Partida Rol por web

Mialee pega la oreja de nuevo a la puerta.

- He oído un grito ahogado...

Entonces puede ser un rehén más.

Apunta mientras se acerca a la puerta sin perder tiempo y con la maza en alto.

Apartad.

Cuando el semielfo se acerca Mialee pone su espada delante de la puerta y señala al mediano.

- Si está cerrada lo pueden matar mientras la echas abajo, cada cuál tiene su tarea.

Galid no quita ojo de la situación desde las alturas. Al parecer en esa habitación no había peligro, pero si tras la puerta, por lo que menciona Mialee. Galid queda atento, preparado para bajar la escalera en caso de que haya que pasar la puerta, ya que desde ahí arriba no serviría de nada.

Roerkas cede. Mientras Neblin se asegure de hacerlo sigilosamente - y esa es precisamente su especialidad - será más seguro; la prisa por rescatar al posible prisionero le espolea y la ventaja de la sorpresa le llama, pero, como bien ha dicho Miale, si no abriera la puerta a la primera...

Yo me preparo para entrar a la carga por si acaso.

El mediano se acerca de puntillas a la puerta después de dejar el hacha a regañadientes en las manos de Morgran, aunque realmente sabía que era demasiado pesada para él.

Una vez junto a la puerta la examina y en caso de resultar cerrada se pone manos a la obra, si no lo está, cede la posición a Roerkas con una reverencia: No me gustaría estar en el lugar de la puerta...

Entráis en la sala tratando de no hacer ruido, pero las armaduras resuenan demasiado. Presintiendo peligro esta vez mandáis al guerrero delante.

El pasillo desemboca en una sala con cuatro estatuas de bestias desplazadoras (displacer beasts) con ojos ambarinos que relucen. A sus pies veis ratas de gran tamaño y al fondo una especie de reptil que hasta que habéis entrado parecía más interesado en las dos figuras encadenadas al altar. Ahora se vuelve hacia vosotros.

En el altar hay velas que apenas iluminan unos pies alrededor, sobre el hay encadenados un enano inconsciente y una mujer que gimotea y grita, parece que no está muy cuerda.

Al ver a una mujer en peligro, Neblin olvida las precauciones habituales y se adelanta al guerrero para lanzar un shuriken contra el lagarto que acosa a los prisioneros: Yo te salvaré bella doncella, atacame a mí si te atreves vil reptil. Ahora entiendo porque mi tío se empeñaba en que fuese bardo y dejase de meterme en líos, si es que el que tiene talento...

El shuriken se clava en profundidad en la carne del reptil que ruge por el dolor y la sorpresa. Está malherido y se vuelve con una mirada de odio hacia el mediano.

Roerkas ve correr a Neblin al combate el primero. El semielfo no puede dejar de preguntarse si el casco ese que, según el mago, le hacía ser más rápido de reflejos, era una buena idea en alguien como el mediano.

Tratando no quedarse atrás más que lo justo, el guerrero siente su martillo envolverse en llamas y se lanza contra las dos bestias.

La rata baila alrededor de la maza del semielfo que va a parar al suelo rompiendo la loseta.

El reptil deja de atormentar a los prisioneros que estaban sobre el altar y se lanza en pos de los intrusos que le han lastimado. Sin embargo, el mordisco que lanza al semielfo va a parar a la cota de escamas. Roerkas ni se inmuta.

Morgran se acerca dispuesto a probar su nueva arma y lanza un golpe contra la criatura, sin embargo parece que todavía no le ha pillado el truco al hacha recién encontrada.

La hacha pasa a escasos centimetros del draco fallando.

Las ratas aprovechan para rodearos, logrando morder al semielfo y al enano haciendoles heridas de pequeña consideración, pero no son heridas limpias y tienen pinta de poder infectarse.

La elfa va a ayudar a sus compañeros pero éstos no le han dejado mucho sitio para maniobrar.

Galid se adentra unos pasos en la sala, para tener mejor visión de lo que está ocurriendo. No piensa acercarse mucho a aquellas ratas gigantes, desde luego, pero puede ayudar a sus compañeros desde lejos. Su primer acto reflejo es conjurar una luz junto a las criaturas, para poder verlas bien, y acto seguido un orbe de fuerza sale disparado hacia los enemigos más lejanos.

El mediano trata de engañar a la rata que tiene delante, intentando amagar con la espada y luego patearla, pero el roedor resulta ser bastante astuto...

El ataque de la elfa falla por poco. Galid aprovecha la ocasión para descargar su poder sobre el draco dejandolo muy mal herido, aunque la carambola no consigue impactar en la rata.

Neblin logra atravesar por los pelos a la rata y usa su impulso para desplazarla mas allá de donde está el semielfo.

Roerkas se ve rodeado y descarga su maza sobre una de las escurridizas ratas. Siente el martillo clavarse en la piedra, pero al menos le consuela sentirse arropado por la tranquilizadora presencia del enano a su espalda y de sus otros amigos más atrás.

Roerkas hace un barrido con el martillo impactando en la rata y el draco que acaba al borde de la muerte y furioso lanza una brutal dentellada al semielfo dejándolo maltrecho.