Partida Rol por web

¿Quién soy yo?

Un día cualquiera

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24/07/2010, 18:19
Director

15 de noviembre de 1999 - 8:50

El timbre. Los de 12º avanzaron como borregos envueltos en una segunda capa de lana, con abrigos, bufandas y gorros. El viento entraba por cualquier resquicio, helado como un cuchillo, y todos los estudiantes y maestros venían bien pertrechados para evitarlo. El señor Carcetti saludó a la señorita Reed y le contó un chiste en uno de los pasillos. La cantarina risa de la profesora de lengua, a quien algunos apodaban La Hiena, no defraudó a los que la aguardaban para reirse a su vez. Las animadoras se apostaban en las taquilas con carpetas forradas con la cara de Di Caprio y Devon Sawa. Ashley, la nueva líder, dirigía a las otras como una entrenadora a un montón de perritos monos y obedientes. 

Los del equipo de baloncesto y de fútbol se pasaban unos a otros una pelota mientras que los más jóvenes intentaban cazarla. Los nerds huían de las miradas de los populares y éstos se pavoneaban frente a sus iguales. Un instituto como debía ser, con sus animadoras, con sus pijos, con sus góticos y con sus otros tipos de grupos a los que se adhieren los adolescentes en un intento de destacar... y luego, los bichos raros.

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24/07/2010, 18:33
Director

Donny se encontró en la puerta con una mochila del hombro y la sensación de que no encajaba. Si ya se había sentido así antes, desde su Cambio se había intensificado. La gente le rehuía. Incluso sus propios padres, después de echarle la bronca por desaparecer durante dos días, había pasado a mirarle hasta con recelo. Tony y los demás Garou se lo habían advertido. Las cosas nunca volverían a ser las mismas.

A él lo habían cambiado de instituto con no recordaba qué beca. Al Riverside no podría haber ido un solo mes ni con todos sus ahorros. Los Garou le habían dado una plaza con la intención de mantenerlo controlado. Los no se qué de Gaia habían creado el instituto para ayudar a la comunidad... y para concentrar a los posibles cachorros como él y adiestrarlos. Donny debía asistir a clases por el día e ir al Túmulo por la tarde. Pero primero debía superar el primer día, claro.

Por el rabillo del ojo vio a la chica calva que rondaba el Clan y a la que todos trataban tan mal siempre. Parecía poca cosa con aquella cantidad de ropa encima y la mirada triste. Por lo que sabía, tenía sólo ocho años aunque aparentaba dieciséis, y su madre había sido castigada por engendrarla. Ese aspecto de chica con cáncer le venía de serie con el estigma de su nacimiento. Pero era la única a la que conocía y, buen, no era desagradable.

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24/07/2010, 18:44
Director

Hécate llevaba asistiendo a clase desde septiembre y aún no se había acostumbrado. La gente pensaba que tenía cáncer y no se le acercaba mucho. Por eso y por la Rabia. Era duro recibir aquellas miradas de desconfianza y extrañeza, sumadas a las de compasión, pero era mejor que escuchar a las Furias a todas horas llamándote bastarda.

Se dio cuenta de que Donny esperaba en la entrada, un poco incómodo. Hécate no había hecho muchos amigos, sólo tenía a los conocidos del club de Canto y de su clase, y a Donny lo había visto en el Túmulo. Él la miraba de reojo.

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24/07/2010, 19:43
Hécate

Con la cabeza gacha y el ceño fruncido, Hécate se movió entre la gente hasta llegar a la entrada del instituto. La metis no comprendía como se había podido acostumbrar a las miradas de sus hermanas y no a la de aquellos humanos. Simplemente no podía dejar de sentir verguenza cada vez que uno de ellos posaba los ojos sobre ella.

Al entrar intentando escapar de aquellas miradas, Hécate se encontró con una distinta, la de Donny, el único chico allí que parecía comprender más o menos por lo que estaba pasando.

La metis pasó junto a él y, pensándoselo mejor, se paró y le miró. Después le saludó con la cabeza.

 

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24/07/2010, 21:07
Viviane Olsen
Sólo para el director

Envuelta en su abrigo y con un gorro de lana en la cabeza, Viviane se apresuró a terminar de fumarse un cigarrillo y entrar al instituto con las manos enrojecidas por la exposición al frío. Se guardó el gorro en un bolsillo mientras caminaba mirando al frente y sin prestar atención a la gente que se apostaba en las taquillas. Buscó a Tiffany por los pasillos pero al no dar con ella se limitó a sentarse al fondo de la clase descolgándose la mochila con cierta brusquedad sobre la mesa. Se sentó subiendo los pies a la silla y se dedicó a mirar por la ventana y hacer dibujitos en la libreta obviando todo lo demás.

Conocía su lugar en aquel sitio, al fondo y pasando desapercibida. Normalmente ni se metían con ella ni le prestaban atención. Era una chica que llamaba la atención por ser un “bicho raro” pero lo suficientemente independiente como para no ser un chivo espiatorio. Participaba en el club de natación, vestía de negro y de forma descuidada y sacaba las asignaturas con la nota justa. Era becada además, pero haberse juntado con Tiffany solucionaba eso. No era su lugar favorito pero no se hacía una tortura.

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25/07/2010, 01:38
Tiffany Williamson

Tiffany no saludó a Viviane al pasar detrás de ella, sino que se limitó a dejar que la mochila la golpease. Se desplomó en la silla a su lado y se quitó el abrigo amplio y húmedo y dejó que su atuendo oscuro surgiera bajo él. Los ojos, maquilladísimos y oscuros, brillaron al dirigirle una sonrisa a su amiga. Le quitó la libreta y echó un vistazo a los dibujos.

-¿Sigues haciendo dibujitos idiotas? ¿Cuándo vamos a hacer la novela gráfica?

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25/07/2010, 02:02
Viviane Olsen
Sólo para el director

Viviane se giró para bufarle al inepto que la había golpeado, pero resultó ser Tiffany. La observó mientras cogía la libreta que después le quitó de las manos. La cerró de golpe y se sentó sobre la mesa quedando de frente.

-De los dibujitos idiotas salen bocetos. Bocetos para novelas gráficas que hay que concretar –respondió con una sonrisa de oreja a oreja-. Te dije que cuando encuentres un tema empezamos.

La chica se echó hacia atrás apoyando las manos en la mesa. Sopló para apartarse un mechón de pelo de delante del ojo y le dio un suave puntapié a la silla de su compañera.

-No sé si tendré mucho tiempo. Mi padre se está poniendo muy pesado con las notas y eso.

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25/07/2010, 02:04
Donny Garrett

Allí estaba. En un instituto pijo, yendo a clase con los mismos chicos que no le hubieran tratado más que como a una máquina expendedora de hamburguesas si alguna vez alguno de ellos pusiera un pie en su barrio.

Habían sido dos días muy raros. Jodidamente raros. Y aunque, quién lo hubiera pensado, volver al instituto estaba bien, hubiera preferido que fuera al suyo. Claro que él no iba a discutir a los hombres lobo. Ir a la comuna velluda era un horror, con todas aquellas mujeres con las piernas peludas llenas de cicatrices paseándose con lanzas.

Vio a la chica calva que le había hecho alucinar cuando había llegado. Al parecer era una especie de aborto fallido, la pobre. Todavía no se había enterado muy bien, y claro, a ella no le iba a preguntar. Se acercó y le saludó, y Donny devolvió el saludo.

-Buenas. ¿Qué tienes?

Seguro que ella no tenía las piernas peludas.

Claro que ella tenía ocho años.

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25/07/2010, 17:40
Tiffany Williamson

-¡Tengo un millón de ideas, palurda! -rió empujándola-. Cualquier día me pongo a escribir y te traigo un guión como Dios manda. Y por lo de tu padre, no hagas ni puto caso. Los míos me están rayando todo el tiempo también. Tengo unas ganas de coger y pirarme de aquí que no veas...

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25/07/2010, 18:49
Hécate

Donny tampoco la miraba de manera muy distinta a los otros, peor al menos no huía ni desviaba la mirada, y Hécate no sabía muy bien si le gustaba o le disgustaba.

-¿Cómo que qué tengo? -preguntó frunciendo el ceño y dilatando las aletas de la nariz.

La metis, a pesar de haber convivido con la forma homínida de las Furias Negras, tenía una gran carencia en lo que jergas juveniles se refería. Y entendía menos aún cuando el interlocutor se trataba de alguna minoría social como Donny, que era negro. De eso se había dado cuenta al llegar al instituto, de que los negros hablaban raro.

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25/07/2010, 19:11
Donny Garrett

Qué tía más rara. La miró alzando una ceja mientras intentaba responder a una pregunta que no se había esperado. Tenía que recordar que la chica se había criado entre lobos, como el de El Libro de la Selva. Se dio cuenta de que no sabía cómo se llamaba. ¿No se lo había dicho nadie o no se acordaba?

-Clase. Que qué clase tienes -aclaró con impaciencia-. Es mi primer día y no sé dónde está nada.

Miró por encima del hombro de la chica. Ya casi no quedaba nadie delante del edificio, aunque se oía mucho barullo dentro. Se cruzó de brazos, con las manos en las axilas para protegerse del frío, esperando una respuesta para poder ir a clase y quitárselo de encima de una vez.

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26/07/2010, 01:59
Viviane Olsen
Sólo para el director

-Ble, ble, ble -se burló poniendo muecas-. Cuando terminemos ya se verá. A ver si trabajo este verano o algo. Yo que sé.

Se bajó de la mesa y se sentó de nuevo en la silla estirándose de brazos cruzados. Echó un vistazo a los que había en clase sin demasiado interés y consultó el reloj para saber cuanto faltaba para empezar. Le entró angustia y muchas ganas de coger la mochila y marcharse de allí, el problema era que con aquel frío pocos sitios había para estar. Además su padre estaba en casa hasta por la tarde porque le tocaba turno de noche.

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26/07/2010, 17:19
Kate Whish
Sólo para el director

Un bicho raro.

Habían pasado ya dos meses desde que empeara las clases en el Instituto Riverside y seguía sintiendose así cada vez que atravesaba las puertas del enorme, lujoso y nuevecito instituto. ¿Cómo diantres conseguía mi madre pagarme las clases en un lugar así? Desde luego, no podía quejarme: ninguno de los institutos anteriores tenía el nivel ni la profesionalidad de este, y en ninguno me había sentido tan a gusto como aquí.

Quizá eran los profesores, desenfadados, atentos, dispuestos a atender a sus alumnos cuando hiciera falta. Quizá era que en dos meses me las había apañado bastante bien para no congeniar del todo con nadie, fuera a ser que pronto nos marcháramos. Quizá era que en ninguna otra biblioteca de ningún otro lugar había encontrado la diversidad que había en esta y me sentía protegida y segura allí.

Pero nada de eso importaba del todo, por que nada más pasar la puerta seguían mirandome como si fuera un animal en el zoo. ¿Tenía pelo en la cara o qué? ¿O es que absolutamente todo el mundo en Riverside se habia dado cuenta que de vez en cuando mi cabeza "desconectaba"?

Había acabado convirtiéndose en un ritual: llegaba con el autobús de la escuela, pasaba el escrutínio de rigor, y me dirigía a la primera de mis clases, como un ciclo natural de las cosas. Los primeros días habia estado tentada de volver a casa inmediatamente, pero para entonces mi "hogar" no era más que un triste, vacio y frio piso como cualquiera de los diez o doce anteriores. Hoy por hoy... podría decirse que me había acostumbrado.

Lo cual no quería decir que me gustara.

Pero como siempre, ignoré las miraditas que las gatitas de las animadoras me echaban, medio preguntandose porqué no estaba con ellas, medio dando las gracias por ello. Obvié los comentarios que algunos de los chicos del equipo de fútbol tenían que hacer para ser felices esa mañana. Y pasé por alto la tremenda injusticia social que suponía que todas las mañanas tiraran al pobre Kurt (o a cualquiera de los otros chicos que compartían la misma etiqueta que él) al contenedor del papel para reciclar.

A veces pensaba en que era muy triste que, realmente, no pudiera considerar a nadie allí amigo mio, por lo menos todavía no. Pero me obligaba a recordarse que lo raro sería que no saliera mal algo y tuvieramos que marcharnos otra vez, por lo que era mejor así.
Que el tío Hill dijera que Naperville era una buena oportunidad y que encontraría un buen instituto no quería decir que fueramos a quedarnos allí perpetuamente. Bastante sorpresa había sido que me hubieran admitido en aquel instituto de Alta Gama cuando solo tenía un formulario de inscripción y una larga lista de institutos abandonados prematuramente...

Despejé mi cabeza de pensamientos inconvenientes y me senté en mi pupitre, en la primera fila. Que la clase todavía estuviera practicamente vacía resultaba irelevante.

Notas de juego

Bueno... me estreno xD 

Primer post rollo-resumen, para explicar cuando me incorporé y porqué es "normal" que apenas se me haya visto xD 

Y... ¡hola a todos! xD

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26/07/2010, 23:48
Director

Viviane y Tiffany se encontraban sentadas al fondo, charlando. Kate entró poco después y se sentó en primera fila. Excepto Dan, un chico negro con mucho frío que se pegaba al radiador en busca de calor, no había nadie más en la clase de literatura. El señor Dalloway llegaría un poco tarde; siempre lo hacía.

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26/07/2010, 23:32
Hécate

-Ah, ah –contestó rápidamente algo avergonzada-. Mmm… Deja que mire –dijo pensativa y abriendo la mochila. La metis sacó un papel bastante sobado que desdobló antes de mirarlo con atención-… Literatura. ¿Pero… seguro vas a mi misma clase?

Hécate levantó la vista y le enseñó el papel del horario en el que venía el curso y el número de grupo al que pertenecía.

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26/07/2010, 23:55
Kate Whish

Nada más sentarse, Kate sacó la novela que había empezado hacía dos noches. Sabía que tenía algunos minutos antes de que el profesor apareciera, y aunque tres de sus compañeros estaban presentes en el aula, no se le ocurría una mejor manera de matar el tiempo que aquella.

Siempre cabía la posibilidad de que alguno de ellos la interrumpiera, quizá para pedirle los deberes, quizá para intentar charlar. Pero teniendo en cuenta que Viviane estaba con su mejor amiga (la verdad es que esas dos eran como la dos caras de una moneda, tan duras como inseparables) y que Dan no iba a separarse del radiador ni aunque le pagaran por ello...

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27/07/2010, 00:24
Donny Garrett

También él tenía Literatura, aunque por si acaso lo comprobó en la hoja de papel doblada y rota por una esquina que llevaba en el bolsillo de la cazadora. Literatura. Echó un vistazo al resto de clases del día y se cagó en los Gaia esos. Era de suponer que un instituto sin detector de metales en la entrada tendría un día tan peñazo.

-Literatura, doceavo.

Volvió a doblar el horario y miró a Hécate con el ceño fruncido. Las cejas. Nunca la había visto de cerca, pero ahora lo notaba. Había visto a otras chicas con el pelo rapado, totalmente afeitado incluso, antes, pero ella no tenía cejas, ¡ni pestañas! Se obligó a no quedarse mirando sus párpados desnudos como un subnormal. Intentó quedarse mirando el espacio entre sus ojos o la frente, pero es que era todo frente, así que decidió que lo mejor para los dos era hacer que dejasen de estar cara a cara.

-Y vamos a llegar tarde. Venga, vamos a buscar la clase. Soy Donny, por cierto.

La animó a caminar a su lado. Aunque no se hubiera acostumbrado a mirarla y le diera la impresión de que en cualquier momento ella fuera a ponerse a hablar de su quimioterapia, le alegraba no pasar por su primer día solo.

-Pensaba que llevabas viniendo un tiempo -comentó, por entablar conversación.

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27/07/2010, 11:14
Hécate

Hécate percibió perfectamente el cambio en la mirada de Donny, quien, según ella entendió, acababa de darse cuenta de la falta de pelo que la metis tenía. Probablemente al principio el cachorro solo pensase que se trataba de una rebelde más con el pelo rapado. Ahora sabía que aquello no había sido su elección.

-Hécate. Yo soy Hécate -le contestó mirando al frente-. Estoy aquí desde Septiembre. Te acostumbrarás rápido.

La metis de verdad confió en sus palabras, aunque ella misma todavía no se hubiera acostumbrado ni tampoco estaba segura de hacerlo alguna vez. Aunque podía percibir con claridad el elevado nivel de rabia de Donny pensaba que su condición de homínido le haría las cosas más fáciles, o al menos más fáciles que a ella.

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27/07/2010, 17:27
Donny Garrett

Dudó de las palabras de Hécate, pero no dijo nada. No tenía ganas de hablar, y se sentía incómodo a su lado, aparte de por lo obvio, porque ella sabía más de todo aquello. Del colegio y de lo de los garous.

No dijo nada más mientras cruzaban las puertas dobles y Hécate le guiaba a su primera clase en su nuevo instituto. Sabía que debería haber llegado mucho antes para enterarse de cuál era su taquilla, y quizá con un plano. Le pediría ayuda a alguien más después, seguramente a Hécate. Últimamente la gente le miraba como si fuera a darles una paliza con un palo de golf.

Llegaron a su aula y Donny se detuvo para dejar que ella entrase primero. Su madre había logrado meterle algo en la cabeza después de tantos años, después de todo.

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27/07/2010, 18:42
Director

Poco después de Kate, un chico negro con un pañuelo y una chica sin nada de vello corporal ni pelo entraron en el aula. El chico negro les era desconocidos a todos, tenía un gesto de ira permanente e inspiraba cierta desconfianza, casi hasta temor. Viviane y Kate sintieron en ese momento que algo se inflamaba dentro de ellas, como si tuviesen que estar alerta por la mera presencia de aquel chaval.

La chica que le acompañaba era espeluznante. No tenía nada de pelo, ni en la cabeza, ni en las cejas, ni siquiera en las pestañas. El brillo de su calva daba a entender que no estaba rapada. No era ninguna punk, sino quizás una enferma de cáncer. Se llamaba Hécuba o Hécate, o uno de esos nombres raros que siempre mencionaba el señor Carcetti cuando hablaba de la historia clásica. Llevaba viniendo al instituto unos meses y no se sabía ni dónde vivía ni de dónde venía. Tampoco es que a la gente le importase mucho. Al igual que el negro, sólo que en menor medida, irradiaba algo que invitaba a alejarse lentamente.

Tras la extraña pareja llegaron Ashley y sus esbirras, Jess y Britt. Las tres rubias y mezquinas, con el traje de animadoras bajo un caro abrigo de marca. Ashley miró en derredor tan pronto franqueó la puerta, súbitamente molesta. Al observar al negro sus ojos se abrieron de par en par e hizo una mueca que se transformó en una sonrisa oscura y cruel, al tiempo que corría a decirles algo en el oído a sus amigas. El trío de rubias se rió y ocupó su puesto en la mitad de la clase. Britt y Jess se pelearon por ocupar el sitio vacío de Tammy Jones, la mejor amiga de Ashley y enferma de gripe. Ganó Jess, que se sentó junto a la líder con la sonrisa más grande... sólo para volver a mirar al negro y soltar una mezcla entre gemido y carcajada.