Partida Rol por web

Jessie se queda observando a Rumiko mientras trata de levantar a vuestro compañero caído. Pero, tras unos pocos segundos, parece darse cuenta de algo. Entonces mira a los dos hombres que siguen bajo su control y formula una orden.

- Moveros a la derecha... 

Notáis como la orden se transmite a una mente colectiva que forman los dos hombres. Y en pocas milésimas de segundo reaccionan, moviéndose un paso hacia la derecha, ejecutando el mismo movimiento y demostrando una disciplina que no pensabais que tenían. Los dos hombres parecen estar a la completa merced de su controladora.

Leonard se reincorpora apresuradamente, como si acabase de ver algo espantoso. Comienza a hablar, pero sus palabras se ven silenciadas por una visión.

Durante unos instantes veis lo que él ha visto, y sentís lo que él ha sentido.

Una sala circular, una enorme máquina en el centro. Un anciano hablando de grandes planes… El chico es la clave para canalizar la gigantesca onda telepática.

El hombre no tarda en recuperar el habla.

- Van a usarnos a todos para crear una gran onda telepática. El niño ese del que hablaba Eric… es el que debe canalizarla… Hay que detener esta locura, morirá mucha gente.

Se levanta, con la ayuda de Rumiko.

- Vendrán a por nosotros, tarde o temprano. Hay que actuar ya.

- Anda pero si me hacen caso de verdad.. esto me da mal rollo.. - Dije murmurando antes de escuchar las palabras del viejo. Al hacerlo giré la cabeza y asentí, ya que cuanto menos estuviéramos en aquel lugar, más difícil sería que nos encontraran.

- Bien, pues no sé a que estamos esperando a entonces. ¿ Nos llevamos a estos dos? Pueden protegernos.. - dije por los dos hombres que ahora parecían perritos mientras les señalaba con la mano.

Jessie murmura algo por lo bajo antes de girar la cabeza para escuchar a Leonard. Entonces asiente, de acuerdo con lo que ha dicho su compañero.

- Bien, pues no sé a que estamos esperando a entonces. ¿Nos llevamos a estos dos? Pueden protegernos... – dice mientras señala a los dos hombres que están bajo a sus ordenes con la mano.

 Rumiko asiente con convicción.

Bajáis por las escaleras cuidadosamente, con los dos agentes caminando con movimientos idénticos detrás de Jessie.

Cuando llegáis a bajo veis un gran pasillo que se extiende a lado y lado. No lográis ver el fondo, pero os resulta familiar. Son las celdas.

A un lado del pasillo hay puertas y más puertas. Blindadas y muy grandes, como la que os retuvo hace poco. Ahí dentro debe de estar el resto de telépatas que han capturado. Podéis sentir la fría y vacía presencia de los inhibidores, pero ya no pueden hacer nada contra vosotros.

Os acercáis a la primera puerta, hay que abrirlas como sea. Veis una cavidad con forma de círculo, como la de antes. El único problema es que no podéis abrirlas, la última vez la abrió… el tipo de metal. Habrá que buscar un método alternativo.

En principio el plan había quedado claro, que no era otro más que sacar a la gente que hubiera en aquellas celdas, así que era lo único que teniendo en claro, podíamos intentar.

Me quedé observando todo aquello, sobretodo las cerraduras pensando de qué manera se abriría aquello, pero no sabía si usarían llaves o algún otro tipo de mecanismo, pero quizás los monitos de feria que me había echado, pudieran contribuir, a fin de cuentas, parecían ser los que estaban vigilando que de aquí abajo no saliera nadie.

Volví a mirarles frunciendo el ceño, queriendo concentrarme de nuevo en lo que hacía y les dije: - Ahora quereis abrirnos las celdas sin llamar la atención de nadie. 

Con un poco de suerte al menos nos dirían cómo se abrían.

Ante la resistencia que oponen las puertas especiales Jessie mira con el ceño fruncido a los agentes que tiene sometidos.

- Ahora quereis abrirnos las celdas sin llamar la atención de nadie. 

La orden es clara, y notáis como los dos tipos hablan y se mueven igual.

- Las puertas se abren con los cilindros del metal del agente Mercurio. - cada uno saca a su vez un cilindro plateado que parece caber perfectamente el el agujero de las puertas. - Él mismo hizo las cerraduras para evitar que escaparan los sujetos. Su metal absorbe las ondas telepáticas. - dice uno de los dos mientras se acerca e introduce el cilindro metálico en la puerta.

La puerta se abre lentamente, hacia dentro. El interior está muy oscuro, pero notáis como algo se mueve. Escucháis voces, susurros. Y sentís la fría presencia del metal inhibidor.

Al final parecía que no había sido tan mala idea ordenarles algo, aunque esperaba no tener que hacer nada que hiciera peligrar la vida de aquellos hombres, a fin de cuentas, quien cumple órdenes sea consciente o incoscientemente no tiene ninguna culpa de lo que se le ordena.

- Así que Mercurio.. pues menuda mierda de nombre que se ha buscado.. ¿ Alguien se pide ser termómetro? - Negué con la cabeza ante mi propio mal chiste.

Me asomé a la celda que acababan de abrir y miré a su interior para observar a la gente que había en ella.

- Vamos salid, antes de que vengan..

Rumiko se asoma a la puerta, con las manos en alto.

- ¿Hola? - pregunta con voz cautelosa. - No se preocupen somos prisioneros como ustedes, pero reducimos a los guardias y escapamos de la celda.- prosigue tras aclarar la voz. - Hemos venido a sacarles a todos de aquí.

- Así que Mercurio.. pues menuda mierda de nombre que se ha buscado.. ¿ Alguien se pide ser termómetro? - Jessie niega con la cabeza. Entonces se asoma por detrás de Rumiko, mirando al interior de la celda.

- Vamos salid, antes de que vengan..

Me mantenía detrás, aun intentando comprender como pensaban hacerlo todo. Me tenia preocupado aquella sala con asientos, los cuales serian sin duda para canalizar nuestra energía. Ahora teníamos que actuar. Mire a mis “compañeras”:

Tenemos que hacer esto rápido e ir al núcleo de esto. Cuando indague en los recuerdos de aquel tipo vi donde estaba. No se que planean hacer pero será pronto. Así que movámonos. – Dije sin hacer demasiado caso a los agentes. – Saquemos a todos los que podamos rápidamente y vamos ahí.

Leonard se mantiene atrás, al parecer muy preocupado por su anterior visión. Tras deliberar consigo mismo mira a sus compañeras.

- Tenemos que hacer esto rápido e ir al núcleo de esto. Cuando indague en los recuerdos de aquel tipo vi donde estaba. No se que planean hacer pero será pronto. Así que movámonos. Saquemos a todos los que podamos rápidamente y vamos ahí.

Desde dentro escucháis una voz que destaca entre las demás. Se dirige directamente a vosotros.

- ¡Atrás! ¡Dejadnos en paz! ¡No os acerquéis! - es la voz de un hombre, de mediana edad. Suena desesperado.

- ¡Ni siquiera lleváis esos malditos aros de metal. ¡Seguro que también sois partícipes de esto! - esta segunda voz es de una mujer.

Siguen escuchándose susurros.

Me quedé un poco sorprendida ante tales reproches y aunque mi caracter no daba para tales cosas, llegaba a comprender lo asustados que debían estar y las pocas ganas de que jugaran con ellos que tenían. De todas formas, en aquellos momentos no es que me apeteciera abrir ningún debate entre lo que estaba bien y mal y lo que era ayudar y joder, así que miré al interior con mala cara y luego sonreí, había tenido una idea.

Me giré hacia las mascotas ( los dos hombres que habían abierto la puerta) y volví a hablarles utilizando mis poderes, o más bien los prestados, de forma que me pudieran escuchar en el interior para que supieran que no había ni trampa ni cartón.

- Vosotros, ahora quereis entrar ahí dentro y poneros a bailar rap.

 Jessie al principio se ve sorprendida. Pero luego se vuelve decidida, y se gira hacia los agentes que están a su merced. Con voz imperiosa, todos notáis como sus palabras recorren con fuerza el vínculo telepático.

- Vosotros, ahora quereis entrar ahí dentro y poneros a bailar rap.

Los agentes reaccionan al instante y entran en la sala. Escucháis murmullos de sorpresa y enfado. Entonces los agentes se ponen a bailar el susodicho género musical. Con movimientos idénticos, y justo como la afroamericana lo habría imaginado. 

Durante unos segundos van siguiendo el compás de un ritmo marcado, aunque inaudible para todos los presentes.

Los presos del interior de la celda exclaman, sorprendidos. La voz del primer hombre que habló se vuelve a escuchar.

- ¡Los tienes dominados! ¡Eres una especial! - parece convencido. - Vuestra vestimenta... parece que también sois presos... ¿Pero cómo os habéis librado de los aros?

Sonreí al ver que no había hecho falta que usara mi enormísimo caracter para sacarlos de la celda de los pelos si hacía falta, así que volví a mirar a los hombres.

- Ya habéis demostrado que sabéis bailar, ahora pararos y esperad al lado de la puerta..

Tampoco iba a dejar que aquellos hombres se pasaran cuatro horas haciendo el idiota.

- Venga, salid de ahí que no hay tiempo para explicaciones. Vamos!!

Sabía que lo primero era salir de ahí cuanto antes, al menos, sacarlos a ellos y luego lo demás, así que por pasos, y el primero parecía el hacer que salieran de esa maldita celda.