Partida Rol por web

Te despiertas. El día en Edimburgo está soleado, aunque las temperaturas empiezan a bajar. Parece que es hora de empezar un nuevo día.

Empezar el dia es todo un ritual. Despertarse pronto y observar la magnifica salida del astro rey sobre los edificios de la ciudad mientras bebo pausadamente un zumo de naranja recien exprimido.

Apenas son las 7 de la mañana y ya he comenzado con algunos de mis ejercicios de esgrima, hay que mantenerse en forma y nada mejor que el peso del acero y algo de musica de fondo (hoy he escogido algo japones, y una katana, aunque prefiero las occidentales).

Una ducha relajante y un buen desayuno. El periodico del dia para enterarme de la situación de todo lo que me rodea y grandes animos pensando en el nuevo proyecto y en ese libro que encontré en una biblioteca de antiguedades, un libro soble la antigua forja de los pictos, realmente una obra de arte.

-Bienvenido a tu nuevo dia John.- Me digo mientras me miro en el espejo para colocarme bien la americana negra que limpio de alguna pelusilla.

Realmente es un nuevo dia.

Cuando sales de casa, un viento helado te da en la cara. La ciudad se está despertando, y en la calle comienza a haber movimiento. Mientras paseas tranquilamente, te suena el móvil.

Observo la pantalla y presióno el botón de recivir llamada mientras procuro ponerme en la dirección en la que el viento no me moleste al hablar. Odio que suceda eso, asi que procuro tambien buscar un sitio para resguardarme.

Aunque he de reconocer, que el frio helado me encanta.

-Buenos dias, ¿es usted el señor McWin- dice una voz de hombre muy formal.

No reconoces ni el teléfono, no la voz. El hombre tiene un acento español bastante marcado.

-Si, soy yo, John McWim.

El corazón late demasiado fuerte en el pecho. Puede que esa sea una nueva oportunidad, un nuevo paso en su mundillo, puede que sea aquel trabajo del que le hablaron.

Sin quererlo, se le escapa una sonrisa.

-Buenos días señor McWin. Soy el Padre Corbacho, lo llamo en representación de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, en relacción a su trabajo como herrero. Hemos visto algunos de sus proyectos, y desearíamos realizarle una entrevista para hacerle un encargo. ¿Estaría usted interesado?- la voz del hombre suena tranquila y segura.

¿Un trabajo para la archidiocesis de Compostela?. Sin duda era algo que no me esperaba...

-Lo cierto...es que si, si estoy interesado, aunque si pudiera decirme mas o menos en que consistiria mi trabajo antes de la entrevista, le estaria agradecido e incluso podria llevar algunas ideas o bocetos.

Compostela, siempre habia querido ir a aquella ciudad, pero nunca lo habia hecho. Y trabajar para la iglesia...bueno, eso me abriria un nuevo campo de posibles clientes.

-Si, como no. Cada cien años la ciudad de Santiago regala una espada nueva a Apostol, y se escoge entre los mejores herreros del mundo a la persona indicada.  Alguien a enviado sus proyectos, y ha resultado preselecionado. Por supuesto, nosotros nos haríamos cargo del desplazamiento y del alojamiento.-

-Es todo un honor para mi que me tengan en consideración para una labor de esa magnitud y seria un placer viajar hasta Compostela para que observaran mis trabajos. Estaria dispuesto a viajar cuanto antes.

Aquello era grande, muy grande. Si obtubiera ese trabajo realmente tendira una oportunidad unica para realizar su mejor trabajo y que fuera observado por miles de personas. Sin duda era emocionante la proposición.

- Me alegro, la verdad es que , como sabe, no resulta fácil encontrar gente tan cualificada en su profesión. Le puedo adelantar que serán tres candidatos. Si es tan amable de darme su dirección, le enviaremos unos billetes en breve. La entrevista es el lunes y, si está usted disponible, viajará el domingo por la mañana-

Por su tono de voz, parece realmente contento de que aceptases tan pronto.

Le doy mi dirección con la mayor diligencia, intentando contener la emoción.

-Si, el domingo puedo viajar sin problemas a España para estar el lunes. Estaré preparado para cuando reciva los billetes.

-Todo arreglado entonces. Intentaré recibirlo en el aeropuerto yo mismo. Recibirá los billetes en breve. Muchas gracias por aceptar entrar en el proceso de selección.-

El tono de su voz a variado durante la conversación desde un tono serio a una bastante jovial.

Realmente no me lo podia creer. Tenia una oportunidad al alcance de mi mano increible, asi que no deberia fallar en esa empresa, asi que llamé al taller para decir los dias que faltaria y me dirigí a casa para preparar todos los bocetos que pudiera en el tiempo que tenia.

Una espada para la iglesia, una espada que estaría ahi durante 100 años.

Estaba ansioso porque llegara el domingo y creia que lo que tenia no iba a ser bueno, pero aún así pretendia dar la mejor impresión.

Contra todo pronostico dejé de estar nervioso enseguida.

Cuando llegas a casa entrs en el estudio y te pones a trabajar. Notas una intensa oleada de inspiración.

Sentado en la mesa de trabajo parece que las ideas se complican en sus hojas de papel. Su mente sueña con nuevos detalles a cada momento, detalles que se vuelven imposibles nada mas pasarlos incluso al primer boceto en lapicero.

Tiene que ser algo tan completo, tan magnifico que no sabe lo que tiene que hacer.

Al final, se encuentra rodeado por unas docenas de bocetos, unos mas detallados que otros, de distintos tipos de espada, (debió preguntar que espada tenia que hacer) montantes, clasicas medievales, estoques medievales, de mano y media, espadines e incluso alguna que otra claymore.

Ha pasado el tiempo y John se percata que no ha comido apenas nada de lo enfrascado que ha estado en su trabajo y ya no le queda demasiado tiempo, asi que recoje el material que tiene y se dispone a preparar su equipaje.