Partida Rol por web

Pathfinder Alfa: Hijos del Vacio

[Partida] 3.0: La Isla Misteriosa

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15/04/2016, 20:02
Naewen

Naewen se encogió de hombros. -¿Que qué ha sido de esos viajeros temporales? No lo sé, pero sospecho que estarán ahora con su líder. No creo que estén ya en la ciudad… en cuanto a distinguirlos, no sé decirte. Supongo que serán de raza azlanti, y los azlantis tenían facciones distintivas, pero no está garantizado. Obviamente las modas han cambiado, antes vestían de forma muy diferente, y solían tatuarse runas mágicas, pero si quieren ocultar esos detalles, los ocultarán. No es difícil hacerlo. Dependiendo de cuanto lleven entre nosotros sabrán hablar mejor o peor (o no hablar) nuestra lengua y desconocerán o no nuestras costumbres…. no he visto a ningún despertado, así que no sé decirte. El único thassiloniano que conozco es un joven de esta era que se ha unido a ellos.

La elfa se queda mirando cómo su familiar salta de sus brazos al regazo de Marcus, atraído por la comida que le daba. Pequeño tragón…

-¿Por qué lo preguntas?

Se encogió de hombros. -Está bien, protegedme si eso os hace sentiros felices. Pero podría vestirme más discretamente o tejer una ilusión. Eso sí, preferiría evitar el tema de los drows. Se han retirado, y hablar de ellos solo conseguirá atraer la atención de algunos de mi raza.

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18/04/2016, 12:14
Director

Puertoenigma, 19 de Desnus, día del progreso, del 4710 CA

7:00 a 9:00 aproximadamente

Todos

Tras una cena copiosa y una buena noche de descanso os se sentíais otra vez en forma y dispuestos a aprovechar aquella pequeña pausa antes de encarar lo que parecía ya el final de vuestra misión.

Tras poner en común algunas de las cosas que pretendíais hacer y debatir los pasos a seguir decidisteis que Marcus y Seltyiel se encargarían de la logística y la información mientras Naewen se dedicaba a “estudiar la puerta crítica”. Aunque al menos los chicos consiguieron convencerla de que contase con compañía en todo momento. La elfa rezongó y protesto pero al final aceptó, para extraño alborozo de ellos.

Aparte de eso decidisteis hacer una visita común a los criptarcas y ya de paso organizar una cena con Helgya, Cade, Aldmer y Shiella. Pero por lo demás parecía que cada uno quería dedicarse a sus asuntos personales. Y con eso dicho os separasteis hasta media tarde, cuando os reuniríais para poner algunos puntos en común.

9:01 a 12:00 aproximadamente

Naewen y Seltyel

Los dos elfos decidieron comenzar el día juntos para ir a ver la Puerta Críptica. No es que Seltyiel la hubiese visto pocas veces, pero igual con la nueva perspectiva de su compañera y de aquellas extrañas notas podía “ver” alguna faceta nueva. Y si no siempre podía observar a la elfa, o a los que la miraban mucho. La joven atrajo tantas miradas como le habían advertido Marcus y él, algunas realmente sucias. Pero por fortuna Seltyiel era conocido en la ciudad, a pesar que hacía algunos años que no se movía por ella, y solo tuvo que amenazar a un par de elementos especialmente estúpidos. Aunque se notaba que los recientes acontecimientos también habían vuelto más “tímida” a la chusma.

Por su parte Naewen se dedicó a hacer mediciones, copiar símbolos que consultaba con pesados tomos que sacaba de su mochila y a realizar diversas pruebas arcanas como si estuviese en una biblioteca en lugar de deslizándose por los muelles y callejones de una ciudad pirata.

Lo cierto es que no fue una mala mañana del todo, hacía un sol agradable, el viento había limpiado la atmósfera de los habituales olores de la ciudad, y los dos elfos se permitieron incluso un desayuno en la playa con algo de vino joven, pan recién hecho y un queso curado de cabra.

Marcus

El joven humano había quedado con Seltyiel que mientras se turnaban “cuidando” de la elfa cada uno intentaría usar sus contactos para los puntos que habían puesto en común. Marcus conocía bastante gente en diversos estratos de Puertoenigma. Quizás no fuese una red de contactos al uso, pero a lo largo de los años el joven había hecho trabajos y favores a gente muy diversa. Y uno de ellos era precisamente el capitán de una pequeña balandra que se dedicaba precisamente al rescate, y saqueo, de pecios. Marcus tuvo suerte y el barco acababa de llegar al puerto y podía estar listo para una operación como la que comentaba en un par de días perfectamente. Su embarcación estaba preparada para reflotar e incluso remolcar un pecio y podíais pagarle una tarifa fija (por unos servicios fijos) o ir a partes respecto al rescate.

No le fue tan bien sin embargo con los rumores de la banda desaparecida. Marcus tenía pocos amigos en el mundo del hampa de Puertoenigma y ya solía abusar de ellos con preguntas dirigidas hacía su “proyecto personal”.

Air'his

Air'his permaneció en la posada con Breol, Carré y el convaleciente Geblin (que estaba siendo “cuidado” por los siete hijos medianos de la tabernera, una mediana con gran mano para la cocina). El intento de encontrar una “tienda de magia” había sido no solo infructuoso, si no que por alguna razón la gente solía salir espantada antes sus consideradas exigencias de orientación. De todos modos, como pensó más tarde, un pergamino de recado de poco le serviría a ella.

12:01 a 15:00 aproximadamente

Marcus y Naewen

A mediodía hubo un cambio en la “guardia de Naewen” como ya comenzaban a llamarla los chicos. Marcus comentó a ambos elfos lo que había conseguido y todos decidieron que la embarcación que había encontrado el explorador parecía su mejor opción. Menos le gusto al elfo aquello de que nadie parecía estar dispuesto a decir nada sobre el nuevo grupo. Puertoenigma era una ciudad que adoraba los secretos y los misterios y no era tan raro que un nuevo grupo quisiese intimidad, pero al mismo tiempo (y contradictoriamente según muchos forasteros) a los habitantes de la ciudad les encantaban los cotilleos. Y algo como un líder de banda destronada debería haber hecho que los cotilleos y los bulos corriesen como la sangre en la Arena de Zincher.

Marcus siguió a Naewen que se tiró horas observando el arco que dominaba la bahía de Puerto enigma desde todos los ángulos imaginables mientras tomaba notas. Él ni siquiera entendía la mayoría de las “pruebas” que ella hacía, y para ser sinceros de entenderlas seguramente le aburrirían. Eso si, ver en movimiento a la elfa era todo un espectáculo, y suerte que era mediodía y todo malnacido con dignidad andaba durmiendo aun por que no fue el único en apreciar aquel detalle. Por lo menos llegó la hora de la comida y pudieron ir a un pequeño restaurante en la parte alta de la ciudad que solía ser demasiado caro para Marcus, pero donde la comida y la tranquilidad estaban garantizadas.

Seltyiel

Marcus podía conocer gente en Puertoenigma pero Seltyiel era parte de su “sociedad” y como tal determinada gente estaba más dispuesta a tocar ciertos temas sensibles. Al parecer el motivo de que tan poca gente estuviese dispuesta a esparcir rumores sobre lo ocurrido era que nadie estaba aun seguro de lo que había pasado, pero todos se olían de que era el preámbulo de algo grande. Una pequeña banda especializada en robos medianos y grandes en otras ciudades además de contrabando había desaparecido de la noche a la mañana y sus posesiones ocupadas por unos tipos que vestían de negro y parecían organizados.

De momento no habían habido anuncios ni actuaciones por parte de los señores del crimen de la ciudad, y se decía que andaban entre alborotados y preocupados por una irrupción tan “vistosa como innecesaria” en la “política” de Puertoenigma.

El elfo no escucho nada sobre unos drows o elfos negros, pero si que a los asesinatos de criptarcas en la ciudad se había sumado el desastre del Codo del Diablo (que cualquiera con sentido común sabía que estaba maldita), donde al parecer los criptarcas se habían topado con una raza surgida de las Tierras Oscuras que había aniquilado a la mayoría de su grupo.

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19/04/2016, 16:51
Director

Puertoenigma, 19 de Desnus, día del progreso, del 4710 CA

15:01 a 18:00 aproximadamente

Marcus y Seltyiel

Esta vez fue el turno del elfo de comentar lo que había averiguado. Encontró a la parejita en un restaurante bastante cuco a donde solían llevar los adinerados de la ciudad a las escasas damas o a las prostitutas bien caras. Al elfo solo le llevó una mirada estar bastante seguro de que el joven humano no sabía aquel detalle. Aunque por lo visto el local había ejercido su “magia” sobre la pareja por que cuando llegó para los postres parecían bien acaramelados.

Pero tenían trabajo que hacer, y si había que ir tras un asesino necesitarían estar bien atentos. Los asesinos veteranos eran un curioso grupo de paranoicos (normalmente con toda la razón) con gran cantidad de contactos profesionales y más bien tirando a ninguno personal.

Waltom Rowle era un “currante”. Uno de esos profesionales que no destacaba ni se creaba fama, que no se dedicaba a los trabajos más exóticos pero tampoco era un simple sicario. Hasta ahí fue fácil de averiguar, pero los contactos de Seltyiel no parecieron tomarse a bien que indagasen por un “honrado currante” que “solo hacía su trabajo, y más de uno le recomendó que dejase estar lo que hiciese, fuese lo que fuese. Pero se lo tomasen como se lo tomasen parecieron tragarse las excusas del elfo o por lo menos aceptar no comentar nada.

Lo que averiguaron pudiera no parecer mucho para la cantidad de oro y contactos que quemaron, pero dado que preguntaban por un asesino con doce años de experiencia (y cada mes de supervivencia en ese oficio era un logro) se podían dar con un canto en los dientes. El señor Rowle tenía una casa en el distrito de Sotavento de la que nadie supo, o quiso, darle la dirección, pero al parecer acudía casi todos los días al Goblin Dorado media hora entre las diez y las doce. Suponíais que para hacer sus negocios dado que el casino a esa hora estaba abierto pero había poco más que operarios de limpieza y juerguistas alargando la jornada.

Naewen

Tras dejar a los chicos juntos Naewen se teleportó para cotillear al tal Lucien y mandar su mensaje a Ruaven con la curiosa sensación de que las sonrisas de complicidad entre Marcus y Seltyiel tenían que ver algo con ella.

Air'his

La orca prosiguió el resto del día con su apático malhumor habitual con la única compañía de Carré (cuya cabeza en teoría aun peligraba), Geblin (que podía moverse más bien poco, aunque parecía algo mejor desde que aquellos seis diablillos hiperactivos habían comenzado a chillar y destrozar cosas en su habitación) y Breol (que parecía haber asumido con buena disposición su labor de “vigilar el fuerte”).

18:01 en adelante

Todos

Finalmente os volvisteis a reunir en el salón de la planta que habíais alquilado para poner en común lo que hubieseis averiguado, discutir lo que quisieseis discutir y prepararos para la cena de esa noche (a la que en principio todos, excepto Geblin, habíais acordado acudir). Aun os quedaban tres horas para las 21:00, que era cuando habíais quedado, así que no había ninguna prisa. Aunque apenas llevabais unos minutos poniéndoos de acuerdo cuando llegó una visita, sin anunciarse.

Notas de juego

Marcus quítate 300 oros por gastos de "cotilleo".
(Editado)

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19/04/2016, 17:04
Lukke

- Hola a todos.- Dijo una voz mesurado y con un tono joven, una cadencia un tanto apresurada y una dicción que variaba entre la culta, la fina y la barriobajera al parecer por motivos que su propietario conocía.

El joven (y a pesar de que algunos os considerabais buenos fisonomistas erais incapaces de decidir si era un adolescente, un post-adolescente o solo un tipo pequeño con pintas juveniles tardías) vestía de forma discreta y cómoda, aunque a cualquier especialista le quedaría claro que aquella ropa estaba pensada para no impedir movimientos, proteger todo lo posible y mantener cosas varias al alcance de su portador, y no en la moda o la comodidad de por si. Resultaba llamativo (y que no visteis cuando os reunisteis anteriormente con él) su cabello, tan negro que parecía algún tipo de foso sin fondo que absorbía la luz, mientras que el negro de sus ojos era denso, como si fuese algún tipo de brea fluida, y su piel era pálida, tanto que parecía casi brillar. Pero lo más curioso de todo era que el joven parecía cubierto por una densa sombra, como si estuviese cubierto bajo un entoldado, pero esa sombra solo le cubría a él y sus ropas, ni su entorno cercano, ni su propia sombra parecían distintas a las vuestras.

- Soy Lucien Henry Blackthorne III, par de Korvosa, embajador de Eurythnia, también conocido por algunos de vosotros como Corvo.- Dijo el joven presentándose con una florida reverencia que no os quedó claro si era teatral o burlesca, mientras sus ojos os estudiaban calculadoramente a todos (y en especial a vuestra capitana a la que dedicó una sonrisa entre divertida, atenta y lasciva).- ¿Me permiten unirme a su concilio?

- Traigo bollos.- Añadió el joven como si fuese un motivo mientras se sacaba de la manga una manoseada bolsa de papel rellena de bollos, y por su olor diriais que de crema y recien hechos.

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20/04/2016, 11:40
Marcus

Puertoenigma, 19 de Desnus, día del progreso, del 4710 CA

12:01 a 15:00 aproximadamente

Marcus y Naewen

Casi dos horas se pasó simplemente haciendo de estatua silenciosa y protectora de Naewen mientras ésta echaba un vistazo a la Puerta Críptica y lanzaba innumerables conjuros.

Cuando casi pensaba que nunca saldrían de allí su estómago comenzó a rugir y el de la elfa al parecer también, casi al unísono. Marcus sonrió y aprovechó la distracción, y el haber captado la atención de Naewen aunque fuera por un segundo, para arrastrarla lejos de allí y llevarla a comer a algún lugar cualquiera.

El explorador conocía pocos sitios tranquilos en Puertoenigma pero se decidió por un pequeño restaurante en la parte alta. Una vez allí decidió relajarse y procurar una charla distendida a la elfa que seguramente seguiría pensando sin parar en la Puerta o en otro asunto mágico.

- Pensé que no nos iríamos nunca. – Comentó con una sonrisa. – Menos mal que pude sacarte de ahí, de lo contrario Aerel te habría devorado. – Añadió mirando al pequeño pseudodragón que debía estar muriéndose de hambre también.

Se encogió de hombros mirando al familiar. Por ahora sólo tenía una ensalada en la mesa, y estaba seguro de que Aerel preferiría otra cosa.

- Sí que es cierto lo de que a veces te ofuscas con las cosas. No sabía que fueras tan curiosa. – Comentó a la elfa. – En otras ciudades quizá no, pero aquí deberías prestar más atención a tu entorno… Esto es más peligroso que la naturaleza salvaje. – Finalizó con una sonrisa. Desde luego Marcus estaba seguro de que habían evitado a más "depredadores" en un par de horas andando con Naewen en Puertoenigma, que en un día en la isla con los drows y los akatas.

15:01 a 18:00 aproximadamente

Marcus y Seltyiel

Después de dejar a Naewen a su aire, y lamentando de forma inconsciente no permanecer más tiempo en compañía de la bella elfa, Marcus comenzó a trabajar en serio con Seltyiel. Y tras mucho moverse, muchas pesquisas, infinidad de preguntas e incluso alguna que otra amenaza, por fin dieron con algo.

Marcus se sorprendió de lo bien que se movía Seltyiel por los bajos fondos de la ciudad. Era sin duda todo un experto y el explorador se consideró afortunado de contar con su pericia, conocimiento y contactos.

Tanto patearse las calles por fin daba sus frutos y parecía que habían dado con algo sólido. Marcus tomó nota mental de la rutina casi diaria del asesino. El Goblin Dorado de diez a doce. Ahora mismo no tenía tiempo pero acudiría al local… aunque antes debía pensar un buen plan. Su primer impulso hubiera sido abrir en canal a ese asesino sin importarle los guardias, sicarios, matones o vigilancia que pudiera haber… Pero su parte racional dominó sus impulsos. Sabía que así no conseguiría nada y quería un nombre. Quería saber quién le había pagado… para ir al origen de todo y averiguar los motivos. El verdadero culpable pagaría, aunque le llevara toda su vida.

18:01 en adelante

Todos

Marcus no pudo evitar sorprenderse ante la aparición de aquel hombre. ¿Él? Parecía conocer a todos los presentes... o al menos a Naewen, lo que propició una mirada dura por parte del explorador. Marcus se había estado preguntando mucho tiempo cuánto tiempo tardaría en aparecer su patrón... Pero había dado por sentado que Carré se encargaría del asunto.

Y ahora se presentaba ahí, sin más.

La dura mirada que el explorador dedicó al recién llegado desapareció casi al instante. La mano se alejó del pomo de la espada. Marcus era rápido... muy rápido desenvainando su arma cuando era necesario pero estaba casi seguro de que éste no era el caso.

Asi que Corvo... - Comentó sin dar a entender que ya le conocía de antemano. - Supongo que preferís ese nombre para los amigos, ¿no? Lucien Henry Blackthorne III suena mucho más formal y pomposo... - Continuó mostrando un leve atisbo de sonrisa. Por fin conocía su nombre, o sus nombres. Corvo no era más que un alias, pero estaba seguro de que Lucien Henry Blackthorne III debía ser su nombre real. Nadie diría algo tan largo, extravagante y recargado si no fuera cierto.

El explorador intercambió una mirada fugaz con Breol y luego preguntó a Naewen. - ¿Le conocéis, Capitana? -

La curiosidad pudo más que el sentido común y Marcus decidió preguntar antes de que el tal Corvo pudiera intervenir más. Deseaba conocer de primera mano si alguno de sus compañeros había tenido trato con ese hombre en el pasado.

Volvió a centrar su atención en aquel hombre. – Y bien Corvo, ¿qué os trae por aquí? – Preguntó.

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21/04/2016, 10:31
Lukke

- En realidad suelen llamarme Lukke, señor Khayne.- Respondió el joven moviéndose con la agilidad de una pantera mientras cogía una silla, la dejaba frente a la capitana y se sentaba a horcajadas con los brazos apoyados en el respaldo.- Aunque he de reconocer que el apodo que su pequeño que su pequeño y desmejorado compañero me puso me gusto especialmente. La gente no suele pasar de lo obvio con mis apodos.- Añadió divertido mientras la sombra que lo cubría onduló como si se hubiese movido como para dejar claro que se refería a ella.

- Lucien Henry Blackthorne III es mi... actual nombre oficial. Digamos que es una prenda que les entrego para demostrar que quiero hablar en serio.- Dijo el hombre mirando al grupo con calma hasta que llego a Air'his y torció el gesto, aunque sus palabras sonaron casi jocosas.- ¿Quemar la isla? ¿Inundarla? Para que luego digan que los métodos druídicos están anclados en el pasado.

- De todos modos puede dejar de preocuparse por el Codo del Diablo, nosotros nos ocuparemos de estabilizar la situación allí.- Añadió mirando a la semiorca a los ojos en un tono suave y razonable, aunque desde luego no parecía una sugerencia.- Oh, por cierto, abajo en el establo tiene a su emplumada compañera. Me temo que esta en una jaula y dormida, pero por lo demás sana.

El joven ignoró la mirada de la semiorca y se dirigió al resto de la audiencia.

- Estoy aquí para recomendarles que se guarden su relato sobre las actividades de Shalast en esta ciudad.- Dijo el joven alzando una mano mientras sonreía divertido al ver vuestras expresiones.- No me malinterpreten, no les estoy amenazando (a decir verdad lo encuentro algo pueril), simplemente les adelanto que la mayoría de los que tienen menos pruebas que ustedes han callado. Y dado que esta ciudad esta en territorio de Shalast... en fin, creo que entienden por donde va mi razonamiento. Aunque también les recomendaría guardarse esas pruebas, nunca se sabe cuando uno va a necesitar un secreto sucio ajeno. Aunque claro, eso ya es solo mi opinión.

- También quería felicitarles por su actuación y asegurarles que ya hay gente ocupándose de esos “drows”, por lo que no hace falta que sigan extendiendo esas historias. Lo digo, obviamente, para tranquilidad de nuestra bella capitana-aventurera.

- Y, finalmente, vengo a privarles de la compañía del señor Carré.- Dijo el joven girándose hacía Otto, que parecía sorprendido, con cierto pesar.- Me temo que han conseguido sobornar a uno de los marineros del Oso, Otto. Lo lamento, no pensé que fuesen tan... decididos con ese tema, parece que quieren ese barco a cualquier precio. Creo sinceramente que lo mejor es que adelantemos el calendario y vengas a Korvosa.

- Espero que no vaya a suponerles un gran inconveniente en su pequeña expedición, Naewen.- Dijo el joven volviendo a mirar fijamente a la capitana y otra vez con aquella sonrisa licenciosa y divertida que costaba saber si era demasiado descarada o simplemente excesivamente confiada.

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21/04/2016, 14:00
Marcus

Lukke. Marcus tomó nota mental del tercer nombre de aquel hombre. Era un tipo peligroso, todo en él lo sacaba a relucir aunque hiciera intención por lo contrario. Sus movimientos, sus reflejos, su actitud, incluso aquella sombra.

No le fue difícil dilucidar de dónde había sacado el tal Lukke tanta información. Carré. Era él quien se había reunido con Lukke para contarle sus progresos. Marcus había supuesto que o bien daba el trabajo por finalizado, o se presentaría en persona para pedirles más… y voilá… ahí estaba.

¿Quiénes serían ese "nosotros" que mencionaba? Ese "nosotros" que pretendían estabilizar la situación en el Codo del Diablo y que, casi con seguridad, se creían capaces de ocuparse de los "drows".

Se estaba cociendo algo gordo. Algo por encima incluso de cualquiera de las bandas o políticas de Puertoenigma.

Por un instante pensó en corregir a Lukke, en "matizarle". Puertoenigma había sido edificada en lo que una vez fue territorio de Shalast, pero Shalast ya NO existía. Quizá Lukke creía que porque habían reaparecido algunos de los antiguos habitantes de ese imperio, eso les daba derecho a recuperar los territorios que hacía milenios les pertenecieron. Eso no era así. Las gentes de Puertoenigma no tenían la culpa de que Shalast hubiera desaparecido y de que el mundo hubiera cambiado. Todos esos "recién despertados" eran los que debían adaptarse al mundo actual. Así era la vida.

Pero no dijo nada. Se mantuvo en silencio. Pensativo. La actitud de Lukke le preocupaba. Aunque dijera que no les estaba amenazando, a Marcus le sonaba como una amenaza clara.

Pero de nuevo, no dijo nada. Se limitó a seguir escuchando y observó a Carré. No apreciaba demasiado a aquel hombre pero tampoco le deseaba ningún mal. El tiempo pasado protegiéndole sólo había servido para unir más a Marcus con Gelbin y Breol. Mientras que con Carré había guardado las distancias. Lo más seguro para Otto iba a ser hacer caso de Lukke. El recién llegado parecía que sabía lo que se hacía.

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21/04/2016, 16:08
Air'his

Cuando estaban reunidos en la mesa poniendo las cosas en común, apareció por la puerta el humano que quiere extraer el "veneno" de la isla para lucrarse con él, no le gustaba nada y quedo reflejado por la cara de asco que puso la semi orca al verle.

Pero pintaba mucho peor de lo que pensaba, tras escuchar su monologo la druida entró en furia y tirando la mesa por los aires rugió al recién llegado, un rugido de rabia y odio.

-¿Quien te crees que eres para inmiscuirte en los asuntos del Concilio?- Le grito en druídico y apuntando con su garra. -Los míos protegeremos a la madre de todo mal y si te interpones en nuestro camino acabaras bajo ella!.

Lo que más la dolía, lo que la hizo estallar de esa manera, no fue que tuviese capturada a su hermana alada, sino que algún druida le hubiese enseñado su lenguaje secreto, el mensaje fue escrito en druidico, así que o sabia druidico o alguien se lo ha traducido y, fuera como fuese, para ella era una traición.

-Y dile al malnacido y traidor que te enseño nuestro sagrado lenguaje que si descubro quien es le destripare con mis propias manos.

La semi orca salio de la habitación dando un tremendo golpe a la puerta que casi provoca que caiga de sus goznes, y se dirigió rauda a los establos. -Mas te vale que no se interponga ninguno de los tuyos en mi camino!

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21/04/2016, 16:49
Lukke

El joven no reaccionó mal ante el impetu de la semiorca. A decir verdad parecía confundido y un tanto divertido por aquella actitud más que ofendido o preocupado.

- ¿Alguien ha entendido lo que ha dicho?- Preguntó al grupo con curiosidad.

- Y por cierto, no debería haber hecho eso con la puerta. Maia- añadió con un leve atisvo de crítica en su voz como si le parecieseis más responsables de la orca vosotros que ella misma- es una mujer trabajadora y no debería tener por que aguantar ese tipo de desperfectos en su establecimiento.

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21/04/2016, 20:59
Naewen

Tras las cuatro horas de ensueño, Aerilaya se dedicó a releer las notas de Roth y empezar a formular unas cuantas hipótesis. Para cuando el sol ya indicaba el comienzo de una nueva mañana, la elfa tenía todo un conjunto de esquemas y diagramas, aunque no se sentía satisfecha de ninguno de ellos. Pero le daban una idea de lo que tendría que buscar más tarde en la Puerta.

Tras guardar su trabajo, Aerilaya consideró la idea de vestirse discretamente, con las ropas que usaba cuando realizaba los trabajos de campo. De acuerdo, no eran exactamente "discretas", pero cubrían más y eran prácticas, como se necesitaba durante "la vida activa", como gustaba de llamarla uno de sus amantes de juventud, además de ser de colores discretos. Pero la elfa frunció los labios, rebelde. No. No iba a cambiar sus hábitos por unos cuantos matones. No le daban miedo; hubiera sido ridículo temer a unos matones de tres al cuarto. Ella conocía bien lo que era auténtica intimidación, y estaba muy segura de que ninguno de aquellos tipejos iba a acercarse siquiera a eso.

-Si no me dejan en paz, serán ellos los que me temerán -le dijo a Aerel, que no parecía nada convencido de aquella decisión-. Y no me des sermones. Estoy taaan cansada de someterme a los deseos de otros.

"Ey, soy un dragón. No seré yo quien te disuada de pavonearte un poco. Pero sabes que te vas a meter en jaleos. Otra vez", dice Aerel, con un curioso sentimiento de resignación en el pensamiento. Su maga le había hablado en élfico, pero Aerel le contestó en dracónico, su idioma favorito.

De modo que Aerilaya optó por uno de los vestidos que había obtenido en su reciente visita a Kyonin, de gasa tan delicada como una telaraña que caía hasta sus tobillos, aunque con un corte tal que no penalizaba sus movimientos. La tela era especial de Kyonin, creada a partir de fibra vegetal de plantas locales, semitranslúcida y embebida con motivos ilusorios, de modo que resultaba en un patrón iridiscente que cambiaba sutilmente a lo largo del tiempo e insinuaba las formas bajo ella, aunque nunca llegando a mostrar del todo. Aquel tipo de vestimenta era común en el interior del aislacionista reino élfico, pero Aerilaya era consciente de que resultaría sumamente exótica en una ciudad humana.

Durante el desayuno con los otros comentaron las opciones decididas para el final del día. Aerilaya no pareció del todo feliz de que siguieran con la idea de escotarla. -Os vais a aburrir mucho -advirtió-. Estudiaré la Puerta esta mañana. Por la tarde me teleportaré a solucionar unos asuntos fuera de Puerto Enigma, así que no "necesitaré" protección. -Aunque el tono de la elfa parecía indicar que no creía que necesitara protección de todas formas.

Al parecer le tocó primero a Seltyiel hacer de niñera. Aerilaya le picó un poco, haciendo alusiones de Helgya. Aunque ignoró deliberadamente todas las miradas que le dedicaron. Cuando una iba a estudiar un artefacto tan prodigioso como aquella puerta temporal era fácil olvidar que Varisia era un lugar olvidado por la civilización. Aerilaya suspiró. En Nex o Absalom su vestimenta no habría causado mayor atención, como mucho alguna mirada apreciativa.

-Qué provinciana es esta gente. Ya había olvidado lo que era encontrarme con paletos como estos. -Miró a su acompañante-. Sé que te criaste aquí, pero ¿por qué continuas en este remedo de ciudad? Tú vales mucho más. Podrías hacerte un hueco en un lugar mejor. Y has admitido que ya no te queda familia aquí…

Al menos le respetaban allí. ¿Pero era realmente con lo que disfrutaba él? Parecía un respeto nacido del miedo. De alguna manera no creía que fuera algo con lo que Seltyiel disfrutase, sino más bien algo que había adquirido para poder sobrevivir sin miedos por su parte.

Pero una vez llegaron al puerto y vio la Puerta se olvidó de todo. Aerilaya insistió en examinar primero la estructura, y luego las runas. Lo primero no sólo porque la arquitectura revelaba mucho de sus posibles funciones, sino para darle una idea de las auras mágicas que generase, lo cual era considerablemente más revelador. Como muchos artefactos poderosos, no emitía magia visible por conjuros normales, pero ella era una experta aquilatando magia. Sabía que otros conjuros más complejos podrían revelar lo que los más sencillos no conseguían penetrar.

-Fíjate. -La maga señaló la forma de la Puerta-. Es solo la mitad del conjunto completo. No sé como vuestros criptomagos pudieron dudar. Tiene que ser un círculo perfecto. Dame tu mano, te dejaré ver a través de mis ojos por un momento. Fíjate cómo fluyen las auras, y eso que ahora está inactiva. Hay un patrón, y desaparece bajo la tierra. Fíjate durante un buen rato, porque no es inmediatamente discernible.

Las runas resultaron un hueso más duro de roer. Aerilaya no conocía la magia rúnica thassiloniana y no tenía idea de lo que significaban y cómo se relacionaban. Al cabo de un rato acabó discerniendo algunos patrones básicos, pero era como reconocer partes de palabras en un texto complejo de un idioma desconocido. Le faltaban conocimientos para relacionarlo todo. Pero, a pesar de todo, Aerilaya notó huecos, lugares donde debería haber runas y en cambio solo había piedra desnuda. Y patrones que resultaban… anómalos. No podía precisar por qué eran anómalos, simplemente no encajaban con el resto; demasiado diferentes. Aerilaya trepó por el arco sin preocuparse de las miradas que podría atraer, estudiándolo detenidamente.

-Digamos que aquí sí hay runas -dijo ella, hablándole a Seltyiel una vez estuvieron en lo alto del arco. La elfa admiró por un momento la magnífica vista desde allí, pero luego volvió a posar la mano sobre un hueco de piedra desnuda entre varias runas-. Sólo que no en este momento del flujo temporal. Mmmm.

Aerilaya revisó aquella hipótesis a la luz de las notas de Roth, y contempló los patrones anómalos. ¿Se verían de diferente forma... desde otra perspectiva? Y no espacial precisamente….

-Los thassilonianos serán unos malnacidos sin ética, pero cielos. Qué conocimiento -suspiró en cierto momento, mientras intentaba hacerse una idea del conjunto, sin lograrlo realmente.

Durante el almuerzo, le contó a Seltyiel algunas anécdotas de sus viajes, y le preguntó sobre la temporada que él había dicho que había viajado. Tenía curiosidad por saber por dónde se había movido.

Para cuando Marcus relevó al elfo Aerilaya ya había pasado a las mediciones de esencia y los cálculos matemáticos de inferencia. La verdad es que apenas se enteró del relevo, hasta que Marcus la presionó para ir a comer. Aerilaya tenía la impresión de que empezaba a avanzar algo y por ella hubiera renunciado gustosa a la comida, pero se dejó convencer por el humano y por las menos sutiles presiones de su familiar. Aerel podía ponerse realmente pesado a las horas de las comidas.

Aunque una vez ante la comida se alegró de haber cedido. La verdad es que estaba hambrienta, aunque lo había olvidado.

-Pensé que no nos iríamos nunca –comentó Marcus con una sonrisa bonita. La elfa se la devolvió; el humano le caía bien. Parecía ser de esas raras personas sinceras, aunque se recordó que las apariencias engañaban. A veces, engañaban mucho–. Menos mal que pude sacarte de ahí, de lo contrario Aerel te habría devorado.

-Bah, Aerel siempre tiene hambre -se rió ella-, en realidad diría que dado su tamaño, lo que come es fisiológicamente imposible. Debe ser algo así como una anomalía zoológica. Pero es perfectamente capaz de cazar su propia comida. Había muchas posibles presas en ese puerto.

Aerel alzó su morro, ofendido. "Los dragones necesitamos más energía que los seres de dos patas y piel blanda"

Aerilaya se rió, dándole una porción de su plato. -¿Ofuscarme? No tanto, pero sí que suelo olvidarme del mundo cuando estoy absorbida en mis estudios. -Se encogió de hombros, aunque pareció un poco culpable-. Ah, no habías notado lo curiosa que soy. Qué bien, pasar un día entero sin mostrarlo debe ser como una especie de record. Sí, soy terriblemente curiosa. La gente dice que demasiado. Siempre me estoy metiendo en líos por eso.

Aerel asintió con la cabeza sabiamente, confirmando aquella apreciación.

La elfa reprimió un suspiro, como si recordase algo desagradable. Pero luego sonrió pícara. -Mis maestros de mi infancia solían recalcarme que la curiosidad es una virtud fundamental para un mago. Dejaron de hacerlo antes de un año. Creo que les di más sustos que todos los aprendices juntos que han tenido a lo largo de siglos. ¿Qué es lo que despierta tu curiosidad, Marcus? ¿O tu pasión? En mi caso, la curiosidad es en sí misma una pasión. Se dirige a casi todo en la vida… tengo que entenderlo todo… pero sobre todo a lo que despierta mi curiosidad intelectual.

Se encogió de hombros de nuevo. -Estos matones no me dan miedo. Creéis que son peligrosos, pero sólo son patéticos. No es la clase de gente que me haría temer. A esa clase de gente, Marcus… no quieras encontrártela nunca -dijo seriamente.

Aerilaya sonrió a Seltyiel cuando se reunió con ellos y escuchó la información que ambos hombres intercambiaron. No participó en eso, sabiendo que quedaba fuera de su área de competencia. Pero entendía la necesidad de venganza, o al menos de entender lo que había pasado, así que aprobó con un simple movimiento de cabeza.

Después de comer dejó a los chicos con sus pesquisas y sus asuntos, y lo primero que hizo fue mandar un recado a Reuven, para que supiera que necesitaba hablar con él. Pero después se teleportó directamente a Korvosa, a un mirador famoso enfrente de una de las posadas más caras y exclusivas de la ciudad. Lo recordaba bien de su breve paso por aquella ciudad, cuando la reina Ileosa aun no había sido depuesta, y recordaba aun mejor la magnífica vista que ofrecía.

La ciudad había cambiado más allá de todo lo reconocible. Aerilaya se quedó mirando, pasmada, el nuevo perfil de la ciudad, las islas que ahora salpicaban la bahía, islas de las que se erguían las siluetas airosas de altos edificios. Aquellas islas no existían medio año antes. La misma ciudad estaba muy cambiada. La Gran Torre había desaparecido, y en cambio habían levantado nuevos edificios e hitos arquitectónicos, mucho más altos que cualquier edificio anterior, menos la mastaba. Hasta Antigua Korvosa, el barrio pobre, parecía transformado, aunque no de forma tan espectacular.

-¿Qué están haciendo en esta ciudad? -murmuró, y se dirigió hacia el Distrito Elevado, el distrito de la nobleza. O antiguo distrito, al menos. Iba a averiguarlo…

Aerilaya estaba molida cuando se teleportó de nuevo a la posada de Puerto Enigma. Había sido una tarde intensa, y medio lamentaba no haber podido aceptar la invitación del primer consorte de Eurythnia. Sólo a medias. La verdad es que la idea también la daba algo de reparo, y estaba bastante segura de que aquel hombre hubiera querido algo más que una cena compartida y charla animada, a pesar del entusiasmo con que había acogido el debate entre ambos. Y es que no sabía qué pensar de Nueva Eurythnia. Era mejor de lo que había esperado, pero… Aerilaya seguía pensando que había mucho escondido bajo las alfombras. Y prefería no arriesgarse, no otra vez.

-¿Qué habéis hecho? -preguntó a los otros, y escuchó las averiguaciones de los chicos, dando su aprobación al barco que habían encontrado-. ¿Queréis que vayamos a investigar in situ esos lugares? Una investigación sobre el terreno tal vez nos ayude a encontrar esa casa en sotavento. Y quizás podríamos dejarnos caer por el Goblin Dorado… o vigilar las entradas del lugar primero. Si logro hacerme una idea del aspecto de ese hombre, quizá pueda clavarle algunas adivinaciones.

Y sonrió a la druida. -¿Y tú, qué has hecho?

Pero se volvió ante la visita imprevista. Aerilaya arqueó una ceja. Vaya, vaya. Así que Lucien le devolvía la visita… de forma un tanto inesperada.

-Vaya, señor Lucien, qué honor. Tomad asiento -dijo la elfa un poco burlona-. ¿Así que Corvo? Un apodo… apropiado.

Y contestó a la pregunta de Marcus, que parecía desconfiado. -Sí, le conozco. De hecho hemos pasado la tarde juntos. Ha tenido la amabilidad de presentarme a su familia y mostrarme Nueva Eurythnia. Es el embajador dual de Korvosa y de Eurythnia, el enlace entre esas dos culturas y de Eurythnia con el resto del mundo. También es un noble korvosano… o korvo, como dicen los nativos en su jerga -dijo, recalcando lo de korvo, para que notaran la similitud con su apodo, Corvo-. Tiene una familia encantadora. Una consorte y una prometida, siete hijas adoptivas pequeñas, y un couatl invitado en su casa, pero que parece un miembro más de la familia.

Sonrió levemente. -Aunque "conocerle" quizá sea mucho que decir. La verdad es que antes de esta tarde sólo nos habíamos encontrado brevemente en una sola ocasión, justo antes de partir a la isla del Codo del Diablo. -Sonrió a Seltyiel, luego la transmutó en una sonrisita para Lucien-. Nos propuso a los tres un negocio… y una propuesta a Seltyiel y a mí.

Miró a la druida, que estaba claro que no deseaba tomar parte en el negocio, dado que deseaba destruir el noqual. Pero se volvió hacia Lucien, estudiándole con gravedad.

-Así que os habéis ocupado de que la gente calle con respecto a lo de Shalast. Veo que aunque a tu maestro no le gustó la maniobra de su colega, quiere cubrirle las espaldas. El primer consorte me produjo una gran impresión, pero creo que se equivoca. Debería dejar que sus colegas aprendan que sus actos tienen consecuencias, y tener en cuenta que con esos métodos Thassilon va a volver a ser el ogro malo de las leyendas muy pronto. ¿No arrastráis ya una leyenda lo suficientemente negra? Lo que hizo ese shalasti no tiene excusa, Lucien. Hay gente muriendo, gente cuyo único pecado fue sentir curiosidad por una prueba inofensiva que podía dar un vuelco total al trabajo y la pasión de su vida.

La elfa afirmó esto con énfasis.

-¿Cuándo vendrán los shalastis a reclamar esta ciudad? -preguntó con curiosidad. La verdad es que por pocos escrúpulos que tuviera aquella gente, que visto lo visto no eran muchos, no creía que empeoraran aquel vertedero de ciudad. Puede que incluso le proporcionaran más urbanidad. A no ser que pretendieran fagocitarla para renacer de sus cenizas, claro.

Pero lo de los drows tocaba una fibra más sensible. Que no fuera a trascender su existencia era un alivio, pero… aquello no era suficiente. No para ella. -¿Qué vais a hacer en Thassilon para tratar con su amenaza? -preguntó directamente-. Quiero estar informada. Quiero averiguar qué demonios hacían aquí arriba -añadió, casi con fiereza-. Quiero participar en eso. Quiero saber… y sabéis que os acabaréis tropezando con mi raza tarde o temprano. Tal vez pueda ayudar en eso también.

Asintió gravemente ante lo de Otto. -El señor Carré ha sido un buen compañero, aunque sea por breve tiempo. Lo echaré de menos, pero naturalmente es libre de ir y venir a su antojo. Si alguna vez quiere volver a tratar conmigo, ha de saber que estaré encantada de que lo haga -dedicó una sonrisa a Otto.

Miró a Lucien con una severidad burlona que era en gran parte broma, sabiendo que aquella sonrisa suya era parte de los jueguecitos que tanto le gustaban. A Aerilaya también le gustaban aquellos juegos de equívocos, pero no se engañaba. Lucien era el único eurythnio que no le había hecho avances sexuales explícitos. A veces los juegos eran solo eso, juegos.

Ante la explosión de Air'his parpadeó, sorprendida. Acostumbrada a los druidas elfos, creyentes convencidos de la armonía, el equilibrio y la renovación conservativa, la explosiva semiorca, partidaria de medios más drásticos y rápidos, la desconcertaba. Sabía que la naturaleza tenía un lado destructivo también… pero caramba. La mayor parte de la gente intentaba evitarlo.

-Es druídico -contestó Aerilaya a Lucien. No entendía el idioma, pero lo había oído de labios de los custodios de aiudaras druidas. Eso sí, sonaba extraño a sus oídos de labios de la semiorca. Más brusco, de sílabas más duras. Dialectos locales, supuso.

Aerilaya tenía una memoria excelente, con una retentiva natural afilada con un extensivo entrenamiento. Tejió un conjuro de comprensión idiomática, y repasó el sonido de las palabras de la semiorca en su mente. Tradujo en voz alta sus palabras, más o menos. No era lo mismo recordarlo que oírlo directamente.

-Parece que ha creído que alguien os ha enseñado ese idioma, Lucien. Algunos druidas lo consideran sagrado, parece ser éste el caso. -Se encogió de hombros, y luego la gente se quejaba del secretismo de los magos con sus investigaciones… pero no estaba en su ánimo menospreciar costumbres ajenas. Podía entender el enfado de Air'his.

Cuando la semiorca volvió con su águila, le explicó: -El embajador Lucien no conoce el idioma, Air'his. Pero hay formas de traducir algo sin conocer un lenguaje. ¿Qué mandabas tan importante en ese mensaje?

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21/04/2016, 21:51
Lukke

- El maestro suele dejarme libre albedrío en estos asuntos.- Respondió Lukke con suavidad a la elfa y una sonrisa agradable.- Pero el problema es que como bien dice Thassilon ya tiene muchas malas historias, no necesita una más. Y la gente no se va a poner a discriminar si pertenecían los villanos a una satrapía o a otra.

- No os equivoquéis, desapruebo su actuación, y se lo haré saber. No solo es incómodo desde el punto de vista de las relaciones públicas si no que es chapuza y un desperdicio de recursos.- Comentó el joven como si esas dos últimas cosas fuesen casi una ofensa personal.- Pero aun así prefiero la historia controlada. Y yo suelo callar a la gente de forma más amable que los shalastis.

- Sabéis tanto como yo de los planes futuros de Shalast mi deliciosa señora.- Respondió Lucien directamente a la pregunta de la elfa antes de reírse con auténtico humor de su arrebato.- Os aseguro que no solo no pienso manteneros al margen si no que me encantará disfrutar de vuestra compañía.

- Oh, podréis verle siempre que paséis por Korvosa. Me temo que mis recursos para proteger al señor Carré son limitados. Aunque si el señor Carré no esta a su alcance van a ir a por ustedes.- Aseguró el joven noble algo más serio.- No se que hay en ese barco que buscan, pero si el Consorcio se esta dejando tanto dinero van a seguir insistiendo.

- Oh, eso. Si bueno, reconozco que leí el pergamino.- Dijo el joven sacándoselo de la manga y pasándoselo a la maga.- Aunque ya sabía lo de sus planes por un pajarito.

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22/04/2016, 14:49
Seltyiel

Seltyiel se queda mirando fijamente a Naewen cuando hace su aparición en la sala común para el desayuno. Traga saliva, diciéndose que se estaba comportando por un tonto, pero al mismo tiempo se pregunta a cuantos tendría que matar antes de que terminase el día. Había unas cuantas calistrianas que podían resultar tan llamativas como la elfa vestida así (incluida la propia suma sacerdotisa, Shorafa), pero había la salvedad de que ellas contaban con la protección del templo, un grupo de poder en sí mismo. El templo no tenía gran potencia en cuestión de fuerza bruta pero podía destruir la reputación y las relaciones de cualquiera, por no hablar de sus asesinos particulares.

Pero no tuvo corazón para decirle que mejor cambiase de vestimenta. Después de todo, las vistas iban a ser más que agradables.

-Si vamos a prolongar nuestra estancia en esta ciudad un par de días reitero mi idea de ir a buscar la protección de un grupo. Elías o Shorafa podrían validarte, capitana. O créeme que las muertes que vamos a tener que dejar tras nosotros van a dejar en algo baladí el truquito ese de los de Shalast –dice, forzándose a apartar la vista de Naewen y sintiéndose más que un poco molesto consigo mismo. No era un adolescente caliente para andar perdiendo la cabeza tras un par de… buenas piernas. Pero había algo en el hecho de que ella fuera elfa que le llamaba poderosamente la atención. Aunque tenía que reconocer que no sabía el por qué, después de todo no es que le preocupasen de normal los asuntos raciales. Selt sabía tomar la vida como venía y aquella era una de esas cosas que no se podían evitar, y por tanto, era mejor no dar importancia.

Y efectivamente, camino al puerto se encontraron con los problemas de prever. Por suerte era de muy mañana y solo quedaban por las calles los más tardíos. Puerto Enigma ganaba su máximo pulso de actividad en horas nocturnas y repuntaba un poco después de mediodía. Las mañanas solían ser relativamente tranquilas, al menos en cuanto a los elementos más problemáticos. Y aun así Selt tuvo que recordar a unos cuantos lo que significaba estar bajo su protección. Se preguntó cuantos tratantes de esclavos recibirían la noticia de la existencia de aquella extranjera y empezarían hacer planes en consecuencia. Suspira al tiempo que espanta a otro idiota con una simple mirada.

La pregunta de la capitana le toma por sorpresa. –Sí, Varisia es muy provinciana. ¿Qué por qué he vuelto aquí? No lo sé, quizás por inercia. Aquí tengo mis raíces y mis negocios. También porque este lugar es seguro para mí.

Selt considera si explicar aquella ultima enigmática explicación, y al final decide que no es un secreto tan peligroso, al menos no con respecto a ella. -¿Te acuerdas que te dije que mi maestro en el Arte no acabó bien? Lo cierto es que creo que murió en un ritual de grupo fallido, intentando invocar… algo. –Algo peligroso, pero Selt no quiere hablar de ello-. Fallido o con demasiado éxito. Nheran y sus amigos tenían… ideas problemáticas. Eso no pasó en Varisia, mi maestro iba tras algo que se perdió durante la Era de la Oscuridad y me arrastró en sus viajes con él. Supongo que dado el ritual encontró lo que buscaba, aunque quien sabe. Yo salí por patas cuando vi que ninguno de los participantes regresaba y que los rumores locales decían que todos en la casa habían sido asesinados brutalmente. Decidí que ya tenía suficiente, hacía tiempo que no estaba conforme con lo que veía en compañía de Nheran. Pero hay contratos que resultan difíciles de romper, ya sabes. Volví aquí porque no creí que los amigotes de Nheran me siguieran hasta Varisia, y menos que quisieran meterse conmigo en mi terreno. Puerto Enigma es una ciudad peligrosa, pero si tienes relaciones, puede ser también un escudo.

Se encoge de hombros.

–Nadie ha venido a buscarme aquí, así que supongo que o la idea funcionó, o simplemente consideraron que yo era un pipiolo sin importancia. Probablemente lo último, después de todo era un aprendiz que no se enteraba de la misa la mitad. O eso o creyeron que yo también había muerto. De todas formas mejor no hables de esto por aquí. No lo considero un gran secreto, la gente de aquí no tiene nada que ver con los amigotes de Nheran, pero tampoco es sensato difundir ese tipo de información sobre uno mismo.

A Selt no le preocupa que ella la conociera, la capitana era del tipo de persona que odiaría la idea de sacar provecho de la información privada de otros. Corderitos.

Observar a Naewen en acción resultó un privilegio. Selt había pasado mucho tiempo entre los criptarcas, pero en ese momento se dio cuenta de lo enfocado que estaba el grupo, la carencia de perspectiva que tenía. Claro que ella partía con ventaja, tenía las notas de Roth y una buena idea de a qué estaba orientado su funcionamiento, y los criptarcas no habían tenido ese lujo. Era una buena profesora, además, aunque no estaba allí para eso. Pero de vez en cuando se detenía y le explicaba lo que estaba haciendo. Incluso usó una adivinación para que él pudiese ver las auras mágicas como ella las veía. Selt no había avanzado en el Arte lo suficiente para usar los conjuros que ella estaba utilizando. La mayoría de los criptamagos que se habían dejado media vida estudiando la Puerta, tampoco. Era consciente de que ella era mejor que el primer orador Elías, que en modo alguno era mal mago, y ahora se preguntó qué pensaría el líder de los criptarcas respecto a ella. ¿La vería como a una baza valiosa, o como a una rival peligrosa?

-Dime que Sheila Heidmarch informó al Primer Orador que un mago de tu talento vendría a la ciudad –dice de pronto. Lo contrario, sospechaba, podría ser interpretado de mala manera…

Y más tarde: -El primer orador Elias intentó atraer a magos de Absalom cuando hizo su alianza con la Sociedad Pionera –explica en cierto momento que ella paró-, y han pasado unos cuantos magos y matemáticos de la Sociedad por aquí desde entonces, la mayoría de Absalom o de Taldor. Aunque diría que ninguno tan versado como tú y eso que algunos eran niños mimados de la Sociedad.

Selt esperaba arrancarle una sonrisa con aquelllo aunque en verdad no mentía.

-¿Sabes? Podrías sacarte un buen pico de pasta pillando a un aprendiz de una familia rica. Lo haces bien –dice más tarde, aunque se queda impactado ante la hipótesis de ella de una escritura rúnica que se extendía a lo largo de la cuarta dimensión. Nadie había propuesto algo así, era una idea revolucionaria. De acuerdo, nadie tenía idea de lo que hacía la Puerta antes de que los shalastis quisieron activarla, pero aun así…

-Díselo a los criptarcas y creo que montarán un altar en honor a tu persona –dice, y aunque lo hace en plan de chanza, en el fondo no va muy desencaminado, algo así podría revolucionar la forma en que enfocaban sus investigaciones. Por su parte había vuelto a revisar la Puerta, intentando entender algo más, pero conforme pasaba el tiempo lo intentaba menos y la escuchaba y la observaba más. No iba a poder seguir el ritmo de sus razonamientos, era consciente de ello. Para Selt la Puerta era un misterio fascinante y le hubiera gustado poder invertir más tiempo en ella. Aprender de la Puerta era para él una promesa tan golosa como para cualquier mago que se preciase, pero Naewen era de otra especie, era de esos eruditos para los que sólo existía el conocimiento y todo lo demás era secundario. Y observándola se daba cuenta del abismo de conocimientos y preparación que había entre los dos. La base que Nheran le había dado no estaba a su altura, sencillamente no. Por un momento sintió una aguda punzada de envidia, pero eso pasó pronto. Después de todo aunque quería saber más, también era verdad que no sería capaz de limitarse solo a estudiar y a investigar, sería un soberano coñazo. Él pertenecía al mundo, no a una biblioteca.

Pero a pesar de todo tenía un poco de envidia.

Cuando Marcus llegó Selt se marcha casi un poco demasiado aliviado. No era frecuente en él sentir de esa forma. Y aquello era algo en lo que sí destacaba, pocos en Puerta Enigma llegaban a su altura en cuestión de exprimir información. Tal vez por eso los resultados que obtuvo fueron tan preocupantes por lo vagos y lo bien oculta que estaba la información. ¿Cómo era posible que un grupo nuevo irrumpiera en Puerto Enigma con esa eficiencia? ¿Sin contactos, sin relaciones, y eran capaces de ocultarse en el anonimato de forma tan eficiente? Claro que los cambios de poder en Puerto Enigma no eran nada raros, los grupos de poder subían y bajaban dependiendo de los vaivenes de los jefazos que los dirigían. Pero aquello era algo esperable y conocido, algo interno, podía decirse. Que un grupo nuevo se hiciera un hueco de forma tan rápida y eficiente era raro. Que lo hiciera con ese nivel de anonimato y organización, completamente inaudito.

-Con lo que deducimos que estos nuevos son más de lo que aparentan –le dice Selt a su mano derecha, uno de sus tratantes de información favoritos. Bien. Habría que presionar más y escarbar a ver qué sacaba. Sería interesante preguntar a Elías. El primer orador debía estar hirviendo a fuego lento con aquello. Después de todo tenía el ojo echado al puesto de Cromarcky y como adivinador que era, hacía de la obtención de información privilegiada una de sus bazas más importantes. Una, aunque no la única, pero aun así… una de dos, o sabía algo y se lo callaba, o debía estar subiéndose por las paredes, deseando saber más.

Uno de sus pilluelos, un simple raterillo callejero, le dijo dónde había sido vista la extranjera buenorra hacía poco tiempo, acompañada por un tipo local. Selt sonríe tolerante y le da una moneda. Se pregunta si Marcus sabe a qué tipo de restaurante la ha llevado, aunque estaba bien, de todas formas no es que abundasen los adecuados. Selt entra y saluda amistosamente a los matones de seguridad, pero espanta a los camareros, yendo por su propia cuenta hacia la mesa que ocupaban sus compañeros.

Compañeros que por cierto parecían estar pasándoselo muy bien juntos. Selt consideró si aquel advenedizo recién llegado le iba a levantar la elfa antes de que él llegase a nada con ella. No tan descabellado, je. Se decía que a las elfas les gustaban las novedades y lo exótico. Pero ella llevaba viajando años, maldición, bien podía considerar exótico a un pobre elfo perdido…

-¿Qué no sabías que ella era curiosa? –dice, tomando asiento sin saludar, como si tal cosa, cogiendo al vuelo una de sus últimas frases-. Marcus, amigo, esta es la mujer que en esa isla maldita va directa y se deja embrujar por una reminiscencia necromántica sólo porque así se enteraría de lo que había pasado allí años atrás. En serio. Y el hecho de que esas cositas tienden a matar o a volver locos a los que las reviven no tiene importancia, ¿verdad?

Le dirige una sonrisita sarcástica a la capitana, aunque se queda pensativo ante el último comentario de ella, un poco demasiado amargo para lo que solía ser Naewen.

Y a la tarde, hora de obtener más información. Selt se llevó a Marcus consigo y lo presentó, cuando era necesario, como su guardaespaldas. No muy a menudo, no era de dar explicaciones cuando no eran necesarias. Interesante lo que sacaron.

-Bueno, pues tú decides –le dice a Marcus-. ¿Hasta qué punto quieres escarbar? Si seguimos a partir de aquí tendremos que meternos en el agua. ¿Estás seguro de que quieres hacerlo?

No es que a Selt le preocupase eso, pero para un tipo como Marcus, decente, que se las había apañado para no pringarse, la perspectiva de quedar marcado por los grupos de poder podía ser preocupante. Pasaría de ser un tipo anónimo, un currante de a pie fuera de los jaleos de las bandas, a alguien que quería meter las narices en aquel mundo privado. Marcus tal vez no se diera cuenta de eso, pero una vez que pasabas esa línea nunca volvías a ser anónimo.

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23/04/2016, 12:33
Seltyiel

-Esos bollos engordan, embajador -dice Selt en broma. Era un detalle raro el de los bollos y no entendía a qué venía. Como forma para romper el hielo era como mínimo peculiar.

Pero después se mantiene en silencio, dejando a sus compañeros tomar el protagonismo. A veces una posición discreta es lo mejor para poder obtener toda la información posible. La gente solía ser muy reveladora en sus expresiones y su forma de hablar cuando están centrados en otras personas.

Así que la capitana había hecho una visita sorpresa a Korvosa aquella tarde. Cierto que Lucien les había invitado a ambos, pero Selt no creía que la invitación tuviera fecha de caducidad cercana y menos en esas circunstancias. Claro que con lo curiosa que era Naewen estaría muriéndose de ganas de saber lo que pasaba con aquellos archimagos recién retornados, y sobre todo con su legendaria magia. Aunque era de suponer que habría averiguado algo de los shalastis que hicieron el ritual. Tal vez también del artefacto de Ira. Más tarde hablarían con ella. Cuando quedasen a solas.

Tomó nota de que ella había conocido al que parecía ser el líder de los eurythnianos. Si los jefes se dedicaban a hablar con desconocidos es que realmente tenían muchas ganas de captar gente. Selt se preguntó qué tal sería el plan de pensiones de los thassilonianos o si preparaban más bien bonitos rediles a sus nuevos adeptos. Claro que a Lucien no parecía irle nada mal.

Y Lucien… Selt no sabía qué pensar de aquel hombre. Por lo que había dicho en su anterior encuentro era, como él mismo, un superviviente de las calles que había sabido labrarse una posición mejor. Y tan mejor, en su caso. Hasta le habían concedido un título nobiliario. Pero su actitud le confundía. Era un hombre extremadamente equívoco, pero tenía que ser también extraordinariamente inteligente, algo le decía que los archimagos thassilonianos estarían dispuestos a contratar muchos mercenarios pero no a admitir a cualquiera como parte de ellos. Se preguntó lo que ocultaba realmente aquella actitud suya desenfadada y burlona. Lo que estaba claro es que le gustaba el espectáculo. Era evidente que toda aquella entrada había sido cuidadosamente calculada. Y no se parecía en nada a los pocos korvosanos que conocía. Pero que en nada.

-Nadie va a destruir la isla -interviene finalmente Selt-. Nuestra compañera olvida que tenemos intereses de negocio en ella y que es muy descortés intentar arruinar a sus compañeros a sus espaldas. También olvida que ella tiene también los mismos intereses de negocio que nosotros y que esos beneficios podría emplearlos en proyectos que realmente ayuden a la naturaleza. Aunque me temo que Air'his malinterpretó un comentario mío acerca del noqual, cuando dije que la magia formaba parte de la vida y que interrumpirla tiene consecuencias.

Se vuelve hacia Air'his. -El noqual no es una aberración antinatura, Air'his. Interrumpir el flujo de magia en la naturaleza tiene consecuencias, pero en algunos casos es también un proceso natural. Tal y como una tormenta destructiva lo es. Y no sé qué clase de usos te imaginas que se hace de este metal estelar, pero no son tan exóticos como los que estás pensando. El noqual se puede usar para aislar salas y lugares de pruebas de conjuros experimentales, para crear armaduras que protejan mejor contra la magia, para crear mecanismos anti-mágicos, por ejemplo en cárceles. Ese tipo de cosas.  Actualmente son cosas sencillas, no tenemos la tecnología para realizar cosas realmente complejas con él. -Sonríe al korvosano-eurythniano-. ¿Qué tipo de usos le dan en Thassilon, Lucien?

Selt se echa hacia atrás en su sillón, adoptando un apostura más distendida. Lucien había dejado claro claro la vez anterior que las formalidades no le importaban, así que Selt se decantó por un trato directo y llano.

-La verdad es que no eres el tipo de embajador que hubiera esperado ni de Thassilon ni de Korvosa. Los korvosanos son unos estirados. -No sólo su herencia chelaxia les metía un palo por el trasero, era también que estaban convencidos de ser el pináculo de la civilización en Varisia-, y a los de Thassilon me los imaginaba mucho más arrogantes y dominantes.

Aunque aquí se permite una sonrisita. Algo de arrogancia sí que había en su actuación. No de la tipo exhibicionista-soberbio que se suele achacar a los magos poderosos, pero sí en la forma tan segura y calmada con que intentaba hacerse cargo de la situación, cortando las iniciativas que no convenían a Thassilon. Y esa "no-amenaza"…

Oh, técnicamente no era una amenaza, eso era lo más elegante del asunto. Pero quedaba bien claro en la clase de marrón que se meterían si no tomaban nota del asunto. Muy fino eso.

Selt añade jocoso: -Pero veo que te has sumado con entusiasmo a las costumbres eurythnias. ¿Consorte y prometida? -Definitivamente la poligamia no era algo típico de Korvosa, por más que los nobles siempre tuvieran amantes-. Tendré que aprender más de vosotros, definitivamente.

Y yendo al grano: -Mira, no voy a ponerme a hacer aspavientos porque algunos de Thassilon han decidido jugar a los pastores con unos cuantos corderillos y llevarlos al matadero sin que se den cuenta. No nos engañemos, aquí las bandas lo hacen todo el rato. -Él mismo había hecho cosas así. La vida era dura, y a veces los negocios mandaban, qué remedio. Le fastidiaba un poco porque conocía a algunos de los que habían muerto y no eran malos tipos, solo eruditos atontados. Solo que así era la vida-. Aunque sí que ha sido un tanto burdo. Yo lo hubiera hecho de forma más discreta, de forma que no pudieran relacionarme a mí ni a mi grupo en el asunto. ¿Tan seguros estáis de vuestro poder que no os preocupa dejar un rastro tan claro a vuestra puerta?

Y es que a Selt no le acababa de convencer la ignorancia que Lucien aducía respecto a los planes de Shalast para la ciudad. Era posible que no conociera detalles finos, pero seguro que tenía una idea.

-Ya ya, sé que son otra nación y todo eso, pero seguís siendo la misma cosa. Claro que la gente no va a distinguir entre una "satrapía" y otra. -Así que no eran naciones, eran satrapías. Interesante-. Diría que vuestros objetivos no van a diferir tanto, satrapías diferentes o no. Y algo tenéis que saber de sus planes.

Seguro que algo sabía, otra cosa es que fuera a compartirlo con ellos, claro está. Se preguntó si el nuevo grupo criminal tendría que ver con los thassilonianos, aunque no le convencía la idea. Demasiada sutileza para una gente que había actuado como un ogro en una cristalería.

Pero asiente a lo de guardarse las pruebas para uso futuro, en caso de ser necesario. Al menos no estaba intentando arrebatárselas, algo que matones más brutos habrían forzado. Se preguntó si era porque aun esperaba captarlos para Eurythnia o si era por otro motivo.

-Por mera curiosidad, ¿qué harían los de Shalast si difundimos todo esto? -inquiere Selt-. Después de todo no parece preocuparles el anonimato. Cierto que no se presentaron, pero solo les ha faltado tatuarse un cartel con una confesión en la frente. ¿Y qué harías tú? -le mira con una sonrisa aparentemente inocente tras la afirmación de él de que "solía calla a la gente de forma más suave que los de Shalast"

 -Coincido con la capitana en querer saber qué vais a hacer con eso de los drows -la apoya Selt, sumándose a su iniciativa. Él también quería saber qué carajo se traían entre manos-. Bueno, explica mejor todo eso de Otto y del consorcio, y lo de adelantar el calendario. Lo que os traigáis entre manos en Thassilon y lo de los drows nos afectará en el futuro, pero esto del barco nos va a afectar ahora.

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23/04/2016, 16:01
Lukke

Lukke sonrió a Seltyiel ante su comentario sobre los bollos de una forma que se le formaron un par de hoyuelos muy poco maduros, y más para alguien con su cargo.

- Cierto, aunque créeme, necesito recuperar muchas calorías a lo largo del día. Y están riquísimos.- Comento con humor.

- A decir verdad no importaría.- Comento el joven al elfo sobre la posible destrucción de la isla.- La mayor parte del noqual de la isla se lo llevaron los drows, casi todo el que queda esta en los fragmentos que cayeron al mar. Así que ya imaginaras el daño que le puede hacer una ola. Eso si, como los respetables ciudadanos de Puertoenigma se enteren de que hay un grupo conjurando olas gigantes, y más tras la que han sufrido, puede que decidan usar sogas y antorchas. Yo no infravaloraría la capacidad de la gente para hallar culpables de cualquier cosa.

- Eso si, es cierto que en noqual puede hace daño a la naturaleza. Pero como lo harían cantidades mucho menores de plomo o azufre, por no hablar de arsénico o cosas más exóticas. No, el mayor peligro con el noqual es que se diluya y pase a la fauna local. Aunque sería un estudio curioso.

- ¿Usarlo?- Pregunto el joven que de pronto parecía despistado.- Por cierto ¿Aun nos oye? Diría que esta en los establos ¿No?- Preguntó aunque se encogió de hombros.- Oh, para lo típico ya sabes, conjurar maldades, corromper criaturas naturales y destruir ecosistemas enteros.- Continuó el korvo con una sonrisa malvada.- Aunque yo lo prefiero cuando da dinero y contiene magia peligrosa. Por ejemplo un bonito ataúd de noqual les habría venido que ni pintado a los cruzados de Ozem.

- Bueno los korvos no somos tan estirados como crees, aunque lo cierto es que los finolis suelen serlo.- Comentó el joven con una expresión que decía que eran cosas de pijos.- Pero bueno, dado que soy noble, rico, enlace con Eurythnia y, supuestamente, héroe salvador de la ciudad pues me permiten algunos cargos honorarios.- Explicó dándole un énfasis bastante cómico a lo de héroe.

- En cuanto a Thassilon son muy arrogantes y dominantes. Sobretodo los líderes, hay de todo entre los demás. Pero en parte eso se debe al mundo del que vienen, en aquella época los diplomáticos eran los que transmitían advertencias antes de enviar tropas a un sitio o a otro.

- Pero precisamente por eso soy tan buena elección como embajador.- Dijo el joven con una sonrisa que le hacía parecer un quinceañero.

El joven parecía bastante relajado hablando con Seltyiel. Si con Marcus trataba como lo haría un profesional con un agente interesante, con Air\'his como lo haría con un cachorro de oso y con la capitana como si fuese una mezcla entre sabrosos bombones y un libro interesante, con el joven elfo casi parecía estar tomándose unas cervezas y charlando.

- Algo de eso hay, pero me temo que es bastante más simple realmente.- Le dijo sobre las costumbres eurythnias.- Las amo. Y si, se como suena, yo habría puesto la misma cara hace tres meses. Pero así están las cosas. Aunque en el tema del sexo te aseguro que las eurythnias te podrían hacer aprender. Mucho.

- ¿Ves?- Indicó el joven cuando Seltyiel mencionó que “seguían siendo una misma cosa”.- Precisamente por eso he tenido que actuar. Dime ¿Cuantos planes y objetivos comparten tus amigos Elías y Cromarcky? ¿O cuantos crees que comparten Cheliax y Andoran? No, no sabíamos nada.- Dijo aunque sonó más bien como a un molesto yo no sabía nada. Selt podía oler el orgullo profesional a un kilómetro de distancia.

- Si lo hubiésemos sabido el maestro les habría convencido de postergarlo y yo de hacerlo de forma sensata y profesional. Demonios, ni siquiera necesitaban criptarcas, como si en Varisia faltasen magos a los que nadie les importaría que les pasase. Sinceramente, lo que menos me molesta de este asunto son las victimas, y el daño a la imagen pública es controlable, después de todo se puede crear fácilmente una duda razonable. Pero el caso es que es una chapuza muy poco profesional, sinceramente no se como la gente no se avergüenza de liar cosas así.

- Pero en cuanto a Shalast. No, no les preocupa nada el tema de los rastros o lo que piensen los “no aptos”. Su señor, Karzoug, no es precisamente del tipo calculador y meditativo, pero si algo les sobra es poder a patadas. Han reunido un bonito ejercito en la meseta Storval, y su intención era caer sobre las tierras bajas como una barbara marea que traería la civilización.

- Lo que habéis de entender- dijo el joven aunque parecía comunicarse con Selt en concreto- es que el que sean magos la ostia de inteligentes no quita para que algunos de ellos sean tontos del culo. Y que en su mundo o dominabas o te dominaban. Pero lo más importante en este caso es que han vuelto al mundo tras diez milenios de ausencia que para ellos ha sido un instante. No están coordinados por que no se fiaban unos de otros, y siguen sin saber si hacerlo.

- Eso es lo más importante a considerar sobre ellos. Son pocos y aun no están asentados. Tienen la capacidad para convertir en un agujero Varisia y buena parte de los alrededores, pero el potencial si se unen a la comunidad global... no tiene precio. Es por eso que me uní a ellos. Y es por eso que he invitado a vuestra capitana.

- No os ofendáis, creo que algunos seriáis unos aptos estupendos pero... lo que interesa a la satrapía con urgencia es la magia. Aunque a ti me gustaría ofrecerte posibilidades más... empresariales.- Dijo Lukke al elfo con total descaro.

- Pues no sabría decirte... con los de Shalast cuesta saber si serán orgullosos o actuaran como críos con un juguete. Seguramente no os hiciesen nada, a menos que os cruzaseis en su camino.- Respondió el joven tras pensarlo un instante y de una forma que parecía sincera.- En cuanto a mi... bueno si fueseis gente más normal y no atendieseis a razones supongo que os eliminaría discretamente. En vuestro caso eso no sería adecuado ni recomendable claro pero hay otras... opciones.

- Si realmente supusiese un problema grave de imagen pública lo que revelaseis supongo que me acogería a las dudas sobre la afiliación del tipo que organizó esto y me ocuparía de que apareciesen pruebas de que intentasteis extorsionarme para obtener un porcentaje del noqual (que os resultaría difícil justificar por que lo habéis obtenido) y que aun así lo publicasteis.- Explicó el joven detallando una clásica operación de propaganda. Sin mala sangre pero con mucha mala leche.- Es solo una suposición claro, adaptaría mis planes según la situación, como es lógico.

- Sobre los drows ya veremos. De momento resultan más curiosos que peligrosos o rentables. Pero no soy de cerrar los ojos ante algo poco oportuno.

- El calendario al que me refería era el de sacar al señor Carré de la ciudad. Hizo un trato con gente... peligrosa, aunque también interesante a su manera.- Dijo con un tono educado y suave que a Seltyiel le recordó al de Cromarcky haciendo negocios.- El Consorcio Aspis.

- En cuanto a que quieren, por que y como de vuestro barco no tengo ni la menor idea. Yo me enteré de él por el señor Carré al seguir el rastro de los asesinos del Consorcio. Obviamente estudié que cojones era eso de la Dama Velada, pero sinceramente tengo bastantes misterios entre manos por trabajo como para añadir otro por placer. En lo que a mi y Eurythnia respecta todo vuestro. Simplemente apuntaba a que el Consorcio se ha dejado docenas de miles de oros en esta operación, y eso significa que hay algo que quieren. A cualquier precio.

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23/04/2016, 21:17
Marcus

Marcus se pasó un buen rato simplemente escuchando. Observó y prestó atención a la conversación entre Seltyiel y Lukke, y lo que aprendió no le gustó nada.

Además el tipo les había amenazado abiertamente, y ahora para colmo de males les explicaba cómo haría si tuviera un problema con ellos. Eliminarles discretamente... claro. Como si un grupo como ése no fuera a armar suficiente ruido en caso de que alguien intentara eliminarlos. Eso suponiendo que lo consiguiera a la primera y no se volviera todo en su contra.

A ojos de Marcus no era más que un pícaro venido a más, que había tenido un momento de fortuna. Le había surgido una oportunidad y la había aprovechado. Bien por él. Era un tipo listo, de eso no cabía duda. Y peligroso. Se preguntó cuánto era teatralidad y cómo de hábil sería ese "cuervo" en un mano a mano si llegaba el caso.

Finalmente Marcus decidió que no quería comprobarlo... por el momento.

- Asi que estamos lidiando con magos la ostia de inteligentes... Pocos, y de los cuáles encima algunos son tontos del culo... - Dijo repitiendo las palabras del propio Lukke. - ¿Y has invitado a Naewen a unirse a un grupo así? - Preguntó irónicamente. Aunque le preocupaba que la elfa se lo hubiera planteado en serio.

Luego llegaron las explicaciones del tipo de propaganda que podía hacer aparecer si a ellos les daba por hablar más de la cuenta. Marcus enarcó una ceja.

- Desde luego parecéis un hombre de recursos. Prefiero que aparezcáis por aquí y nos deis la oportunidad de hablar, dialogar y llegar a un punto de acuerdo, que despertarme un día y que todo el mundo piense que trabajo para alguna nefasta sociedad o peor, no levantarme porque me hayan envenenado mientras dormía. -

Siguió escuchando y le extrañó la poca importancia que daba el recién llegado a los drow. Seguramente porque no había visto en primera persona de lo que eran capaces esos seres. Seguramente porque sabía menos de ellos de lo que sabía la propia Naewen o alguno de sus compañeros elfos. Por las palabras de Lukke, Marcus dudó. ¿Rentables? ¿Cómo podían salir rentables unos seres así? La respuesta era clara. O pactando con ellos, o poniéndoles como objetivo a uno de tus enemigos. Pero ¿quién sería capaz de algo así?

- El Consorcio Aspis persigue a Carré. - Intervino cuando llegaron a ese punto. - Llevan persiguiéndole bastante tiempo... Breol y yo nos encargábamos de protegerle. - Explicó rememorando alguno de los rostros de los otros compañeros que habían caído durante ese trabajo. Al final sólo el pequeño gnomo, Breol y el propio Marcus habían sobrevivido, lo cual no era poco dado el enemigo. - Coincido en que lo más sensato para que nuestro amigo sobreviva es que se marche con el señor... Lukke. - Dijo mirando un momento a Otto. Puede que no sintiera amistad por él pero tampoco le despreciaba. De hecho había llegado a apreciarle un poco en el tiempo que habían pasado juntos.

Miró a Breol un momento. Estaba convencido de que pensaría lo mismo que él. Eran de los presentes los que menos sabían de nada de todo aquello. Marcus no sabía nada de la Dama Velada ni de lo que iban a buscar allí. Al parecer el Consorcio buscaba el mismo barco o algo que se escondía en su interior, y antiguos imperios milenarios que comenzaban a resurgir hacían sus movimientos políticos y poco a poco retomaban su lugar en el mundo.

- El mundo está loco... y está cambiando demasiado deprisa. - Admitió dando un trago a su bebida.

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24/04/2016, 14:04
Lukke

- La he invitado a unirse a Eurythnia, no a Shalast.- Puntualizó el joven mirando a Marcus con una sonrisa.- Aunque estoy seguro de que podría elegir a cualquiera de las satrapías activas de quererlo. No solo es una apta, inteligente y deliciosa, si no que tiene una personalidad única.

- En cualquier caso, señor Khayne, tenga en cuenta que aunque Eurythnia la componen solo unos cientos de personas la mayoría de ellos son maestros de una magia que este mundo no ha visto en diez milenios. Yo estoy poco más o menos al nivel de su capitana, lo cual en el mundo actual no es poco, pero en Thassilon soy solo un aprendiz.

- No se confunda, estoy aquí hablándoles por que creo que todos podemos ser racionales, o al menos la mayoría, y entender que airear este asunto supondría generar más equívocos que información. Y no he dicho que en caso de que revelen lo que saben les hiciese nada, pero Seltyiel me ha pedido una hipótesis y se la he dado. No me gusta usar métodos... radicales, pero no soy un finolis noble que tenga miedo de mancharse las manos llegado el caso.

- De todos modos extiendo la invitación que hice a sus compañeros a usted y los suyos. Si quieren visitarme en Korvosa cuando esto acabe serán bienvenidos.

- Créame señor Khayne, el mundo esta mucho más loco de lo que cree. Nos toca vivir tiempos interesantes, lo cual es tanto una oportunidad como una maldición.

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29/04/2016, 17:05
Director

Puertoenigma, 19 de Desnus, día del progreso, del 4710 CA

Tras la reunión con Lucien os dio tiempo bastante justo para terminar de arreglaros y acudir a la cena, que finalmente era en casa de Shiella, la cual se había ofrecido y no aceptó un no por respuesta. La casa de la maga era una pequeña y sencilla, pero decorada con acierto, vivienda en Sotavento, de una planta y con un pequeño jardín bien cuidado. La casa en si se dividía en tres espacios, una cocina-laboratorio, una biblioteca-dormitorio y un salón-comedor, todo lo que una maga con cierta vida social podía necesitar. Aparte de vuestro pequeño grupo y Shiella habían acudido Heinrich, Cade, Helgya y uno de los aprendices supervivientes de Abrahms (un muchacho llamado Tommyn).

La cena fue casera, abundante y sabrosa, y la inquisitiva mirada de abuela de Shiella se ocupó de que nadie se fuese sin sentirse a punto de reventar. La charla fue entretenida y amigable (aunque Tommyn era más del tipo apocado), se notó la falta de la tensión del Codo del Diablo. Incluso Heinrich y Naewen se involucraron en una “apasionante”, aunque amigable discusión sobre cierto punto (sin la menor importancia) sobre una teoría arcana muy interesante (resulta que no solo no la conocía nadie más en la casa si no que ni salía en los vademécum de Shiella) y que os hizo rogar al resto por raciones dobles de café.

Pero realmente poco hubo de reseñable en esa velada tranquila en la que, como era de esperar, Helgya se acomodó junto a Seltyiel dejando bien claro que esperaba que después de comer esperaba que satisficiese sus deseos, y Cade se quedo a la vera de la elfa atendiéndola y agasajándola como si fuera una princesa y sonriendo a cada comentario que ella le dedicaba.

Puertoenigma, 20 de Desnus, día del juramento, del 4710 CA

El día siguiente pasó entre las reuniones que habíais concertado, otra visita de Naewen al “embajador” de Eurythnia y los preparativos para vuestro viaje. Por consejo del capitán de la Rémora Pálida (la embarcación que os consiguió Marcus) zarparíais a las cuatro de la mañana, dándoos tiempo a llegar a la zona donde debía encontrarse el pecio al amanecer, y así poder aprovechar al máximo la luz del día.

En algún punto en el mar, cerca Puertoenigma, 21 de Desnus, día del fuego, del 4710 CA

La Rémora Pálida era una embarcación lenta pero pensada para arrastrar pecios y transportar sus valiosas cargas. Contaba con una tripulación de doce hombres (incluyendo al capitán) entre los que se encontraban un ingeniero, un mago marino, un clérigo de Besmara y tres buzos. La embarcación costaba una pequeña fortuna si no recibían una parte de la recuperación que compensase los gastos, pero teníais que reconocer que lo valía.

El capitán, un magnimariano llamado Connar, os instaló en una de las bodegas secundarias que estaba vacía en esos momentos. Por lo menos podríais descansar las casi seis horas que tardaríais en llegar a vuestro objetivo. Y sin embargo poco más de dos horas después os pidieron que subieseis a cubierta con cierta urgencia.

La cubierta estaba totalmente a oscuras y en silencio, ni una lampara brillaba en aquella oscura noche convirtiendo aquella superficie en algo opresivo y, en cierta medida, peligroso. Pero el marino que os había ido a buscar os acompañó sin la menor duda hacía el castillo de popa donde el capitán esperaba.

- Nos siguen dos embarcaciones.- Dijo el capitán en un tono quedo.- He intentado perderlos, pero nos tienen enfilados y son más rápidos.

- Pero no tiene ningún sentido. Esos barcos tienen que venir de Puertoenigma, demonios seguro que nos siguen desde allí. Pero nadie se arriesgaría a atacar un bajío de la ciudad a tan poca distancia de ella. No a menos que la recompensa fuese escandalosa ¿Queréis decirme en que nos hemos metido mi tripulación y yo mientras nos preparamos para el abordaje?

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02/05/2016, 09:20
Marcus

En algún punto en el mar, cerca Puertoenigma, 21 de Desnus, día del fuego, del 4710 CA

Marcus estaba bastante satisfecho con haber encontrado un barco así. Tanto el navío como la tripulación le parecían los idóneos para el trabajo. Y aunque costaran una pequeña fortuna, estaba seguro de que merecería la pena.

Sin embargo, cuando les despertaron en mitad de la noche para avisarles de que les seguían, el buen humor de Marcus desapareció.

Situado junto al Capitán, en el castillo de popa, trató de escudriñar la noche para divisar esas embarcaciones de las que hablaba. Después de la última visita del "embajador" de Eurythnia tenía bastante claro quiénes podían ser sus perseguidores.

- No vamos a permitir que nos aborden, capitán Connar. – Comentó Marcus con tono serio. Le importaba bien poco quién viniera en las naves, y cuántos enemigos hubiera en ellas.

Miró a Naewen. – Capitana. ¿Tenéis alguna forma de hacerme llegar a una de esas naves? – Preguntó. – Salvo que tengáis alguna idea mejor para impedir que nos alcancen, sugiero que me enviéis a parlamentar con sus capitanes. – Dijo con cierto tono irónico.

Desde luego con parlamentar no se refería precisamente a charlar amistosamente con ellos. Marcus no era un loco ni un suicida… Pero estaba seguro de que podría sembrar el caos en una de las embarcaciones y acabar con la vida de bastantes de sus tripulantes antes de escabullirse lanzándose al mar.

Otra opción sería tratar de hacer arder a sus perseguidores, pero seguramente dispondrían también de magos navales capaces de encargarse de sofocar fuegos. No, Marcus veía mucho más factible aparecer en medio de uno de los barcos y liarse a golpes de espada. O incluso eliminar selectivamente al mago o magos de una de las embarcaciones para luego poder hundir al navío con fuego o magia.

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08/05/2016, 01:25
Naewen

Aerilaya disfrutó con la cena e incluso se sorprendió de que Aldmer se mostrara tan abierto a debatir. Tal vez no era tan gruñón; después de todo cuando le había conocido estaban todos en unas condiciones bastante tensas. Aunque no pudo menos que darse cuenta de que el resto se aburría con su conversación. La elfa intercambió una mirada con su familiar, y decidió que los otros podían buscarse su propio tema de conversación. Pero cuando agotaron el tema, Aerilaya decidió que era momento de socializar un poco más con el resto, y se forzó a permanecer alejada de debates académicos. Además, no era cosa de dejar de lado al pobre Cade. Aerilaya estaba cansada de no tener amistades firmes; ya era hora de ir dejando atrás la rutina de aquel último malhadado siglo y volver a costumbres más sanas. Esperaba que el viaje de Cade no supusiera perder definitivamente de vista a aquella pareja.

Supuso que Helgya y Seltyiel pasaría la noche juntos, pero por su parte buscaba amigos, no amantes. Al menos, por el momento. Reconocía que algo de eso echaba de menos, pero sentía más necesidad de compañía y compañerismo que de un placer que de todas formas sabía que podría encontrar cuando quisiera buscarlo.

De modo que Aerilaya se quedó unas cuantas horas charlando con Cade, pero finalmente se retiró, sabiendo que al menos necesitaba descansar la mitad de la noche si quería tener magia al día siguiente. Y aunque no planeaba un día exhaustivo, iba a necesitarla si quería cumplir con su plan.

Un plan que no era nada del otro mundo, pero de alguna manera la ilusionaba. Al día siguiente Aerilaya dejó a los otros ocupados con sus asuntos, y se teleportó de nuevo a Korvosa, y salió al encuentro del embajador por sorpresa. Aerilaya se sentía traviesa y le gustaba sorprender y chinchar un poco a sus conocidos. Y esperaba que a él le gustase la sorpresa también: una visita rápida a Absalom y a Nex. Una retribución justa por la visita guiada a Eurythnia que le había hecho, esperaba; a Aerilaya no le gustaba tener deudas pendientes.

No extendió mucho las visitas; quería disponer de parte de la tarde para inscribir un nuevo conjuro en el libro, uno de telepatía de grupo. Le había frustrado no disponer de aquella posibilidad en la isla.

 

En algún punto en el mar, cerca Puertoenigma, 21 de Desnus, día del fuego, del 4710 CA

Aerilaya suspiró mientras acudía a la llamada de urgencia del capitán. Hubiera sido demasiado bonito que no surgieran contratiempos.

-No lo sé exactamente, capitán. Pero lo averiguaremos -le contesta en respuesta a su pregunta de en qué habían metido al barco.

Y a Marcus: - Sí, claro que puedo hacerte llegar a uno de los barcos. Pero no es buena idea, Marcus. Uno solo contra muchos es pedir que se te echen encima y te masacren. Además, luego no podría sacarte de allí de la misma manera. Y sería un barco, no dos…

La elfa miró por un momento a Air'his. De todos ellos, la druida era la que más recursos tenía para sembrar el caos en una situación como aquella. Aerilaya estaba un poco fuera de su ambiente en un barco y en alta mar. Pero como Air'his no había dicho de hacer nada, Aerilaya examinó sus propios recursos.

-Voy a intentar retrasarlos -dijo al fin-, les abriré un boquete bajo la línea de flotación. Eso debería darles qué hacer un buen rato. Supongo que podría hundirlos si me empleo más a fondo, pero no me gusta matar sin necesidad.

Posó la mano sobre el hombro de Marcus. -Sospecho que vas a tener mucho que hacer cuando lleguemos a la Dama Velada. No te arriesgues tanto, te necesitamos. Y quien sabe, aunque les retrase es posible que tengan algo bajo la manga con lo que molestarnos. Deben de saber quienes somos todos nosotros, y si lo saben conocen que no carecemos de recursos.

Aerilaya pasa la mano sobre la cubierta, buscando la humedad sobre ella para usarla de catalizador para un conjuro que infundiría su cuerpo con la esencia elemental del agua. -Voy a intentar retrasarles. Distraedlos si podéis. Que no sospechen que ando por allí, aunque me acercaré discretamente y cubierta bajo conjuros de invisibilidad y anulación de detección de áreas. Y bueno, si esto no funciona… no quedará más remedio que pasar a la fuerza bruta.

Antes de lanzar sus conjuros, miró a los otros y al capitán. -¿Alguna oposición a que los retrase, pero no los hunda?

Notas de juego

Rescuerdo que siempre lleva activo un corazon de agua y un vuelo de largo recorrido. Se lanza adicionalmente: Forma elemental (agua), Desorientar, Invisibilidad. Va volando hasta más cerca de los barcos, donde se lanza un invisibilidad mejorada, y luego se acerca buceando y les suelta un desintegrar bajo la linea de flotación. su velocidad de nado es alta entre los dos conjuros de agua, y recuerdo que le dan velocidad de natación (lo que anula la necesidad de hacer muchos controles de nadar)

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08/05/2016, 14:10
Seltyiel

Seltyiel se acercó más a Helgya cuando Naewen se puso a debatir sobre teoría arcana con Heinrich aunque una parte de su mente se preguntaba si no sería mejor separar a esos dos. A juzgar como habían chocado en la isla el debate podía calentarse rápidamente. Los dos parecían igual de tercos. Seltyiel dirigió una mirada a Marcus para que vigilase a esos dos y no dejase que se enzarzasen en una diatriba verbal. Claro estaba que Seltyiel no esperaba que los escuchara (quedaría un poco mal que se quedase dormido en mitad de la cena), solo que de vez en cuando les distrajera un poco.

Cuando las charlas tras la cena se agotaron y la gente pareció cansada, Seltyiel aun insistió en acompañar a sus compañeros a la posada. No se fiaba de que algunos volvieran solos, especialmente alguien tan llamativo como la capitana. Guiñó un ojo a Helgya, indicando que después la llevaría a un lugar especial. El Goblin Dorado estaría especialmente animado a aquellas horas, y podrían terminar la velada en su casa. Bueno, su casa pública, un pequeño apartamento cerca de la logia de los criptarcas. Selt era lo suficientemente paranoico para tener un refugio que mantenía en secreto y al que consideraba su verdadero hogar.

No era cuestión de desairar a una mujer a la que pretendía prestándole mucha atención a otra, pero a pesar de todo no pudo menos que dirigir una mirada pensativa hacia Naewen cuando dejó el grupo a las puertas de la posada. Como elfa era absolutamente atípica, y un enigma. Vale que él no era un experto en su raza, pero no parecía encajar ni con las elfas que había conocido en Mierani ni con las ocasionales Perdidas que se había encontrado a lo largo de su vida. Era demasiado seria, demasiado reservada. Le dirige una mirada significativa indicando a Cade, como diciéndole "no seas tonta, pásatelo bien esta noche, si el pobre chico bebe los vientos por ti."

Pero Selt sacude la cabeza y se centra en Helgya. Los misterios podían quedar para otro día.

 

En algún punto en el mar, cerca Puertoenigma, 21 de Desnus, día del fuego, del 4710 CA

A Selt también le parece imprudente que uno solo se metiera entre toda la tripulación de un barco. Comprendía también las dificultades de teleportar de vuelta a alguien. Selt sabía que se necesitaba contacto físico para teleportar a otras personas, y además era complicado estimar el lugar de destino de la teleportación cuando el tanto el origen como el destino estaban en movimiento. La capitana parecía de los cerebritos que podrían saltarse aquellos inconvenientes, pero también entendía que lo viera demasiado arriesgado como para querer intentarlo con un compañero.

Selt se sorprende de la iniciativa de la capitana, sin embargo. Era la primera vez que ella se destacaba para hacer algo en solitario. No es que su magia no fuera buena, que lo era, pero hasta ahora parecía haberla centrado en potenciar y proteger al grupo más que para usarla para destacar sus propias capacidades. No esperaba una iniciativa como aquella.

Pero Selt repasa el plan y decide que probablemente tenga éxito. Allí no se necesitaba un sigilo especial y ella era de esos magos más abundantes en recursos que en fuerza bruta. Quizá fuera mejor eso que el abordaje o intentar destruir el velamen de los otros barcos. Y supuso que sabría escurrirse si la descubrían. Solo le veía un inconveniente a aquello. Ella iba a necesidad una barbaridad de magia para realizar todo aquello.

La mira pensativo. -¿Estás segura de que quieres agotarte tanto? Ten en cuenta que lo que dices a Marcus vale para ti también. Necesitaremos de tu arte en la Dama Velada. Yo tampoco tengo idea de por qué está despertando tanto interés ese puñetero barco, pero cuanto más interés muestran nuestros rivales más me hace pensar que va a ser complicado. Aunque son tontos. Podrían dejar que nos agotásemos en la Dama velada y luego aparecer por allí, cuando estemos en nuestro momento más débil.

A no ser, claro, que no supieran la localización y dependieran de ellos… pero muy torpones eran si no eran capaces de seguir al barco de forma más discreta. Selt mira a la druida, sabía que los de su oficio tenían muchos trucos para trabajar en entornos naturales como aquel. Si podía encargarse de un barco, mejor, así Naewen no se agotaría tanto.

Selt no estuvo de acuerdo con los escrúpulos de la capitana. Para haber sido una aventurera tenía miramientos sorprendentes.  -No seas suave, capitana. Estamos dentro de la zona de influencia de Puerta Enigma. Aquí si no te impones, te dan un baño de tierra. O de mar en este caso. Húndeles si puedes, al menos a uno de ellos. Probablemente los del otro se lo piensen cuando vean lo que les ha pasado a sus compañeros. Tienes que ser más dura, capitana. Nuestros enemigos no van a tener tus escrúpulos.

Y pasando a asuntos prácticos: -¿Quieres que te vuelva invisible yo? Así ahorras un poco de fuerzas.

Indica a Marcus con un gesto que esté atento, era posible que necesitaran distraer a los de los barcos si a pesar de todo captaban a Naewen y en todo caso dudaba que aquello terminara de esa forma. Selt sospechaba que iba a ser un día movidito.

Notas de juego

el invisibilidad es el unico conjuro con el que puedo ayudarla. Si quiere un acelerar también puedo darselo