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Orichalchum

Escena III (Emma y Jean Claude): El territorio de un Dragón

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03/11/2011, 18:23
Director

Al amanecer del día siguiente te levantas animada. Te espera una aventura bastante curiosa. Bastante atractiva, al menos. La posibilidad de tener en deuda a un Señor Dragón forma sin duda gran parte de ese atractivo. Y... bueno...

No puedes evitar sonreír pícaramente, aunque sea para ti sola, al saber que vas a tener a varios hombres luchando por tus favores. Jugar con los débiles hombres es la otra gran parte del atractivos que va a tener este trabajo.

El que después informes a la Reina Victoria... casi ni tiene importancia. No para alguien de tu posición, desde luego.

Te levantas y te diriges al baño que comunica con tu habitación. Todo un lujo en un sitio tan alejado de la civilización. Pero está claro que lord Draconis sabe vivir bien. Y sabe tratar a sus invitados. Una bañera de latón, grande, y un sistema de cañerías que lleva agua caliente hasta tu baño. Impresionante, casi incluso más que las extrañas "ventanas" que permiten traer luz natural a la profundidad bajo tierra a la que te encuentras.

Una vez aseada, vuelves a la habitación para vestirte. Algunos ruidos en la salita que compartes con monsieur Renoir y unas palabras ahogadas por la madera te hacen pensar que tu compañero de aventuras se ha levantado  que debe estar desayunando.

Tú, por supuesto, te dedicas unos cuantos minutos para arreglarte como debes. Son esos pequeños detalles, como maquillaje exquisitamente aplicado o el par de gotas de aceite perfumado, los que te aseguran el control de los varones. Y no pierdes ocasión de utilizarlos.

Goliat, sentado sobre sus cuartos traseros, barre el suelo con la cola, esperando el momento en que le hagas unas carantoñas antes de salir de la habitación.

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10/11/2011, 19:57
Lady Thornton

Aquella noche durmió increíblemente bien, "como los dioses" diría ella. Quizás fuera por el cansancio del viaje, quizás se debiera a la comodidad de su cama -cuyo colchón casi podría jurar estaba relleno de plumas- o a las comodidades, en general, de su habitación. O quizás, simplemente, se debiera a la sumatoria de todas esas cosas, pero el punto es que la blonda mujer durmió como nunca y se despertó completamente renovada. La esperaba un gran día, estaba segura de ello.

-Hora de desayunar, Goliat -dijo cuando estuvo del todo conforme con la imagen que le devolvía el espejo.

Hizo un gesto para que el fiel gran danés se le acercara y se acuclilló para acariciarle. El can, ávido de caricias y acostumbrado como estaba a juguetear con su dueña, le lamió el rostro provocando la espontánea carcajada de Lady Thornton que a punto estuvo de caer sobre sus glúteos.

-¡No, Goliat, no! -intentó ordenar, pero su voz, divertida como estaba, carecía en ese momento de autoridad alguna-. ¡Basta Goliat! -ordenó al cabo de un rato y una consiguió ponerse de pie- Mira como me dejaste -bufó, pero no estaba enfadada, imposible que lo estuviera-. Perro malo...

Se pasó una esponja húmeda por el rostro, aplicó algo de crema y retocó el maquillaje. Impecable otra vez cogió su sombrilla, guantes y sombrero, y salió de la habitación. Goliat, como es de esperar, la seguía. El también necesitaba comer.

-Bonjour monsieur -saludó apenas ingresar a la salita- ¿Podemos hacerle compañía? -sonrió encantadoramente animada. Definitivamente aquella mañana estaba radiante.

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13/11/2011, 22:43
Jean Claude Renoir

- Bien sûr, mademoiselle. - Me levanto educadamente y rodeo la mesa, separando una de las sillas para que lady Thornton tome asiento. Miro de reojo a Goliat mientras su dueña toma asiento, y no me sorprende demasiado encontrarme con que el gran danés me observa detenidamente.

Con una sonrisa encantadora, vuelvo a mi asiento y tomo una jarra del centro de la mesa. - ¿Café? - Pregunto, antes de servirle en su taza si responde afirmativamente. - De todas las maravillas importadas del Nuevo Continente, el café es sin duda la más estimulante, ¿no cree?

Espero a que Emma empiece a comer y corto un pedazo de una tortita. Dejo unos momentos para que empecemos a comer antes de empezar a hablar de trabajo. - En fin, creo que tenemos un par de cosas que aclarar antes de partir, n'est ce pas? - comento con tono casual en un marcado acento francés. - He estado mirando el mapa que nos presentó el señor Draconis. La población más próxima es la misma Benasque, así que creo que deberíamos empezar por allí y luego dirigirnos al nordeste si no encontramos la información que necesita nuestro... anfitrión. - Dudo un poco antes de pronunciar la última palabra, como si me hubiese costado encontrar una traducción.

- Y respecto a nuestra tapadera, ¿prefiere mantener nuestros nombres o utilizar otros diferentes? - pregunto mirando fijamente a los ojos de Lady Thornton.

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18/11/2011, 00:06
Lady Thornton

-Me ha leído el pensamiento, monsieur. No puedo estar más de acuerdo con usted.

Se llevó la taza a los labios, ocultando la sonrisa que se había dibujado en éstos, sin embargo no era necesario que él la viera sonreír; no por nada dicen que los ojos son el espejo del alma y los ojos de ella hablaban por sí solos.

-Voy a tener que empezar a preocuparme -dejó la taza sobre el platillo-, tal parece que no puedo tener secretos con usted -se llevó un nuevo trozo de torta a la boca y lo miró de soslayo, coqueta-. Me siento como un libro abierto... diría que desnuda -sonrió con picardía-, pero no sería apropiado decirlo, menos para una dama... ¡Oh! -exclamó llevándose los dedos a los labios y fingiéndose avergonzada de sus propias palabras- Lo he dicho, que barbaridad. Espero que disculpe mi desliz y que ésto no cambie su opinión sobre mí.

Miró hacia un lado. Goliat, al igual que ellos, daba cuenta de su desayuno; uno bastante copioso, por cierto. Emma se aclaró la garganta y volvió a mirar a Jean Claude.

-"Pueblo chico, infierno grande" solía decir mi abuela. Creo que a un día de nuestra llegada ya todo el mundo comenta sobre los forasteros que se hospedan en el castillo de Everard Draconis, considero poco prudente que nos presentemos con otras identidades, si llegaran a descubrir la mentira se nos cerrarían muchas puertas, por no decir todas. Con que falseemos sólo un poco la información sería suficiente, pero si lo prefiere usamos otros nombres... Mmmm... Emily, Emily Thorne, ese podría ser mi nombre -volvió a sonreír, traviesa-. ¿Suena bien, no?

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20/11/2011, 21:28
Jean Claude Renoir

Termino la tortita y me limpio los labios, mirando fijamente a mi interlocutora.

- Suena mejor Margaret Thornton*, para serle sincero... - Contesto con una sonrisa. - Pero tiene razón. Benasque es una población pequeña y los rumores de la reunión habrán corrido por ella. Por otro lado, es posible que alguno de sus habitantes pueda llegar a reconocerla si ha visto su imagen en alguna revista o periódico y eso podría dar al traste con toda la investigación, ¿no cree?

Dejo la servilleta sobre la mesa y retiro ligeramente el plato, dando por finalizado mi desayuno.

- Estoy de acuerdo con usted. Sería una imprudencia que podría costarnos demasiado cara. Entonces, si utilizamos nuestros propios nombres, no sería razonable que se presentase como mi ayudante. Podríamos ser, sin más, un par de acaudalados viajeros que realizan un viaje juntos en pro de un negocio común. Eso se acerca lo suficiente a la realidad como para no tener que inventar nada... - Sonrío nuevamente. - Además, algo me dice que no estaría usted cómoda en el papel de asistente. No parece el tipo de mujer que se encuentre cómoda acatando ningún tipo de órdenes de ningún tipo.

Notas de juego

* Ahora que lo miro, en la primera escena te presentaste como Margaret Thornton. ¿Por qué ahora es Emma? ¿Nombre compuesto?

-Margaret Thornton, 15ª Lady Thornton. Sobre mi no hay mucho que decir o al menos nada diferente a lo que ya se ha dicho en revistas y periódicos.

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22/11/2011, 13:35
Director

Notas de juego

El nombre completo de la lady es Emma Margaret Thornton, estimado Jean Claude.

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22/11/2011, 13:48
Jean Claude Renoir

Notas de juego

Merci, monsieur master. En la presentación no dijo el primer nombre y, aunque imaginaba un nombre compuesto, me había liado.

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22/11/2011, 21:32
Lady Thornton

Una carcajada escapó de sus labios iluminando su rostro todavía más. El frescor de su sonrisa, como pocas veces, no era fingido ni mucho menos sobreactuado, era por completo natural, pero sobre todo casual, espontáneo.

-Y yo que creía que lo había olvidado -respondió-. Son pocas las personas que acostumbran referirse a mi por mi segundo nombre, pese a ser con el que me presento, y a día de hoy no consigo dar con el por qué.

Hizo un gesto con la mano, como si espantara algún pensamiento de su cabeza.

-Olvídelo, son desvaríos míos -añadió sin perder la sonrisa-. Me he contradecido sola al proponer un nombre ficticio siendo que hace nada había dicho que mejor era no hacerlo -su semblante adquirió un tinte de seriedad-. Lo que propone me parece perfecto y sí, ma charmant monsieur, no se equivoca en sus apreciaciones, me sentiré mucho más a gusto siendo tratada como su igual en lugar de como una subordinada.

Miró entonces a Goliat que se había echado en un rincón.

-¿Representaría para vd. un problema el que Goliat nos acompañase? No estoy acostumbrada a separarme de él -había sinceridad en sus ojos y se notaba el afecto en sus palabras-, sé que puede sonar a locura, pero somos muy cercanos y para mí Goliat es más que una mascota, es mi familia y uno de los pocos, por no decir el único, afecto sincero que poseo.

Calló de repente, dándose cuenta que al decir aquello había abierto una ventana que se había jurado jamás abrir: la ventana de sus sentimientos. Se aclaró la garganta y volvió a esconderse tras su habitual máscara.

-No tema por Goliat, me refiero a su tamaño, sé que intimida y no negaré que es bravo, pero lo es sólo cuando de protegerme se trata. No tema, vd. no le cae mal, si lo hiciera ya le habría dejado un recuerdo -bromeó.

Finalmente ella también dio por terminado su desayuno al dejar la servilleta a un lado y, como lo dictaban los modales ingleses, dio vuelta la taza sobre el platillo y colocó la cucharita sobre ella. Con ese, para ojos inexpertos, simple gesto, señalaba de forma educada y sutil, que se encontraba satisfecha.

Notas de juego

Ooops! Había pospuesto la respuesta hasta haber publicado mi post, más que nada para no ensuciar la escena, je.

Y sí, sus nombres son Emma Margaret. La madre se llamaba Emma y para diferenciar los cercanos le llaman por el segundo nombre. Lo cierto es que ha sido ido de olla mía, de pronto comencé a sentirla más como Emma que Margaret y empecé a referirme a ella como Emma, pero... mmm... digamos que entiende por los dos nombres. En su círculo cerrado la llaman Margaret y para asuntos "formales" Emma. ¿Cuela? :P


*Si el traductor no me ha estafado, he debido decir: mi encantador señor (ma charmant monsieur)*

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23/11/2011, 11:16
Jean Claude Renoir

Muestro mi acuerdo asintiendo levemente con la cabeza. - Emma Thornton, entonces - digo aceptando sin más su explicación sobre el nombre.

Miro a Goliat, que alza sus orejas solícito cuando la dama pronuncia su nombre. Sin duda es un animal bien entrenado aunque su tamaño pude intimidar a la gente con la que deberemos entrevistarnos durante nuestra investigación. Aunque también es probable que se sientan interesados por el perro y eso nos permita acercarnos a ellos con más facilidad.

- Mais oui, mademoiselle. Ya imagino que si Goliat la ha acompañado hasta aquí vendrá también con nosotros a Benasque.

Espero a que la mujer termine de desayunar y colocar la taza con exquisitos modales ingleses. - Bien, deberíamos partir lo antes posible. - Digo mientras me levanto y doy la vuelta a la mesa para retirarle cortésmente la silla. - Tenemos mucho trabajo por delante y estoy convencido de que el señor Montenegro nos espera con todo lo necesario para nuestro viaje. Promete ser interesante, ¿no cree?

Me sitúo nuevamente a su altura después de colocar la silla bajo la mesa. Con tranquilidad, saco el reloj del bolsillo del chaleco y lo abro para mirar la hora, comparándola con el reloj de pared. Asiento al comprobar que ambos están perfectamente sincronizados y cedo el paso a Lady Thornton para dirigirnos de vuelta a nuestros aposentos.

- ¿Le parece si nos reunimos dentro de diez minutos en el recibidor? Hay varias cosas que tengo que recoger y deberíamos prepararnos para el viaje. - Comento cuando llegamos a la puerta del dormitorio. Aún sigue extrañándome que el dragón nos colocase en habitaciones no ya contiguas, sino comunicadas entre si, aunque, como decidimos ayer, los próximos días nos hospedaremos en el valle.

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26/11/2011, 05:58
Lady Thornton

Observó el reloj y asintió.

-Hasta dentro de diez minutos entonces -dijo una vez hubo cogido sus cosas. Abrió la puerta, Goliat fue el primero en traspasar el umbral, ella le siguió. Una última mirada a Jean Claude y cerró la puerta tras de sí.

A diferencia de su compañero, ella no tenía nada más por recoger; todo lo que necesitaba se encontraba ya en la maleta y, si llegaba a faltarle algo, bien podría comprarlo en alguno de los poblados o enviar por el al castillo. Eso si es que no acudía personalmente a buscarlo, cosa que dudaba.

En el bolso de mano llevaba algunas escritos de Charles Dickens así como una novela de Edgar Allan Poe cuya lectura aún no había iniciado, pero que confiaba poder hacerlo a lo largo de los siguientes días.

El tiempo transcurría lento, no estaba impaciente, sin embargo no conseguía estar quieta y caminaba de un lado a otro de la habitación. Algo la intranquilizaba, pero no sabía qué. Llamaron a su puerta, era el mayordomo que venía por su equipaje, restaban cinco minutos aún. Finalmente, cuando sólo faltaban dos minutos, se colocó el sombrero y los guantes, cogió su bolso de mano y la sombrilla, y fue al recibidor.

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26/11/2011, 21:28
Jean Claude Renoir
Sólo para el director

Notas de juego

Una duda, Rad. ¿Qué equipo tiene Jean Claude? Dado que tiene Muy Buena Esgrima, entiendo que llevará una espada o un bastón-estoque. ¿Cual de los dos? Tal vez el bastón le pegue más viendo el resto de sus habilidades, pero no conozco tanto la ambientación como para estar seguro.

A parte del arma, ¿algo más de interés?

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26/11/2011, 21:35
Jean Claude Renoir

Con una ligera inclinación de cabeza, me despido de Lady Thornton cuando entra en su habitación. Poco después atravieso la puerta de mi alcoba. Mi equipaje está ya preparado, por supuesto. Lo había dejado todo dispuesto antes de ir a desayunar, al igual que hago cada día.

Rápidamente me echo el abrigo sobre los hombros y agarro mi maleta. Con la otra mano, hago girar mi bastón en el aire antes de cerrar la puerta y dirigirme hacia la entrada.

- Señor Montenegro - saludo al mayordomo. - ¡Oh! No se preocupe, yo lo llevaré, - digo reteniendo el equipaje cuando hace amago de llevarlo él. - Lady Thornton saldrá de su habitación en cinco minutos. - Le informo, aunque de alguna forma parece estar enterado de todo lo que ocurre en el castillo. - ¿Está preparado el carruaje? - Por su expresión me doy cuenta de que es así desde hace más tiempo de lo que el educado mayordomo estaría dispuesto a decirme.

Miro el reloj y me doy cuenta de que hemos dilatado el desayuno más de lo que habría resultado apropiado. Probablemente el resto de los invitados de Lord Draconis habrán salido del castillo hace horas. - ¿Algún consejo para el camino? - pregunto antes de que vaya a buscar a mi acompañante. Al fin y al cabo, sería de esperar que Antonio viajase a la aldea de vez en cuando y nos pueda dar algo de información para saber por dónde empezar.

Coloco mi equipaje en el carruaje y espero a que por fin llegue Lady Thornton. - Mademoiselle... - saludo con una ligera inclinación. - Justo a tiempo. - Compruebo mirando el reloj con una sonrisa. Espero a que el mayordomo coloque su equipaje junto al mío. - Deberíamos partir lo antes posible, - comento mientras la ayudo a subir al carruaje, mirando cómo Goliat la sigue más ágilmente de lo que su tamaño permitiría suponer. Bordeo el vehículo y subo a él por el lado opuesto. - Ya estamos listos. - Digo en dirección al mayordomo, esperando sus indicaciones.

Notas de juego

Edito: acabo de ver que puse el post con el otro personaje, que me sale por defecto. Lo siento...

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29/11/2011, 21:28
Lady Thornton

Notas de juego

Tranquilo, ya había supuesto que eso te pasó. De todos modos me vino bien que editaras, porque me sirvió para darme cuenta de una falta ortográfica execrable que tuve: había escrito cayó (de caer) en lugar de calló (de callar) :S

¿Esperamos el posteo del jefe antes de continuar?

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30/11/2011, 12:05
Jean Claude Renoir

Notas de juego

¿Esperamos el posteo del jefe antes de continuar?

Como veas. Si hay algo que quieras hablar antes o durante el viaje, mejor ponlo ahora porque Radagast está con algún problemilla en el ordenador y así avanzamos un poco (¡qué vamos muy retrasados!). Si no, supongo que describirá el viaje rápidamente.

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02/12/2011, 20:32
Director

Notas de juego

Efectivamente, lleva un elegante bastón-estoque. No suele necesitar sacar la hoja de su interior, pues un buen golpe con la recia madera suele bastar para intimidar al bruto que ose encarársele.

No había definido más equipo, claro, porque en esencia era un PNJ de acompañamiento que sacaría lo que necesitara por mediación de la causalidad narrativa.

Ropa cara, complementos a juego (como el reloj de bolsillo), tal vez algún libro... lo que creas conveniente llevar.

Evidentemente no lleva armas de fuego o cuchillos, cosas que considera indignas de un auténtico caballero.

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02/12/2011, 20:37
Director

Las indicaciones de Antonio, el mayordomo del castillo, no pueden ser más claras: el ancho camino empedrado que os ha traído hasta la morada de lord Everard lleva de vuelta hasta la Villa de Benasque.

La mañana ya es tardía, desde luego, y el sol hace mucho que comenzó su remonte hasta el mediodía. La temperatura es agradable y el camino transcurre sin ningún contratiempo. Después de todo, apenas separan 5 kilómetros el castillo subterráneo de la población. Junto al traqueteo del propio carruaje y el sonido de los cascos de los caballos sobre las losas del camino, el sonido relajante del os acompaña. Vais río abajo por entre un bosque de galería. Al poco, los pastos bordean casi el camino. Tras toscas vallas de piedra, pacen lacónicamente vacas y algunos caballos.

No veis gente hasta casi llegar al pueblo. Los lugareños os miran pero no descaradamente. Vuestra ropa de viaje es lujosa, lo que sin duda llama la atención... pero venís procedentes del castillo. Os parece notar un leve toque de temor reverencial en la actitud de la gente. Nada extraño teniendo en cuenta que el Señor del Valle es un Dragón.

Tras bordear un peñasco, la Villa de Benasque se extiende ante vosotros: una población de unos 2000 habitantes, un número muy elevado teniendo en cuenta su situación, que vive en casas de piedra con tejado de pizarra. Sin duda alguna la villa es próspera, aunque la tierra y el clima sean rudos. Destaca sobre todos los edificios el campanario de la iglesia. Hacia allí os dirigís, evidentemente, pues en la plaza de la iglesia es en donde se hallan el Ayuntamiento y las mejores casas de la villa. Posiblemente la mejor posada se encuentre también allí.

El camino se convierte en la Calle Mayor que discurre paralela al río Ésera. Vuestro carruaje cabe sin problemas, y los lugareños no dudan en apartar enseres o animales de tiro de vuestro camino.Más o menos al llegar al medio de la población, encontráis la Plaza de la Iglesia, a la que dan las fachadas de los edificios importantes.

Uno de ellos luce varios escudos heráldicos (uno de los cuales, una estrella dorada en campo azur, sospecháis que es el de la población), lo que le identifica como la Casa Consistorial del municipio. Según lo que os han dicho, Benasque es la población central del Valle, y es cabeza de partido del resto de poblaciones.

Casi enfrente hay una casona bastante grande, de dos pisos y bien cuidada, sobre cuya entrada pende un letrero de madera que reza "El Descanso del Dragón". Al lado de la puerta hay una pizarra con una lista de precios de bebidas y comidas. Las palabras no os acaban de sonar, así que seguramente sean términos del dialecto local, una variante del aragonés un tanto cerrada.

Pero lo que más llama la atención es la iglesia, dedicada a Santa María y de origen románico, con un campanario muy alto y de construcción bastante más moderna y diseño macizo.

El suelo de la plaza está completamente empedrado, señal indiscutible de la riqueza del lugar.

Notas de juego

El "jefe" ya ha vuelto, mes amis. Lamento el retraso causado por mi torpeza.

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06/12/2011, 10:54
Jean Claude Renoir

Bajo del carruaje y lo bordeo para abrirle la puerta a Lady Thornton. No me sorprende ver a Goliat saltar por encima de su dueña, ansioso por salir del vehículo.

- Mademoiselle... - digo tendiéndole la mano a la mujer para que baje del carruaje.

Espero a que se coloque el vestido mientras jugueteo con mi bastón, mirando a un lado y otro de la plaza.

- Bien, tenemos varias opciones. La posada, la Casa Capitular y la Iglesia... - señalo a cada una de ellas con el puño del bastón, en un gesto elegante. - Pero, si lo que buscamos son leyendas y supersticiones, sugeriría empezar por ésta última, n'est ce pas?

Le ofrezco el brazo para caminar junto a ella. - De cualquier forma, dejaría la posada para el final. Si se nos da bien el día es posible que no necesitemos pasar la noche aquí, aunque sea como sea, sería ce serait un plaisir cenar con usted - digo mientras avanzamos.

Notas de juego

¿A la iglesia, entonces?