Partida Rol por web

Me siento más aliviado cuando veo que Gabriel sigue de nuestra parte pero la verdad es que lo de antes ha sido bastante... raro. Aún así no le doy más vueltas, entre otras cosas porque no tenemos tiempo, y en cuanto él coge la porra yo opto por hacerme con una arma de fuego. No es que sepa manejarlas demasiado pero apretar el gatillo debería ser fácil y al menos intimida, ¿no?

-No, no, perdona...- enseguida vuelvo al ascensor, extendiendo los brazos para recoger a mi hermana con una pequeña sonrisa antes de que sus pies toquen el suelo -Coge otra arma, por si acaso- le aconsejo dejando que se haga con una de ellas mientras Gabriel nos cubre, cogiendo una de las manos de Carol para no perderla mientras corremos hacia nos indicó Bastian para intentar encontrar la espada. Vamos a necesitarla si tenemos que enfrentarnos a esa... cosa.

- Cuando estamos todos, nos movemos, tal como dice Mickey hacia allá

Mikey me ayuda a bajar con una facilidad abrumadora. Luego me comenta algo de un arma pero mis sentidos están pendientes del terrible aullido que ha llegado a mis oídos. Busco con mis ojos al dueño de ese aullido, pero de momento no hay vistas de él, aunque sigo apretando la cosa que me dio Marcus con mi mano mientras sigo a mi hermano y a Gabriel con el corazón galopando sin parar.

Todos seguís a Mikey que parece haberse erigido como guía en esta especie de mazmorra de cristal. Tras cruzar el pasillo llegáis ante una gran puerta con ventanas de cristal a través de las cuales podéis ver la exposición de arte nipón. Claramente ese es el sitio donde está la espada.

La puerta está cerrada, es de madera maciza pero tiene dos ventanas de cristal y rompiéndolos se podrá abrir desde dentro. No es la seguridad que os habíais imaginado...

Las cosas van relativamente bien, aunque tampoco del todo, claro. Al menos llegamos hasta la zona de la exposición sin demasiados contratiempos pero como era de esperar no iba a ser tan fácil y tras comprobar que la puerta de madera no cede resoplo sonoramente.

-Podríamos romper el cristal pero delataríamos nuestra posición exacta- cosa que quiero evitar, si es que podemos permitírnoslo -¿Alguno se siente capaz de forzar la puerta...?- miro a ambos alternativamente porque sé que tenemos prisa y el tiempo también corre en nuestra contra pero aún así me tomo la libertad de intentarlo, combinando las llaves que llevo en un bolsillo con una pinza que me tiende Caroline. Es un método muy rudimentario que dudo que funcione pero por probar...

Mikey demuestra tener maña, puede que su "infancia" haya sido más interesante de lo que creéis. Logra abrir la puerta y podéis acceder a la exposición.

La primera imagen que veis de ella es de una armadura samurai.

A su lado podéis ver una gran cantidad de porcelana, armas japonesas, más armaduras, trajes de seda, grabados escritos con caracteres japoneses. La verdad es que es una exposición inmensa...pero tenéis una misión: encontrar la espada. Parece que la exposición rodea toda la planta, así que tendréis que decidiros por izquierda o derecha para empezar a buscar...o dividiros.

Entro y me quedo realmente fascinada ante lo que mis ojos se presenta. Nunca he estado en un lugar como aquel, he ido a museos, claro, pero no como este. Miro a los lados y me giro a mis compañeros.

-¿Nos separamos?-les pregunto mirando a Mikey claramente con la intención de irme con él.

- Vista la intención en la pregunta y mirada de Caroline hacia Mickey, digo - Yo iré por la izquierda entonces. Suerte, nos veremos a la salida - Sin esperar mayor respuesta, cojo en esa dirección

Por suerte entrar resulta un poco más fácil de lo esperado pero no podemos permitirnos perder tiempo, por eso avanzamos deprisa hasta llegar a la primera bifurcación. En otra circunstancia disfrutaría muchísimo de una exposición oriental como esa pero por desgracia ahora no puedo distraerme con sus distintas piezas... y aún así lo hago al ver una espléndida armadura samurai que me fascina, momento en el que mis compañeros deciden separarse sin apenas dudar. Yo no estoy seguro de que sea la mejor opción pero tampoco me opongo -Buena suerte, ten cuidado- le deseo a Gabriel antes de girarme hacia mi hermana, asintiendo como para darle seguridad y continuar por donde nos toca, la derecha.

-No toques nada, por si acaso- no creo que fuera a hacerlo pero no está de más dejarlo claro. Debería volverme invisible para pasar más desapercibido y poder escabullirme de miradas indiscretas pero no quiero dejar a mi hermana sola y expuesta así que me limito a ir algo más deprisa para encontrar la afamada katana. ¿Se supone que debería ser distinta a una normal...?

No pude evitar agarrar la camiseta de mi hermano como cuando era niña y tenía miedo a perderme. Asiento rápidamente a lo de no tocar nada como si fuera una niña de siete años que quiere impresionar al chico que le gusta.

Mis ojos se van perdiendo en la inmensidad de la exposición mientras Mikey y yo avanzamos.

Empiezas a examinar la zona que has elegido, das la vuelta a la esquina y compruebas que hay una exposición de armas asiáticas ya que algunas de ellas no te parecen originarias de Japón. Hay armaduras completas, algunas de ellas realmente extrañas como salidas de algún cuento tenebroso. La verdad pasar una noche en esta sala podría aparentar ser muy peligroso. Hay multitud de espadas y la mayoría de ellas llevan su nombre indicado en caracteres japoneses. Será un problema identificar cuál es la auténtica...si es que es una de ellas. 

Aunque la verdad una espada como esa debería tener un expositor propio y seguramente esté al doblar la esquina de fondo.

La zona que habéis elegido examinar parece muy tranquila. Trajes y sedas asiáticas, podéis ver un par de trajes completos de geishas o eso os da la impresión por los dibujos que pueblan las paredes. No hay ni rastro de armas en esa zona. El pasillo es bastante largo (70 metros por lo menos) lo que os da una imagen del tamaño de la exposición.

Ni rastro de la espada, aunque una espada así tendrá su propia vitrina y seguramente esté protegido con una alarma porque hasta ahora no habéis tenido grandes contratiempos.

La inmensidad de la exposición me deja un poco sorprendida y, pos un segundo me olvido de lo que estamos buscando y miro los trajes de geishas y demás complementos. Luego me centro y no olvido de donde nos encontramos.

-Esto es enorme-le digo a mi hermano con los ojos abiertos completamente. 

Avanzamos con cautela y sin separarnos el uno del otro pero la exposición resulta ser algo más grande de lo esperado. En realidad sí que podía calcular que sería amplia, un edificio de esta magnitud y en esta zona está claro que contaría con recursos, pero aún así suponía que el pasillo que nos separaría de Gabriel sería más corto y eso me inquieta un poco.

-Demasiado tranquilo, diría yo- le confieso por lo bajo, mirándola de reojo mientras compruebo a través de las vitrinas que no haya nadie más, apretando un poco el paso pero sin llegar a correr ya que entonces haríamos demasiado ruido.

Notas que el pasillo de exposiciones que estás revisando está muy tranquilo...demasiado tranquilo. Por instinto te lanzas al suelo de frente y ruedas por el suelo mientras echas un vistazo atrás. Ves una especie de sombra con una katana que estuvo a punto de rebanar tu cabeza. Ves que parece tener una especie de camuflaje que le permite adaptarse al entorno pero al moverse es completamente visible. 

La sombra se gira y puedes ver dos ojos rojos que te miran fijamente...parece que eres su objetivo.

Camináis con mucho cuidado, pero a medida que avanzáis por el pasillo de exposiciones que estáis revisando notáis una calma muy extraña...

Mikey parece darse cuenta de algo justo antes que su hermana Caroline se de cuenta de que algo va mal. La agarra de la mano y la arrastra junto a él justo en el momento que el filo de una katana golpea el suelo...en ese momento observáis la sombra que la sostiene con firmeza. No lo visteis antes porque parecía estar camuflado entre los objetos, era invisible a vuestros ojos pero ahora con el movimiento podéis perfilar su silueta. Es una figura antropomorfa de casi dos metros de altura que blande una afilada katana, sus ojos son de color rojo como si no fuera humano...

Parece que al final la exposición estaba protegida.

- Vista la sorpresa y que no me voy a poder escurrir sin más y no puedo hacer otra cosa que pelear, me dispongo a ello con mi bastón telescópico, mientras lo miro fijamente para intentar adivinar su próximo movimiento

-¡Joder!- espeto claramente sorprendido y algo asustado en cuanto veo como la katana se clava en el suelo, justo donde estaba mi hermana hace apenas un instante. Abro los ojos de par en par y procuro distinguir la figura que empuña el arma pero resulta algo bastante difícil que requiere cierta concentración, aunque por suerte no es imposible.

-Esto no es precisamente un licántropo- protesto por lo bajo, apartando a mi hermana detrás de mí porque aunque no sé si estoy preparado para un enfrentamiento de este calibre probablemente sí pueda resistirlo mejor que ella así que intento disparar con el rifle que conseguí hace un momento de un guardia. No debería ser difícil pero de la teoría a la práctica hay bastante diferencia... Delataré nuestra posición pero así Gabriel también podrá encontrarnos, o eso espero.