Partida Rol por web

Más que humanos

.: José Luis Torres :.

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31/10/2009, 18:08
Director

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14/11/2009, 22:43
Director

 

 

Primavera.

Lunes 4.

7:00 AM.

Otra vez lunes. Otra vez la misma rutina.

El despertador ha sonado hace un minuto y si no lo apagas correctamente, volverá a sonar en ocho minutos más. Por un momento piensas quién demonios ha diseñado un despertador que una vez que suena, suene cada nueve minutos... ¿Por qué no cinco? ¿Por qué no diez?

Aunque rápidamente te quitas eso de la cabeza. No son cosas para pensar un lunes por la mañana, y mucho menos con el día que recién comienza. Mucho menos cuando los rayos del sol se cuelan por la ventana y calientan tu habitación.

La radio de tu despertador comienza a dar las noticias de lo ocurrido durante la noche. Al parecer, han habido varios muertos por un terremoto en la Ciudad de Venezuela, y un grupo de encapuchados se a acercado a ayudar, salvándole la vida a varias personas de un autobus que estaba a punto de caer en una grieta. Después, pasaron a los deportes, al tiempo, el cual será soleado y según dice la chica de siempre, "sin una bonita nube en el firmamento".

Con este panorama, ¿cómo no tener ganas de levantarte y afrontar tu día en completa paz interior y armonia?

Simplemente, por que es lunes.

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15/11/2009, 20:39
José Luís Torres

Pi, pi, pi, pi, pi

Pi, pi, pi, pi, pi

Pi, pi, pi, pi, pi

Me doy media vuelta en la cama y miro con cara de asesino al despertador, sin duda, el peor invento de la humanidad en franca batalla con el mejor, la cama. Pero es lunes. De nuevo. Un lunes de mierda que ya me lleva deprimiendo desde la tarde de ayer. Quizás por eso odie también los domingos tanto como los lunes. Y el puto despertador no reacciona ante mi mirada letal, arrugándose y prometiendo no volver a sonar. Seguramente, mis legañas no son el complemento ideal para llegar a asustarlo. Que sea una máquina, tampoco me ayuda mucho. Así que me conformaré con el tortazo de rigor para impedir que vuelva a sonar. Solo espero que la asociación protectora americana de relojes no se entere de esto.

Enchufo la cafetera y me pego una ducha rápida. Debería afeitarme, pero me da una pereza del copón. Cepillarme los dientes también, pero todo sea por un adecuado clima de trabajo. No es cosa de ir con el pozo cantando La Traviata.

Y aquí estoy, ante mi taza de café, escuhando la radio y las noticias que vomita. Ideales para un lunes y que te asalten ganas de comprar un arma y visitar un instituto o un campus y cargarte a la mitad de la población estudiantil. Lo cierto, es que viendo lo que pulula por allí, casi que hasta sería un acto humanitario. Y si no fuera por los de la asociación antiarmas, que acabarían manifestándose ante el Capitolio, de fijo que no era ni noticia en los medios. Pero bueno, parece que hay esperanza en el mundo. Como estos venezolanitos, que mira que hay gente dispuesta a ayudar a otros cuando la tierra se los va a tragar, como si fueran un trozo de mierda a punto de desaparecer por el sumidero del báter. Aunque, ¿para qué llevaban pasamontañas? ¿Iban a atracar un banco antes o qué? ¿O eran anti Chávez? En fin, misterios de la vida. Al menos, hoy va a hacer buen tiempo. ¡Viva el smog!

Bueno, un poquito de fregoteo y listo para empezar otro increíble día de amor, lujo y glamour en los tribunales. Si es que me quejo de vicio. Señores, reconozcámoslo. Soy un privilegiado. Hala, José Luís, date el piro o no pillas el autobús y como llegues tarde otra vez, la gorda de la Mary Sue te echa la del pulpo.

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16/11/2009, 10:47
Director

 

Sales de tu casa con tiempo, no como otros días que sales con el despertador pegado a la cara. Te subes al autobus y pasas de poner la radio, ya que seguramente hablaran de las noticias de siempre, así que te decides por un compilado de MP3 de musica para alegrarte la mañana sonando directamente en tu cabeza.

Cuando la música comienza a sonar, avanzas hacia el trabajo a una buena velocidad. No hay atascos, así que no llegarás para nada tarde, es más, llegarás más temprano que de costumbre. Los semaforos parecen haberse puesto de acuerdo para que todos estén en verde o ambar a tu paso. Es como si fuera el autobus mágico o algo por el estilo.

Cuando llegas al trabajo, te bajas donde siempre, en el lugar que tiene reservado y comienzas a subir las escaleras que te llevan al vestibulo, para así poder coger el ascensor hasta tu planta. En ese momento, sientes como alguien te llaman por detrás y también te habla con su voz dulce, pero seria.

Al final has llegado casi tan temprano como yo.

 

 

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16/11/2009, 17:39
José Luís Torres

Es un lunes maravilloso. No solo el despertador suena puntual, sino que el autobús llega con una puntualidad que ya quisieran los británicos. A este paso, de fijo que llego a la hora, lo cual me entusiasma, aunque claro, no oír los berridos de la Mary Sue siempre será un alivio.

Me enchufo los cascos, la musiquilla molona sonando, y canturreo la letra.

Toasty!!!!
Vi ahi..
cagua aquel
cagua aquel
olvidate que ya no te traen nada para cantar
solamente le trae la historia
del gato voladooooor
el gato voladooooor
y dice asi
cubana-hubana-ana
cubana-hubana-ana
fue horrible
cubana-hubana-ana
cubana-hubana-ana
Y dice asi
hago comc iguana
hago como mosquito
hago como pollito
hago como ballena
hago como vaca.....
muuuuuu..
pero ustedes lo que quieren es
el gato voladooooor
el gato voladooooor
Hubo una fiesta en mi barrio llego don gato
llego el gato tom
llego el gato felix
llego silvestre tambien vino garfield pero hacia falta un gato
saben quien es?
mmmm...
el gato volador
el gato volador
porqueria de cancion

Y mientras, con la cabeza apoyada contra el cristal, no vaya a ser que los decibelios hagan que se me desprenda del cuello, aprovecho para mirar el panorama. Y me doy cuenta de que el mundo hoy está al revés. ¿Cuándo se ha visto que no haya un maldito atasco en esta ciudad? ¿Y que los semáforos se hayan confabulado en mi contra para que fiche a la hora? Bueno, también es cierto que una vez al año, ni a los viejos hace daño, y aunque la expresión tiene una clara connotación sexual, tampoco queda tan mal. A fin de cuentas, y es que estoy mirando mi Cutrecassio, me jode llegar antes de tiempo.

Pero hay que apechugar, que el mundo del proletario de a pie es duro. Así que me bajo del bus, y sin entretenerme en la contemplación de los hábitos reproductores de los ácaros del polvo instalados en mi camiseta, subo las escaleras, atravieso el vestíbulo y llamo al ascensor.

Mmm, esa voz de teleoperadora porno... pienso al oír la voz de alguien que se dirige a mí, con una sutil carga de profundidad irónica en su mensaje.

- Ya ves, yo también soy capaz - digo volviéndome hacia ella.

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16/11/2009, 19:24
Rachel Calahan

Pues parece que los astros hoy están de nuestra parte, ya que me he quedado dormida y aún así he llegado a tiempo. Dice Rachel mientras te sonríe y se pone a tu lado.

Rachel Calahan, una simpática señorita que trabaja contigo en el despacho contiguo. Está claro que desde que la conoces, siempre has hablado con ella. Es algo extraña, y sobre todo despistada, ya que no conoces mucho de su vida más que la que suele contar en el trabajo. Sabes que vive sola, que le gusta leer mucho y que es fanática de algún tipo de deporte que ahora mismo no recuerdas el nombre.

Siempre que te ve te saluda con una sonrisa, tenga o no tenga un buen día, nunca ha dejado de hablarte. Y también tiene por costumbre, como sois vecinos de despacho, llevarte un café con leche para la media mañana, sólo por que sí. Al principio pensabas que quería ligar de alguna manera contigo, pero con el tiempo, te has dado cuenta que él es así de maja y lo del café lo hace por que quiere, no por que espera algo a cambio.

Los rumores de la oficina cuentan que es lesbiana, que se ha liado con una de las de contabilidad y que vive con un hijo de una antigua pareja la cual lo dejó tirado. Pero son sólo rumores... que pueden ser verdad, como si no. Igualmente nunca se lo has preguntado...

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17/11/2009, 12:33
José Luís Torres

- ¿Te has quedado dormida y has llegado a tiempo? Rachel, esto es digno de un episodio de Expediente X. Puede que hasta de Sobrenatural - le digo a la muchacha soltando una risita -. Dime, entonces, ¿eres sonámbula? ¿O en algún momento has acabado por despertar?

La chica es más que simpática, de lo poco decente de este antro de perdición y aunque hubo un momento en que pensé que me tiraba los trastos, lo cierto es que estaba equivocado. Una pena para mí, aunque ella ha salido ganando. Bueno, y la Vannessa que me tiene en exclusiva como juguetito sexual. Y que conste que lo de juguetito no hace referencia al tamaño de mi little brother.

Tras hacer mi gracia de rigor, le guiño un ojo con simpatía.

- ¿Y qué tal el weekend? ¿Practicando ese deporte tan raro tuyo?

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17/11/2009, 14:34
Rachel Calahan

No, no, no. Dice negando con la cabeza a la vez que con el dedo mientras sube la escalera a tu lado hasta llegar al ascensor.

Como siempre, o como cada vez que coincidís allí, ella se adelanta y le da al botón de llamada mientras se queda tarareando una canción. La verdad es que a veces se comporta de manera extraña, pero bueno, tras años de currar con ella ya sabes que su extrañeza no es mala, simplemente, es rara. Pero rara bien, no de esas raras con cara de psicopata.

¿Qué tal el trabajo de hoy? ¿Te has dejado algo por hacer el viernes? Te dice mientras entráis al ascensor y tocáis el piso donde trabajais. Yo he tenido que venir el sábado para terminar una cosa que me quedo a medias el viernes. Menudo marrón. Tengo al jefe pegado a mi culo durante toda la semana, pero hoy, está todo listo.

Y tu también sabes que tienes todo listo. Sin embargo, sabes que cuando llegues a tu despacho, tendrás una pila de carpetas que revisar.

 

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18/11/2009, 20:38
José Luís Torres

- Eres la nena con el dedo más rapido de todos los Estados Unidos. No hay forma de adelantarme a él - digo sonriendo ampliamente, eliminando cualquier posible doble significado. Que haberlo haylo, pero no es la cosa -. Y en cuanto al trabajo, me metí una buena panzada perdiendo papeles, traspapelando citaciones y el viernes me quedó todo niquelado - digo antes de echarme a reír -. No, es broma. Acabé todo, pero solo de pensar en el carro mierda que me espera cuando cruce la puerta de la oficina, me dan ganas de darme media vuelta y suicidarme a base de donuts. En fin, que habrá más de lo de siempre - digo encogiéndome de hombros -. Y tu jefe es un mamón. Pero eso ya lo sabes. Tío más asqueroso - digo con asco -. Pero Rachel, la próxima vez que te encuentres en una de esas, avísame y te echo un cable. Si no, me voy a enfadar. Además, de algún modo tendré que corresponder un día  a tus cafelitos de media mañana. Y conste que soy sincero. Palabrita de boy scout.

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19/11/2009, 18:42
Director

 

Rachel levantó sus manos y se encogió de hombros, al mismo tiempo que sonreía de lado como diciendo: Es lo que hay, amigo, ninguno nos salvaremos de los papeles. Y la verdad es que tenía razón. Ella también tendría lo suyo una vez haya llegado a su despacho.

Las puertas del ascensor se abrieron en vuestro piso y la chica te saluda guiñándote un ojo, para dirigirse a su despacho, justo una puerta después del tuyo.

Tu caminas despacio hasta el tuyo y cuando abres la puerta ves la pila de unas ocho carpetas en tu "bandeja de entrada". Al otro lado del cartón, puedes escuchar a tu compañera cagarse en algo o en alguien mientras sientes como se tumba en su silla dispuesta a trabajar.

Bueno, es lunes... otro lunes más...

 

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19/11/2009, 20:28
José Luís Torres

- Ciao, bella - digo a modo de despedida cuando la puerta del ascensor se abre. Y como lo bueno, al igual que lo malo, puede esperar, me dirijo a mi oficina a paso tortuga que no es cuestión de con las prisas caerme y pillar una baja laboral por haberme roto una pierna. Además, me gusta practicar un paso macarrilla, a sabiendas de que estoy solo y nadie me mira. Pero el trabajo, es como la muerte. Inevitable. Y mi camino acaba frente a la puerta de mi despacho. Por un instante estoy a punto de santiguarme, viejas reminiscencias de una educación católica casera de la mano de mis padres mexicanos, pero como tiendo a ateagnosyente, es decir, una mierda de estado en la que no sé que hay ahí arriba si es que hay algo, me reprimo y opto por rascarme el culo que, en definitiva, es más satisfactorio.

Y llega la visión. Ocho carpetas. Ocho. Ni nueve ni siete. Que a ver qué lunes llego y la bandeja está vacía o con una sola carpetita que me diga que tengo vacaciones pagadas a las Bahamas. Suspiro como si fuera una vaca enamorada, hago oídos sordos a las quejas de la vecina y me derramo en mi asiento, al tiempo que dejo mi mochila a un lado. Es hora de abrir la primera carpeta.

Lunes, puto lunes.

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23/11/2009, 18:14
Director

 

Folios aquí, folios allá. La verdad es que no sabes por que demonios no sueñas con sentencias cuando duermes por las noches. Es algo que a veces no sabes por dónde pillarlas, pero hasta ahora va todo bien... hasta que llegas a la carpeta número tres... "Winchester Co." reza la portada.

Abres lentamente la carpeta mientras un escalofrío te recorre la espalda. Es como si supieras lo que se te viene encima. Comienzas a mirar las cosas y ¡oh sorpresa!

Si alguna vez has pensado en cual sería la carpeta que haga que tu cerebro se bloquee sin saber por donde cogerla, pues esta es esa carpeta. El terror de los que trabajan en tu puesto. Era sencillamente "EL MARRÓN DEL SIGLO".

En ese momento te golpean la puerta y sin esperar que digas algo, entra tu compañera, como todos los días, con un vaso de café con leche en la mano. Pero al verte, te mira levantando las cejas y no sonríe.

¿Qué? ¿Has visto un fantasma o qué? Dice dándote el vaso.

 

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24/11/2009, 20:41
José Luís Torres

- No - respondo a Rachel, con la mirada bailando entre la carpeta y ella -. A los fantasmas no les tengo miedo, por mucho que hagan "uuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhh" y lleven cadenas. Aunque bueno, a los otros fantasmas, a esos que están forrados de pelas les tengo cierto respeto y un pelín de envidia. Gracias - digo cogiendo el café y dándole un sorbo -. Pero a esto, a esto... - digo sacudiendo la carpeta -, miedo no, pánico - señalo sin un ápice de humor -. Houston, Houston, i have a problem. Rachel, me acaba de caer un muerto, el peor de ellos, un marrón king size, toda la mierda de las putas cloacas de Mierda City.

Me callo durante un buen rato mientras me bebo el café y tamborileo con mis dedos sobre la carpeta. Ganas me dan de llevarla a la trituradora de papel y decir que no me ha llegado. Pero de fijo se iban a a enterar. Y si se la coloco a otro... Bueno, puedo ser un jetas, pero no soy ruin y tampoco es cosa de endilgarle el muerto a un compi.

- Rachel, es puto lunes y tiene la pinta de que va a transformarse en el peor puto lunes de mi vida. De esta vida y la de mis futuras reencarnaciones. Me han clavado un asunto de la compañía Winchester. Por la espalda. Y sin anestesia.

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25/11/2009, 13:21
Rachel Calahan

 

Dioses... ¿te ha tocado la cuenta de Winchester? Madre de dios. Dice tu compañera llevándose las manos a la cabeza y entonces puedes ver que tiene un pequeño paquete envuelto en papel de regalo entre ellas. La verdad es que es una verdadera putada y yo... bueno, yo te había comprado esto el otro día que me pareció que te ayudaría a relajarte. Yo tengo uno y no sabes como me paso horas mirándolo para después seguir con más ganas.

La chica te entrega la cajita mientras te sonrie. Tu la coges entre las manos y la comienzas a abrir al completo para desvelar uno de esos pajaritos de cristal con un liquido azul dentro que están siempre yendo y viniendo como si bebieran de algún tipo de cuenco invisible lleno de agua invisible.

Si lo miras durante unos minutos, relaja de verdad. Te dice esperando que te haya gustado el presente.

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25/11/2009, 18:18
José Luís Torres

Ver a Rachel llevarse las manos a la cabeza es el peor de los síntomas a la hora de describir lo que está por venirme encima. Hoy ha debido mirarme un tuerto. O dos, porque esto no es normal. Soy un tío majo y simpático, así que ¿quién me odia tanto como para empapelarme de este modo? Y el pollo de cristal de Raquel, ¿qué le digo? ¿Que es un pongo? Uno de esos regalos, que cuando te los ofrecen lo primero que piensas es "y esto, ¿dónde lo pongo?". Pero la chica me lo ha hecho con la mejor de las intenciones y tampoco es plan el decirle que de verle moverse con ese vaivén, me dan ganas de echar la pota del mareo que me entra. Y tampoco es cosa de quitarle el polvo en la ventana y dejar que se me caiga. Al final, quién sabe, puede que hasta tenga su utilidad.

- Gracias Rachel. Claro que me gusta - digo en un tono de lo más convincente -. Pero no debías haberte molestado. De verdad que eres un tía chapeau. Y sí, seguro que me relaja. Buena falta me va a hacer, si lo pienso bien. Aún no he empezado y ya estoy histérico - digo dando un golpecito en el pico al pájaro de cristal y mirándolo bailar durante unos segundos -. Mira, ya estoy más tranquilo. Bueno, Rachel, no te quiero echar, pero cuanto antes empiece antes acabaré con esto. Si te parece, podríamos almorzar luego juntos. Yo invito.

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25/11/2009, 19:00
Rachel Calahan

Vale. Dijo Rachel con una sonrisa.

¿Vale? ¿Así sin más? La chica ni siquiera se lo pensó, respondió automáticamente un "vale" a tu invitación. ¿Es que lo estaba esperando? ¿Es que realmente lo que quiere es salir contigo? Bueno, esas y un montón de preguntas más se cruzaron por tu mente en el preciso momento cuando, sin saber por qué, le has preguntado si quería almorzar contigo.

Pero me dejas invitarte a mí. Es lo menos que puedo hacer por alguien que ha cogido LA carpeta. Además, algún día me pasará a mí y seguro que tu harías lo mismo por mí. Continúa la chica. Nos vemos a la hora de la comida, no te estreses y si lo haces, recuerda el pajarito.

Y así, diciendo eso, se fue de tu despacho con un sonoro "chaooooo" mientras te dejaba allí con el café, la carpeta y un pájaro raro que no paraba quieto nunca...

 

 

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26/11/2009, 23:17
José Luís Torres

- Lo que tú digas. Chaoooo - respondo. No tengo la más mínima intención de discutir acerca de quién va a pagar. No por nada soy el más rápido con la Visa al este del Potomac.

Me quedo mirando la carpeta una vez más. Decir que siento pereza es poco. Es más, estoy al borde de la procastinación más absoluta. o de despedirme. No estoy muy seguro. Pero ajo y agua, o como diría mi expeditiva madre, a joderse y aguantarse. Así que abro la carpeta y empiezo a repasar el dossier.

No sé cuánto tiempo h apasado pero juro que me bailan las letras. O eso, o estoy temblando yo mismo. Y frente a mí, el pollo ese bailoteando. Distraído le pego un toque en el pico y como pasa cuando estudias para un examen que no te apetece, me quedo mirándolo fijamente, dejando que el tiempo pase. ¿Será verdad eso de que relaja?

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27/11/2009, 00:55
Director

Te metes de lleno en la carpeta, en esa espantosa carpeta mientras el pararillo bebe agua tranquilo. Mientras lees, no puedes dejar de ver el pajarillo por el rabillo del ojo, como se mueve de arriba abajo como buscando petroleo, pero sin encontrarlo claro. Lo mueves un poco más allá, hacia delante para sacarlo de tu campo de visión y continúas con tu trabajo.

Y te concentrás cada vez más, y más, y más... simplemente te zambulles en la carpeta para intentar descifrar todo eso que tienes allí que parece un libro de un niño de cuatro años y...

Plic. Plic. Plic.

El ruido del pajarito al beber te saca de tu concentración.

Plic. Plic. Plic.

Pero aún así, aunque escuchar el ruido que hace al intentar beber, no es algo que te moleste, más bien te tranquiliza, pero te desconcentra. Apoyas un dedo sobre él para que pare de una vez de moverse, pero al quitarlo, otra vez vuelve a hacer de las suyas...

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27/11/2009, 22:52
José Luís Torres

Llevo horas intentando despejar el contenido de la carpeta. Me siento como si fuera un puto egiptólogo ante un jeroglífico. Lo malo es que no han descubierto la piedra Roseta y estoy casi como al comienzo. ¿Pero quién cojones ha elaborado esto? ¿Un niño de parvulario?

Plic, plic, plic

- ¿Y sabes qué te digo? Que me estás volviendo loco - digo dirigiéndome al pajarito de cristal -. En buena hora se le ocurrió a Rachel regalarme este pollo. Así no hay forma de concentrarse y noto que mi olla a presión está a punto de reventar - digo verdaderamente molesto cuando tras ponerle el dedo encima vuelve a ponerse en movimiento -. O Winchester o tú, nene, y has perdido. Así que al cajón.

Y dicho y hecho, abro el cajón y meto el pajaro dentro, con la esperanza de no oirlo más. Es eso o un terrible suicidio cayendo desde mi planta al suelo de la calle. De lo que dudo es si el que se suicidará será él o yo.

 

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28/11/2009, 15:58
Director

 

Y así lo haces... o por lo menos lo intentas... el plic plic plic del maltido regalo aún seguía metido en tu cabeza. Pero ahora cierras los ojos con fuerza y el ruido sigue allí, aunque cuando intentas escucharlo, te parece que no proviene desde dentro del cajón. Está claro, desde allí dentro no puede salir un sonido tan suave como un plic plic plic pero lo sigues escuchando... como si se te hubiera metido en la cabeza.

Por un momento piensas en qué maldito regalo, en que maldita sea la hora que te lo ha regalado, pero en ese momento el ruidillo se detiene por completo.

No más plic plic plic. Y eso era un alivio, ya que te puedes poner manos a la obra con la puñetera carpeta.

Ahora necesitas calcular, muchas cosas que mirar, muchos folios, muchas cosas y necesitas cuadrar algo si quieres salir con vida esta semana de la oficina. Comienzas a tamborillear con la goma del lapiz sobre la mesa de manera rítmica mientras piensas y al cabo de unos minutos bajas la mirada para buscar la calculadora de tu escritorio y la tienes justo bajo la goma de tu lapiz que durante todo este tiempo le ha estado dando al 4 en la máquina.

 

Plic plic plic.

Sí. Otra vez el maldito sonido.

Ahora si lo puedes escuchar desde dentro del cajón y lentamente, te va sacando de quisio. Llega un momento en que te das cuenta que no tocas las teclas de la calculadora con el lapiz, sino, las golpeas con él hasta que al final, se termina rompiendo en dos.

Plic plic plic.

El ruido continúa.

Tu no quieres otra cosa que gritar, que gritar con fuerza, pero aún así intentas controlarte. Cosa que es implosible por que el ruido sigue siendo cada vez más fuerte. Llevas tus manos a tus sienes y cierras los ojos con fuerza, como último remedio antes de volverte loco y en ese momento, el ruido de cristales rotos te saca de tu locura transitoria.

Abres el cajón y miras en su interior... el patito azul yace en el cajón... destrozado...