Partida Rol por web

Renacer

Capítulo 4: 12 de Mayo del 1983

Cargando editor
21/04/2010, 20:22
Joel Sorenson
Sólo para el director

Asiento, sonriente. Vale, pues tendré que recurrir a ago que se medio bien en su timepo, espero que siga siendo así. Me lo podía haber pensado, habérmelo portado bien, pero no, no lo haría. Si estaban jugado con nosotros, yo también quería jugar, e iba a hacerlo. Antes de levantarme, procuro recuperar mis fuerzas, en realidad, simplemente concentro mi mente en que no estoy cansado, no hay ningún efecto negativo que me impida levantarme y partirle el cuello al tipo de los anillos. Mi sonrisa, se turba del desengaño a la malicia, y de la malicia da un salto radical al suicidio, probablemente, inminente. Giro la cabeza y observo lo que está sucediendo ,por suerte, parece que aún no se han dado cuenta de que no llevo el aro, aunque da igual. Ruego tener al de los anillos al alcance de los brazos, él era el último de los cuatro, así que los otros tres, bueno, uno de los dos que queda, tardaría un tiempo en dispararme, quién sabe si el necesario para que los demás hicieran algo. Seguramente, estaría ahí, a mi lado. Sin pensármelo dos veces, apoyo una mano en el suelo, impulsándome con toda la fuerza que pueda y arremeto con el aro al de los anillos en las manos, esperando mandarlos lo más lejos posible, y después de soltar el aro golpeando al hombre no trajeado, me abalnzo sobre sus piernas, agarrándolas con fuerza y empujándolo contra la puerta, para además de hacerle daño, intentar finalmente derribarlo al suelo. Antes de hacerlo no lo había pensado, pero mientras estamos cayendo al suelo ambos intento invertir nuestras posiciones, situándolo encima de mí, por si nos disparan. - ¡Dadle caña nenas! ¡Ya son nuestros! ¡Estos eran los milisegundos que necesitábamos! ¡Y que se dispare la adrenalina! - Grito histriónicamente mientras el de los anillos y yo, que estábamos a punto de empezar a forcejear, caíamos al suelo de bruces. Con suerte, los anillos estaban lejos, y él se había comido un buen golpe, aunque yo también. 

Cargando editor
21/04/2010, 21:00
Álvaro Pereda

De pronto Álvaro, impulsándose con el brazo desde el suelo, se abalanza contra el tipo de los anillos. Con todas sus fuerzas lo embiste, y los dos anillos caen rodando por el suelo de su mano. Casi previendo lo que iba a suceder, Álvaro intercambia posición con el tipo de los anillos, haciendo que él reciba la descarga que acababa de disparar uno de los tipos trajeados.

- ¡Dadle caña nenas! ¡Ya son nuestros! ¡Estos eran los milisegundos que necesitábamos! ¡Y que se dispare la adrenalina! – grita Álvaro.

Los dos hombres caen al suelo de bruces, el de los anillos por varios momentos parece estar aturdido. Pero entonces todos los que lleváis aro sentís un agudo chirrido en vuestras cabezas. Álvaro comienza a notar como el tipo de los anillos se vuelve muy pesado sobre él. 

Cargando editor
21/04/2010, 21:00
Director

- Necio, no sabes con quien te metes… - dice egocéntricamente. El tipo comienza a levantarse, y todos podéis apreciar como su piel se vuelve plateada, como si fuese de metal. – Veo que te has librado de mi aro, pero aún así tus poderes telepáticos no funcionan en mi presencia. Este metal absorbe cualquier onda telepática circundante, es el material perfecto para contener a un gran número de telépatas en el mismo sitio. Y tú no serás la excepción que se salte la norma.

Con una sobrenatural fuerza el tipo de los anillos, ahora recubierto de metal, coge a Álvaro por el cuello de la camisa y lo eleva en el aire. Entonces extiende su mano libre y la posa sobre su frente. De ella comienza a emerger un chorro de metal que da una vuelta completa a su cabeza hasta convertirse en un nuevo aro, luego se enfría. – Ya me he cansado de juegos – dice mientras mira a los tipos trajeados. – vámonos de aquí. ¡Obedeced! – un nuevo chirrido penetra en vuestras mentes, provocándoos un gran dolor.

Cargando editor
23/04/2010, 18:33
Kate Davis
Sólo para el director

Observé lo que hacía aquel tipo con Álvaro, nuestro " querido charlatán " y veía que lo íbamos a pasar peor de lo que a todos nos gustaría, más que nada porque no teniamos ninguna forma de defendernos, de dejar que hicieran con nosotros lo que les diera la gana.

Aquel sonido me hizo caer de rodillas, como si alguien estuviera apretando mi cerebro entre sus manos, pero iban a tener que dejarme incosciente para que colaborara con ellos. Las piernas me temblaban, pero me puse de nuevo en pie.

- Como es posible que me toquen todos los putos listos del mundo.. - dije gruñiendo mientras me agarraba la cabeza. - Ni se os ocurra acercaros!! - Eso último sí que fue un verdadero gruñido.

Cargando editor
23/04/2010, 21:31
Anton Flattery
Sólo para el director

Es curioso observar que alguien intenta controlarnos, siempre lo han intentado y tu eres el primero que lo consigue – dije al hombre, notaba que el también tenia poderes. Tal vez… - Puede que me interese trabajar para vosotros – me acercaba lentamente a Alvaro y al aro que este tenia, necesitaba cogerlo, pretendía ponérselo en la cabeza al hombre raro.

Cargando editor
23/04/2010, 23:16
Jessie Rockbell

El agudo chirrido hace que Jessie caiga de rodillas. Pero la voluntad de la afroamericana parece mantenerse intacta. Con las piernas temblorosas se levanta. Entonces gruñe mientras se agarra la cabeza.

- Ni se os ocurra acercaros!!

Cargando editor
25/04/2010, 16:03
Leonard Wayland

- Es curioso observar que alguien intenta controlarnos, siempre lo han intentado y tu eres el primero que lo consigue – dice Leonard mientras se va acercando lentamente al tipo de metal. - Puede que me interese trabajar para vosotros – parece estar acercándose a Álvaro, quizá para socorrerle.

Cargando editor
25/04/2010, 16:18
Director

 - Tu palabrería no va a distraerme, viejo. Ha llegado la hora de llevaros a la sala principal, y no voy a vacilar por nada. – sentís de nuevo el chirrido metálico, y esta vez os deja prácticamente sin voluntad. Los hombres trajeados os encadenan los unos a los otros y os sacan de la sala. Vais siguiendo lentamente al tipo de metal por un pasillo que se os antoja interminable. Entonces llegáis a una gran puerta.

- Por fin voy a poder deshacerme de estos pesados… Abrid la puerta. – dice el tipo de metal. Uno de los tipos trajeados se acerca al panel electrónico que hay a un lado de la puerta. Justo cuando está a punto de teclear una combinación se escucha una penetrante voz.

- Detente.

El tipo trajeado obedece y se queda ahí, sin hacer nada. Entonces volvéis a escuchar la voz penetrante, que os llega a parecer muy joven.

- Saca tu pistola de electroshock y tírala al suelo, los otros dos también.

Os sentís muy desconcertados, y entonces os giráis para mirar atrás, de donde creéis que proviene la voz. Veis a una niña, de unos 7 años (la misma edad que aparenta vuestra compañera más joven), con una pelirroja cabellera que le cae en cascada sobre los hombros. La niña vuelve a hablar.

- Ahora, los agentes, arrodillaos frente a la puerta y quedaos ahí. Tú, Paul, desactiva tu poder y arrodíllate también.

El tipo de metal vuelve a su estado normal y va a arrodillarse junto a la puerta con los otros tres agentes. Notáis que los aros de vuestras cabezas ya no os provocan dolor, pero seguís sin poder usar vuestros poderes.

- Paul, desactiva los aros.

Los aros caen de vuestras cabezas, partidos en dos. Comenzáis a sentiros más libres. Y como Álvaro varios minutos antes, sentís el peso de todas las conciencias que no podíais oír hasta hace pocos segundos.

- Rápido. Aquí no puedo quitaros las cadenas, ¡seguidme! – ésta vez la voz de la niña no suena tan penetrante como antes. Seguramente también es especial. Os hace señas con las manos para que la sigáis. A un lado del pasillo abre una puerta y se queda allí, esperando a que crucéis.

Cargando editor
25/04/2010, 20:19
Kate Davis
Sólo para el director

¿ Trabajar para ellos? - Ja! -  La muerte siempre era una mejor opción.

Seguí a aquellos hombres por donde nos estaban obligando a ir. No tenía opciones, no tenía ninguna alternativa que ir como si fuera una maldita oveja detrás de un rebaño y sentirme así, volvía a hacerme sentir como cuando estaba en casa de Sarah como si fuera un maldito parásito, inútil...

Eso sí, cuando escuché aquella voz, como los hombres comenzaban a hacerla caso, me giré como si estuviera viendo a algún ángel de la guarda o la luz al final de un túnel. No sabía lo que pasaría, pero sí que no quería quedarme donde estaba, además que en mi cabeza empezaba a haber demasiado lío de pensamientos y recuerdos como para tratar de comprender algo. Sin esperar a nadie, comencé a ir lo más rápido que pude tras aquella muchacha.

Cargando editor
25/04/2010, 21:07
Jessie Rockbell

Jessie, tirando de las cadenas que os unen, comienza a dirigirse hacia la puerta que la niña pelirroja mantiene abierta.

Notas de juego

 La longitud de los posts de los jugadores no es directamente proporcional a lo que yo escribo.

Cargando editor
25/04/2010, 22:28
Walter Bailey
Sólo para el director
Walter estaba preparado para lanzarse sobre el hombre que llevaba las llaves con la intención de ayudar a Joel y los demás, cuando de golpe ve que este se convierte en una mole metálica. La muestra de poder y fuerza subsecuente le invitan a quedarse totalmente inmóvil dejándole llevar como una oveja al matadero. Y así le parece que va ha ser hasta que la niña pelirroja entra en escena obligando a sus captores con el mero poder de su voz y obligandoles a obedecerles.
 
Mirándola con los ojos desorbitados permanece ahí parado sin inmutarse cuando el aro cae inutilizado de su cabeza. Entonces a través de la niebla mental percibe las conciencias de las gentes que les rodean y saborea al sabor añejo de los poderes telepaticos. Era raro lo mucho que uno podía echar de menos una parte de si tan ajena a lo normal.
 
- Vamos, salgamos de aquí...- Corresponde con la voz apagada.
 

No sabia de que iba todo aquello, pero estaba dispuesto a descubrirlo a toda costa. Apretando las manos para contenerse ante la necesidad de ahogar a una muchacha que sabe perfectamente que se trata de una mera ilusión asiente siguiendo las indicaciones de la niña. 

Cargando editor
25/04/2010, 23:05
Rumiko Uchida

La mujer asiática contribuye al movimiento colectivo, digiriéndose también hacia la niña.

- Vamos, salgamos de aquí...- dice, con voz apagada.

Con Jessie y Rumiko tirando de las cadenas consiguen arrastrar a los dos más pequeños, aunque los otros dos hombres parecen seguir inmóviles.

Cargando editor
26/04/2010, 18:45
Joel Sorenson
Sólo para el director

Estallo en carcajadas. No me lo puedo creer... Y según estallo en carcajadas, caigo al suelo abrumado y aturdido por las nuevas conciencias que nos invaden, tal vez más por el don de Álvaro que por mí, pero era ligeramente insoportable. - ¿Y esta es la mujer a la que tenemos que matar? -

Cargando editor
26/04/2010, 20:34
Álvaro Pereda

Álvaro comienza a reír, no todos conseguís sospechar el por qué. Pero a medida que se va riendo comienza a caer, presa de las conciencias que ahora escucháis con claridad, cuyas voces parecen llegarle a él con más potencia.

 

Cargando editor
28/04/2010, 19:21
William Bonelli
Sólo para el director

Observo a mi alrededor, pensativo en cuanto a todo lo sucedido. Apenas unos segundos en los que asimilo todo lo ocurrido, sigo a la pequeña sin pensarlo dos veces. - ¿Que esta ocurriendo aqui...? -

Notas de juego

Marc sorry tio. Estas semanas han sido un poco liosas para mi. Miles de perdones.

Cargando editor
28/04/2010, 20:27
Nick Summers

 El pequeño tira de las cadenas, junto a la niña. Entre ellos dos, Jessie y Rumiko no consiguen arrastrar a Álvaro, que ha caído al suelo.

 

Cargando editor
29/04/2010, 02:07
Walter Bailey
Sólo para el director

 Walter se para de golpe al ver que Joel se cae al suelo redondo. Al parecer los poderes del cuerpo que le hospedaba le habían afectado mas que a los demás, aunque no le costaba imaginar que con su impetuosidad que le caracterizaba, su compañero no había podido soportar la tentación de "jugar" con los poderes recién recibidos y ahora estaba pagando el precio de sus ligerezas.

 
Sin perder un instante, Walter se aproxima al convaleciente Joel y agachándose junto ha él lo medio reincorpora del suelo y le cachea ligeramente la cara volviéndole el rostro hacia el.
 
-   Vamos Joel reacciona que no es el mejor momento para echarse una siesta.- Le exclama un poco asustado.- Escuchame, tienes que concentrarte en tu poder y retraelo hacia tu persona. Corta los lazos mentales con el exterior y eleva un muro protector alrededor de tu mente para mantener las voces fuera.- Continua explicándole intentando recordar las enseñanzas del Doctor Voltaire.
 
-   Venga, que se que tienes eres lo suficientemente cabezon como para que una nimiedad como esta te sobrepase...- Termina comentando intentando darle ánimos a su compañero.
Cargando editor
29/04/2010, 18:58
Rumiko Uchida

Rumiko se acerca a Álvaro y trata de levantarlo. Entonces le da un cachete, tratando de hacerle abrir los ojos.

- Vamos Joel reacciona que no es el mejor momento para echarse una siesta.- exclama, algo asustada. - Escúchame, tienes que concentrarte en tu poder y retráelo hacia tu persona. Corta los lazos mentales con el exterior y eleva un muro protector alrededor de tu mente para mantener las voces fuera.- le explica, demostrando su experiencia en el tema.

- Venga, que se que tienes eres lo suficientemente cabezón como para que una nimiedad como esta te sobrepase...

Álvaro parece recuperar un poco la consciencia de sí mismo, y entre todos lo arrastráis hacia la puerta. La niña pelirroja se ve algo nerviosa. 

Cargando editor
29/04/2010, 18:58
Director

Cuando la puerta se cierra detrás de vosotros la niña corre hacia otra que hay más adelante. Estás dentro de una sala que parece un despacho. No os da tiempo a pararos a curiosear, la pequeña abre otra puerta y os hace pasar por ella.

Tras estar unos cuantos minutos corriendo por pasillos llegáis a unas escaleras de metal que suben. La niña os hace subir y entrar por una nueva puerta. Entonces llegáis a una sala que os recuerda al típico almacén de conserje. Todo lleno de fregonas, productos de limpieza…

- Habéis tardado mucho. – dice una voz desde las sombras. Es un niño, rubio, varios años mayor que la pelirroja. Se acerca a vosotros. - ¿Crees que saldrá bien?

Casi ignorando vuestra presencia la pelirroja se pone a hablar con el chico. – Con que falten unos cuantos ya no podrán poner en marcha el experimento, así lo salvaremos a él.

A pesar de vuestros nuevos poderes telepáticos sentís que no podéis acceder a sus mentes. Parecen estar protegidas, como si un infranqueable muro telepático os separase.

El niño rubio os mira de nuevo. – Yo no puedo romper vuestras cadenas, pero conozco a alguien que sí que puede. Sentimos mucho que os tengáis que ver inmersos en esto… No podemos permitir que hagan daño a nuestro amigo, ni a todos vosotros. – mira de nuevo a la pelirroja. – Sandra, ve a buscar a Sue, ella puede romper las cadenas. Si no quiere ayudarnos oblígala, es necesario…

Sandra asiente y se va corriendo.

- Ahora estamos solos… Mi nombre es Eric, encantado de conoceros. Aunque quizá las circunstancias no son las más… normales…

Cargando editor
29/04/2010, 20:29
Joel Sorenson
Sólo para el director

Las palabras de Walter, desde luego me ayudan. Para mí, era una sensación distinta, yo sentía que eran como voces que me reprochaban cosas, cmo si espíritus de todas las personas a las que había engañado, estuvieran vengándose de mí. Inspiro con fuerza, colaborando en que me arrastren, aunque la idea de Walter, fue lo que realmente me dio fuerzas, y sus palabras. Me valoraba. Para cuando habíamos llegado a la habitación donde estaba el chico rubio, ya me encontraba prácticamente en plena forma. No puedo evitar sonreír a Rumiko, agradecido. - Gracias, Rumiko... o - Por un momento iba a decir Walter, pero me lo callo, vaya ser que estos pequeños no tengan ni idea de lo que pasa diecisiete años después. Luego miro a los demás. Mi voz es débil, pero mi cuerpo ha recuperado parte de su pletoricidad. - Disculpad por haber hecho de carga vuestra... - Después, aún desconcertado y confuso, aunque recompuesto, miro la sala donde estamos. La pelirroja sale corriendo. Mis ojos se clavan en ella fijamente, haciéndome reflexionar seriamente sobre la misión a la que nos han enviado en ... ¿nuestro presente?. Las palabras del chico, interrumpen mi diálogo interior. Les debemos una. Lo mínimo que puedo hacer es escucharle, aunque el hecho de que sea un niño no me haga mucha gracias. Charlotte. Esa imagen silencia mi ego, convirtiéndome en probablemente el más creyente en todas las palabras que aquel chaval iba a dirigirnos. - Adelante, nos habéis salvado la vida. Ayudaros, es lo mínimo que podemos hacer. ¿O no? - Sonrío ampliamente, mientras mis ojos recorren los de cada uno de los demás, prácticamente poniéndoles en una situación de la que no pudieran salir sin colaborar. Los dones mentales no se me daban bien, pero engañar había sido lo mío desde siempre. Pueden notar que vuelvo a ser yo. Probablemente, la excitación que me producía esta situación, combinada con la nostalgia de antiguos juegos de adolescencia, o atracos de la edad adulta, me empujaban a involucrarme de esa forma. A dar rienda suelta a mi impulsividad. Después, vuelvo los ojos a Eric, y me siento en el suelo, recogiendo mis rodillas y envolviéndolas con mis brazos. Mi rostro se torna serio, a la espara de las palabras de aquel chavalín al que parecía que todo esto, le quedaba un poco grande, pero que se manejaba con una soltura y determinación implacables, era indudable. Merecía más que ser escuchado si había planificado todo esto junto con... Sandra.