Partida Rol por web

La señora Dawson no tarda mucho en llegar con comida china. Seguramente habrá salido a comprarla mientras os duchabais. Todos excepto Fred, que sigue dormido, coméis hasta sentiros llenos.

Entonces la mujer simplemente sonríe, marcando las arrugas de su cara, que en cierto le dan una apariencia afable. Se retira para dejaros descansar, y escucháis el repiquetear de sus zapatos mientras baja por las escaleras.

Os dejáis caer sobre vuestras camas y tratáis de dormir. Notáis como si nunca hubierais tenido tanto sueño, y en pocos minutos dormís profundamente sobre vuestras camas, con una limpia ropa que despide un aroma a flores.

…

Los rayos de sol atraviesan las cortinas como dorados filamentos, cuya luz ilumina levemente las habitaciones. A Kate uno de los rayos de sol le da directamente en el rostro, haciéndola despertar de una manera incómoda. Frederick, en cambio, parece haber tenido más suerte, un fino filamento luminoso le roza apenas una mejilla, haciéndole sentir un natural calorcillo.

Anton es el último en despertarse, y parece ser que ha dormido muy mal esta noche. Bajo sus ojos se pueden apreciar unas marcadas ojeras, no parece tener muy buena pinta, la verdad. A decir verdad, todos os sentís algo cansados. Y más normales que nunca.

A través de las puertas de vuestras habitaciones podéis oír cómo se escuchan unas voces desde el piso de abajo. Parece que haya más de una persona, conversando. Os sentís extrañados, y os preguntáis si ha llegado gente mientras dormíais. 

Tras la cena, que al menos eso sí que fue de mi agrado ya que adoraba la comida china, no tardé en irme a dormir, ya que estaba molida, tan cansada como si hubiera estado apunto de morir.. Me metí en la cama, y aún estuve dándole vueltas a todo lo sucedido durante un rato, pero al final caí en los brazos de morfeo sin demorarme demasiado.

Cuando abrí los ojos por la mañana, tuve que cerrarlos casi al momento, ya que el sol me daba en plena cara. Me hice un poco la perezosa, pero al recordar que no estaba en mi casa, que aquella no era mi cama, no tardé en incorporarme.

Tampoco podía exagerar por el hecho de encontrarme en una casa agena, ya que desde que mis huesos acabaron en la " trena " no había vuelto a tener en propiedad casi ni mi ropa, pero ahora la situación era bastante más complicada y no sabía cómo podría salir de todo esto.

Por algún motivo que desconocía me sentía como distinta, como si algo hubiera cambiado y no tuviera demasiado claro el qué, pero entonces recordé las palabras de aquel chico, el tal Adam, diciendo que teníamos que ser normales durante unos días.. - ¿ Eso quiere decir que no puedo correr? - Me pregunté a mi misma, para luego intentar usar mi velocidad para vestirme a ver si en realidad tendría que estar sin poder hacer lo único que prácticamente me daba la vida desde hacía mucho tiempo.

Mientras duermo una gran sonrisa luce en mi cara. Permanezco abrazado a la almoahada disfrutando de mis últimos minutos de sueño.
Poco a poco el calorcito del dia se hace más intenso y no puedo evitar despejarme por completo. Con un gran bostezo inauguro el dia...

-Mama..

Mientras me froto los ojos me doy cuenta de que no estoy en casa. Del más absoluto bienestar producido por el placido sueño paso a la desolación.
Recuerdo cuando mi vida era normal, cuando me levantaba a para ir a clase, aquellos desayunos... Hecho de menos a mi familia...

Antes yo era el tipo raro del colegio, y ahora soy uno más, todos somos especiales. Deberia sentirme integrado, pero me siento raro...

De un bote me levanto y voy a explorar la casa, la curiosidad me puede. Tras un par de vueltas, doy con el baño.

No estaría de más el asearme un poco. Anoche después de tanta acción cai rendido en la cama, asi que va siendo hora de darse una ducha.

Kate no consigue emplear la velocidad de la que ha estado gozando estos últimos días. Parece ser que sus músculos ya no son tan rápidos, ni sus reflejos tan desarrollados. Ahora es simplemente Kate, la chica de siempre.

Frederick por su parte, llega a estar a punto de caer varias veces en la ducha. Tiene una extraña sensación que tiende a derrumbarlo contra el suelo. Por suerte sale ileso de la ducha.

Anton sigue en la cama, ojeroso. Parece ser que es el más afectado de los tres. Aunque finalmente logra levantarse y ponerse algo de ropa.

Os encontráis en el pasillo y bajáis los tres juntos por las escaleras. A la izquierda veis un pasillo con una puerta abierta. Se escuchan voces que surgen de allí. Os acercáis y os encontráis con una cocina.

La sala es amplia, y un linóleo blanco y reluciente cubre el suelo. Es una cocina grande y espaciosa, con una mesa y varias sillas. En una de ellas se encuentra la señora Dawson, que mira en una televisión el noticiario de la mañana. Cuando la mujer os escucha entrar gira la cabeza, y la televisión se apaga automáticamente. Sus ojos se topan con los vuestros. La mujer os ofrece una afable sonrisa.

-¡Buenos días chicos! ¿Habéis dormido bien? Me temo que no todos…- Su último comentario va dirigido a Anton, que parece ir como un zombi. Se levanta de la silla y os ofrece asiento. –Sentaos, sentaos. Decidme, ¿qué queréis desayunar? He ido a comprar y hay prácticamente cualquier cosa que podría desayunar un norteamericano medio. Anton, quizá para ti algo cargado de azúcar. Pareces muy cansado…

No podía ser que no pudiera hacer nada, no conseguía moverme rápido y esta sensación de lentitud no me gustaba, no me gustaba nada. Por mucho que me concentraba no conseguía demasiado así que al final opté por dejar de concentrarme, ya que al final me iba a acabar doliendo la cabeza del esfuerzo y me vestí como lo había hecho toda la vida.

No es que bajara con demasiado humor a desayunar, aunque la señora Dawson parecía de bastante buen humor, no así Anton que por su cara yo diría que o no había pegado ojo o es que tiene unas pesadillas muy serias.

- Buenos días. - Dije para luego negar con la cabeza al darme cuenta de las cosas. - Pensaba que habría alguien aquí contigo y era la tele lo que sonaba..

Me quedé de pie unos instantes y luego me acerqué a la cafetera. Nunca me había gustado sentir que hacían todo por mí como si fuera una inválida, así que me serví un café, le eché azúcar y busqué algo dulce entre las cosas que la mujer había traído para acomañarlo, ya que como siempre, parecía que me había pasado una semana sin comer a pesar de que me puse de comida china hasta las cejas la noche anterior. No satisfecha con coger una cosa, cogí dos, y me fui a la mesa a devorar la comida, dejando el café para el final, ya que eso sí que me gustaba tomármelo con calma, además que tampoco descartaba el seguir comiendo a esas horas. Por suerte, por metabolismo no podía engordar, porque sino ya me habrían tenido que sacar con una grúa de algún edificio por no poder ni levantarme de la cama.

- ¿ Por qué no podemos usar nuestros poderes? No he podido hacer las cosas rápido y ya no me acordaba de lo que era vestirme a cámara lenta.. - Dije cuando me terminé el primero de los dulces, justo después de relamerme los labios.

Tras sobrevivir a la ducha, me visto torpemente y me reuno con mis compañeros.

Esto es muchisimo peor que levantarse un lunes por la mañana para ir a la escuela.

- Buenos dias Señora Dawson. He dormido muy bien, aunque aun no estoy muy descansado. La verdad es que cai redondo ayer, pero parece que un me faltan horas de cama jeje. -digo mientras me desplomo en la silla, exagerando el gesto de pesadez, dejando caer los hombros-

Los ojos se me abren como platos con todo lo que hay para desayunar. Sin duda lo que más me apetece ahora es llenar el estomago con cualquier cosa que lleve chocolate.
Comienzo a comer despacio, no me gustaría que los demás piensen que soy un troglodita. Sin prosa, pero sin pausa.

Cuando Kate comienzo a hablar, no puedo evitar dejar de comer y meterme en la conversacion.

-Eso, eso... Que es eso de no poder usar los poderes. Hoy me he sentido muy pesado al levantarme cuando normalmente suelo sentirme liviano.

Estaba con un extraño dolor de cabeza cando entre a la habitación para desayunar, creo que mi compañero de cuarto me despertó cuando se levantaba. Bueno me daba igual la verdad por que el dolor de cabeza me estaba matando. Por la noche me había duchado y me había caído sobre la cama del cansancio y esas horas de sueño me resultaron de gran utilidad.

Me senté con ellos y puse una sonrisa pero luego tuve que llevar la mano a las sienes para masajermelas, seria este el precio que tendria que pagar por el poder? No resultaba demasiado reconfortador.

Buenos días. Fred... roncas... - le decía con media sonrisa en los labios. Luego cogí un poco de zumo y algunos pastelitos, igual comer algo me quitaba el dolor de cabeza.

Al coger ellos mismos su desayuno decido sentarme en la mesa. Suspiro y los miro a los ojos, a los tres. Será una larga historia…

-Veréis… La naturaleza del poder de Adam es un asunto complicado. Hace mucho tiempo estudié ese poder, y aún no he podido conseguir ninguna prueba tangible que razone su funcionamiento. – Me encojo de hombros mientras miro preocupadamente a Anton, la verdad es que su poder es el que tiene la contrapartida más grande.

-El poder de Adam puede afectar directamente a la naturaleza de los poderes ajenos. Puede aumentarlos, o disminuirlos. Puede incluso detectar quien tiene poderes a simple vista. Pero si aumenta un poder debe pagar algo a cambio. En este caso vuestros poderes se invierten.- Comienzo a tamborilear la mesa con los dedos. Agacho un poco la mirada. Fue algo precipitado, pero fue la única manera de salvarle.

-Tú, Kate, puedes moverte a gran velocidad. Tus músculos pueden reaccionar más rápidamente, y tu percepción aumenta de manera que puedes ver el mundo en cámara lenta. Cuando tu poder se invierte pierdes toda la velocidad, e incluso te vuelves más lenta de lo normal. Fred, que puede ignorar las fuerzas de la gravedad y usarlas en su favor se ve indefenso contra ellas en este momento. Y Anton, que controla el flujo de la vida y tiene una vitalidad sobrehumana ahora se siente débil, incluso enfermizo.

Miro a los chicos severamente, pero con preocupación al mismo tiempo. Quizá no debería haberlos arrastrado a todo esto. Cada vez se vuelve más grande, y la Corporación más poderosa.

-Y eso es lo que pasa.- Doy por finalizada mi explicación. –He estado hojeando los documentos que me trajisteis de los archivos de la Corporación. En ellos hay información, pero no la suficiente. Aunque viendo como resultó la última vez no creo que sea conveniente enviaros a por más. Y menos ahora que habéis perdido vuestros poderes. Se recuperarán con el tiempo, pero deberemos enfocarlos a otros temas.- Apoyo mis codos sobre la mesa. Ésta vez me quedo muy seria, preparándome para decir toda la verdad de una vez.

-Por lo que os he dicho, supongo que habéis supuesto que yo tengo mucho que ver con este tema. Y es cierto. Yo trabajé para la Corporación cuando era joven. Y tengo mucha información que podemos usar en su contra. Ahora saben que estamos tras el mentalista, y harán lo que sea para protegerlo. Tendríamos que… conseguir aliados.

Escuché todo lo que la mujer tenía que decirnos, pero a eso aún le veía lagunas, como siempre a todos los planes y todas las explicaciones y si a eso le sumanos, que no me hacía ninguna gracia ser tan sumamente lenta.. aunque fuera la misma lentitud que había tenido durante tantísimos años de " persona normal ".

- Y digo yo.. ¿ por qué ese Adam en vez de jorobar los poderes de todos no joroba los de algunos? No sé si quiero tener cerca a alguien que en cualquier momento nos pueda dejar " vendidos " y esto no lo digo como que nos pueda traicionar ni nada así, sino porque no contaríamos con lo que podemos hacer.

Conseguir aliados. - Claro, ahora mismo pongo un cartel en la puerta de casa.. " Se busca gente con habilidades especiales o bichos raros, como prefierais. Razón aquí ".

- Yo he intentado ayudaros, pero es absurdo que siga intentándolo porque no hay nada que pueda hacer para ello. Comparado con lo que pueden hacer esas personas y con lo armados hasta los dientes que van, no servimos para absolutamente nada. - Miré un segundo a los otros dos y añadí: - No os lo tomeisa mal, quizás lo vuestro sirva para algo, yo me siento como una completa inútil.

Parecía que era la única que no estaba conforme con todo aquello, pero es lo que había.

Vuelvo a interferir en la conversación. Me pongo del lado de la Señora Dawson, ella siempre me ha ayudado y es hora de devolverle todo lo que ha hecho por mi.

- Kate, no digas tonterias. Es normal que lo de ayer saliera mal. Es la primera vez que actuabamos. Estoy seguro que con entrenamiento conseguiremos mejorar nuestros poderes y hacerles frente.
Además, quieras o no, ya estamos metidos en esto hasta el cuello... no es el momento de echarse atras.

Hace ya un rato que deje el desayuno a un lado a pesar de no haber saciado mi hambre. Me tomo todo esto muy en serio.

-Seguramente no estemos solos.
Al principio me creía especial, distinto... De hecho, cuando descubrí que podia volar sentí una gran satisfacción al ver que podía hacer algo que el resto no podía. Entonces os conocí a vosotros... Ya no era tan especial, no era único... Por eso estoy seguro de que tiene que haber muchos más como nosotros, muchos que al igual que yo, creen que pueden ayudar a hacer algo bueno con su habilidad. Y creo que es el momento de buscarlos.

omía en silencio escuchando la conversación, me interesaba lo que contaba la señora Dawson. Cuando Kate intervino no pude mas que darle la razón en mi mente, no sabíamos nada de esta situación, no éramos mas que gente extraña. Pero aprecia que querían utilizarnos. Aun seguíamos sin saber por que ellos son los buenos y la organización esa, son los malos. Lo que paso en aquel edificio era normal, defendían lo suyo. Y lo que paso en Londres con Sophie… Bueno eso era diferente, pero no significaba nada.

La cuestión clave es por que hacemos todo esto, que es lo que pasa? Nos traéis sin darnos demasiadas explicaciones. Explicaciones básicas. Y ahora pensáis en utilizarnos como unos agentes extraños. Me parece que es la misma finalidad que tendría la organización esa. No se si me equivoco peo nos prometisteis respuestas – tome un sorbo de café – y aun no veo nada relevante. Adam no me explico anda y casi me mata un hombre que me controlaba por dentro en el avión. Ese que le hacia daño la canción extraña.

La señora Dawson parece enmudecer durante unos segundos, como si se estuviera debatiendo entre contaros algo o no. Podéis notar cómo le tiemblan levemente las manos, hasta que finalmente parece calmarse.

-Chicos… Aún hay algo que no os he contado, la verdad. Dudaba de si deberíais oírlo, porque el futuro puede cambiar en cualquier momento por cualquier circunstancia. Pero es cierto, deberíais saber toda la historia.- La notáis algo nervioso, como si estuviera a punto de hacer algo de lo que no está muy segura. Os mira a los ojos, primer a Anton, luego a Kate, y por último a Fred.

-Supongo que Anton ya se habrá dado cuenta, pero el control sobre los poderes no es el único poder de Adam. Él también puede… ver el futuro. Pero no es un poder que fuera suyo en un principio. Se podría decir que- la señora Dawson vacila. –lo tomó sin querer. También puede absorber los poderes de los demás. Aunque eso conlleva la muerte para el que pierda su poder.- se hace el silencio en la sala. La señora Dawson ha pronunciado estas últimas palabras como advirtiéndoos.

-Cuando yo trabajaba en la Corporación, hace mucho tiempo, fuimos alertados de que se había detectado un especial con la capacidad de ver el futuro. No es muy habitual, dentro de lo que cabe, esta poderosa habilidad. Se suponía que la tenía un niño, Jacob McCain. Pero en su lugar encontramos a Adam, con su mismo poder y con una habilidad sorprendente para reconocer a personas como él. Decidimos llevárnoslo para estudiar su poder.

Mientras explicaba su relato la señora Dawson ha ido desviando su mirada, ahora perdida, por la cocina. Como si pudiera ver reflejada en los azulejos la imagen del pasado.

-Tener un poder que no te pertenece en un principio es incómodo. Y Adam veía muchas visiones de futuros alternativos, continuamente. Hasta que finalmente vio un futuro claro, que no había modo de cambiar. Uno de nuestros agentes, un poderoso telépata, iba a aprovechar sus poderes para matar a mucha gente, a muchos humanos. Los intereses de mis compañeros eran muy ambiciosos, por lo que simplemente lo encerraron en una prisión impenetrable, y siguieron estudiando con Adam.

La mujer se os queda mirando, como esperando una reacción por vuestra parte. Aunque se apresura a acabar con su relato.

-En la visión de Adam aparecían personas, especiales como vosotros, que hacían frente al telépata: Un chico con gafas que volaba, una niña que curaba, un chico que controlaba flujos de vida, una joven que encontraba personas, una pelirroja súper rápida y un joven que podía mimetizar los materiales que tocaba. Esas personas ayudaban a Adam en su visión a detener al telépata. Os preguntaréis por qué, pero yo creo que sois 3 de esas 6 personas. Nos falta encontrar a los demás.

Las palabras de Fred me hicieron incluso mirarle mal, no entendía por qué se empeñaba en creer ciegamente en aquella mujer. Sí, puede que tuviera razón en todo lo que decía, pero eso no quería decir que tuviéramos que ser como ovejas que siguen a la que manda. Si el ser humano había avanzado tanto a lo largo de los siglos, era porque se cuestionaba muchas cosas, porque era inconformista por naturaleza y tenía la suficiente inteligencia para cambiar las cosas. Dar por supuesto que todo tenía que ser así porque sí, porque había alguien que lo decía no era mi estilo, sino más bien ponerle pegas a todo hasta dar con un término medio que convenciera a más de una persona.

Podía entender que es más fácil creer o más bien escuchar, las palabras de una persona cuando se la conoce, cuando se ha tratado con ella, pero no por ello iba a callarme ya que creer ciegamente en algo es tan estúpido como esperar a que se aparezca " dios " y te diga que él será quien arregle las cosas.

- Bien.. - dije cogiendo aire tras un suspiro, ya que no me parecía cuestión de ponerme a discutir con nadie.. - entonces hemos salido en la visión de alguien que puede ver el futuro, y que es el tipo ese que nos ha dejado sin poderes. - Dije esto último como si me acabaran de robar la tarjeta de crédito. - Quizás sólo tengamos que ocuparnos de encontrar a esas personas, ya que yo me niego rotundamente a emprender un combate directo con esa gente. - Mi mirada de volvió hacia Fred y me encogí de hombros. - Puede que tú tengas vocación de superhéroe, pero a mí me gustaría intentar llegar a vieja. ¿ Alguna idea de cómo podemos buscar al resto a ciegas? Yo puedo encargarme de ir a buscarlos.. bueno.. cuando pueda volver a correr..

Me cruzo de brazos ligeramente enfadado... el niño que hay en mi sale a flote.

Empiezo a darle vueltas a la cabeza sin parar. En mi cara se nota que la rabia contenida empieza a comerme vivo. Estoy enfadado con mis compañeros, no les entiendo.

No puedo entender como Kate es tan reticente a ayudar. Lo unico que hay que hacer es buscar aliados y aun asi sigue poniendo pegas a todo lo que dice la señora Dawson.

Además ya estamos metidos en esto, es tarde para echarse atras. Si pensasen un poco se darian cuenta de que los tipos esos ya nos han visto actuar junto a Adam y la señora Dawson. Por mucho que quisiesemos huir de la situación seguramente ahora seamos uno más de sus objetivos.

Descruzo los brazos y continuo con el desayuno. No quiero comerme más la cabeza ni discutir con nadie. Cuando termino, me levanto y me dirijo de nuevo al piso de arriba evitando cruzar la mirada con nadie. En la puerta del salón me detenfo brevemente para sentenciar:

-Yo ya sabeis lo que pienso, estoy con la señora Dawson. Vosotros haced lo que querais.

Ambas perspectivas me resultaban bastante ciertas, hasta cierto punto. No sabia lo que pensar realmente, no me atraía la perspectiva de morir. Pero tampoco quería que pasase nada malo. No sabia todos los detalles, pero por lo que se veía ahora éramos… 4 contra cuantos de la organización?

No entendía la formula por la que podíamos ganarles, si es que la finalidad fuera esa. Si apenas habíamos empezado a saber como dominar nuestros poderes por lo que parecía. No podía creer que pudiéramos hacer nada, simplemente seria un suicidio. No me gustaría volver a esta r controlado por aquel hombre del avión.

Que plan tenéis, por que sin saber eso. No entiendo por que deberíamos ayudaros.

La señora Dawson aguarda en silencio durante unos segundos. Cuando Frederick se acaba el desayuno y se va no dice nada. Entonces os mira, como entristecida.

-No buscaremos a ciegas, ya no. Kate, tu salvaste del derrumbe del edificio a una chica. Y Anton fue más tarde al hospital y la despertó del coma en el que había caído. La chica llevó a Adam y a Anton hacia vosotros. Ella es la que puede encontrar a las personas. Pero Adam también predijo que a la chica se la llevarían también. Así que nuestra próxima tarea será rescatarla.

Tras estas palabras vuelve a quedarse callada. Entonces coge una taza de café i se la bebe toda de golpe.

-Sé que es algo muy precipitado y os pido perdón. Pero esta vez estaremos preparados. Podremos darle un gran golpe a la Corporación. Sólo necesito que confiéis en mí para hacer esto.

Vuelves a la habitación y te dejas caer sobre la cama. Los rayos de sol siguen atravesando las ventanas e inundando la habitación con un leve brillo dorado. Parece un buen día, en la calle se oyen el tráfico y voces lejanas.

Después de haber dormido como un tronco y haber recuperado energías con el desayuno puedes apreciar la habitación con más precisión. Hay varias camas en ella, en total unas 8. Es una habitación para varias personas…

Cerca de ti hay un escritorio con una silla. Está completamente vacío excepto por un teléfono que hay a un lado. Al otro lado de la habitación hay un armario y una cómoda. Y cerca de la puerta que da al pasillo está el baño. Unas toallas plegadas y ropa limpia descansan en el pie de tu cama. Jurarías que antes no estaban ahí.

Recordé a la niña del edifio y también a su hermano, el que tuve que dejar allí porque no era lo suficientemente fuerte como para llevármelos a los dos y tampoco pude ser lo suficientemente rápida como para volver a por su hermano. Me quedé en silencio, mirando a la mesa, recordando, tan sólo eso..

- Pobre muchacha.. - murmuré al recordar ya que era consciente de que ella debía sentirse culpable de que su hermano hubiera muerto y no ella. Al menos, si yo hubiera sido la que estuviera en la situación, así lo sentiría, aunque gracias a mi hermano yo acabé en la cárcel.. - Iremos a por ella.. - Dije sin darle más vueltas al tema, ya que por mucho que protestase, al final acabaría ayudando..

Seguramente la que más culpable se sentía de que aquel chico hubiera muerto, era yo, ya que intenté ayudar a ambos y no pude, pero aunque sabía correr muy rápido, mi fuerza seguía siendo la de cualquier persona norma..

Conforme voy tranquilizandome respecto a la discusion que hemos tenid abajo, me doy cuenta de que algo pasa. Observo la habitacion y veo algo raro. Primero son pequelos detalles pero segun pasa el tiempo llego a la conclusion de que no he estado ahi antes.

Cojo una postura ligeramente defensiva y miro a mi alrededor como si fuera un paranocio. Algo pasa... Y visto lo visto, puede ser cualquier cosa...

Comienzo a hablar solo, en alto, manteniendo el tono, intentando que no me tiemble la voz.

-¿Hay alguien ahi?

Silencio…

Quizá sea tu imaginación, pero jurarías que algo pasa en esta habitación. Confundido vuelves a recorrer la habitación con la mirada. Tras unos segundos te relajas, parece que ha sido solo una mala pasada de tu mente.

Suspiras y te dejas caer sobre la cama. Aún sientes esa sensación de pesadez, te preguntas  cuando va a acabarse. Pero entonces oyes algo, como un susurro…

-Ayúdame, por favor… Ayúdame a encontrarles…- Te sobresaltas, cuando buscas el origen de la voz vuelves a escuchar un susurro. –No puedo hacerlo sola…

La voz parece provenir de la puerta, del pasillo.