Partida Rol por web

Kenshiro cae al suelo, aparentemente muerto, ya que no se mueve absolutamente nada. Sin embargo, aún parece que respira. Tal vez no esté muerto, simplemente esté envenenado por el icor pegajoso del enemigo.

En ese momento, con toda la rabia a flor de piel, una piel acuosa, Elisabeth controla el ácido del cuerpo del enemigo, haciendo que este no pueda moverse. El ácido comienza a corroerle por dentro mientras todos podéis ver como comienza a retorcerse sobre si mismo, intentando evitar de cualquier manera perecer de esta forma.

El monstruo se recuerce y se retuerce, sin poder hacer más nada que esperar su cruel muerte.

Sin embargo, aún sigue vivo. Al parecer, es más resistente de lo que todos pensabáis, aunque ya le es imposible atacar mientras sus entrañas se funden con el fluido viscoso que el mismo produce.

Vi a Kenshiro caer al suelo a escasos metros de mí, pero tan sólo fue por el rabillo del ojo, ya que no podía pararme a nada, ya que " el bicho " aún seguía en pie y si le dábamos margen caeríamos todos, aunque a este ritmo veía que lo haríamos igual, porque era demasiado duro de roer, o al menos eso me parecía.

Volví a levantar el arma, ahora más fácil de usar de lo que había pensado y traté de volver a abrir en él otro tajo, pues ya había comprobado que al menos le picaba y era lo mejor que tenía a mano para enfrentarme a él.

El primer espadazo de Megan hace su trabajo, abriéndole una brecha de arriba abajo al monstruo el cual, trastabilla hacia atrás, hasta que cae desparramado en el suelo.

Lentamente, el monstruo comienza a replegarse en si mismo haciéndose cada vez más y más pequeño.

Tras unos segundos, el monstruo casi ha desaparecido, quedando hecho una esfera de casi dos centímetros la cual comienza a brillar blanca, iluminando todo el lugar y saliendo por la ventana e iluminando toda la calle.

Al final, la esfera estalla en una explosión de luz, cegando a todos los que estabáis allí.

Muy despacio, la luz va remitiendo hasta quedar simplemente en un círculo blanco brillante de unos dos metros de diámetro, que flota a unos centímetros del suelo.

- Cómo mola esta katana, me la voy a quedar!! - Pensé al ver lo que había conseguido hacer con ella, aunque mi ilusión se vio literalmente cegada con aquella explosión de luz que me impedía hacer nada, porque hasta había sentido uno de esos pinchazos en la cabeza como cuando alguien te alumbra directamente a los ojos con una linterna en la oscuridad o cuando escuchas un sonido muy fuerte.

Al fin, y dando grancias, la luz desapareció y me quedé observando todo aquello como sin saber de qué iba ahora la fiesta y sin decir nada, como esperando a que sucediera algo la miré unos instantes, pero si estaba aún ahí era por algo y estaba cansada de esperar a que pasaran las cosas en vez de obligarlas a suceder así que me acerqué a tocar aquello que flotaba, quizás haciendo un poco el loco.

Megan se acercó a aquello que flotaba y lo tocó con su mano.

Al tacto, parecía una especie de líquido espeso, que se adhería a la piel de la muchacha, sin embargo, el dedo que había apoyado se hundió un poco en ese líquido flotante, como si fuera una piscina.

Pero no sucedió absolutamente nada.

Cuando quitó la mano de allí, la tenía tal cual estaba antes. Ni mojada ni nada, como si no hubiera hecho ningún movimiento ni hubiera tocado esa cosa.

Me giré unos instantes, mirando al resto mientras me encogía de hombros, pues pensaba que sucedería algo, cuando me di cuenta de que Kenshiro estaba en el suelo, pero casi era mejor que yo no intentara revisar sus heridas, porque con lo torpe que era sería capaz de matarlo sin querer y eso no me lo perdonaría.

- Echad un vistazo a Kenshiro, quizás debamos dejarle en un hospital. - Aunque un hospital en los años setenta daba un poco de miedo, aunque fuera en un país civilizado y más, cuando parecía que la poca electrónica que podían tener se había vuelto un poco loca.

Centré mi vista de nuevo en aquel círculo y entonces se me ocurrió otra idea, lógicamente peor que la anterior de tocarlo y sonreí, aunque fuera una sonrisa de " voy a hacer una trastada suicida ".

- ¿ Y si es como una puerta?

Antes de que nadie me respondiera nada y con la katana en la mano por si acaso, avancé hacia ella como si quiera pasar por una puerta normal y corriente.

- Espero que esto no duela mucho..

Me acerco a ver como esta Kenshiro aunque no tengo demasiada idea de 1º auxilios. Miro la extraña reaccion de la esfera al intento de tocarla de Megan y asiento a su analisis.

Solo hay un problema, aunque sea una puerta no veo como podríamos llevarla con nosotros si no la puedes tocar... sería entrar ahora o no entrar y no se si sera lo mejor para Kenshiro... Antes de que pueda acabar Megan cruzo la puerta y yo avanzo detras de ella, no voy a dejarla ir sola a donde quiera que vaya.

 Respiro hondo mientras me mantengo en forma acuosa y me acerco al cuerpo de Kenshiro.

Dejame intentarlo a mi, no se si podre, pero voy a intentar que al menos no salga la sangre y cerrarle las heridas con el agua. Meggan no te acerques a eso hasta que estemos listos todos. 

Peter tendras que llevarle no voy a dejar a nadie aqui.

Levanto la mano poniendola sobre su pecho, cierro los ojos y me concentro. He cerrado heridas, pero no puedo estabilizarlo, asi que tendremos que hacer otra cosa. Creo una burbuja de agua a su alrededor y la endurezco para que le preserve como una camara estanca 

Kenshiro, tras los cuidados de Elisabeth y Peter, parece abrir los ojos. De alguna manera, después de tanto daño sufrido, su cuerpo aún está entero, eso sí, todavía con ese tono metálico. Peter supuso, que había sido eso lo que le mantenía vivo y que si se quitara el poder de alguna manera, su cuerpo se convertiría en papilla.

Sin embargo, sigue vivo y después de que sus heridas se hayan cerrado, ya puede volver a caminar en cuanto la camara de éstasis de Elisabeth se disipe.

Mientras tanto, Megan atraviesa el líquido, desaparenciendo en su interior...

En el momento que Megan desapareció por el portal, un haz de luz salió de él, de manera horizontal, dibujando un cilindro de luz dorada que salía del despacho del director y chocaba contra la pared del frente. Al poco tiempo, unos segundos, desapareció...

Pasas al otro lado sin problemas de ningún tipo hasta que tus pies tocan el suelo.

Estás en un lugar frío. Frío y húmedo.

Tus pies se hunden en lo que parece ser el suelo y la luz de las estrellas y la luz de la luna, están tapadas por unas nubes que no te dejan ver más allá que unos metros.

A lo lejos, todo es oscuridad, aunque puedes vislumbrar cuando el sinuoso horizonte junta la tierra que estás pisando con el oscuro firmamento.

Allí, todo es oscuridad.

Te agachas para ver que es lo que estás pisando y en tus manos, sientes como la arenisca y algunas piedrecitas se resbalan entre tus dedos.

Kenshiro parece recuperarse pero Megan desaparece antes de que pueda seguirla, sera insensata...

En esta habitación debe haber algo de la excavación... busquemos y con algo de suerte allí averiguemos algo que nos permita rescatar a Megan si se metio en algun lio. Digo antes de ponerme a buscar por la habitación cualquier documento que pudiera hacer referencia a la excavación.

A pesar del miedo de estar metiéndome en un lado que desconocía, sentí algo de quizás, satisfacción personal por hacer una tan buena deducción, aunque seguro que ahora mis compañeros me seguirían y me echarían una auténtica bronca por haber pasado así sin más, pero bueno, aún no había ningún peligro aparente a pesar de que en aquel lugar hacía frío y algo me hacía mantenerme alerta con todo y con nada, porque era lo que había a mi alrededor en ese momento.

Lo primero que hice fue mirar a mi espalda a ver si seguía teniendo un lugar por el que poder salir, pues eso sí que me parecía importante, sobretodo, porque como no lo hubiera tendría un problema y de los gordos, además, que tampoco me apetecía demasiado tener que quedarme ahí sola, pero eso me lo tenía que haber pensado antes, claro.

Poco a poco me voy recuperando , esto ha estado demasiado cerca , aun asi me sorepnde la velocidad a la que mis heridas , o lo que parecem heridas en este curpo semicristalino, se van cerrando. En poco tiempo soy capaz de levantarme y miro confundido a mi alrededor. Los demas parecen ocupados buscando algo de manera que me apoyo en una de las paredes para intentar no caerme cuando me doy cuenta de una cosa y con voz aun debil pregunto.
- Donde esta Megan?

Peter revisa el escritorio y los papeles que allí se encontraban, descubriendo varias cosas interesantes.

Lo primero: un inventario de las cosas que habían sacado de la excavación. Sin embargo, la mayoría de las cosas aparecen como desaparecidas, tachadas con rotulador negro y un dibujo de una corona a un lado.

Después, entre los papeles, hay varios manuscritos antiguos en los cuales se explica como se puede realizar un sacrificio para el alzamiento de un Dios de la antiguedad. En pocas palabras, hay que sacrificar a una virgen desnuda, atada a una piedra negra con un cuchillo ceremonial. En la parte "cuchillo ceremonial" hay una anotación con un post it que dice: Lote 023 N.

Y más y más papeles con la ubicación de la excavación, en el medio del desierto.

Caminas alejándote del portal, pero aunque miras a un lado y al otro, no logras ver absolutamente nada.

La arena se te mete en las zapatillas a medida que caminas y cada dos por tres te giras para ver si el portal sigue allí.

Por suerte, no se ha movido.

Ahora necesitas una linterna... una luz... algo que pueda hacerte ver...

Te concentras en tu mano y lentamente, esta se va iluminando con un color blanco azulado.

Tras unos segundos, una esfera de energía pura aparece en ella, con el diametro de unos centímetros.

La verdad es que a falta de luz, la energía de la que está formada la bola ilumina un poco, pero sólo apenas un par de metros alrededor tuyo, lo justo para no tropezarte con una piedra o no caer en algún pozo que pueda haber por allí.

Ahora, con la luz, todo lo que esté fuera de ella te resulta borroso, ya que la tienes delante e incide en tus ojos, borrando todo lo que esté fuera del cono de luz que desprende la esfera.

Lo único que puedes ver a lo lejos, es el portal, que aún continúa abierto y brillando.

Y todavía no puedes creer en lo que tienes en la mano.

Como siempre, pues parecía que era mi forma de sentirme habitual, estaba confundida. No es que entendiera demasiado cómo podía haber pasado a estar en otra parte y mucho menos eso de que de repente apareciera luz en mi mano al pensar en que necesitaba una luz. Verla aparecer me hizo sentir tranquila, pero al darme cuenta de que debido a ella, lo demás se hacía más imperceptible, no sabía si seguir alegrándome porque hubiera aparecido. Eso por no decir que seguía andando sin rumbo fijo en mitad de la nada.

- Ya podía haber pensando en tener ojos de gato en vez de una bola de luz en la mano.. - Pensé como reprimenda a mí misma. - Casi mejor no pedir nada no me vayan a querer pasar una factura luego.

- ¿ HAY ALGUIEN AQUÍ?! - Grité viendo que estaba más sola que la una.