Partida Rol por web

Tal y como estaban no pero... jugando con los pergaminos te percataste de que si girabas uno de los pergaminos 180º los escudos coincidian con algunas lineas de paredes y podría tener bastante sentido que indicaran lugares, por algun motivo, importantes.

Casden se percató de algo curioso, girando uno de los pegaminos 180º podía verse como sí coincidían algunas de las paredes de la fortaleza con los lugares marcados. Una coincidencia guardada de forma tan secreta debía sin duda guardar una relación importante, si no era de pasadizos o puertas secretas si al menos de lugares importantes en las localizaciones indicadas.

El maestre llevada la mirada del pergamino a Casden y de este, nuevamente al pergamino. Podría decirse que parecía impresionado, no esperando tal hazaña de un hombre de armas. 

Kevan estaba mirando como Casden revisaba el mapa cuando vió que dió con algo. Lo observó y miró al maestre. Se acercó a una silla vacía y se apoyó en en respaldo. Se quedó pensativo un momento, y de repente, sobresaltando un poco a Casden y todo, derribó a un lado la silla y acercándose al maestre cara con cara y señalándo el mapa, gritando, dijo:

-¿¡A QUÉ ESTÁS JUGANDO!? ¡¿TE CREES QUE SOMOS COMO EL PUTO ANTERIOR LORD!?

Mantuvo la mirada a Lord Goldriver tan solo por un breve instante, apartandola luego

- Vuestra falta de confianza hace imposible que nuestro acuerdo llegue a buen puerto, será mejor que abandonéis esta torre y olvidemos lo ocurrido hasta ahora - en un tono de voz tranquilo

-Y me puede decir como puedo seguir confiando en vos, cuando me dijisteis que desconocíais pasadizos secretos y ahora mi hombre encuentra esto, con la sorpresa en vuestros ojos, y no precisamente de descubrir algo nuevo? Vamos decidmelo.

- Esas marcas no son más que burdas coincidencias - asegura - os informo de cuanto se, os permito consultar cuanta documentación poseo... y aún así buscáis traiciones en mi proceder.

Casden soltó los planos cuando su señor se apartó y pareció decepcionado, acto seguido no pudo evitar sobresaltarse mínimamente, pues aunque conocía los ataques de ira de su señor, siempre causaba sorpresa el presenciar uno. Se mantuvo firme mientras Kevan y su maestre dialogaban...

Kevan empezó a respirar profundamente para poder calmarse, hasta que lo consiguió.

-Vos como maestre y estudioso de las Casas de los Siete Reinos, que mi Casa ha sufrido constantes traiciones a lo largo de su historia, y que todavía hay traidores que vagan por mis tierras. Mi padre me enseñó a ser precavido y podríamos decir que se ha convertido en una "paranoia". Espero que entendais que si veo que esto sucede, dude de vos.

- Vos conocéis el más oculto de mis deseos y podéis concedermelo con apenas esfuerzo, ¿que gano yo disgustandoos? - tras una breve pausa, continuó - nada mi señor. Os sirvo lo mejor que puedo - aseguró

-Inspeccionaré cada uno de estos puntos, maestre-poniendo el dedo índice sobre los puntos con golpes firmes en cada uno-espero que no me esteis engañando. Es vuestra última oportunidad. Solo quiero que os abrais a mí, creedme, no tengo malas intenciones para con vos ni vuestra gente ni la gente de estas tierras.-Dijo negando con la cabeza.

- Perderéis el tiempo, mi señor... pero si es vuestro deseo, adelante - concedió

-Inteligente guapa y prudente... parece que los dioses me sonríen después de este caos -Esboce una sonrisa mientras miraba a Danae.

-Como iba a parecerme mal, aunque podrías empezar a tutearme mi señora, por otro lado ahora que lo recuerdo mañana cuando las cosas estén calmadas podemos salir a montar a caballo, no te parece?

Mire por la ventana como el sol se ocultaba y me di cuenta que no había probado bocado en todo el día, y mi estomago me lo estaba recordando en forma de punzadas

-Mi señora es casi la hora de cenar, si queréis id a cambiaros para la cena, aunque estáis muy bella así.

Danae también sonrió, como si la de él la contagiase.

- Los dioses son bondadosos con ambos. - Añadió. En cuanto le comentó lo del par el paseo le agradó la idea, aunque debía reconocerle que no era muy buena montando a caballo.

- Por supuesto Robert, me encantará, aunque debo reconocer que nunca se me dio bien montar a caballo, de hecho era de las clases que me saltaba para continuar estudiando. - comenzó a avergonzarse. - Espero que seáis paciente... - Pensó entonces en lo que le podría parecer a Robert. - ¿Supone algún problema mi señor?

-Ningún problema en absoluto, montaremos en caballos lentos para que aprendas poco a poco, quizás el de Shana o el Sigrir, puedan servir, mi caballo es como decirlo... Como el viento en una tormenta, sera un honor enseñarte a montar a caballo sin duda.

No tienes que saber montar como para luchar sobre el pero si para pasear y sentir el viento en la cara, cuando tienes el caballo desde pequeño, se crea un vinculo entre el caballo y tu es algo especial, cuando sepas montar con comprenderás hablo demasiado y con entusiasmo cuando hablo de caballos. Hice una pausa mientras hablaba para mirarla cogiendo aire

-Un hombre como vos, que en cuanto a pensar planes, sabe que no hay que dejar ningún cabo suelto. Casden, ve a ver los puntos del mapa, yo me quedaré aquí con el maestre charlando.

Y bueno maestre, decidme, ya que sabeis cosas de mi seguro, sabreis de los demás invitados. Contadme cosas sobre los Kendrik y Ravenwood. Y vasallos, como el consejero o el sanador.