Partida Rol por web

Álvaro se ve reconfortado ante las palabras de Rumiko. A medida que os desplazáis por el edificio se va mostrando cada vez más relajado. Cuando llegáis a la habitación habla en voz baja a la japonesa.

Después mira a los demás. - Disculpad por haber hecho de carga vuestra... – luego, algo confuso, mira el lugar en el que os encontráis, y luego sus ojos se clavan en la pelirroja que sale corriendo de la habitación. Las palabras del chico rubio parecen captar su atención, y tras girarse para mirarlo se dirige a él.

 - Adelante, nos habéis salvado la vida. Ayudaros, es lo mínimo que podemos hacer. ¿O no? – sonríe ampliamente mientras mira a sus compañeros. Tras lo cual se sienta en el suelo, recogiendo sus rodillas entre sus brazos.

Su rostro se torna serio mientras mira atentamente a Eric.

Se te dirige en voz baja. - Gracias, Rumiko... o – su tono de voz denota su agradecimiento.

Cuando escuché lo de pelirroja, instintivamente giré la cabeza como si hablaran de mí, pero luego, me di cuenta de que ahora no era yo, sino Jessi conmigo dentro y no dije nada, simplemente observé a aquellas personas con curiosidad.

En realidad, estaba deseosa de que me pudieran quitar aquello de la cabeza, no me gustaba estar encerrada, no me gustaba sentirme de nuevo como si fuera una maldita presa encerrada en algún lugar, me ponía más nerviosa aún y eso que ese ya resultaba ser mi estado habitual.

Al menos, me pareció que lo mínimo que debíamos hacer era agradecer lo que habían hecho.

- Gracias por ayudarnos con el Silver Surfer ese.. - Fue todo lo que dije pero me pareció que ya era suficiente.

Jessie gira la cabeza y ve a la pelirroja marcharse, luego mira a Eric. Se la ve algo cansada, todo esto está resultando muy confuso.

- Gracias por ayudarnos con el Silver Surfer ese.. – dice, tras lo cual se queda en silencio.

 -          No te preocupes, no ha sido nada.- Le corresponde en otro susurro.- Y llámame por mi nombre verdadero por favor, que ese rollo de Rumiko me pone de los nervios…- Continua con el ceño fruncido.

Pese a que el momento es bastante preocupante, no puede evitar realizar una ligera sonrisa ante el comentario de Kate sobre Silver Surfer. Pronto volvió a recuperar la concentración en la situación y su rostro demudo en una profunda expresión de seriedad.

-          ¿Quién es el responsable de todo esto?- Pregunta mirando fijamente al muchacho.- ¿Y qué es lo que quieren hacer con todas las personas que tienen aquí encerradas?-

- No te preocupes, no ha sido nada.- Le corresponde en otro susurro.- Y llámame por mi nombre verdadero por favor, que ese rollo de Rumiko me pone de los nervios…- Continua con el ceño fruncido.

La mujer asiática esboza una sonrisa al escuchar el comentario sobre Silver Surfer de Jessie. Tras varios segundos retoma el control se la situación, adoptando una expresión más seria. Tras lo cual mira al chico rubio fijamente.

- ¿Quién es el responsable de todo esto?- Pregunta mirando fijamente al muchacho.- ¿Y qué es lo que quieren hacer con todas las personas que tienen aquí encerradas?

Eric os escucha pacientemente. Para ser tan joven (de unos 11 años) parece muy maduro.

- La verdad es que ayudarnos es lo único que podéis hacer para salvaros… Os han secuestrado a todos, a todos los especiales con poderes mentales del planeta. Tienen una lista donde salen los nombres de todos nosotros. Y saben muchas cosas. – os mira, entristecido. – Están planeando hacer algo muy grande. Algo malo, y que no me gusta nada. Yo siempre pensé que ellos querían ayudarnos, pero ahora veo que lo único que quieren es aprovecharse de nosotros.

Comienza a caminar nerviosamente por la sala, de vez en cuando se para a mirar por la puerta por la que ha salido Sandra.

- Van a unir los poderes de todos vosotros para conseguir una fuerza más grande. Creo que quieren meterse en la cabeza de todas las personas de la ciudad. Sue lo descubrió cuando se coló en uno de los despachos de los jefes… - finalmente se sienta y se queda en silencio durante unos segundos. Todos comenzáis a sentiros relejados, como si la tensión de vuestros músculos desapareciese milagrosamente.

- Para hacerlo necesitan a alguien que controle todo el poder, y han escogido a Harry para hacerlo. Él es igual que los demás, pero se hace más fuerte cuando está rodeado de otros con poderes mentales. Pero es algo muy peligroso, y no sabemos si podrá soportarlo. Por eso… vamos a arruinar el experimento. Si liberamos a unos cuantos no podrán seguir, tendréis que ayudarnos. Pero ahora que ya podéis usar vuestros poderes no os va a costar, ¿verdad?

- Claro que os vamos a ayudar, a fin de cuentas, nos acabais de salvar el cuelo y os juro, que tener mi culo a salvo es lo que más me gusta de todo este jodido planeta..

Respondí incluso antes de pensar nada y luego me quedé seria, como frunciendo el ceño unos instantes.

- Bien vamos a ver Jessie no sé si tengo que usar mis poderes o los de tu cuerpo, así que creo que ya va siendo hora de que nos entendamos..

Intenté dar un par de pasos a la velocidad que podía moverme antes a ver si aquello sucedía, sino, tendría que tomarme unos minutos para pensar y tratar de averiguar qué era lo que podía hacer aquella mujer, sino estaba jodida.

- Claro que os vamos a ayudar, a fin de cuentas, nos acabáis de salvar el culo y os juro, que tener mi culo a salvo es lo que más me gusta de todo este jodido planeta… - responde Jessie, automáticamente. Entonces se queda seria.

Tras unos segundos da dos pasos, aunque no llegáis a ver nada especial en ello. Lo único que sucede es que con sus grilletes tira de la cadena que os conecta a todos vosotros, dejándole tensa en el aire. 

- Perdón, perdón.. - dije disculpándome a la vez que volvía a destensar las cadenas.

Mi plan no había salido como esperaba, aunque al menos ya había descubierto algo y era que no podía utilizar mis poderes, sino que debía usar los de Jessie, pero no tenía ni idea de qué era lo que podía hacer aquella mujer.

Hacía unos instantes me había percatado de que ahora notaba más la presencia de aquella mujer así que por unos momentos, cerré los ojos, tratando de separarme a mí de los recuerdos de aquella mujer, a ver si podía averiguar qué era eso que hacía o sino me parecía que tan sólo iba a poder ser un lastre para mis compañeros.

- Perdón, perdón… - dice Jessie mientras vuelve a su sitio. Entonces cierra los ojos, tratando de concentrarse.

Comienzas a examinar tu propio interior. Tratas con todas tus fuerzas de apartar todo lo que hay de Kate, y ver lo que queda de Jessie. Y entonces escuchas una voz, como un susurro lejano llevado por el viento.

- Te daré una pista…

Y entonces comienzas a sentirte poderosa, y te ves a ti misma en medio de una gran cantidad de gente. Todos ellos hacen lo que tú les ordenas, y te sirven como si fueses… una diosa.

Comprender que el poder telepático de Jessie va más allá de escuchar los pensamientos ajenos. Jessie tiene el poder de torcer la voluntad de los demás, y de controlar las acciones de grandes masas de gente, como una gran red, como una abeja reina.

Así es, Jessie es una controladora de masas.

Tras varios minutos de espera entran por la puerta Sandra y una chica morena que no reconocéis. Excepto Rumiko, Álvaro y Nick, que la encuentran muy familiar.

- ¿Qué sucede… - la voz de la recién llegada de corta cundo os ve a todos encadenados.

- ¿Ves? ¡Ya te lo dijimos! – replica el chico rubio. – Rompe sus cadenas, Sue.

La niña se acerca tímidamente y toma parte de la cadena, el trozo que une a Jessie con Rumiko. Veis como agarra la cadena con las dos manos y durante unos segundos se concentra. Después pega un fuerte tirón y la cadena queda partida en dos. Luego hace lo mismo con todos, que quedáis con trozos de cadena colgando.

- Ya está… ¿Vais a liberar a más? – dice Sue, y entonces os mira. Notáis miedo en su mirada.

- Sí. – Eric os mira. – Deberemos dividirnos. Yo iré con vosotros, Sandra y Sue se las pueden apañar solas por aquí. Además, de ellas no sospecha nadie. Tenemos que liberar a todos los que podamos. ¿Estáis dispuestos? 

- Esto es demasiado.. yo no.. - No me gustaba, no quería poder dominar a nadie, ni querer que me hicieran caso. Iba en contra de todo lo que era y de todo lo que había creído siempre.

Me gustaba pensar que la gente era libre de decidir, de no dejarse someter por otros, pero contra algo así no podrían hacer nada. La gente necesitaba su propia libertad para tomar decisiones y equivocarse y encima, yo era la típica persona que si pudiera hacerse invisible en una esquina sin molestar y sin que la molestaran se quedaría ahí, pasando desapercibida todo cuando pudiera.

Suspiré al escuchar aquella palabras y me agarré las muñecas tras que me soltaran.

- No tenemos más opciones..

Jessie, tras haberse quedado unos segundos con los ojos cerrados, parece algo inquieta. Murmura algo por lo bajo mientras comienza a moverse nerviosamente.

- No tenemos más opciones... – responde, tras suspirar, a Eric.

El anciano se mantiene alerta, después de salir de esa no le resultaba fácil asimilar tanto. Antón en cambio estaba comprendiendo la situación ya le habían intentado hacer algo asi en el futuro. O al menos en la realidad. Pero no se le ocurría que podía ser esto. Le interesaba averiguarlo y eso iba a hacer. Trato examinar su propia cabeza mentalmente para encontrar atisbo de los poderes que tenia la persona en la que se encontraba. Le interesaba pues podía serle útil. EN el momento que mas o menos supo lo que podía hacer intento utilizarlos.

Te concentras en tu interior, pero no en el de Anton, sino en el de Leonard. Poco a poco consigues apartar todos tus recuerdos, y llegas a encontrar algo más que un gran sentido de la justicia.

Durante unos instantes te sientes diferente. Sientes como Anton se convierte en Leonard. Sientes como un simple estudiante pasa a ser algo más. Sientes como pasas a ser… un juez.

Con sabiduría suficiente para poder discernir la verdad de la mentira. Con suficiente temple como para aguantar los más difíciles casos. Con arrojo para dictaminar hasta la más dolorosa de las sentencias.

Leonard fue un hombre conocido por ser uno de los jueces más renombrados del mundo. Leonard siempre podía diferenciar la verdad y la mentira. Leonard podía sacar de alguien absolutamente toda la verdad, y juzgar a partir de ella, como un ser omnisapiente.

Así es, Leonard es un navegante de los recuerdos.

Después de estar examinando sus poderes y dándome cuenta de que me habían hecho una pregunta, algo en mi interior se removió. Mi sentido de justicia o el de Leonard no sabría decir pero tenia una firme necesidad de ayudar a los que tenían secuestrados.

Si, vamos a sacar a todos de aquí, esto noe s nada bueno. Aquí solo hay maldad…

Leonard, que ahora parece más decidido que nunca, responde firmemente a la pregunta del muchacho.

- Si, vamos a sacar a todos de aquí, esto no es nada bueno. Aquí sólo hay maldad…