Partida Rol por web

Han pasado dos semanas desde la erupción del Tera... a vuestros oídos han llegado noticias de como algunas de las costas cercanas al volcán fueron arrasadas, a excepción de las occidentales y norteñas... que por alguna extraña razón la ola no llegó a formarse o fue contenida...

El expontífice Benedicto XVI os vuelve a convocar para reuniros y recibir la información sobre la misión en Santorini... y poder conocer a vuestro nuevo compañero en la lucha contra los Olímpicos...

El expontífice os recibe en su despacho de siempre... donde os recibió a todos la última vez... aunque en esta ocasión hay un nuevo miembro... y otro está ausente...

Benedicto mira vuestros rostros y heridas con tristeza... así como también mira el asiente vacío con gran pesar...

- ¿He de suponer que el joven Neithan no consiguió sobrevivir a la misión...? - pregunta acongojado por la posible respuesta a recibir... ya que en gran medida se sentía muy responsable por la titánica tarea que os había sido encomendada...

- Antes de que me respondáis... este otro joven es Noah... el portador del rosario de las Trompetas de Josué... el último miembro que nos faltaba...

Hola, ¡un gusto conocerte! Soy Cain...- Mire al resto de mis compañeros, presentarme con "dueño de la reliquia no parecia correcto, pero ya varios lo habian hecho- Portador del rosario de la puerta del Eden

Le ofresco la mano para estrechar, aun de pie. Luego espero a que alguien tome la palabra, ya que la oratoria no es lo mio. Digamos que soy una persona parca y de pocas palabras.

Habiamos derrotado a uno de los 3 dioses mayores, aunque con perdidas irremplazables. SIn embargo la esperanza de que era posible, estaba mas brillante que nunca

Al enterarme de las perdidas, no puedo menos que lamentarme por mi falta de fuerza. Estoy seguro, que de haber sido un poco más fuerte, hubiera podido detener las otras olas; sin embargo, espero que nuestras acciones, hubieran dado algo de tiempo para evacuar parte de las costas. Sobre nuestro compañero, no puedo menos que lamentar su caída, cómo la de otro guerrero más. Necesito entrenarme más.

Al llegar a la junta con el santo padre, no puedo menos de recordar mis errores, pero en lugar de encerrarme en ellos, saludo a nuestro compañero.

-Bienvenido, Noah. Soy Mateo, portador de la Lanza de Longinus.

Tras un par de semanas conociendo el lugar, parece que al final puedo conocer a mis nuevos compañeros.

- Es un placer conoceros a todos. - Digo estrechando la mano de Cain. - Y siento mucho escuchar lo de vuestro compañero... No pretendo sustituirle en ningún momento... Simplemente espero que os pueda ayudar en todo lo que pueda...

Tras esto espero a que el resto de compañeros se presenten... PArece un grupo variado... Espero que nos podamos llevar todos bien. 

Feuer gira sobre sus talones, orientandose hacia el nuevo miembro del grupo y su Santidad. Vreist esta inerte, cual bloque de hielo glaciar, intentanto evitar pensar en la muerte de un compañero y en la perdida de una vida que luchó por una causa justa hasta el final. No podía evitar pensar en que no importaba nada, ocurriese lo que ocurriese la fortuna podría abandonarte y doblegarte a su voluntad. Luchar contra el destino era más difícil de lo que podría pensar. Ante él, sangre nueva que le indicaba que aun había gente que quería seguir luchando. Ellos eran soldados y los soldados caen en batalla, pero ninguna más digna que esta

-Su santidad – una leve reverencia al sumo pontífice para después orientarse hacia Noah y saludarlo adecuadamente – Bienvenido, soy Vreist Feuer, portador del Sant Grial

Eilish escuchaba a medias las palabras del santo padre, aun algo ausente por todo lo acontecido y con rostro entristecido. A decir verdad, lo único que pensaba era en rezar por Neithan y porque... no volviera a ocurrir algo semejante, que todos... pudieran estar bien. La lucha contra los Olímpicos era muy dura, quizás demasiado, pero ellos... todos ellos tenían que hacer lo que se esperaba de ellos. 

Sin embargo, todos los pensamientos de la joven se interrumpieron con la presentación del nuevo miembro del grupo. En cuanto escuchó sus palabras, Eilish se acercó a él: Mucho gusto en conocerte, Noah. Mi nombre es Eilish y soy la portadora de la reliquia de la Zarza Ardiente. Te agradezco mucho... tus palabras sobre nuestro compañero recién fallecido. Sin embargo, me gustaría decirte que... no eres un sustituto: eres un miembro más del grupo que llevábamos tiempo esperando conocer. 

-Todos somos uno, juntos somos una legión.- digo continuando las palabras de nuestra compañera.

Aquello podría haber sido muchísimo peor pero entre todos logramos minimizar los daños. El único punto negativo fue la pérdida de un compañero a manos de su propia sangre. Neithan fue derrotado por su hermano, el servidor de los dioses del Olimpo y ahora Malekith tenía en su poder la reliquia de su hermano.

No esperaba que pasaran tanto tiempo para que el hombre santo nos recibiera nuevamente pero aquí estábamos, respondiendo preguntas y recibiendo a un nuevo compañero de batalla.

- Saludos Noah. Tú ayuda será igual de efectiva que tu cosmos. En la última batalla perdimos a un gran compañero pero aquí siempre es igual. Si eres fuerte sobrevives, si no lo eres no sobrevives. – podría recibirlo con palabras bonitas pero al momento de pelear contra dioses del Olimpo la cosa cambia. Es mejor que esté preparado. – Señor. ¿Sabe usted porque el enemigo ha robado la reliquia de Neithan? – no creo que puedan usarla pero robarla por el mero hecho de limitar nuestro numero me parece absurdo.

El expontífice niega con la cabeza lentamente...

- No estoy muy seguro... no tenemos muchos detalles sobre las capacidades reales de los rosarios... pero es posible que pretendan utilizarlo contra nosotros o que pueda ser corrompida... En cualquier caso tendremos que estar alerta... - explica para después quedarse un rato meditando al respecto...

- La perdida del joven Neithan ha sido una verdadera tragedia... pero honraremos su memoria recuperando la reliquia una vez partáis hacia el Monte Olimpo para acabar con esta amenaza... hasta entonces podéis entrenar... os hará falta para enfrentaros a semejante desafío... - comenta antes de daros permiso para abandonar el despacho...

Un poco a modo de introducción y descripción... el grupo te resulta algo peculiar en cuanto a la diversidad... Tienes tres compañeros que son claramente europeos... dos con rasgos albinos (Dante y Vreist) y una muchacha de extraordinaria belleza (Eilish). Por otro lado tienes a dos muchachos que son más latinos, uno con ropajes claramente de culturas olmecas o aztecas (Mateo) y el otro que tiene rasgos más duros y con aspecto claramente de luchador (Caín)

Escucho atentamente las palabras del hombre sabio mientras aguardo a mis compañeros. – Haremos todo lo posible por recuperar el rosario Santo Padre. El Olimpo pagara por sus crímenes luego de nuestro entrenamiento. – termino mis palabras con una reverencia para luego esperar junto a la puerta a los demás.

- Es un placer conoceros a todos. - Digo una vez todos mis compañeros se han presentado.

[...]

- Haremos todo lo posible su santidad. - Y tras esto, hago una pequeña reverencia y salgo del despacho.

Todos mis compañeros, a su manera, son únicos. Parece que somos un grupo bastante variado y diferente, aunque yo tampoco debo parecerles muy normal... Un joven que parece salir de pleno desierto... Lo que demuestra que nuestro señor no hace distinciones entre los suyos.

- Si os parece... Ya que tenemos algo de tiempo libre... Podíamos entrenar juntos, ¿qué os parece? Creo que sería una buena forma de conocernos mejor y de saber qué somos capaces de hacer, con el fin de, una vez nos enfrentemos al enemigos, poder sacar lo mejor de nosotros... ¿no?

Asiento con la cabeza, mientras asiento ante las palabras del santo padre. En mi mente, una serie de imágenes, y una idea del entrenamiento.

-Padre, tengo... una idea. Creo, que podemos descubrir un poco más sobre las reliquias, y sobre las capacidades de nuestros enemigos.- De entre las cosas que cargo en la espalda, tomo un arco, el cual coloco sobre la mesa. Este arco pertenecía a Paris. No se mucho sobre él, dado que no le vi utilizar nada especial; pero si sirve de algo, podría ser estudiado, en lo que partimos de nuevo al combate.

Vuelvo a mi lugar, y con calma extiendo un sub fusil a Noah 

-Supongo que sabrás manejar una de estás.

Eilish estaba atenta a todo lo que acontecía en esa sala, sobretodo a las palabras de Noah, pero cuando Mateo mostró el arco de Paris se quedó un tanto extrañada... Y le recordó al enfrentamiento con aquellos gemelos de malas intenciones. Enseguida el rostro de Eilish se tornó con un gesto molesto durante medio segundo, pero tan pronto eso sucedió volvió a la normalidad.

Sin embargo, la joven se quedó pensativa al escucharles a sus compañeros y al Santo Padre la idea de entrenar... Ella miró a cada uno de ellos y dijo tímidamente: - Disculpen pero yo... iré un momento, tan solo un segundo, a... bueno, organizarme las ideas y rezar por Neithan. Enseguida me reuniré con todos ustedes, se lo prometo.

Benedicto os deja marchar para que prosigáis con el entrenamiento...

En uno de los primeros días se celebra una ceremonia muy solemne en honor a Neithan... y envían su cuerpo a su tierra al norte... donde podría reposar entre los suyos... mientras la sombra producida por el Tera sigue sumiendo a medio mundo en las tinieblas y provocando un invierno artificial...

Pasáis dos semanas entrenando y estudiando vuestras reliquias... dominando mejor sus poderes e incluso aprendiendo nuevas técnicas... Pero justo en la tercera semana notáis todos como varios cosmos muy poderosos se acercan a gran velocidad a la ciudad Eterna...

Antes que todos nos retiremos y tras escuchar las palabras de la muchacha guardiana de la Reliquia de la Zarza ardiente decido alcanzarla para hacer una pregunta delicada. No siempre la fuerza bruta lo es todo.

Eilish está pensativa, casi más con la mente en otro sitio que en el lugar y momento que le corresponde, pero no puede evitarlo. Ella estaba dispuesta a llegar con su misión hasta el final, pero la inseguridad cobraba presa en una chica que nunca había sufrido tanto como en aquellos últimos meses... Y lo peor no era lo que le afectaba a ella misma, sino a los demás... 

Al ver llegar a Dante junto a ella, Eilish le mira con cierta curiosidad pero callada... No sabe qué decirle.

Alcanzo a Eilish en el pasillo a la salida de la reunión con el ex pontífice. Sin saber muy bien cómo abordar el tema simplemente suelto la lengua como el bestia que a veces soy. – Estemmm…. disculpa Eilish. Recién dijiste algo sobre rezar y esas cosas, pues durante mi entrenamiento no tuve el tiempo necesario para aprender esas cosas y me gustaría no meter la pata durante la ceremonia. ¿Puedes ayudarme con eso? – Tal vez  sea inoportuno. Mis abuelos siempre lo decían.