Partida Rol por web

Cuando acabó el combate, Cornelius guardó las cimitarras y como pudo, observó la herida.

Concierta preocupación en su voz, comunicó que esa herida estaba envenenada. La escozor que sentía no era lo normal en una herida.

Por otra parte... no creo que haga falta investigar mucho más. No creo que Vanthus esté ya aquí.

Muy probablemente vino, hizo lo que tenia que hacer, y se largó. Creo que no debió pasar más de unas horas aqui. Como mucho, menos de un día.

Ese tipo nos lleva mucha ventaja, y además no sabemos cual será su siguente movimiento. Yo volvería a Tashlutta e investigaría la piedra y los documentos. Con un poco de suerte aprenderemos un poco de lo que trama, y podremos avanzar unos pasos hacia él.

Por mi parte, mi misión aquí ha fracasado. Ahora solo puedo esperar que el futuro me depare buena suerte y pueda completar el resto de mi misión con más éxito.

Cansada ya de toda esta situación, me dirijo sin hacer comentario alguno al recodo de donde apareció aquella cosa... Escucho los comentarios de mis compañeros... Miro de soslayo a Cornelius. Joder, tanto lamentarse... Al menos no tiene un brazo turuleta... Junto a estos pensamientos llego al fondo de la cueva, y miro que es lo que esconde ese recodo. En ningún momento he soltado el estoque, quizás hayamos acabado con la amenaza. Pero después de todo lo que hemos visto en la isla no me fío.

Me aguanto una risa irónica mordiéndome el labio inferior. Ya me dirán como vamos a volver a Tashluta... Por mi cabeza pasan las imágenes del camino cortado con miles de monos asesinos...

Examine en un momento la herida de Cornelius intentando desinfectarla, aunque a sabiendas de que poco podia hacer. 

Tras hacer lo que pude por la herida de Adler, me centre en ayudar a Jazzmine para asegurarme que no encontrariamos mas sorpresas desagradables.

Creo que deberiamos continuar, no podemos regresar por donde hemos entrado, por alli no tenemos escapatoria, quizas si continuamos encontremos otra salida por donde salir de aqui y llegar al barco. 

Ulrich tiene razón, piensa Cornelius.

¿Como ve la herida, Ulrich? le puedo asegurar que escuece... y que eso no es normal si no hay veneno...

Después, dejando al brujo trabajar sobre la herida y para no pensar en el dolor, dice:

Una cosa es cierta, esto está difícil.

Por tierra no podemos salir y por mar necesitamos un bote, que por ahora no tenemos. Podemos seguir buscando por estas cuevas, a ver si encontramos algo que nos sea de utilidad, o intentamos usar un barco de los de la playa, o si están demasiado mal, podemos hacer una barcaza para llegar hasta nuestra nave.

En cualquier caso, recomiendo largarse de aquí lo antes posible. Jazzminne necesita un clérigo y a saber si yo también.

Bueno, lo necesito seguro, aunque por otras razones...

Si, pero no tenemos más remedio que seguir avanzando. Hemos de llegar hasta la parte de la cueva que da a la mar, desde allí podremos salir, además de ver por completo los estragos que ha hecho vanthus, quizás incluso podamos descubrir cual es su próximo objetivo y si nos lleva mucha ventaja. Sigamos la corriente que se dirige que se dirige hacía allí.-Dijo jack señalando la parte de debajo de la cueva

.

Jack se encaminó hacia esa parte de la cueva espaas en mano, para echar un vistazo

Jack armas en mano se aventuró hacia la zona por la que había aparecido lo que antes era Brissa Santos. Para su decepción tras un recoveco terminaba la cueva en una marisma de agua oscura y salada. Camino cerrado a menos que decidieran sumergirse debajo del agua, algunos de los presentes no pudieron evitar estremecerse un poco al recordar la última expedición submarina.

Un nuevo grito le dejó helados, era un grito de furia y bastante humano. De mujer y procedía de sus espaldas. Luego el grito fue apagado por los ya conocidos rugidos de hambre de los antiguos habitantes de las cuevas.

Tras intentar curar la herida de Cornelius aplicándole un ungüento de hierbas con propiedades curativas y desinfectante, aunque sabia que el escozor que me había descrito, era presagio que con los medios que allí tenia poco podía hacer por el, pero esperaba que al curarle la herida retrasase los efectos que pudieran causarle el mordisco recibido.

Jack encontró una zona de salida poco aconsejable pues nos teníamos que meter en aguas oscuras y bucear, de repente un grito de mujer que procedía de donde habíamos venido me heló la sangre, seguidamente sonó los gemidos y voces de hambre que ya conocíamos.

Alguien venia detrás nuestro y parece que ha sido atacada por las criaturas de la otra sala.

Capitán la decisión es suya, seguimos buscando una salida o vamos a ver que era ese grito y nos enfrentamos a lo que sea.

Pero ya tenemos dos heridos.

Suya es la decisión Capitán Jack.

Jack observó el agua ponzoñosa y contaminada, un agua que de bien seguro era portadora de enfermedades y vete a saber que más. Meterse ahí podría resultar mucho más problemático que enfrentarse a lo que fuera que había ahí fuera.

No tenemos alternativa. Por aquí no podemos meternos. –Susurró mientras un suspiro se escapaba de sus labios

Seguidme, y que la diosa fortuna nos acompañe. Intentad ser sigilosos.- Dijo susurrando

Jack se dirigió hacia la entrada  de esta sala. Parapetado con la pared y con sumo  cuidado fue asomando la cabeza, aprovechando  la protección que esta le daba. Atento como estaba a cualquier sonido que pudiera delatar la presencia de sus enemigos .

Estaba calmado. Era como un viejo navío que sus maderas crujen cuando están en dique seco, pero que cuando entra en la mar sus maderas se ajustan y entonces es obvio para todos que el mismo que esta hecho para navegar.

Espero pacientemente que el brujo me acabe de mirar la herida y desenfundo.

Sea lo que sea, esto acabará a hostias. Al menos, si las empezamos, tendremos la opción de acabarlas antes...

Khunder... adelantate un poco y avisa si ves algo... pero no corras riesgos innecesarios...

Los compañeros con el alma encogida y después de  haber comprobado que la herida en la pierna de Cornelius era solo un rasguño del que por el momento no brotaba nada empezaron a avanzar con Khunder a la cabeza, su camino siguiendo los gritos y sonidos de lucha les llevó a recorrer de nuevo el camino hasta el inicio del laberinto de piedras, sin duda el ruido de batalla y las maldiciones femeninas cada vez en tono más alto provenían de allí. Khunder olisqueó algó y se lanzó en loca carrera entre las piedras perdiendose de vista en unos instantes entre la oscuridad.

No se a que es debido el sonido de batalla, pero por lo que parece alguien está luchando contra esas criaturas. Así que sin pensarlo mucho mas aprieto el paso, siguiendo a Khunder. Pero antes de quedarme al descubierto, observo la escena que se abre ante mis ojos. Cansada ya de todo este lugar, tengo unas ganas horribles de salir. Hace rato que el brazo no me molesta, solo un pequeño hormigueo me recuerda el estado en el que está. Intento no mirarlo ya que solo su visión me deprime...

Las voces que maldecian una y otra vez juntamente al sonido de batalla dejaban claro que alguien estaba en apuros y que esas criaturas se lo estaban poniendo dificil.

Observo que Jazzmine apreta el paso dispuesta a enfrentarse a lo que sea.

Parece ser que Jazzmine lo tiene claro, parece que no queda mas remedio que enfrentarse a seas criaturas otra vez para salir des esta maldita cueva.

Khaltran S´har guia a Kwaden, permite que mis estucadas sean rapidas y precisas. Lerethian, protegeme frente a los ataques des esos malditos, no permitas que me hieran y darme fuerzas para entrentarme a lo que me espera hay delante.

Una vez dicho esto en forma de pregaria, aprete la empuñadura de Kwaden colocandola enfrente de mi y susurrando Kwaden una vez mas te toda a ti.

Aprete el paso intentando quedar a la altura de Jazzmine, para hacer frente comun a esos cosas que antaño fueron hombres.

¡¡Mierda!! -dice Cornelius- ¡¡Khunder!! ¡¡NO corras!!

Viendo que el perro se lanza a la carrera, Cornelius le sigue al paso, con las dos cimitarras a punto.

Espero que sea algo realmente importante, Khunder, porque lo que hay en esta cueva, mata de forma muy fea...

Con Khunder desbocado en persecución Cornelius y los demás no tuvieron otro remedio que correr locamente tras el animal, en la penumbra apenas pudieron seguirlo entre las rocas, si no fuese porque sus constantes ladridos indicaban su posición, al fin el laberinto de rocas dió paso a un estrecho pasillo de roca natural y a tráves de el a un camino más iluminado, Khunder continuó corriendo igonorando una sala a su derecha que parecía repleta de riquezas extravagantes. Gruesos tapices cubrían las paredes mientras que a un lado una enorme cama con dosel sostenía encima media docena de cofres enormes. Tres cuerpos ensangrentados e inertes arruinaban las alfombras, todos ellos con rasgos semi humanos y muertos a cuchillo.

Los ladridos de Khunder resonaron en la cueva más allá. La cueva se habría en otra gruta submarina con una leve pendiente al sur que terminaba en una pequeña laguna, con la espalda contra la roca y a sus pies manchas ácidas aún espumeantes estaba una sola mujer enfrentandose a más de media docena de las cosas que les habían asaltado en la playa. con gran destreza y mandobles de su sable mantenía a las criaturas a ralla y se las apañaba para herirlas de consideración cada vez que descuidaban su defensa. A pesar de ello la belleza morena ya tenía señales de que el combate se estaba cobrando su precio, resollaba sonoramente pero a pesar de ello una fiera sonrisa no abandonaban su rostro de nacar enmarcado en una salvaje melena negra.

Eh vosotros!! Estas cosas están tratando de morir y estoy decidida a obligarles!! -Resolló mientras esquivaba una envestida de la una de las cosas. Hechadme una mano o largaos!!

Veo como nuevamente Khunder apesar de las ordenes de Cornelius, hace su voluntad haciendo caso omiso a su dueño.

No me sorprende, parece que el adiestramiento que ha recibido no fue el mas indicado o tal vez la razon sea otra...

Corremos detrras del perro de Adler a plena carrera guiandonos por los ladridos, que nos va guiando la direccion que va tomando Khunder.

Espero que tenga una buena razon para llevarnos a plena carrera descuidando la seguridad del grupo y el elemento sorpresa.

Cuando finalmente llegamos a una gruta en la que podemos ver un grupo de esas malditas cosas medio pez, medio hombre por asi decirlo. Atacando a una joves espadachina, la cual se defiende notablemente de esa malditas bestias.

La joven de pelo largo y negro como la noche, dejo claro que si teniamos intencion de ayudar era el momento de hacerlo y si no era esa nuestra intencion...

Me lance contra la cosa mas cercana (esperaba que mis compañeros apoyasen mi iniciativa) intentando encontrar su espalda y trazando un arco en el aire buscando que  Kwaden se undiera en la carne de esa cosa, para darle una rapida muerte e intentando evitar la salpicaduras de sangre acida.

Jack no se lo pensó dos veces, encuanto vió la escena cargó contra las criaturas. No había tiempo para hablar, era el momento de que las espadas hablaran.

Jack sabía que esa chica estaba en peligro, las fuerzas empezaban a fallarle, y esas cosas eran numerosas....

Aquella chica al parecer sabía defenderse bien, muy bien. Ahora más de cerca Sparrow podía ver como se defendía con el sable y atacaba con la mano izquierda con un arma enjoyada, tan rápida y mortal que el arma fue un borrón dorado tanto al entrar como al salir del pecho de la criatura con el que se enfrentaba. Cayó al suelo conviertiendose en una máncha de acido borboteante. Jack descubrió que no querría por nada del mundo cruzar acero con aquella mujer. debía tener unos treinta i cinco años aunque su destreza con las armas eran las de un maestro con muchos más años de experiencia.

Antes de que ninguno de ellos pudiese reaccionar y decidir si se unía al fragor del combate, tres de aquellas criaturas con su arsenal de dientes y cimitarras se abalanzaron sobre la mujer, aquella vez ninguno de ellas llegó a rozarla, sobre sus talones ella había empezado una danza con sus armas que impidió que un solo de sus intentos lograse lastimarla, los ojos de la mujer brillaban como ascuas presa de la excitación del combate.