Partida Rol por web

En la que parte de los Héroes de Sandpoint se pegan un madrugón y se van de caza al Bosque de la Garrapata mientras el resto duerme hasta una hora más prudencial.

23 de Rova de 4.070 AR. Mañana.

El amanecer os sorprende a las puertas de los Establos del Goblin Pisado, donde aguardaba Aldern Foxglove y tres sirvientes ataviados para una montería. La ropa de Aldern no tiene muestra alguna de haber sido utilizada con anterioridad, está montado en un caballo perfectamente cepillado y agarra una lanza de caza de forma muy poco ortodoxa.

-¡Bienvenidos!- Saluda con sorpresa y alegría al veros aparecer.- empezaba a pensar que ninguno de vosotros se iba a unir a la cacería. ¡Hosk!.- Grita hacia los establos y aparece un hombre de mediana edad con las sienes plateadas y el rostro severo curtido por los elementos.- Tres caballos más. Un obsequio para mis amigos, los héroes de Sandpoint.

En sólo unos minutos Daviren Hosk ensilla tres caballos y partís hacia el Bosque de la Garrapata, donde Foxglove espera obtener una buena pieza para redondear su estancia en Sandpoint.

Cruzáis el puente del curtidor y os encamináis hacia el oeste siguiendo el curso del Río Turandarok. Hay un paseo de dos millas hasta el Bosque de la Garrapata, situado al norte de la elevación de piedra caliza llamada La Meseta del Diablo. a pesar de su nombre ominoso, el Bosque de la Garrapata es un lugar relativamente seguro, donde abundan los jabalíes, los ciervos y hay algunos especímenes de pumas pelajeardiente.

En el paseo de media hora hasta llegar al bosque Aldern se muestra como un conversador encantador, muy leído y con una cantidad infinita de anécdotas sobre las altas esferas de Magnimar. Además, muestra mucho interés en vosotros. ¿Quiénes sois? ¿De dónde venís? ¿Desde cuándo lucháis contra goblins? ¿Tenéis alguna otra historia de vuestras aventuras que merezca ser escuchada? Parece ser que le interesa aprender a ser un héroe.

Lo que está claro es que poco váis a cazar con tanta charla.

 -Creo que es hora de hablar con la alcaldesa, ya que es ella quien en el fondo tomará las decisiones importantes.- dijo Kaddok cuando terminaron de desayunar.

23 de Rova de 4.070 AR. Mañana.

Y en estas disquisiciones andabais cuando al salir del comedor visteis junto al mostrador de Garridan a una mujer con un bebé y un niño pequeño con el brazo ensangrentado. Se presenta como Amele Barett y está visiblemente alterada. Prácticamente se abalanza sobre vosotros y empieza a balbucear una historia que os cuesta bastante poner en orden para entender qué es lo que quiere de vosotros.

Durante el ataque de los goblins su hijo Aeren vio cómo un goblin prendía fuego a un gato y mearse sobre sus restos humeantes. Desde entonces el niño no ha sido el mismo. Ha estado teniendo pesadillas y afirmando que había un goblin en su armario. Alergast, su marido, revisó la habitación de arriba a abajo, pero no encontró nada.

Cuando esta mañana Alergast escuchó gritos de su hijo acompañados de los ladridos de Pétalo, su perrito, entró en la habitación de Aeren para encontrar al perro con un cuchillo clavado en el oído y un goblin agazapado sobre el pecho de Aeren intentando comerle un brazo. Al verle aparecer volvió al armario, metiéndose en un pequeño hueco bajo unas tablas sueltas. Alergast empezó a arrancar trozos de madera para intentar alcanzar al goblin de allí mientras ella corrió a buscar ayuda. ¿Y a quién mejor que los héroes que mantuvieron a raya a las hordas de Goblins en la Catedral de Sandpoint?

- malditos goblins ! -dijo contrariado el hechicero-la ayudaremos señora , no se preocupe , llévenos rápido a su casa y acabaremos con esa alimaña !

Dirigió su mirada a Kaddok. Por lo poco que le conocía suponía que aquella historia de maltrato animal iba a echar más leña a unas brasas demasiado recientes..

 - Llévenos señora, nos encaremos de esa criatura. Espero que sus familiares se encuentren bien, a pesar del ataque. - Kaddok comenzó a seguir a la señora y su perro detrás de él.

 Lapidus miró con desconfianza el caballo, pero finalmente montó: aunque de una forma bastante cómica, ya que las cortas piernas del enano tenían problemas para dirigir a la criatura.

¿Y bien, Foxglove, a que se dedica usted? No parece ser de por aquí

 Galstak se quedó ojiplático al recibir las riendas de su corcel. Bueno, es posible que fuera un penco, pero a sus ojos inexpertos el animal era una montura magnífica, sobre todo porque ¡iba a ser suya! 

- G-gracias, señor Foxglove - tartamudeó el shoanti -... mi clan nunca ha tenido muchos de estos animales, nos movemos sobre todo por mar, y la tierra es tan empinada que más que andar hay que ir trepando - sonrió bajo la barba al recordar su abrupto hogar -. Así que no sabéis lo que os agradezco este regalo.

Después de varios intentos fallidos, el barbudo gigantón consiguió asentar su osamenta sobre el lomo del pobre animal, al que ya había puesto de nombre "Marsopa". A duras penas fue detrás de la comitiva, escuchando más que participando en la conversación. 

Cuando Grygory ve el caballo que Foxglove tiene el gusto de regalarles, no puede evitar pensar en el viejo caballo percherón que había dejado como garantía de las deudas de juego junto con su carro. Quizás tenga suficiente suerte como para convencer a sus prestamistas de que se lo queden como intereses de la deuda y pueda recuperar su carro en breve.

Foxglove es un tipo agradable. Lo fácil seria decir que a Grygory todo aquel con una buena bolsa de oro le cae bien, que también es cierto. Sus dos compañeros ya empiezan a conocer al Varissio y saben que con un poco de alcohol, unas monedas... o simplemente con algo de tiempo, la lengua de Grygory se afloja. Afortunadamente, el bardo no esta acostumbrado a montar, normalmente maneja a los caballos sentado en un carro, y eso lo hace estar concentrado en el viaje, siendo agradable con el anfitrión pero sin soltar su verborrea habitual.

Foxglove vuelve a contaros que es el único heredero de una familia de nobles de Magnimar que precisamente se dedica al comercio, por lo que la oferta de Galstak de establecer relaciones comerciales con su clan no le suena nada mal.

Hace rato que os habéis internado en el Bosque de la Garrapata y no sólo no hay rastro de jabalíes, sino que no hay rastro de animal alguno. La charla, el ruido de los cascos de siete caballos y el tintineo de armas y armadura os precede, espantando a cualquier bicho que pudiera salir a vuestro encuentro. Esto no va a resultar nada fácil.

Cuando llegáis a casa de los Barret hay un silencio que no pinta nada bien teniendo en cuenta la situación que os había dibujado Amele. Se trata de una casa sencilla de dos plantas unidas por una escalera. En la planta baja se encuentra el salón y la cocina, y es de suponer que los dormitorios deben estar en la planta superior. Saco de Pulgas parece nervioso y empieza a gruñir.

 Vamos señora, dónde está la habitación de su hijo, hay que solucionar esto cuanto antes. - Kaddok después se giró a su perro- Saco, ¡busca goblins!

 Saco se puso a olfatear

El perro se detiene a los pies de la escalera y ladra hacia la planta superior.

Camlo se puso tras el druida y su perro intentando oir algo arriba

-¿subimos?...le susurró al druida

- Vamos Saco- dijo Kaddok y el perro comenzó a subir las escaleras seguido de su amo.

Ni magia ni sonido alguno aparte de los gruñidos de Saco de Pulgas, no se escuchaba nada en aquella casa. Reconocíais ése silencio de otras ocasiones anteriores, era el silencio de la muerte. Asomándoos al dormitorio del pequeño Aeren obtuvisteis la nada halagüeña visión del cuerpo de Alergast Barret tendido en el suelo. Se encontraba tumbado en un charco de sangre con la cabeza oculta dentro del armario.

Camlo entró con cuidado en la habitación...aunque una mosca le despistó un poco

Kaddok se puso muy serio. -Este hombre debería haberse marchado con su familia. - susurró a Camlo. Entró en la habitación con su cimitarra sacada, acompañado por su perro. -Vamos, saquémosle de ahí- y cogió una de las piernas del difunto.