritada. Lo cual parece ser una constante en su vida. Probablemente no llegará a cumplir los cuarenta. Antes se le habrá reventado una vena en el cerebro. De hecho a la niña parece molestarle todo aquello que no responda a sus órdenes o caprichos. Así que en silencio, me descuelgo la mochila y vacio sobre la cama lo que había guardado previamente. No tengo la más mínima intención de discutir con ella. De hecho, me resulta tremendamente cansado y aburrido tener que estar peleando o justificando cada paso que doy o cuanto menciono, propongo o digo. ¿Que ella quiere ir a su bola y hacer las cosas según crea oportuno? De acuerdo, no seré yo quien me oponga. Si tan autosuficiente es, que se las arregle sola.

- Ahí tienes todo lo que TÚ has encontrado. Todo tuyo.

Y solo entonces, cuando me vuelvo hacia la terraza es cuando veo a Alejandra. Su rostro parece momentáneamente ausente antes de volver en sí. Cuando menciona a Edie y a Lucy entiendo que esta última ha debido comunicarse con ella.

- Tal vez haya sido un mensaje telepático de Lucy. De todos modos, yo voy a ir bajando hacia recepción. Aquí no hay nada más por hacer.

Así que cruzo la separación entre ambos balcones, me introduzco en el otro apartamento y salgo por su puerta para ir hacia el ascensor y bajar al lobby.

Alejandra coge unos guantes algo desvencijados y un frasco vacio de perfume, que es lo primero que ha pillado y lo rellena con la sustancia que salió de la boca de la jóven. Supone que eso bastará para analizar.

La verdad que el frasco es pequeño, y parece resistente, por lo que podrás llevarlo en el bolsillo sin ningún problema y sin que nadie note nada.

Al mismo tiempo, Jose Luis sale hacia fuera, para llamar al ascensor, siguiendo a Layla que había saltado el muro unos segundos antes.

Tras recoger la muestra en la habitación, Alejandra sigue a los demás a través del muro. Las dos chicas salen del cuarto del que tenían la llave siguiendo a José Luis, el cual ya está dentro del ascensor, dándole al botón de la planta baja.

Y así, con el sonido característico, el ascensor, desciende.

La puerta del ascensor se abre de par en par en pocos segundos y allí, podéis ver que en la recepción, están Edie y Lucy, charlando entre ellos.

Edie parece verlos el primero, y os saluda con la mano.

La chica en cambio, sacude la cabeza y se gira, para verlos y recibirlos con una dulce sonrisa.

¿Y éste era el adulto? Puaj... Desde luego, una mentalidad más infantil no podía tener el viejales...

Sí, ahora déjalo todo tirado y hazme volver a mí para cogerlo... Manda cojones...

Murmura mientras vuelve sobre sus pasos, saltando de nuevo el muro, para recoger lo que había encima de la cama y guardarlo en sus bolsillos y la bandolera.

Vamos, enana, deja de preocuparte y baja.

Le dice a Alejandra mientras vuelve a salir al balcón para pasar al contíguo.

Una vez abajo, se acerca a la parejita con las gafas de sol todavía puestas, mirando sólo levemente a la recepcionista.

En el momento oportuno. Necesitamos saber qué recado han dejado a la fiambre de ahí arriba antes de que alguien se dé cuenta de que está tiesa. ¿Me distraeis a la tía esa?

Sabía perfectamente que no había explicado nada de nada, y había tenido cuidado de que nadie más que ellos escuchara ninguna de esas palabras. Ahora sólo esperaba a que alguien del grupo distrayera a la recepcionista para volver a echar un vistado tras el mostrador sin ser vista.

Saludo con la mano, respondiendo al de la pareja recién llegada, Edie y Lucy. No sé cómo les habrá ido en comisaría, pero espero que lo suyo haya sido más tranquilo que lo nuestro. De todos modos, tengo ganas de salir de allí cuanto antes. Con un fiambre en la habitación, basta que al servicio de habitaciones se le ocurra pasar por allí para que se monte un cristo y de repente tengamos que dar demasiadas explicaciones. Así que me encamino hacia la nena mona de la recepción y me dedico a pegar la hebra con ella. Por la cosa del hablar no será, desde luego.

Lucy parpadeaba extrañada, llevándose la mano a la cabeza y negando con la misma al haber visto aquella visión, justo cuando va a contárselo a Edie, aparecen por allí los cuatro chicos.

Lucy Maria cambia su rostro de confusión, por una amable y empalagosa sonrisa.

Hola... ¿Cómo os ha ido? - pregunta dirigiéndose a Leo.

La situación pasa a ser complicada y después graciosa en unos pocos segundos.

Jose Luis, vuelve a charlar con la recepcionista, repitiendo la acción de antes. Como ella ya lo conocía ( y le había caído bien ) se pone a hablar con él del tiempo, mientras Layla se prepara para hacer su jugada.

Se concentra y sale disparada, sin darse cuenta de una maleta que habían dejado en el suelo en ese momento y se tropieza con ella. El uso de su poder, hace que la caída sea un poco más aparatosa, haciendo que algunos cajones del escritorio y del mostrador de recepción salgan disparados y una nube de papeles comiencen a volar por los aires, cayendo como una fina lluvia.

Aunque todo son malas noticias.

Layla está segura al 100% que entre todos esos papeles está el mensaje... ¿y quién sabe? Tal vez alguna pista más.

Mientras tanto, los agentes de seguridad del hotel se acercan a la chica con la sana intención de ayudarla a levantarse.

Layla se pone en pie, comprobando que sus gafas de sol han salido volando y se han estrellado contra la pared haciéndose añicos y fastidiada, intentando quitarse de encima a los guardias de seguridad.

- Que estoy bien, joder... Pero podría haber un puto sitio para dejar las maletas mejor que el puto centro del puto recibidor de este p... hotel.

No era plan de ofender a nadie, claro... demasiadas cosas tenían que hacer por allí todavía.

Mirando como los demás pretenden ponerse a rebuscar con la excusa de ayudar a recoger, Layla se lo piensa mejor y procura distraer a los agentes de seguridad. Mientras menos ojos haya mirando, más fácil será que se "traspapele" algo.

¡Que me dejéis en paz de una puta vez! -Grita fingiendo entrar en cólera- Si ese capullo no hubiera dejado su mierda ahí en medio mis gafas seguirían enteras. ¡Quiero una compensación! ¡Y no me voy a ir de aquí hasta que ese jodido imbécil me la dé!

Sentencia señalando al pobre hombre que no tenía culpa alguna de nada. Y justo cuando parecía que se iba a calmar, se da cuenta de que sus tejanos, demasiado desgastados, han acabado por rajarse a la altura de su muslo derecho, mostrando lo firme y suave que parece su piel.

¡Ostia puta!

Exclama mirando al cielo, como si buscara "cagarse" en alguien. ¿Layla estaba realmente fingiendo o se había cabreado de verdad? Sólo ella lo sabía...

La recepcionista, los dos hombres de seguridad y el botones que tuvo la mala suerte de dejar la maleta en el lugar equivocado... ( que conste que todos vosotros habéis visto como ha sido ella la que se la ha tragado en su loca carrera ) ... se acercan a ella y comienzan a desvivirse para que, primero: deje de gritar, segundo: buscar la manera de compensar el mal trago.

Claro que mientras todos están distraidos con ella, los papeles caen al suelo y sobre el escritorio, sin que nadie los junte.

Veo como la pobre Layla tropieza y cae al suelo ,al parecer hemos tenido la "suerte" de que un montón de papeles han salido disparados por los aires , por la cara de Layla deduzco que en esos papeles tiene que haber algo importante y con la excusa de ayudar a recoger el estropicio trato de curiosear un poco.

Vaya desastre... por un segundo pienso en hacer algún comentario acerca de lo patosa que ha sido Layla pero teniendo en cuenta su carácter decido replanteármelo

Lucy aún estaba confundida por lo que había pasado... Y los gritos de Layla no ayudaron, miró de nuevo a Edie, mostrándole su cara de confusión, y después, su mirada se dirigió hacia fuera... Solo un instante, en el que a ella le pareció eterno.

Sin más dilación, con aire despistado, se dirigió a todos los papeles, para, igual que Alejandra, ayudar a recoger... Aunque parecía demasiado distraida como para encontrar algo.

Alejandra parece actuar rápido.

De alguna manera parece ver un papel que no corresponde a ninguno de los que están por allí. Un papel distinto, brillante. Nada parecido al opaco papel reciclado que utiliza el hotel. Además, es el único que no tiene membrete.

Rápidamente lo coge y lo observa con detenimiento.

Alejandra se da cuenta que si mira el papel bajo la luz de las lámparas del techo, aparece una marca de agua. Una especie de escudo heráldico o algo parecido. Debajo de él podéis ver una frase en latín que vendría a significar "El lugar de todo el conocimiento".

El escudo es sencillo. Cuatro cuadrantes. En el primero, una pluma, en el segundo, una especie de lupa, en el tercero, un libro abierto y en el cuarto una vela.

Bueno, la operación ha sido bastante chapucera, todo sea dicho de paso, pero si no me equivoco, Alejandra parece haberlo conseguido. Si no, no tendría mucho sentido que se hubiera quedado mirando fijamente uno de los papeles y esa cara de satisfacción. Creo que va siendo hora de que pongamos pies en polvorosa, así que dejo la recepción y me acerco a ellos.

- Lo tienes, ¿verdad? - digo dirigiéndome a Alejandra -. Pues entonces, es hora de largarse, chicos. Venga, arriba.

- ¿Pero qué cojones os pasa? - susurro de mala hostia -. ¿Queréis reaccionar de una puta vez y moveros? Estamos llamando demasiado la atención. Hora de esfumarse, de darse el piro. ¡Joder!

Asiento con la cabeza a la pregunta de Jose Si, creo que ya hemos recogido todos, aquí tiene digo entregando a la recepcionista la pila de papeles ordenados lamento las molestias digo para después ponerme a la altura de Jose Luis dispuesta para salir de allí cuanto antes

Lucy se levanta del suelo sacudiéndose bien la ropa y sonriendo levemente a la recepcionista cuando Alejandra le entrega los papeles. Pero frunce el ceño al escuchar las prisas de José Luís, y lo mira con una ceja arqueada.

Claro, nos largamos cagando leche y así parecemos unos putos delincuentes. 

Pero su mirada asesina seguramente sería solo perceptible para Edie, ya que su sonrisa seguía siendo la misma educada de siempre. 

Que pasen un buen día - le dijo a la recepcionista - Layla, creo que tendríamos que irnos... - le decía a la chica de cabello azul con una amable sonrisa, cogiéndola del brazo.