Partida Rol por web

Un poco de luz se filtraba por el hueco de las escaleras. Aunque en el primer piso las luces estaban apagadas, y toda la casa estaba en silencio, en la planta baja algunas luces estaban encendidas en el pasillo. No era mucho, pero bastaba para que en lugar de en la oscuridad total, Charles y Jean Paul se moviesen entre penunbras, pudiendo ver los contornos  y formas de lo que los rodeaba.

Jean Paul no vio nada al mirar por las cerraduras, ni tampoco se veía luz bajo la puerta. No parecía que dentro de las habitaciones hubiese alguna lámpara encendida. Charles tuvo más suerte, en la habitación del medio del lado izquierdo, unos rítmicos ronquidos se oían incluso a través de la madera. Si la señorita Miranda estaba en esa habitación, sonaba de manera bastante masculina. De la habitación cuya puerta pretendían abrir, también llegaban unos sonidos apagados, pero...no parecían ronquidos.

El sonido era demasiado extraño, hice un gesto a Jean Paul para que se quedara quieto un momento y pegue la oreja a la puerta

René pegó el oído a la puerta y escuchó con atención. Los sondos eran muy débiles y suaves, y ahora que podía oírlos con más claridad, le dió la impresión que en realidad había varios distintos. Había algunos que sonaban como los jadeos y olisqueos de un perro pero...no del todo. Eran demasiado regulares, con un ritmo demasiado constante. Por debajo de esos, se escuchaba algo que parecía el sonido de las partes de un mecanismo al moverse entre sí, y que en parte le recordó a las articulaciones de los autómatas que había visto una vez. Pero aunque los sonidos eran débiles, lo que los producía tenía que ser más grande que aquella especie de arañas metálicas del taller de Miranda.

Lo que escucho al otro lado me deja totalmente intrigado, no se me ocurre que puede ser, así que indico a Jean Paul que se acerque y le susurro

-escucho unos jadeos y olisqueos como de perro, pero con un ritmo demasiado constante, y tambien algo así como uno de los autómatas de miranda, pero mas grande. Por el automata diría que es la habitación de miranda, pero tal vez hayan dejado algún animal vigilándola. ¿cree que deberíamos entrar?-

 -¿Será alguna especie de perro mecánico, tengamos cuidado amigo mio. Tú espía por la cerradura, yo bajo la puerta.

Me pongo pecho a tierra e intento distinguir algo (como el tamaño de la cosa que menciona Charles.

Mirar no parece que vaya a dar buen resultado, ni que vayamos a sacar mas información de la que ya tenemos

-esta parece la mejor opción para encontrar a Miranda, esa respiración es muy regular, lo que sea puede estar dormido, y los automatas de miranda eran inofensivos, creo que lo mejor será entrar y mirar-

Dicho esto cojo la ganzua e intento abrir la cerradura

 Permanezco en alerta y a la expectativa delo que valla a pasar. 

du Lapin introdujo la ganzúa en la puerta y sintió casi de inmediato ceder el mecanismo de la cerradura, y la puerta se abrió sin el más mínimo ruido. Y en la penunbra, pudieron ver a una extraña creación mecánica que semejaba vagamente a un perro. Acercando su hocico metálico a sus zapatos, comenzó a olisquearles, se dió la vuelta y se dirigió al interior de la habitación. En la oscuridad se oyó un corto "guau", que más parecía el sonido que podría hacer un ser humano imitando a un perro que un ladrido. Le respondió una voz masculina, bastante amodorrada.

-¿Uuuuuhm? ¿Qué pasa?¿Necesitas un cambio de aceite? ¿No puedes esperar a por la mañana?

Tan pronto escuche la voz masculina volví a cerrar la puerta, tan silenciosamente como pude rezando para no que el ocupante de la habitación no se diera cuenta de nada

 -No me gusta amigo, pero tal vez debamos encargarnos del que aún yace dormido, así si algo ocurre será un enemigo menos. Sobre esa puerta... seguro que ese perro nos vio y sabe que estamos aquí.

El miedo me empieza a volver paranoico, y tal vez con ello mas frío, prudente, ¿Desquiciado?,loco? ... Tal vez un poco, pero de esto dependen muchas cosas, empezando por nuestras vidas.

 Niego con la cabeza

-tonterias, ¿no le has escuchado? es algún profesor inofensivo, y aunque el perro nos haya visto no es que parezca capaz de hablar, vamonos-

Vaya momento ha elegido Jean Paul para volverse despiadado, me pregunto si habrá matado alguna vez a alguien para hablar con tanta ligereza de ello

Casi al mismo tiempo que se disponían a elegir una nueva habitación para probar suerte, oyeron abrirse la puerta del exterior. Hasta ellos, en el completo silencio de la casa de noche, llegaron los murmullos ininteligibles de algunas conversaciones. Menos de un minuto después, unos pasos subían las escaleras.

No había tiempo para pensar, tras subir encenderían las luces y todo se iría al traste

-a la sala de música-

no espere respuesta de Jean Paul y me dirigi con pasos rápidos y silenciosos a la sala por la que habíamos entrado en la casa, para buscar de inmediato un lugar donde esconderme en ella, por si se daba la mala fortuna de que decidían ir a ella a conversar

Giro el pomo de la puerta del tipo que ronca, rogando por que estè abierta para poder entrar y esconderme bajo la cama, o en algùn ropero; y si no se mueve, correr hacia donde va Charles.