Partida Rol por web

¿Quién soy yo?

Un día cualquiera

Cargando editor
29/08/2010, 18:26
Donny Garrett

Se daba cuenta de que aquello estaba mal. Se había dado cuenta en el instante en que había cerrado la reja. Un chico negro encerrando y amenazando a una chica blanca, el primer día de colegio. Animadora, además. Por no hablar de que, conscecuencias legales aparte, sencillamente no era correcto, aunque dentro de la cabeza de Donny las opiniones estaban divididas. Empezaba a aflorar la culpa en Donny cuando ella abrió la boca. Frunció el entrecejo y ladeó la cabeza para decir:

-Tú... eres idiota, ¿verdad?

Se cruzó de brazos y dio un paso hacia la puerta.

-Para empezar, vivo en una casa. Repite conmigo, casa. Y estás detrás de la reja, tía. Te estoy diciendo que si tú no me tocas las narices, yo no te toco las narices, y me amenazas. Y si tú te metes con mi familia, ¿adivinas lo que tendré que hacer yo? Y no tienes ni idea de lo que soy capaz. Así que cállate. Déjame en paz, no me mires, no hables de mí con tus amigas animadoras, y podrás dormir segura por las noches. Si necesitas un momento para calmarte y pensártelo... -añadió, burlón.

A su madre le iba a dar un infarto si se enteraba de aquello.

Cargando editor
29/08/2010, 18:28
Director

El temblor en el cuerpo de Ashley se intensificó tanto que comenzó a asemejarse a un ataque de epilepsia. Pero no sólo eso. Una mata de pelo gris comenzó a crecerle a marchas forzadas por los brazos y la cara. Ella soltó un grito de sorpresa y se miró las manos, que rápidamente crecían y cuyas uñas se afilaban para pasar a ser garras de varios centímetros. El pelo rubio desapareció como si su cráneo lo hubiese sorbido mientras su nariz se alargaba y se juntaba con la mandíbula. La ropa se desgajó con un crujido.

En menos de un minuto ya no había ninguna animadora delante de Donny. Ahora había un Crinos de dos metros en pleno frenesí que arremetió contra la jaula y la hizo temblar.

Cargando editor
29/08/2010, 18:48
Donny Garrett

-¡JODER!

Saltó hacia atrás cuando empezó a salirle pelo. ¿Era contagioso? ¡Nadie le había dicho que era contagioso! Balbuceó algo, pero en realidad no tenía nada que decirle a Ashley. Más o menos sabía lo que venía ahora. Al menos estaba enjaulada... ¡en una mierda de reja! ¡Joder!

Miró al pasillo, en dirección al gimnasio. Hécate estaba allí, podía ir a buscarla. Pero Ashley podía escaparse y montar Carrie: El Musical de mientras. Y si rompía la reja y le pillaba así el primero en caer sería él. ¿Y qué iba a hacer? ¡No sabía cambiar de forma en condiciones! Miró a la bestia que había ocupado el lugar de Ashley y que iba a escapar en cualquier momento; tenía que hacer algo antes de mearse encima.

Intentó recordar cómo era, cómo tenía que concentrarse, pero estaba bloqueado o no sabía hacerlo. Lo único que sabía era que tenía miedo, mucho miedo, y que probablemente Ashley estaba muy enfadada con él. Necesitaba a Hécate. Ella llevaba toda su vida en esto, sabría qué hacer. Aunque su vida hubiera sido corta. Y además no quería morir.

Echó a correr en dirección el gimnasio, rezando porque la reja aguantara un par de minutos más.

- Tiradas (1)
Cargando editor
29/08/2010, 18:54
Prof. Thomas Osbourne

Del almacén surgieron unos gritos y aullidos curiosos y Donny salió corriendo en busca de Hécate. Toda la clase se quedó quieta y extrañada mirando la puerta de metal. El profesor mismo dio un paso adelante y miró a Donny con reproche.

-¿Qué pasa? ¿Qué son esos ruidos?

Cargando editor
29/08/2010, 19:06
Donny Garrett

Donny miró a Hécate y levantó las cejas. Parecía asustado, y era porque lo estaba. No había pensado lo que iba a hacer cuando llegase al gimnasio. Se había olvidado de que había otra gente. Miró al profesor con los ojos muy abiertos.

-Hay... hay un bicho enorme por ahí. Avise al conserje o a control de plagas. Ashley se ha marchado corriendo. Creo que tiene la rabia o lo de las vacas locas o algo.

Cargando editor
29/08/2010, 23:12
Kate Whish

Mientras Kate colocaba los conos había pensado, seriamente, en acercarse a Hécate para felicitar y/o pedirle perdón por el balonazo. Pero Vivianse se le había adelantado, y entonces le dio corte, por lo que se quedó donde estaba.

No tuvo que quedarse quieta mucho tiempo, de repente el nuevo había salido del almacén, sólo, y pálido como un muerto, diciendo no se qué de un bicho.

-Ya tiene que ser grande el bicho para que te asuste a ti.... - pensó Kate. Solo que había sido un pensamiento en voz alta y posiblemente todos los presentes lo había oído.

Cargando editor
30/08/2010, 03:09
Viviane Olsen

Otra que se quedaba sin palabras. Viviane recordó (por segunda vez en un mimso día) por qué no era sociable. La gente parecía idiota y no daba pie a conversación. Menuda alegría. Y Hécate la miraba fijamente como si esperase que le dijese algo más...

-Eh... Bueno, ¿quieres venir esta...?

Entonces Donny llegó corriendo, justo después de escuchar ruidos que parecían chillidos. Un animal al parecer. Se giró hacia Kate cuando dijo aquel comentario en voz alta, y la verdad es que tenía razón (solía tenerla cuando hablaba). Muy grande tenía que ser ese bicho para que hubiese espantado al negro que parecía sacado de los suburbios. O igual tenía fobia a los animales peludos. Aun así, los ruidos parecían demasiado escandalosos.

-Pues una rata muy grande tiene que ser para meter tanto jaleo -comentó, en voz alta también.

Cargando editor
30/08/2010, 03:48
Edgar Rourke

Su equipo había ganado el juego, aunque no había sido gracias a su colaboración. No había eliminado a nadie, aunque tampoco le habían eliminado a él, y había evitado bien más de un tiro dirigido directamente a por él. Sobrevivir también era importante, se dijo para consolarse. La verdad era que no solía implicarse mucho en ese tipo de actividades, pero esta vez sí lo había hecho y, aunque se alegraba de estar en el lado de los ganadores, lamentaba no haber tenido más oportunidades de tiro.

El profesor Osbourne les mandó enseguida a preparar su siguiente actividad. Debían ponerse por parejas, así que ya casi por instinto buscó a Celia con la mirada. Era la única de la clase con la que hablaba regularmente, dado que ambos estaban en el club de teatro. Para Edgar, el club era sólo un pasatiempo, un calentamiento; la academia privada de teatro a la que asistía durante años era donde realmente esperaba labrarse un futuro. Celia era de lo mejor del club del instituto, y dado que se llevaban bien alguna vez se había planteado proponerle que se apuntase también a la academia, pero nunca lo había hecho. No sabía si sus padres podían pagar esas cuotas, y no quería, si así fuese, hacerla sentir avergonzada. Se acercó a ella, sonriendo. Había estado en el equipo contrario durante el balón prisionero y la habían eliminado bastante rápido, así que decidió meterse un poco con ella por ese lado, sabiendo que realmente no la ofendería porque no le daba mucha importancia a las clases de educación física.

- Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es mejor para el alma; sufrir insultos de fortuna, golpes, balonazos...? - le dijo con una leve sonrisa, cambiando el famoso monólogo para adecuarlo a su burla. De pronto, se armó un jaleo. Y le pareció oir... ¿aullidos? Algo dentro de él le puso en alerta. El vello de su nuca se erizó. El chico nuevo, Donny, entró muy alterado y dijo algo de un animal muy grande. Mientras algunas compañeras comentaban sobre lo asustadizo del nuevo, él se limitó a hacer una observación, sin alzar mucho la voz. - No sonaba a rata. Quizá es un pero abandonado o callejero, que se había escondido allí...

Cargando editor
30/08/2010, 16:04
Prof. Thomas Osbourne

Celia soltó una risita por la broma de Edgar, pero el tono serio del profesor Osbourne hizo que prestase atención. Éste frunció el ceño al ver al alterado Donny y carraspeó.

-¿Dónde está Ashley? ¿Y qué es ese bicho que dices?

Sin esperar a la respuesta se encaminó al almacén dejando caer uno de los conos y abrio la puerta. Lo siguiente que ocurrió fue desagradable.

Cargando editor
30/08/2010, 16:06
Director

La puerta del almacén explotó frente a sus narices. La violencia fue tal que le golpeó en la cara y le dejó tirado en el suelo ahogándose en la sangre que manaba de su nariz rota. Del almacén surgió un monstruo de dos metros y medio de altura, con restos de ropa colgando de la cadera y de los brazos. Tenía cabeza de lobo rabioso, el pelo gris y brillante y una larga cola que se meneaba intranquila entre las piernas. A pesar de que caminaba bípedo, al ser liberado se colocó a cuatro patas y aulló persiguiendo a uno de los adolescentes que había salido huyendo.

Lo siguiente que ocurrió fue aterradoramente extraño. La mayoría de los alumnos cayó al suelo y comenzó a estremecerse, presa de unas convulsiones peores que las de un epiléptico. Edgar sintió cómo Celia, a su lado, pasaba de la sonrisa al terror extremo y se hacía un ovillo en el suelo. Las dos animadoras se desplomaron y sufrieron un ataque de pánico mientras echaban espuma por la boca. El peor fue Larry Chang. Gritó y salió corriendo en dirección opuesta al monstruo, pero no fue lo suficientemente rápido. El monstruo cayó sobre él y le mordió la nuca. El chasquido de su columna vertebral partiéndose resonó en todo el gimnasio.

Cargando editor
30/08/2010, 16:43
Viviane Olsen

Viviane meneó la cabeza asintiendo a la proposición de Edgar. Tenía más sentido que fuese un perro a una rata. Pero el profesor tenía razón, ¿dónde se había metido Ashley? Le siguió con la mirada, interesada por saber qué se había colado en el gimansio, hasta que de repente la puerta voló por los aires golpeándole en la cara. Lo que vio a continuación la dejó lívida.

Era… un… algo grande y peludo, con unas garras tan grandes como su cabeza. Fue lo único en lo que se fijó bien, en sus enormes zarpas. El aullido que lanzó hizo que se le pusieran los pelos de punta y temblase de puro terror, pero por alguna razón su cuerpo no respondía. Estaba tenso e inmóvil. Muchos de sus compañeros habían caído al suelo, delirantes, y otros corrían asustados intentando huir, pero ella no podía moverse, presa del pánico. Miraba aquella monstruosidad como si estuviera hipnotizada por ella, incapaz de reaccionar con coherencia, huyendo del peligro. Quería gritar, pero tenía un nudo en la garganta que se lo impedía.

El monstruo se lanzó sobre la espalda de Larry Chang, haciendo que cayese al suelo de bruces. Viviane vio como sus enormes fauces se hundían en él, rompiendo sus huesos como si fueran de juguete. ¡Dios! ¡Lo iba a descuartizar allí delante! Entonces sí gritó con todas sus fuerzas y se dio la vuelta corriendo desesperada hacia la puerta de salida. No miró al suelo, sólo la puerta, así que se tropezó con uno de sus compañeros cayendo al suelo también. Se hizo daño en las manos al frenar la caída, pero no le importó lo mas mínimo. Se levantó de nuevo y siguió corriendo.

Cargando editor
30/08/2010, 19:22
Hécate

Hécate dejó de prestar atención a Vivian mucho antes de que Donny seliera del almacén y le confirmase con una mirada lo que estaba sucediendo. Gracias a sus sentidos más desarrollados pudo oler y escuchar a la criatura que se estaba formando ahí dentro y le entraron escalofríos. Nunca antes había tenido que enfrentarse a un primer cambio de otro Garou y no estaba muy segura de saber como actuar, pero lo que estaba claro es que debía pararle los pies antes de que aquel campo se convirtiese en una piscina de sangre.

Alejándose de Vivian, y justo cuando la puerta del almacén salió disparada sobre la cara del profesor de eduación física, Hécate también empezó a cambiar al ritmo de unos desagradables chasquidos, crujidos y entrañables ruidos de tendones desgarrándose y volviéndose a unir. Solo le vastaron unos segundos para estar completamente transformada en una criatura de monstruosidad aterradora: un animal alto, fibroso, de piel rosada y traslúcida a través de la que se podían ver sus amoratadas e hinchadas venas.

Por desgracia el cambio no fue lo suficientemente rápido como para evitar la muerte de aquel chico. Aún así, Hécate, en su forma de crinos, salió al paso del Garou.

Notas de juego

Tengo entendido que no gasto rabia dado que es mi forma natural.

Cargando editor
30/08/2010, 23:10
Edgar Rourke

Edgar seguía junto a Celia, pendiente del incidente con el perro callejero o lo que fuese eso. Percibió una comunicación no verbal entre Donny y Hécate, pero no supo lo que significaba. No tuvo mucho tiempo de pensar en ello; de pronto la puerta del almacén fue pulverizada desde dentro, directamente en las narices del profesor Osbourne. Él se quedó paralizado, con los ojos como platos, mientras veía a un enorme animal salir andando del almacén.

¿Que coño hace un oso aquí? pensó enseguida, pero luego se dio cuenta de que eso no era un oso. Se parecía más a un perro que a un oso... pero tenía el tamaño del segundo. ¿Qué se supone que era? ¿Y qué cojones se suponía que debían hacer ahora? Nunca habían hecho simulacros de "ataque de animal monstruoso"... Echó un vistazo a su alrededor, y vio que casi todo el mundo estaba en el suelo o huyendo por su vida. Pero él no. Él estaba ahí, de pie, ileso, mientras a su alrededor se desataba el caos. Como cuando el accidente de su hermana. Sacudió la cabeza, como intentando negar lo que veían sus ojos.

Se agachó junto a Celia, que estaba hecha un ovillo, y la cogió del brazo y del hombro, sacudiéndola con fuerza.

- ¡Celia! ¡CELIA! ¡Levanta! ¡Tenemos que irnos! ¡VENGA!

Empezó a tirar de su brazo para obligarla a levantarse, cuando un sonido horrible le hizo volver la cabeza hacia el monstruo. Acababa de atrapar a Chang entre sus fauces y al parecer iba a devorarlo allí mismo. Pero como si eso no fuese suficiente, esa chica, Hécate, se encaró al animal y empezó a emitir sonidos horriblemente escalofriantes... ¡y a crecer! Por lo que parecía, si estaba convirtiendo en algo parecido al otro ser. Sin apartar la mirada de esas criaturas, tiró de Celia con más fuerza aún. Tenían que salir de ahí, de eso no había duda.

Cargando editor
31/08/2010, 00:58
Donny Garrett

Quiso detener al profesor, pero en el tiempo en que se volvió hacia Hécate buscando guía Osbourne llegó a la jaula y liberó a Gizmo. Hécate empezó a cambiar a toda velocidad, y parecía ser igual de calva daba igual la forma que adoptase. Después de los primeros gritos la gente empezó a desplomarse por todo el gimnasio. Donny no se dio cuenta de que hubo algunas personas que no cayeron, no vio a Viviane salir corriendo ni escuchó el grito de Edgar.

Así había sido con él también. No había vuelto a ser aquello desde hacía dos semanas, pero era algo como aquello. Una masa de músculos, garras y dientes que se lanzaba contra la criatura más cercana y la destrozaba. El temor y la rabia del recuerdo de su propio cambio se añadió, aunque ni cuenta se dio, al que ya sentía y que no era poco. Ashley podía matarlos a todos, bien lo sabía él.

Las glándulas suprarrenales liberaron una gran dosis de adrenalina en su torrente sanguíneo, y el corazón la bombeó por todo el cuerpo, haciendo estallar los músculos, estirando los huesos. Las articulaciones se retorcieron y el miedo de Donny cedió ante la fuerza de la bestia en que se estaba convirtiendo. También cedió su ropa. La camiseta se hizo jirones, las deportivas hicieron plop y explotaron. Los pantalones, por ser de cintura elástica, aguantaron un poco más, aunque también tenían un límite. El pañuelo se soltó y cayó al suelo con el nudo hecho. Su cuerpo se cubrió de desvaído pelo castaño, rojizo y negro, y otro monstruo rugió y avanzó, listo para detener a Ashley.

Notas de juego

Rabia por aquí.

Cargando editor
31/08/2010, 01:11
Director

La bestia gris rugió al encontrarse frente a frente con Hécate y arremetió contra ella sin dudar. Hundió los colmillos ensangrentados en una de las patas de la Metis, pero apenas le hizo un rasguño.

- Tiradas (2)
Cargando editor
31/08/2010, 01:45
Kate Whish

Kate se había quedado patidifusa, desconectada, totalmente off. En el mismo momento en el que la puerta había explotado, empotrándose contra el profesor, algo dentro de sí misma se había detenido, contemplando lo que ocurría a cámara lenta. El terrible monstruo que acababa de salir del almacén. Hécate convirtiéndose a una velocidad cegadora en otro. Y para rematar la faena, nada más y nada menos que al nuevo que de repente era solo un chaval, y al segundo siguiente era otra mole de pelo.

-¡Joder! ¡Y tan grande el puto bicho! - Exclamó, sin darse siquiera cuenta. En su interior bullían un montón de sensaciones que no comprendía, un extraño sentimiento de reconocimiento. Y la sensación, la terrible sensación de que de que en cualquier momento iba a desconectar, se iba a quedar en blanco, como a veces le ocurría. - No.. ahora no...

Se obligó a moverse para evitar ser arrastrada a aquel familiar limbo que a veces la absorvía, y se acercó a toda prisa al profesor, con idea de alejarle de aquellas tres cosas de pesadilla que se peleaban en medio de la pista. No tenía ni idea de que eran, sospechaba que todo era una mala pesadilla, pero se repetía una y otra vez que el profesor corría peligro y que tenía que sacarlo de allí.

Al llegar a él se quedó sorprendida por la cantidad de sangre que lo rodeaba, manando sin cesar de su cara. Parecía estar ahogándose en si mismo, incapaz de darse la vuelta, así que se apresuró a girarlo para que pudiera respirar mejor y lo levantó, pasándose uno de sus brazos por detrás del cuello. Lenta pero firmemente lo arrastró hasta fuera de la pista, ayudandole a sentarse en el suelo en una posición más cómoda donde la sangre no le ahogara.

-¿Está bien, profesor? - Preguntó, reacia a separarse de él, aunque su mente le gritaba "¡Ve a por la directora! ¡Ve a buscar a la directora YA!" y la sensación de que de un momento iba a perder el mundo de vista se intensificaba por momentos.

Cargando editor
31/08/2010, 12:07
Donny Garrett

Nunca había pegado a una chica, pero ahora mismo el Crinos no tenía tetas por ningún lado. Y al parecer iba a tener que acostumbrarse. Mientras la bestia gris intentaba morderle una pierna, o pata, o lo que fuera, a Hécate, Donny se lanzó sobre ella para intentar inmovilizarla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo la dificultad base. Lo ajustas.

Cargando editor
31/08/2010, 12:46
Director

Donny la sujetó por detrás y, a pesar de que la bestia no hacía más que removerse e intentar zafarse, se mantuvo en sometida.

El profesor Osbourne se llevó las manos a la cara y en sus ojos se leyó una gran sorpresa cuando vio que estaba sangrando como un cerdo. Después miró a los tres monstruosos lobos que peleaban entre sí y la sorpresa cambió a pánico. El profesor se orinó encima mientras se colocaba en posición fetal, temblando como una maraca y ajeno a lo que Kate le dijera.

Viviane llegó a la puerta y no vio nada que le impidiese cruzar. Donny (?) y Hécate (?) se habían ocupado de mantener a raya a la bestia gris, así que, a pesar de los gritos de terror de todo el mundo, ya estaba más o menos a salvo.

En cuanto a Edgar, era lo suficientemente fuerte como para arrastrar a Celia unos cuantos metros y llegar hasta la puerta. Allí se encontró a Viviane, aterrada, pero al menos con la mente más fría que el resto.

Cargando editor
31/08/2010, 13:21
Kate Whish

Kate miró al profesor hacerse un ovillo en el suelo, aterrado, paralizado por el pánico, y sin que sus palabras fueran siquiera escuchadas. Miró a su alrededor, nerviosa. La mayoría de la case estaba en el suelo, tan acojonados como el profesor.

Su mente seguía insistiendo en que fuera a buscar a la directora, así que por fin le hizo caso. Dejó al profesor donde estaba y salió corriendo, pasando entre los compañeros que se agolpaban en la puerta del gimnasio sin detenerse siquiera a mirar quien había allí.

Mientras corría se le pasó por la cabeza qué podía decirle a la directora cuando la viera.¿La creería si le decía que había tres moles gigantes y peludas peleándose en medio de la pista mientras el resto de sus compañeros se convulsionaban de pánico?

Cargando editor
31/08/2010, 13:27
Dir.ª Pamela Lovejoy

Kate atravesó el patio nevado y ni siquiera sintió el mordiente frío de fuera. Sólo cuando volvió al edificio principal se dio cuenta de que las manos llenas de sangre se le habían enfriado y le dolían.

El pasillo de administración se encontraba vacío a aquellas horas dado que todos los profesores estaban o dando clase o en sus despachos, así que nadie la interrumpió en su carrera. Al llegar al despacho de la directora giró el picaporte manchándolo de sangre y vio a la señorita Lovejoy sentada tras un escritorio escribiendo un informe.

No hizo falta que dijese nada. Como si estuviese preparada para un caso como aquel (una alumna irrumpiendo en su despacho ensangrentada, ya ves tú) se puso en pie y salió por la puerta.

-¿Dónde?