Partida Rol por web

Viendo que el cibor al que me encaraba parece estar dañado por el agua me giro hacia el otro , y simplemente descargo mi ira sobre el , la frustración acumulada de estos días, hasta el punto que llega el momento que hay una neblina roja que me impide incluso verle con claridad.

Kenshiro aprovecha la ocasión para descargar toda su furía contra el enemigo que quedaba en pie.

Sus golpes, uno más poderoso que el otro, hacen mella en la armadura del Cyborg, haciendo que sus partes salgan volando ante cada golpe.

Con cada golpe, un estruendo se escuchaba en toda la casa, metal contra metal, como en una herrería.

Tras el cuarto y último golpe, el enemigo estaba convertido en un guiñapo de metal retorcido y engranajes sueltos por toda la planta baja.

Esa amenaza había pasado... ahora sólo queda el director, que parece vivir a pesar de tener una espada atravezada en el pecho...

El Director sonrió.

Su mano dejo la empuñadura de la espada al mismo tiempo que su boca se abría sólo un poco, para soltar una risa entre estertores y flemas negras.

- ¡Ja, ja, ja, ja! - Dijo casi sin mover los labios. - ¿Esto es todo lo que tenéis? Habéis abierto una puerta que no deberiáis haber abierto. Cof... cof... cof... -

Miré a aquel hombre y negué con la cabeza. Desde luego que había quien ni con una grave herida espabilaba y el hecho de que intentara echarse a reir era como para que se te pusieran los pelos de punta.

- Explícanos eso o vas a dejar de respirar en breve. - Dije mirándolo con cara de querer rebanarle el cuello ya que estábamos por la labor. - ¿Cómo terminamos con todo esto? ¿ Qué hay en ese maldito desierto que podamos utilizar o destruir para que todo esto termine?

Nosotros no habíamos abierto nada, al menos a posta, aunque ni siquiera habíamos ido a ese lugar a posta, sino bien jodidos porque a alguien se le había ocurrido esa brillante idea. Necesitaba ideas aunque tuviera que arrancarle las uñas una a una para que me lo dijera.

 Todo parece que ha terminado y encima. Me giro a las palabras del director y aprieto mas la burbuja de agua en su cabeza.

Compruebo que mis alas estan bien antes de replegarlas, el golpe ha sido bastante fuerte me pregunto si se repararan solas o el daño se ira acumulando hasta que sean completamente inservibles, por otra parte es un incordio ya he roto otra camisa y otra chaqueta.

Por favor preciosas no hace falta ponerse así estoy seguro de que el director nos dirá lo que sabe por las buenas Sonrio

oigo voces arriba , parece ser que lo tiene todo controlado , pero por otro lado aun me preocupa el otr robot , de manera que me acerco para comprobar que esta inoperativo. Una ves comprobado que es chatarra , doy una vuelta para ver si logro encontrar algo con lo que tapar mis vergüenzas ya que no deseo que las chicas me vean en pelota picada salvo que sea imprescindible.

Mientras habláis con el Director, Kenshiro regresa con una tela cubriendo sus partes nobles, ya que está completamente desnudo. Elisabeth está igual, con la diferencia que ella es completamente de agua.

El director que está en el suelo os escucha tranquilamente entre estertores.

Aún podéis ver su sonrisa, aunque tenga la espada clavada en el pecho, sigue sonriendo como si vosotros os estuvieráis perdiendo de algo importante o como si su muerte no sirviera para nada.

- Que esté a punto de morir no me molesta demasiado... cof cof cof, la verdad... Es algo natural y que tenía que pasar para ascender al siguiente nivel. - Dijo mientras un liquido espumoso y amarillento salía de su boca. - ¿Creéis que por matarme saldréis de aquí con vida? No... ¿Queréis saber la verdad? ¿Qué es lo que se esconde en el desierto? Lo tendréis que averigüar vosotros mismos. -

El líquido amarillo y espumoso comienza a salir también de su nariz y por sus ojos muy lentamente.

- Ahora, os doy las gracias. Por que me habéis liberado de mis ataduras mortales y podré mataros a placer... -

Y muy despacio, el cuerpo del Director comienza a resquebrajarse, dejando a la vista una piel escamosa y amarillenta, digna de un lagarto. Sus dedos crecen y la piel que los recubre se abre, para dejar a la vista unas garras enormes con uñas negras de las cuale sale un líquido negruzco, como el de las espadas.

La voz de la cosa cambió a más gutural.

- Saludos, mortales. Soy Ragnag, hijo de Baal. Gracias por dejarme entrar en vuestro mundo. -

El arreglo y el intentar sacarle la información no había sido una de nuestras mejores ideas, eso estaba totalmente claro, pero ahora ya no había nada que pudiéramos hacer a parte de enfrentarnos a esa criatura, fuera lo que fuera y eso que los nombres que estaba diciendo me sonaban más a demonios de película de esas interminables que en la tele dividen en dos días que a otra cosa, como en esas que hay plagas o que van a buscar momias y siempre resulta que hay algún muerto viviente.

De todas formas, no parecía que pelear contra eso fuera a ser sencillo, pero desde luego, que una vez ya habíamos llegado hasta ahí echarnos para atrás sería una pérdida de tiempo e intentar huir no era que nos fuera a servir, pues casi podía estar segura de que nos encontraría donde nos escondiéramos, quizás incluso olfateando el aire como un chucho.

- Creo que me hubiera sonado mejor " saludos mortales " dicho todo junto.. - Exclamé en bajo al escuchar aquello que me puso la piel de gallina.

Veo la trasformación increible del director en lagarto con los ojos como platos y vuelvo a desplegar mis alas.

Por que las cosas nunca pueden ser sencillas... Digo a modo de queja. ¿Por que no nos vas a decir que ganamos un premio por liberarte verdad? Digo con una sonrisa sarcastica, prefería mi mundo cuando se limitaba a ir de partida en partida y el maximo riesgo era alagar a la acompañante de quien no debía...

 Arqueo una ceja mientras sigo en mi forma acuosa y sigue el tio poniendose de todos los colores, perdiendo piel, ganando escamas y garras, dios tiene que gastarse un paston en manicura. SE cree que me hara a mi pasar miedo, este no me conoce, me he pegado con los motoristas, he luchado con mi padre por el trabajo y el maldito conejo...este no sabe que es cabrear a una mujer y menos que esta mujer sea alguien que controle el agua.

Un segundo....Vale tio, te crees que me estas acojonando, pues no lo has conseguido. Saludos, mortales a caso sabes si lo somos o somos otra cosa...egocentrico. Dejame que adivine, los ciborgs son los buenos y te iban a matar, vale pues eso podemos hacerlo nosotros....

Miro al resto y sonrio sarcasticamente.

El ataque del monstruo no se hace esperar.

Por un momento, parece coger aire y después larga todo el aire de sus pulmones, desinchando el pecho de golpe, pero en vez de aire, lo que expulsa por su boca es un líquido negruzco que os baña como si fuera un aspersor a todos.

Kenshiro que venía subiendoy se asoma por la puerta, también parece recibir la lluvía ácida del monstruo...

El bicho hace un escupitajo que tiene muy mala pinta para mis compañeros y para mi trato de interponerme cubriendome con un ala mientras con la otra totalmente desplegada cubro a mis compañeros.

Hoy no es tu dia de suerte... a fin y al cabo te cruzaste con nosotros. Le digo mientras modifico su suerte.

Peter os cubre a todos con sus alas, pero estas reciben el impacto del ácido y comienzan a corroerse y a oxidarse. Sin embargo, al mismo tiempo que cubre a todos, el muchacho se concentra y utiliza su poder contra el demonio que se os acaba de aparecer, aún sin saber si ha funcionado o no.

Las alas plateadas ahora están manchadas con el líquido negro, que las recorre de arriba abajo.

 Liquido, si lo es puedo controlarlo y eso, puedo ayudarle a que le sirva de daño.

Me concentro en el agua, en el liquido negro y en usarlo contra el. Mis ojos se vuelven mucho mas profundos y salvajes, peligrosos como el oceano que controlo. Mis dedos se crispan mientras lo controlo y lo lanzo contra él.

Elisabeth intenta utilizar el ácido contra el engendro, pero en ese momento, los ojos del demonio se tornan brillantes, y comienza un duelo entre ambas mentes. Tras unos segundos, en los cuales el agua de Elisabeth se retuerce por el esfuerzo, el demonio vence en el duelo y el ácido que él mismo genera no puede alcanzarlo.

Pero eso es una pista interesante.

Si fuera inmune a él, no estaría protegiéndose del contacto con el líquido negro.