Partida Rol por web

Orichalchum

Diario II: Dáravah Clums

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22/01/2011, 14:55
Director
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06/02/2011, 20:51
Dáravah Clums

Me aperece increíble que esté haciendo esto, pero sí, acabo de coger papel y pluma ( una de esas preciosas de faisán ) para ponerme a hablar sobre mí misma. Quizás no sea más que una especie de alarde de narcisismo, o quizás, porque me hayan pasado pocas cosas interesantes últimamente y necesite hablar con alguien sin decir ni una palabra, pero aquí estoy.

Sin duda, no envidio a quien tenga que leer esto algún día, aunque espero que para entonces ya haya dejado este mundo y sea una especie de legado con mis experiencias vividas.

Ahora es cuando te preguntas: ¿ De verdad crees que has hecho algo que merezca la pena ser recordado para toda la eternidad? La respuesta a esto me temo que es simple y llanamente un " no ", pero aún así, lo siento, te ha tocado leer todas las tonterías que se me puedan estar pasando ahora mismo por la cabeza.

Lo primero que haré será presentarme, pues ahora, aunque sólo sea por lo que acabo de decir, tendrás curiosidad por saberlo.

Mi nombre es Dáravah Clums, Dara para mis amigos y otros que simplemente se toman las libertades que les vienen en gana. Nací hace ahora veinticinco primaveras y además, no es una frase hecha, pues nací el mismo día que ésta entra trayendo su alegría a los bosques, a los jardines y a todos esos a los que altera la sangre y parecen animales en celo.

Mi familia era una de esas acomodada, sin problemas económicos gracias a los múltiples negocios de mi padre, sólo que todo tiene su lado malo, y era que mis padres viajaban demasiado y pasaba más tiempo con ellos que sin ellos. Mientras estaban, disfrutaba de las comodidades de esa vida, un tutor privado demasiado estirado que no hacía más que decirme cómo se comportaba una señorita, innumerables clases, de las cuales sólo me gustaba la historia, las matemáticas y las de ciencias... En realidad, lo único de todo aquello que me gustaba era poder estar con mis padres, aunque ello supusiera tener que llevar vestidos con los que apenas podía moverme y dejar que me peinaran el pelo durante más de media hora todas las mañanas como si fuera una muñeca de porcelana.

 

Ahora es cuando mi querido lector, te preguntas dónde pasaba el tiempo cuando ellos no estaban ¿ verdad? Pues exactamente en el lado contrario de la moneda.

Tenía un tío que vivía en una aldea a unos días de viaje del enorme pueblo en el que estaba la casa de mis padres y siempre acababa pasando mucho tiempo allí. Recuerdo que en alguna ocasión mi estancia allí duró hasta cerca de un año. Resulta curioso como te cambia la vida siendo una niña dependiendo de con quién vivas.

La primera vez que me dejaron con mi tío apenas tenía cuatro años y eso, apenas recuerdo cómo llegué allí, aunque de lo que sí que me acuerdo fue de cómo por primera vez me ponían unos pantalones, unas botas, me daban una pequeña mochila que ponerme a la espalda y como mi padre daba un sobre con dinero a mi tío.

" Cuida de ella y no seas duro. Sólo es una niña y recuerda que no es una aldeana... "

Tras aquellas palabras mi tío no me miró demasiado bien, pues sólo veía una cría con cara de no comprender nada, de piel muy blanca de lo poco que la había dado el sol en la vida, demasiado delgada como para resistir el más suave de los catarros y de cabellos rubios y largos con bonitos tirabuzones que una sirvienta se había molestado en hacerla.

Sí, los primeros días fueron un poco raros, pero como niña que era en seguida le encontré lo divertido a corretear por una aldea, por el bosque que había tras la casa, subirme a los árboles y ayudar a mi tío con sus animales y su pequeña huerta.

Estuve muchos años de un lado para otro y aunque nadie se lo crea, es bastante desconcertante, pues al final, cuando aún eres un niño, no sabes cómo tienes que comportarte y a mi madre le preocupaba lo " asalvajada " como ella decía que venía de casa de mi tío, pero a los pocos meses, tenían que volver a irse y me volvían a llevar.

Los años pasaron y yo seguí de aquella manera, acabando por echar de menos la libertad del lugar pequeño, de no tener que aparentar nada, de no tener que ir de manera impecable a comidas por compromisos de mis padres... Sí, en el fondo, me gustaba estar " asalvajada " pues allí podía ser yo.

De lo que apenas me di cuenta hasta que fui ya casi una adolescente es que las cosas que me había ido enseñando mi tío, de aquellas que creía que eran trucos, pues siempre había sido bastante inocente para esas cosas. Podía entender lo que los animales sentían sólo observándole, conocía innumerables cantidades de plantas, dónde solían crecer, como cuidarlas e incluso para qué valían... Aquellos conocimientos los había aprendido sin querer y no como esos nombres de muchísimas personas importantes en la historia que en realidad, simplemente quedarían plasmados en un libro algún día, cuando nadie los recordara, porque había pasado demasiado tiempo desde que habían vivido. 

Puede que la historia enseñe a no repetir las cosas malas, pero la vida ya es bastante complicada como para no cometer tus propios errores, que terminan siendo experiencia, pues " a palos " también se aprende.

 

Vale, sí, me estoy yendo por las ramas para decir más bien poco, ya resumo.

Mi tío resultó ser conocedor de un don, del don de la magia y él, hacía tiempo que había descubierto que yo también lo había heredado, aunque sin una correcta educación para ella es como el que es muy inteligente y se pasa la vida encerrado en un sótano.

El caso es que comenzó a enseñarme algo que me apasionaba y cada vez tenía menos ganas de volver a mi propia casa y más, de quedarme aprendiendo y estuiando la magia, incluso de sentarme en mitad del bosque con los ojos cerrados y simplemente escuchar, llegando a sentir fascinación por lo que la madre naturaleza nos otorgaba. Y así, se forjó una fiel devota de lo que yo llamo " madre".

No todo en esta historia es bonito, como te podrás imaginar, las cosas no siempre resultan fáciles y con dieciseis años, para mí se tornaron realmente difíciles.

Un día, mientras estaba dando de comer a las gallinas, llegó visita, cosa extraña a esas horas de la tarde y las noticias que traía no eran buenas. Mis padres no habían regresado de uno de sus viajes y por lo que comentaban no regresarían nunca, pues ahora formaban uno con " madre " y su espíritu residiría en ella.

Heredé todo su dinero, mi enorme casa, y todas sus posesiones, pero nada de ello sirvió para llenar el vacío que sentía, pues quizás, me arrepentía un poco de no querer estar tanto con ellos y sí con mi tío. Al final, y como todo, el tiempo cura las heridas, o al menos, hace que duelan menos y hasta casi los veintidós años, permanecí entre aquellos bosques, en aquella aldea, pero como bien dijo mi tío, no podía quedarme allí eternamente.

Volví a la ciudad, pero no tardé en vender la casa en la que había pasado parte de mi infancia y abrí una pequeña herboristeria, en la planta baja de la casa donde vivía. No es un gran negocio, lo sé, pero me da para vivir y estoy realemente cómoda en ella.

 

¿ Más preguntas verdad? Después de leer esto lo que te pasa por la cabeza es cómo debo de ser, si me han salido hojas en los brazos con tanto estar en el bosque o si tengo enormes callos en las manos de trabajar en la tierra... Pues la mitad de lo que piensas no es correcto, así que me voy a adelantar y a describirme un poco para saciar tu curiosidad.

Como dato básico, es decir, mi físico diré que soy rubia, mido casi uno setenta y estoy quizás alfo más delgada de lo que debería, pero eso es algo que es porque da igual lo que me lleve a la noca, soy incapaz de engordar. Tengo los ojos grises y soy blanquita de piel, aunque algo bronceada debido a las temporadas que suelo pasar en lugares " incivilizados " como diría mucha de la gente que conozco.

¿ Qué es lo que mejor se me da? Pues supongo que la magia ( hechicería ), como era de esperar, aunque soy una persona bastante humilde y no me gusta mucho fardar de lo que puedo o no puedo hacer, aunque claro, es como todo el mundo y siempre encuentras a ese alguien que es capaz de sacarte de tus casillas. También se me da bastante bien lo de realiconarme con otra gente ( carisma ), estoy en buena forma física ( atléticas ) y a veces puedo mostrar una sangre fría que me sorprende a mí misma ( coraje ). ( Educación por historia de arriba... ). Y sí también soy terriblemente mala en alguna cosa... una auténtica patosa peleándome con alguien cuerpo a cuerpo... ( puños ).

 

Sí, yo creo que por hoy va siendo suficiente escribir. Quizás en otro momento me vuelva a poner a contar alguna historia de lo que ha transcurrido a lo largo de mi vida, aunque si estás esperando leer algo de romanticismo, no ha habido ningún hombre interesante en mi vida todavía, por lo que ya sabes, lo que no vas a encontrar entre mis garabatos.

Madre también dice que es un buen momento para dejar de estar ociosa. Ha dejado de llover y he de dejar mi cobijo para volver a la tienda antes de que se marchen los pocos clientes que pueda haber porque no les presto la suficiente atención.

Nos vemos en otro momento y gracias por esa atención que nadie se molestará en recompersarte.

Mil perdones si he aburrido al lector,
Dáravah Clums.