Partida Rol por web

¡El comedor ruge con actividad! Los estudiantes más novatos lanzan sus nuevos hechizos al aire, conjurando y evocando todo tipo de inocuas y poco impresionantes Palabras aunque realmente son ellos los únicos sorprendidos por sus capacidades; los más experimentados y los que están ahí más por ser raros que por querer ser magos están más tranquilos, disfrutando de retomar las deliciosas comidas de la Academia.

Hoy toca jabalí asado con patatas al horno. ¿Y si eres vegetariano? Jabalí asado con patatas al horno, a menos que hayas traído tu propio almuerzo. El cocinero es el tipo de persona que pone bacon hasta en el vaso de leche que bebe antes de ir a la cama.

Poco a poco van llegando más y más alumnos al comedor... Parece una buena oportunidad para hacer buenas migas, vínculos sociales y subir de nivel la estadística de reputación. ¿Como, que no hay estadística de reputación? Bueno, habrá que conformarse con hacer buenas migas.

El estudiante más azul de la academia (o al menos eso parece hasta el momento) entra en el comedor con su habitual aura de agresiva autoconfiaza. Su semblante es serio pero no enfadado, y no tarda en coger un asiento en el que empieza a devorar con mordiscos grandes y muy sonoros piezas grandes de carne.

Que manía de pasar por el fuego los animales. Así no hay quien saboree la sangre, piensa el híbrido mientras come tranquilamente lo que devorarían tres alumnos normales. Es consciente de que alguna gente se le queda mirando, pero no le da la mayor importancia. Lo cierto es que de momento está bastante satisfecho con su estancia en la Academia, se nota algo más fuerte gracias a los entrenamientos con Shin'Tao. La verdad es que tiene gana de probar su nueva fuerza con alguien, así que cuando ve pasar a algún alumno que parezca físicamente fuerte le espeta, señalándole con un hueso de jabalí a medio devorar:

- ¡Tú! ¿Quiere luchar con Zak, AH? - frase que sale algo dificil de entender entre su parco dominio del idioma y la boca llena de comida.

Entro en el comedor y rápidamente me aparto de la puerta mientras observo al resto hacer sus cosas. Algunos alumnos charla, otros comen e incluso algunos practican magia. Habiendo observado un poco el comportamiento general me pongo en marcha para recoger la comida. Miro al plato y sin ningún inciso camino en busca de un lugar donde comerlo. Sorprendentemente la comida entra en la categoría de normal.

Alzo la vista y un conocido resalta entre la multitud. Pienso un par de segundos y me encamino hacia él. Sus modales a la hora de comer continúan igual que en el festival. En el momento en el que blande un hueso y amenaza al primero que le pasa cerca giro 90 grados y busco otra mesa en la que sentarme esperando no haber llamado mucho la atención con el derrape.

Me siento en la primera mesa que veo poco concurrida y paso a degustar el menú que el cocinero ha decidido que hoy tomemos. Con suerte en unos minutos termino con esto y puedo pasarme por la biblioteca.

Baxter encuentra sin dificultad un sitio donde sentarse apartado de la violencia de Zak. ¿Con qué tipo de alumnos busca asiento?

Zak, por su lado, consigue espantar sin dificultad a alguien que curiosamente se estaba acercando demasiado a sus cosas. Le han visto luchar y no quieren saber nada del tema. Agita las manos, produrando disuadirlo de la noción.

-¡Que va, que va, solo pasaba por aquí, señor pescado brillante!-

Suena a insulto, aunque lo dice con intención descriptiva.

Por ese entonces llegan Ami, Isen y Roland. Es el día siguiente de sus entrenamientos.

- ¿¿¡¡AAAAAAAAAAAAH!!?? ¿¡Quién llamas brillante pez!? -

Zak agarra por el cuello de su camisa/túnica al chico que a su parecer acaba de isultarle gravemente, y le muestra bien de cerca su puño derecho a la par que junta parte de su aura sobre el mismo.

- Zak guerrero, no es brillante pez. ¿¡Tu cree puedes comerme como salmón!? ¡¡INTENTA, VAMOS!! - Con las ganas que tenía el muchacho de partirse los dientes contra alguien, mala elección de palabras ha ido a hacer el chico. Más le vale que se disculpe.

Entré en el comedor con Roth trotando a mi lado. Había estado jugando con Sabrina y mi apetito se había disparado. Miré la cena, había un montón de carne con patatas. Entonces, vi como el zorrito se fijaba en algo. Seguí su mirada y allí al chico azul agresivo que había llegado aquel día amenazando a otro de los alumnos. Zak agitaba un hueso en el aire y Roth no podía dejar de mirarlo. Sin que pudiera detenerlo, el pequeño zorrito pegó un gran salto y le robó el hueso de la mano al chico tiburón.

Eché a correr detrás de Roth, me subí a una silla y le di unos golpecitos en la cabeza a Zak - eso no está bien, no tienes que hacer daño a tus compañeros. Si quieres que te de su camisa, tienes que ser educado y perdirlo por favor.

Zak gira el rostro muy lentamente hacia Ayami.

La mira con cara de terrible mala leche. Lo del hueso que ha cogido el zorro no parece importarle demasiado, más que comerlo tenía intención de hacerselo tragar al alumno que tiene aún sujeto por quien sabe que orificio corporal. Sin embargo, Ayami es una niña y Zak no pega a niños.

Con gran dificultad para encontrar las palabras adecuadas por su cabreo y las venas de la sien aún marcadas Zak articula:

- No quiere... camisa. Zak quiere... este tipo... traga dientes... - Chasquea los suyos causando un sonido de cepo cerrándose de lo más descriptivo volviendo a mirarle - Si tú hombre... pelea o disculpa. 

-¡Vale, vale, vale! ¡Lo siento! ¡Es solo que, vale, no eres un pescado, eres un tiburón! ¡Un tiburón brillante! ¡Y con brillante me refiero a que tienes un futuro brillante, sí, claro!

-¡Eres como una estrella!

-¡Una estrella brillante!-, está acojonado el pobre maguito, agita los brazos temerosamente. Medio curso se ríe de lo patético que está pareciendo el pobre, pero la verdad es que estando en su lugar la mayoría reaccionarían igual.

Por el otro lado, Baxter consigue encontrar una mesa donde no hay casi nadie. Lo cual significa que nadie le molesta... Aunque tampoco tiene nadie con quien hablar así. Al menos la comida está bien, si señor.

El mago balbucea muchas palabras y muy rápido, por lo que el joven híbrido no entiende bien lo que dice. Tiburón... estrella... brillante... ¿De qué habla? En cualquier caso, el chico parece tan patético que Zak decide soltarlo con desdén, haciéndole retroceder un par de pasos en el proceso.

- No se que dice. No estrella. Tiburón si. Guerrero. Zak soy guerrero. Cuidado con palabras - le espeta señalándole con el índice muy cerca de sus ojos.

Tras esto se vuelve a sentar y coge con cabreo un cacho de carne mientras vuelve a mirar a Ami.

- Y tu. Niños no interrumpe pelea de hombres. Pequeña niña zorro tiene más cuidado, pelea es peligrosa.

Roth y yo inflamos las mejillas al mismo tiempo, enfurruñados. Miramos con enojo al tiburón y le bufamos como dos cachorritos de zorro.

- Jum, yo también soy una poderosa guerrera, podría vencerte sólo con mi colita - bravuconeé, con mi orgullo herido - Zak Gran Guerrero no me duraría ni un minuto.

Aún de morros, me senté en el asiento y agarré un buen plato de carne y patatas. Le serví otro trozo a Roth, que empezó a devorar como loco.

Jennifer llegó a la hora de cenar, algo tarde pero llegó. Miró alrededor buscando sitio para sentarse, estaba cansada y sin muchas ganas de bronca por un día. La hora de la comida era su hora de relajación. Tomó asiento en un lugar separado del resto, incluso algunos dirían que marginal, pues todos conocen lo mal que se ponen si por algún casual le molestan en su hora de la comida.

Esbozó una sonrisa al ver como Zak la liaba, casi orgullosa de ese joven novato que seguía sus pasos aunque el no lo creyese o supiese aún. Tomó un plato y bastante comida de donde fuera que la sirvieran, y si estaba servida, empezó a comer sin esperar a nadie, pues a ella no le habían esperado. Que les den. Ñom ñom ñom ñom.

Jennifer come tranquila, Zak deja ir al chico, el cual ríe un poco nerviosamente y se termina escapando a otra mesa, por ahí...

Agdayne y Velvet quizás no tardarían mucho en llegar: El primero se vio retenido por un pequeño grupo de fans, la segunda no se había enterado que era ya la hora de comer, estaba demasiado ocupada leyendo cosas.

¡Quizás se unan a la comida prontamente!

Agdayne caminaba por los pasillos la mar de tranquilo, con una sonrisa confiada entre dientes y ese aire desvergonzado tan típico suyo. Había conseguido justo lo que quería; una excusa para comer junto a Velvet y poder cortejarla. El dulce sabor de un buen plan con una futura victoria. ¡El destino había conseguido que atendieran a la misma charla con el mismo profesor! Pan comido.

O eso pensaba antes de que se le acercara un grupo de fans, rodeándole. No entendía muy bien qué estaba pasando. ¿Él? ¿El gato callejero? ¿Había logrado llamar la atención de chicas probablemente de buena casa y fortuna? ¡Cielos! ¡Tenía que seguir jugando a ser un conquistador aunque le saliera solo! ¿Cuánto dinero y regalos podría conseguir a base de este golpe de suerte? Sonrisas por aquí, guiños por allá, algunas palabras con su acento peculiar...

-Por supuesto, belle mademoiselle. Mi agenda está libre a las cinco. Para algo inolvidable.-

-¿Qué? ¡Oh! ¡Oui, chocolat! Adoro les chocolats.- Le decía a otra. -Te has ganado un hueco en mi corazón, preciosa dame.- Le guiña un ojo de forma pícara y seductora, provocando un suspiro y un rubor. Je. Fácil. Las adolescentes hormonadas son su especialidad.

Pero sin darse cuenta había olvidado el asunto de Velvet. Por suerte, la chica iba a poder comer sin ser molestada, al menos por él. Se abrió camino hasta la mesa más cercana pidiéndole a sus fans que le dejaran comer tranquilo, todo esto de forma muy galante, diciendo estupideces como que necesitaría alimentarse para mantener su pelo más brillante o cosas así. Si supieran por qué es brillante...

Acaba sentado sin darse cuenta cerca de Zak y los demás, disponiéndose a engullir. Ya sin sus fans atosigándole se dejaba de manerismos y de ridículas florituras galantes; estaba muerto de hambre. No es que tuviera especialmente un gran apetito, pero desde que vive en ese lugar, no puede evitar llenarse. ¡Son manjares de los dioses, sacrébleu! Y además tener a Zak al lado... como que era un amplificador de hambruna. Fue verlo y empezar a rugir su estómago cual rey de la sabana.

-¡Bonjour -ÑOMFGROMF- buen guerrero Zak! ¿A quién has machacado hoy?- Lleva un guante de cuero que le cubre hasta el codo del brazo que llevaba infectado tras la pelea. Alguien ha estado esparciendo por ahí el rumor de que ese guante es algún tipo de sellado mágico que al quitarse, libera su verdadero poder. Una chorrada que ha surgido desde que frió casi literalmente a un alumno de segundo que por alguna razón tenía tirria a los gatos y decidió molestarle.

Zak decide ignorar a Ami con una sonrisa. Aish... los niños, que graciosos son siempre... Y que rico debe estar ese zorr... No, cálmate, esto no son las junglas de Ánimas, seguro que me echan si le hinco el diente al pequeño peludo... Ya de mejor humor reflexionando sobre sus paridas se da cuenta de que Agdayne se ha sentado a su lado y come con energía.

Saluda a su amigo felino con una palmada en la espalda que bien le podría poner el esternón de monóculo.

- ¡Gruntar chico gato! - le da los buenos dias con energía - Zak entrena mucho, ¡gran fuerza! Hoy no pelea nadie, solo chico no cuida palabras y casi traga dientes. - dice señalando a su casi víctima altercado de hace un momento.

Luego de una mañana de intenso entrenamiento Roland se sentía famelico; sin apenas intercambiar algunos saludos por el camino se dirigió hacia el comedor dónde el aroma de la carne asada parecía llamarlo como el canto de una sirena pero incluso en aquel estado no pudo evitar notar que el comedor parecía estar más agitado de lo usual, mientras tomaba un asiento cerca de algunas caras familiares le dirigió una mirada inquisitiva al chico pez quien a juzgar por sus palabras había sido el causante del alboroto- no deberías darle importancia Zak, las palabras no pueden afectarte si no lo permites- dijo el con su habitual pragmatismo mientras cortaba un trozo de cerdo y se lo llevaba a la boca con unos modales que parecían fuera de lugar con su imagen de viajero errante. 

Cojo los cubiertos disponiéndome a comer con calma y tranquilidad. Las voces de Zak y otros alumnos se hacen eco por el comedor. Sabía que hacía bien en tomar las distancias. A golpe de cuchillo y tenedor dejo pasar el tiempo pensando en que hacer una vez terminada la comida.

El comía tranquilo y feliz hasta que a Zak le dio por hacerle una cirugía interna por vía externa. No había sido muy buena idea darle una palmada desordena-esófagos de esas mientras estaba engullendo. Instantáneamente se puso a toser y a coger algo de color rojizo. Tarda un rato en recomponerse y tomar aire, con un tic nervioso recorriéndole el párpado. ¿Cómo podía ser tan bestia? ¡Pero a ver quien le dice algo! Mejor intentar desviar un poco el tema de que casi muere por asfixia a algo más respetable.

-ATJO... Gmmr... Agh. Oui, oui... todo muy bien. ¿Mademoiselle Jennifer ha hablado contigo sobre el taller? Porque aún no la he visto. Hahh... También puede ser que me las he pasado un pooooco ocupado.- Asiente varias veces tomando un vaso de agua y bebiéndoselo de un trago. -No sé si ha encontrado más miembros o qué...- Encoge un poco los hombros. Viendo a Zak frente a él le hace recordar que sigue hambriento. Se pone a comer otra vez. ¿Morir por asfixia? Merece la pena.

Enchufé la oreja cuando oí la palabra taller. A cuenta de estar muy ocupada los últimos meses (agotar a Sabrina jugando era una tarea casi imposible, y no hablemos de su compañera), no había entrado en ningún club ni nada. Sería interesante meterse a alguno, aunque fuera de punto y cruz. Y encima necesitaban gente... 

En el comedor se fueron escuchando unos ruidos chirriantes interrumpidos, pero continuos. Pensando que nadie se daba cuenta, fui acercando poco a poco mi silla hasta los dos que hablaban, para saber más sobre el taller.

Zak niegaa con la cabeza cuando Agdayne le pregunta acerca del taller. Lo cierto es que el chico ha visto a Jennifer en las sesiones de entrenamiento, pero como cada uno estaba con su respectivo profesor Zak no se paró a charlar con ella más que algunas palabras sueltas al principio o final de los entrenos.

- Zak visto Jennifer pero no hablado de taller... - le informa mientras piensa en la palabraa rara que ha usado el gato para referirse a la chica. Masmosié, se repite el chico en la cabeza. Debe ser un título de la tribu de los gatos o algo así. Mientras piensa en ello se da cuenta de que Jenn está de hecho en el comedor, comiendo en una mesa algo más alejada. Levantando medio jabalí en el aire para llamar su atención (con el evidente salpicar de salas a todos los que anden cerca) el chico tiburón pega un bocinazo que bien se podría escuchar desde la otra punta de la academia, no digamos ya del comedor. - ¡CHICA SOMBRA JENNIFER! ¡ZAK AQUÍ Y CHICO GATO! ¿CUÁNDO HACEMOS TALLER?

Tras lo que queda esperando su respuesta con una de sus dentudas sonrisas escalofriantes.