Partida Rol por web

Despues de curiosear la zona de los peluches cogí en brazos un monstruito verde con gorro que me parecía mono, aunque en realidad no era solo eso sino que había algo en él que me incitaba a llevármelo...

Cuando Julia se volvió a acercar hacia mí la miré de forma pícara y le dije de forma suficientemente alta para que el dependiente nos oyera:

-Tranquila, estoy segura de que es aquí.

Agarro de la mano a mi compañera sujetando el peluche contra mi pecho mientras me acerco al dependiente contoneandome ligeramente.

-Un amigo nos ha recomendado esta tienda para... Abrir nuestras mentes- digo mientras me muerdo el labio inferior.

Dawler, mientras tanto, fumaba un cigarrillo al otro lado de la calle, contando el tiempo con precisión, dando espacio para que las chicas hicieran lo suyo.

Lo único que denotaba su impaciencia era el repiqueteo de la suela de su zapato contra la acera. Todo este asunto me tiene de los nervios...

Lo que más le preocupaba era la sensación de peligro constante que se cernía sobre su cabeza, y las de sus compañeras. Sentía como si hubiesen escapado constantemente a un destino muy aciago, pero que su suerte podía acabarse rápido. El asunto entero era muy turbio.

- Hay muchas cosas que pueden abrir la mente, incluso a distintos puntos de vista ¿verdad? - sonríe quedándose un segundo mirando el gesto de la agente White. Ustedes no son de por aquí ¿verdad?

Se daba cuenta que, para cierto tipo de asuntos, la agente White parecía tener más cara, era más echada para adelante, quizás todo se debiera a que Julia pertenecía más a la vieja escuela, eso sin contar con la seriedad que la caracterizaba. Metese en el papel de una lesbiana desinhibida le suponía un gran esfuerzo y, por ese motivo, prefirió no meter la pata y dejarle la voz cantante a Lizzy, la cual parecía desenvolverse mucho mejor. De hecho ya había podido comprobar lo bien que se le daban esos asuntos cuando la había pillado en plena faena en el club.

Julia simplemente sonrió, aunque se notaba tan forzada que creía no poder engañar a nadie, mientras asentía en silencio a la pregunta del dueño.

-Ohh que perspicaz- digo mientras dejo caer mi mano sobre su brazo acariciandole con el pulgar-Venimos de la gran ciudad y allí ya se nos han acabado los puntos de vista que probar -digo guiñandole un ojo-así que sólo espero que alguien tan apuesto y avispado pueda ayudarnos a encontrar algo nuevo y excitante...

- Si es excitación lo que buscan quizás deberíamos pasar a la trastienda donde tenemos otro tipo de artículos más exóticos - se dirige hacia la cortina y la retira. Pasen por aquí, por favor.

La trastienda es algo más pequeña, y una luz indirecta y rojiza ilumina la estancia, la alfombra de motivos acuáticos y los estantes llenos de juguetes y películas. Consoladores, máscaras, disfraces, muñecos… siempre con el disonante componente
de lo esotérico o del océano presente en todos ellos. Al fondo, una puerta parece dar a la vivienda de al lado.

La cola del cigarrillo se apagó bajo el zapato de Shen. Había pasado suficiente tiempo, y estaba decidido. Cruzó la calle y entró en la tienda. Alzó una ceja al no ver a las chicas en la parte que él podía ver de la tienda, pero disimuló su inquietud observando los artículos de la tienda. Con el rabillo del ojo no dejaba de buscar a Julia y a Lizzy, pero lograba controlarse, mientras el dependiente se fijaba en él.

Sonrío de forma pícara al entrar y recorro la habitación hasta detenerme en la zona de los consoladores. Cojo uno para examinarlo intentando encenderlo y de paso comprobando si se puede abrir.

-Esto está muchísimo mejor-digo mientras deslizo la mano masajeando el aparato sensualmente-esto sería un buen inicio para la noche ¿verdad cariño?-digo guiñandole el ojo a Julia-pero... quizás-me acerco al dependiente-tengáis algo que nos de el empujón final, algo realmente especial...

Tras traspasar la cortina se encontró con el verdadero negocio. Julia había visto muchas cosas durante su carrera profesional, pero desde luego aquellos extraños juguetes sexuales le parecían el culmen de la perversión, no tanto por los objetos en sí sino por que todo parecía basarse en el mar... y a ella el mar no le resultaba demasiado placentero.

—Por supuesto mi amor —contestó al comentario de su compañera intentando poner un tono malicioso y travieso en su voz—. Pero yo también quisiera algo más... ¿cómo decirlo? Algo que nos pueda poner mucho más a tono de lo que ya estaríamos... Algo que nos llevara al límite.

Era una apuesta arriesgada pero, tal y como había ido la investigación hasta el momento, lo único que podían hacer.

- Bueno, es algo que no solemos ofrecer a cualquiera pero vosotras ¿os importa que os tutee? parecéis gente de mente abierta y dispuesta a probar cosas....espera unos segundos anhelando una confirmación...Tenemos un grupo de relaciones abiertas y si estáis dispuestas podría gestionar que participéis en la próxima reunión ¿qué me decís?

Lee, entre tanto, se acercaba disimuladamente a la puerta de la trastienda mientras examinaba concienzudamente los artículos de aquella primera sección. 

Cuando logró captar la voz de Julia y de Lizzy, se tranquilizó muchísimo. Intentó escuchar la conversación, preparado para intervenir en cualquier momento que fuese necesario.

¿Oh Dios donde me estoy metiendo otra vez? Lo último que quiero es acabar otra vez desnuda en una sala llena de gente desconocida, pero este hombre es la única pista que tenemos asi que... Allá voy...

Me lanzo al cuello del hombre para abrazarle alegremente haciendo de tripas corazón.

¡Sí! ¡Gracias por la oportunidad! Eso sería fantástico, ¿verdad amor? -sin soltarle le pregunto- ¿Cuándo será la próxima reunión? ¡Nos morimos de ganas!

No quería mirar a Julia, sospechaba que estaba asesinandome con la mirada.

Toda la situación pilló con la guardia baja a Julia que no pudo evitar volver la cabeza hacia Lizzy con los ojos muy abiertos, no podía creerse que acababa de aceptar una invitación como aquella. Una cosa era simular que tenían una relación pero aquello tenía pinta de ir más allá que el paripé de cinco minutos.

- Si, claro - dijo fingiendo una sonrisa lo mejor que pudo.

- Perfecto, dijo complacido por la aceptación de su propuesta. Precisamente esta noche hemos quedado a las nueve aquí...yo vivo en la casa de encima de la tienda - vio entonces la cara de Julia y añadió: Si no es demasiado precipitado.

Sonrío alegremente dándole un sonoro beso en la mejilla al hombre y soltandole por fin.

-¡Genial! Esta noche nos viene perfecto, ahora mismo nos vamos al hotel para prepararnos, pero antes, querida-digo cogiendo a Julia de la mano y señalando con la otra zonas de la tienda- escoge uno como el que vimos en casa de nuestro amigo-digo esperando que coja un consolador como el que vimos en la casa de Carcossa.

Aquello se estaba yendi de madre pero por lo menos aún disponían de unas horas para trazar algún plan. Lo último que Julia quería era terminar como Lizzy cuando la descubrió en el club.

—Si claro, esta noche... Fenomenal, así no nos dará tiempo a arrepentirnos —dijo, sin poder evitar una ligera ironía en el tono de su voz—. Eres un encanto cariño —se dirigió a Lizzy forzando una sonrisa encantadora y yendo directa hacia la estantería, cogiendo uno de los juguetes como el que habían visto en la casa de Carcosa—. Este me gusta mucho —escogió un consolador con la forma de tentáculo que ya le resultaba tan familiar.

Las agentes pasan de nuevo a la sala delantera donde Leonard, como les pide que le llamen, le cobra y las cita para las 21:00.

Dawler se hizo el que no estaba con ellas, por si acaso. Pareció indeciso entre dos consoladores, cada uno con una forma más grotesca que la anterior -pene alienígena y teta marciana-, y al poco tiempo de ellas salir, él hizo lo propio.

— Entonces ¿qué? ¿Podrán colarse con un auricular o algo? Estaré justo afuera, ya que no he sido invitado. Estaría bien tener unas fuerzas en espera para entrar, por si algo sale mal — decía Lee a Julia y Lizzy en la tarde, antes de la reunión de los raros. 

Al pagar el juguete que había elegido mi compañera acerco también el peluche verde que aún cargaba en brazos para llevármelo, tenía la extraña sensación de que debía venirse conmigo a casa.

- Y cobrate esto también por favor, nos vemos luego-digo antes de salir.

Una vez fuera esperamos a Dawler en el coche.

-Ummm sí, no se me ocurre ninguna forma poco cantosa de colarte allí dentro-entonces se me enciende la bombilla- como llevar nosotras un micro puede resultar fácil de encontrar, por la actividad a la que vamos, ¿qué os parece si le dejamos los honores a mi nuevo pequeño amigo?-digo señalando con una sonrisa al peluche que acabo de comprar en respuesta a la pregunta de mi compañero.

Después de despedirse del dueño del local, prometiéndole que volverían esa misma noche, Julia abandonó la tienda acompañada de Lizzy y de un consolador con una forma bastante grotesca, buenoy de un nuevo amigo en forma de peluche. A la agente todo aquel asunto le olía muy mal, y estaba convencida de que se estaban metiendo en un terreno muy peligroso, sobre todo por lo desconocido que le resultaba.

—¿Has podido observar algo extraño? —preguntó al novato antes de centrarse en el asunto de la vigilancia y demás—. No está mal pensado Lizzy, esa cosa verde y peluda podrá servir para algo. Vayamos a prepararlo todo entonces.