Partida Rol por web

- Gracias Padre. - Digo haciendo una leve reverencia. - Es todo un honor ser uno de los elegidos... Espero estar a la altura...

Escucho atentamente el resto de sus palabras mientras me relajo, intentando que la armadura desaparezca.

- ¿Roma? - Lógico, lugar donde habita el Papa, enviado del señor. - Me pondré en marcha lo antes posible. - Digo cogiendo ambos sobres. - Como recomienda, iré en barco... - Aunque nunca he montado en uno y, estar lejos de la tierra no me tranquiliza. - Recogeré mis cosas y me pondré en marcha, no hay tiempo que perder... ¿Usted vendrá conmigo? - Tras esto, observo al resto de niños del orfanato y miro a María. - Mi destino ya no se encuentra entre estas paredes María... Me necesitan en otro lado... Espero que pueda entenderlo... - Cojo el sobre con el dinero y le doy una parte. - Con esto tendré suficiente para llegar a Roma, aunque no sea de forma cómoda. - No me importa no ir cómodo o en un camarote de lujo. - Y vosotros necesitaréis más el dinero...

Tras esto, vuelvo a mi habitación y cojo lo imprescindible para partir... Dejo atrás esto para enfrentarme a aquello que amenaza la paz...

El padre Lowan niega con la cabeza... - No muchacho, yo me quedaré aquí un tiempo... demasiadas cosas y mi cuerpo necesita tiempo para recuperarse... y aquí necesitarán ayuda tras tu marcha así que puedes estar tranquilo...

Acto seguido observa como entregas parte del dinero a María y te dispones a partir...

Los niños al verte con actitud de despedida empiezan a protestar, dejando bien claro que no quieren que te marches... pero entonces María con un pequeño gesto los hace callar y te mira... - Ya desde que te encontré supe que algún día llegaría este momento... alguien como tú está destinado a obras mucho mayores que cuidar de un orfanato... solo espero que recuerdes que este siempre será tu hogar... cuídate mucho... - dice ya con la voz entrecortada por la tristeza de tu marcha...

En ti fluyen también emociones de nostalgia y recuerdos de tu infancia en aquel lugar... pero te necesitaban en otro lugar... y si no triunfabas en tu misión... nadie tendría un lugar al que volver...

Partes hacia la ciudad más cercana donde coges un barco que te llevaría derecho a Europa...

- No se preocupe María... - Digo mirando a la mujer. - Volveré... Y vosotros... - Y miro a los niños. - Espero que os portéis bien y tratéis bien a María, que no me entere de lo contrario... - Y les dedico a todos una gran sonrisa. 

Una vez todo recogido, ya sea ropa y algo de comida para el camino, me dirijo al pueblo más cercano donde cojo un barco que me lleve a Europa. Roma me espera... Y allí, ojala pueda encontrar a alguien capaz de resolver mis dudas y responder a mis preguntas...

El viaje en barco se hace largo... siendo vuestra primera parada en las costas de la isla de Java... desde allí cruzaríais el océano Índico para llegar al Mar Rojo y atravesar así el canal de Suez para llegar hasta el mar Mediterráneo...

Todo parecía ir bien... tras casi dos semanas de viaje ya os aproximabais al canal de Suez... entonces algo golpeó el barco con contundencia...

La travesía es tranquila, aunque eso no me tranquiliza... Es la primera vez que monto en barco y no estoy acostumbrado a estar tanto tiempo alejado de la tierra...

Sin embargo, viendo el lado positivo, es otra forma de naturaleza. Mi objetivo es intentar dominar los cuatro tipos de elementos, aunque parece que tengo mayor afinidad a la tierra. De manera que aprovecho para meditar, entrenar y disfrutar el mar abierto.

Aunque todo cambia cuando algo golpea el barco... ¿Pero qué?

Con cuidado me acerco al borde del barco y miro a ver qué ha pasado...

En ese momento ves en el agua a un hombre que parece caminar sobre ella...

- Así que este es el barco... había oído que habían matado a Pan... no acertaba a creerlo... pero este cosmos... no hay duda... - sus ojos se cruzan con los tuyos... y ves pura malicia en ellos.

De un salto el caballero sube al barco... - Muy bien Guerrero Divino... muéstrame lo que sabes hacer... esa fuerza que os permite herir y matar a dioses... - en el barco hay una gran confusión... si bien no hay muchos pasajeros... los tripulantes quedan estupefactos ante semejante espectáculo sobrenatural...

No es que esperara un viaje tranquilo, pero tampoco esperaba que los secuaces del Olimpo aparecieran tan pronto... Y encima en el agua... 

Algunos de los pasajeros corren al ver al desconocido, pero yo sin embargo me acerco a él, manteniendo una distancia prudencia.

- ¿Qué has venido a buscar a este barco? - Pregunto sin rodeos. - No me gusta la violencia y menos de forma gratuita... ¿Por qué molestas a estas personas?

- ¡JA! ¿Acaso los Olímpicos necesitamos permiso? El mundo es nuestro para obrar a nuestro antojo... Y he venido a por el guerrero que derrotó a Pan, es decir... tú... - dice el guerrero que va ataviado con una armadura celeste y motivos dorados.

- ¿Qué harás Guerrero Divino? ¿Te enfrentarás a mi aquí y condenaras a estas personas a su muerte? ¿O intentarás huir? Estoy ansioso de conocer tu respuesta... - claramente quería provocarte ya que mientras habla no pierde de vista tus movimientos, como esperando a la ocasión adecuada para atacar...

Por un momento aprieto los puños y me contengo... Este hombre me está intentando provocar y no debo permitirlo... 

Mientras noto como mi energía se va extendiendo, mi cerebro comienza a funcionar... Si ha venido por el agua, será su elemento, de manera que aquí me encuentro en desventaja, sin embargo, si voy a tierra, aunque estaré en una situación más igualada, los viajeros de este barco correrán peligro... Además, aunque no esté en tierra, esto es el mar rojo. Su concentración en sales y minerales es tan alta que no necesito ir a tierra para usar lo que me enseñó el desierto...

- No dejaré que les pongas un dedo encima... 

Me coloco en guardia aunque sé que no es una situación igualada.

Me concentro y, aunque por el momento voy a centrarme en defenderme, intento atraer todos los minerales que puedo. También introduzco algo de energía en el rosario a ver si aparece la armadura, ya que la necesitare.

Tu armadura responde al instante y cubre tu cuerpo ante el inminente ataque de Autólicos, que se lanza como un rayo a por ti y empieza a golpearte con puñetazos rápidos que eres capaz de parar con total precisión...

- ¿Qué sucede Guerrero? ¿Es que sólo sabes defenderte? ¡¡Esperaba más del asesino de Pan!! - decía tu enemigo mientras seguía golpeándote sin éxito...

Mientras empezabas a ver que los impactos que provocáis hacen que el barco se tambalee violentamente, por lo que si el combate sigue, podría estar en peligro la vida de los tripulantes...

Sin demasiadas dificultades, bloqueo sus golpes... Es bastante fuerte y el barco se está viendo resentido por ello... Sin embargo, el agua parece su elemento... 

- Si no sabes defenderte... - Digo mientras sigo bloqueando sus acometidas. - No durarás en pie mucho tiempo...

Voy a concentrarme en volver a extraer minerales del agua, al mismo tiempo que sigo defendiendome, aunque intentaré buscar una apertura cuando me ataque que me permita contraatacarle... Tengo que terminar pronto con esto... 

Autólicos que vuelve a ganarte en velocidad notas que concentra su cosmos en sus piernas... 

- Nunca me gustó dar ventaja a mis adversarios, así que me permitirás que me mueva con más rapidez a partir de ahora... - decía mientras trataba de propinarte una patada sin éxito a la que respondes con un fuerte puñetazo... pero el golpe no es capaz de provocar el suficiente daño a Autólicos...

- He sentido algo en mi costado... aunque parecía la picadura de un mosquito... - decía burlonamente tratando de provocarte...

Mientras te das cuenta de que ya tienes suficiente arena para poder ejecutar alguna de tus técnicas, a excepción del ataúd.

Aunque por mí, intentaría acabar con el combate lo más rápido posible, me parece que eso no va a ser posible.

- Sin embargo no te importa coger tú esa ventaja por tus adversarios... 

Tengo arena para algunas de mis técnicas básicas, pero la que me permite dejarle atrapado no... De manera que seguiré resistiendo intentando aguantar todo lo que pueda mientras intengo extraer algo más de arena... Como esto siga así voy a tener problemas.

Autólicos empieza a moverse más rápido todavía de lo que lo hacía antes... realizando dos ataques rápidos aprovechando su inercia... El primero de los golpes falla  y aprovechas el hueco que deja su defensa para propinar otro golpe, aunque vuelve a carecer de la fuerza necesaria para provocarle el suficiente daño...

- Pareces estar de suerte... pero veremos si esa suerte te sigue durando... - dice con malicia mientras su cosmos empieza a concentrarse en sus manos...

Parece que está acelerando... Y mi velocidad no es muy destacable... Tengo que entrar en comunión con el aire para mejorar esta faceta...

- La suerte no lo es todo... - Digo manteniendo la posición y haciendo que la arena gira a mi alrededor. - A veces también cuenta la habilidad...

Si puedo bloquear su ataque, intentaré contraatacar con el golpe de Gaia, a ver si así nota mejor el impacto... Aunque si su ataque es muy potente, intentaré defenderme con la Defensa Ferrea...