Partida Rol por web

Lo cierto es que aquella charla la estaba haciendo pensar bastante. Mientras seguían corriendo en una especie de competición, Sakura se paró, extrañada de ver tantísima actividad a aquellas horas. Levantó una ceja y sin duda pensó que ya estaban haciendo rarezas capitana y pupila. Aoi se paró también pero tenía que achicar los ojos para lograr ver al menos una de las manchas que correspondían a Yukino y Fukiyose corriendo sin parar.

- Puede que tengas razón. Pero tampoco es comparable. ¡¿Has visto a esa gigante?! Tiene buenas cualidades tanto físicas y seguro que intelectuales.- se cruzó de brazos- ¡No me gusta!

- ¡¿Cómo que tampoco es comparable?! - aquello le había dolido, aunque su tono de voz sonara simplemente irritado. De algún modo un inocente comentario que en otro momento se hubiera tomado a broma le dolió, porque sacaba a relucir todo lo que la estaba atormentando aquel día. Por eso paró por fin, en seco, a pesar de que su respiración no estaba tan agitada como para tener que detenerse. El flequillo le tapaba los ojos y tenía la mirada gacha. Cuando volvió a hablar su voz era extraña, sin tono -. ¿Tan...tan poca cosa soy?

Se paró en seco y Fukiyose tuvo que volver. Sentía que al hablar sin pensar había creado un monstruo. Un monstruo de la depresión y la negatividad. 

- ¡¡¿¿¿EEEEEEHHH???!!- empezó a agitar las manos muy rápido, a ponerlas en los hombros de Yukino, cogiendo sus manos a veces creando un círculo sin fin de repetición mientras hablaba atropelladamente.- ¡¡NOOO!! ¡Me has entendido mal! ¡No quería decir que Sakura no pudiera estar celosa de ti! ¡De hecho todo el mundo podría estar celoso de ti! ¡Es solo que no eres mi tipo y por eso ella no podría estar celosa! ¡Pero a Sakura le pirran las chicas altas que pueden tocar el aro de la canasta, ya la conoces, es un rara fanática del baloncesto! Por eso lo decía. ¡No porque no seas fabulosa! ¡Al contrario! ¡Al contrario! Si no tuviera pareja, de hecho, te besaba ahora mismo. Ajá, sí. Así es. Yukino, respira. ¡¿Respira?!

Sakura se había acertado hasta ellas, totalmente extrañada por todo aquel paripé y bastante molesta por lo que estaba escuchando en esos momentos.

Sakura:- Oi, oi. ¿Por qué me tienen que pirrar las personas altas? No es así. Te lo acabas de inventar. ¡Y no soy fanática del baloncesto!- miró el balón en su mano y lanzó lejos.- ¡¿Y cómo es que la besarías?! ¡Explícame eso!

Fukiyose:- ¡¡¡¿¿AAAAHHHH??!!! No, no quería decir eso. Para nada.- Aoi observaba sin entender absolutamente nada.- Solo intento animarla. Eso es, porque... porque... hablé de más sin pensar y la líe. Porque no sé qué le pasa que no quiere hablar de ello y encima la he deprimido más. Y ahora la lío de nuevo- se golpeó en el pecho como si se clavara un puñal antes de tirarse al suelo- matadme...

No había esperado aquella reacción de Fukiyose, de hecho se sentía culpable porque había acabado volcando su negatividad sobre ella a pesar de que ni mucho menos había deseado hacer aquello. Al final hacer deporte sólo le había servido para quemar el enfado y sumirla en un estado de ánimo, en palabras de Fukiyose, depresivo. Además, le acababa de causar problemas a la chica, aquello era lo último que quería.

Hizo un gran esfuerzo por levantar la cara con una sonrisa impresa en sus labios.

- Kuroko-sempai no tienes de qué preocuparte, tiene razón, sólo estaba intentando animarme, a su manera confusa - se estaba esforzando por parecer natural y alegre de modo que le dirigió una mirada divertida a su capitana, todavía en el suelo -. Gracias, Fukiyose-sempai, es bueno tener a una amiga y una capitana como tú aunque si no te importa, me marcho por hoy, ¿vale? Aún tengo que hacer todas las tareas domésticas y ayudar a mi hermano con los deberes, no avisé de que llegaría tan tarde a casa.

Aunque Fukiyose la llamó varias veces mientras se alejaba, al final terminaron por perder a Yukino de vista. Habían quedado Sakura, Fukiyose y Aoi bastante preocupadas por su amiga. Yui tenía claro que llamaría a Tezuka a pedirle explicaciones.

A Yukino desde ese momento no le dio tiempo a pensar mucho porque la cantidad de tareas que la esperaban en casa no le daban respiro alguno. Así llegó el día siguiente, en el que se enteró que su clase la había votado para que fuera su representante en los juegos deportivos del colegio dentro de unas semanas. ¡Se estaba haciendo muy popular!

Pero todo era un cúmulo de experiencias buenas y malas. Si se podía decir que Yukino había tenido suerte por la mañana - le habían salido genial los ejercicios a exponer en clase- por la tarde parecía que iba a ser lo contrario. Llegó a la biblioteca la primera y lo cierto es que estuvo diez minutos desde que empezó su turno sola. ¿Dónde se encontraría Mashima? Y para colmo, tuvo una visita inesperada y cuanto menos desagradable:

Ayuzawa:- Vaya, vaya... mira quién está aquí. La chica que aún se me resiste.- caminaba de forma elegante, vestido con el traje de Hyotei.- Cuanto tiempo sin vernos, Kazehaya-sama. ¿Qué tal estás? ¿Cuándo tendrás una cita conmigo?

Al día siguiente estaba de mejor humor, aunque era cierto que no esperaba con demasiadas ansias que llegara el momento de asistir a la biblioteca y encontrarse con Mashima. ¿Cómo sería aquel día? Se preguntaba si sería violento e incómodo como el día anterior. Realmente no quería volver a sentirse tan mal...

Lo que no esperaba para nada del mundo es que, en vistas de la ausencia de su compañera, se encontrara con una persona mucho peor que la mentada. Se quedó mirando a Ayuzawa con desazón mientras le dirigía la misma sonrisa irritante que la última vez que hablaron. Por alguna razón le parecía mejor que mostrarle su seriedad, como si aquella expresión fuera insultante.

- Ayuzawa-sama - se limitó a saludar mientras se hacía la ocupada con unos papeles -. Estoy ocupada y nunca tendré una cita contigo, ni aunque fueras el último hombre sobre la faz de la tierra - aclaró con la misma sonrisa. ¿Por qué narices había ido a la biblioteca? -. Si buscas a Kototsu-sama no está aquí.

Llegó hasta el mostrador pero no se apoyó, como si pensara que algo de suciedad le fuera a manchar su impoluto traje blanco:

- Parece entonces el destino nos ha vuelto a unir. No te hagas tanto rogar... estás empezando a perder toda elegancia... Te paso a buscar a las ocho en punto. No te arrepentirás, Kazehaya-sama.

No parecía nada dispuesto a irse, al igual que en las demás ocasiones. Parecía tener poca intención de entender las palabras de la chica.

Estaba empezando a desear que viniera Mashima cuanto antes y eso que llevaba todo el día temiendo aquel encuentro pero por lo menos su presencia la libraría de alguien tan indeseable como Ayuzawa. Indeseable y persistente a decir verdad, porque si no fuera por lo fino que era estaría avasallándola apoyado en el mostrador.

- Me da igual perder la elegancia, ya te lo dije, no saldré contigo, si perdiéndola te haces a la idea de ello lo haré. De verdad, sólo dime qué tengo que hacer para que te des cuenta de que esto nunca pasará - dudaba que el chico estuviera sufriendo con sus rechazos, es más, dudaba que hubiera pensado en ella ni una sola vez desde la última vez que se vieron. Pero, ¿qué hacía ahí? De repente su expresión sonriente se evaporó para tornarse un tanto suspicaz -. ¿Qué haces en la biblioteca? - no había nada que hubiera llevado al kaichou del Hyotei hasta la biblioteca, nada, a no ser que alguien le hubiera dicho que ella estaba allí, era la única explicación lógica. Y si aquel era el caso, la pregunta idónea era ¿quién?

Continuó con aquella media sonrisa indeseable en la cara, examinando con atención el mostrador, buscando quizás un sitio libre para poder, al menos apoyar la mano. Seigaku era tan sucia...

- Buscaba la salida.- se limitó a decir. La verdad es que había entrado para coquetear con quien fuera que estuviera allí. Que se tratara de Yukino era coincidencia pero no una triste, ni mucho menos.- Venga, ambos sabemos que acabarás entre mis brazos.

Una voz detrás de Ayuzawa interrumpió:

???:- ¿Es que no la has oído? Te ha dicho mil veces que no.

¿Tezuka? ¡Que va! Era Mashima. ¡Mashima acababa de llegar con pinta de haber llegado lo más rápido posible! Ayuzawa, algo molesto por la interrupción, se giró un poco, reconociendo a Mashima:

Ayuzawa:- Vaya, vaya... Mashima-sama. ¿Coincidencia?

Mashima:- No tengo tiempo para perder contigo. Por favor, vete.

Ayuzawa:- ¿No te volvió a llamar mi ni-sama?- se acercó hasta ella con lentitud mientras ella permanecía igual, aunque bastante molesta- Quizás deberías cogerle el teléfono algún día.

Mashima:- No suelo repetir mis errores.

Ayuzawa:- je, creo que el error vino de él más que de ti.- ¡ZASCA! Mashima le acababa de cruzar la cara. El chico se tocó el lado y aunque no pareció gustarle para nada aquel gesto, no levantó la mano ni hizo amago de nada de ello. Un placer haber hablado contigo.

Tras aquello se marchó y Mashima se limitó a dejar su mochila tras el mostrador y sentarse.

Buscaba la salida. O era la excusa más patética inventada o en Hyotei debían poner remedio a los problemas de orientación de su presidente. Estaba a punto de hacer un comentario sarcástico al respecto cuando llegó su desaparecida compañera para, curiosamente, poner paz.

La observó con extrañeza al principio pero a medida que iban intercambiando palabras y parte de su significado era procesado por Yukino creyó comprender por qué había intervenido. No dijo nada hasta que sobrevino el sonoro guantazo.

- Ah... - se puso en pie, sin saber qué hacer, cuando Ayuzawa decidió poner fin al encuentro marchándose por donde había venido. Le siguió con la mirada, sin despedirse siquiera, antes de dirigirle la mirada a Mashima, dudosa -. ¿Está bien tu mano? ¿Quieres que te vaya a buscar hielo? - aquello tenía que dolerle horrores. Se quedó callada durante unos segundos antes de decidirse a intervenir -. El chico...el de cuando lo de Alemania...¿era su hermano?

Aunque la fachada de Mashima fuera la misma de siempre, en su interior estaba llorando de dolor. Le había dado tan fuerte que creía que se podía haber roto hasta la mano. Pero había merecido la pena. Le sorprendió que Yukino la intentara auxiliar.

- Ie... estoy bien.

¡¡¡IITTEEEEEE!!

Y más aún lo hizo el que Yukino saltara con aquel tipo de información. Así que finalmente le había preguntado a Tezuka y éste se lo había contado. Si él había hecho eso sería porque realmente le importaba. No tenía nada que hacer entonces, pero lo cierto es que le dolió muchísimo menos de lo esperado. El haber pegado a Ayuzawa y el haber pasado toda la noche intentando comprender por qué se aferraba a Tezuka, le había hecho comprender que no era amor real, sino más bien necesidad de no ser dañada de nuevo. Sería injusto para todos. 

- Hai...- terminó por responder.- Su hermano mayor.- no esquivó la mirada de Yukino. Le respondió mirándola, intentando descifrar los pensamientos de la chica.

Se quedó callada. En realidad no sabía que hacer. Quería auxiliar a la chica pero seguía sintiendo rechazo hacia ella así que le costaba mucho decidirse a actuar. La miró, indecisa, hasta que finalmente tomó asiento a su lado con ojos grandes y azorados.

- En verdad...tienes mal gusto para los chicos - acabó por soltar con una gota de sudor cayendo por su sien -. Si se parece aunque sea un poco a Ayuzawa...¿por qué saliste con alguien así? Tú podrías estar con quien quisieras...con alguien mil veces mejor...

nN quería decir eso, iba en detrimento suyo. Pero le seguía pareciendo increíble. Se estaba entrometiendo...

Evitó alzar una ceja ante los comentarios de Yukino. ¿Estaba opinando sobre su vida? Sí, era así. Y era curioso que lo hiciera con tanta libertad. Nadie le había hablado de aquella manera sobre aquel tema. Levantó una mano con el dedo índice levantado y fue subiendo los demás mientras enumeraba:

- Chico mayor, atractivo, rico, carismático y más popular que nadie.- esas eran las características que le otorgaba a Kaido Ayuzawa. Era el chico perfecto cuando le conoció. O al menos aparentaba serlo.- El problema es que también era egoísta y desconsiderado. Solo me quiso para...- ¿Por qué estaba dando explicaciones? Ella salió con aquel chico. Se aprovechó de ella y punto final. Pero no, ahí estaba explicando que ella también habría caído en sus redes- No importa. 

No comprendía demasiado por qué ser mayor, rico y popular hacían del hermano de Ayuzawa alguien atractivo con quien salir, en verdad era demasiado contrario a su forma de pensar. Sus cejas se juntaron como si intentara moldearlo en su cabeza a fin de que tuviera sentido para ella pero por más que lo pensara no había forma.

- No quiero ofenderte pero eso suena muy superficial - musitó por lo bajo, cohibida. En realidad no quería faltarle al respeto aunque lo pareciera -. Si piensas en todas esas cualidades, a Kototsu-sama también se le podrían atribuir varias de las mismas pero es desinteresado y se preocupa por todos nosotros... - se encogió de hombros, sin estar muy segura de adónde quería ir a parar -. En el fondo, ¿no son esas cosas las que importan más que todo lo demás?

¡¿La acababa de llamar superficial?! ¡¡¡En su cara!!! ¿Pero cómo no podía entender esa chica que un chico así era la perfección en persona? ¿En serio ella se habría resistido? Prefirió no hablar ni quejarse. Tampoco es que se sintiera muy orgullosa de ella misma por haber tomado la errónea decisión de salir con Kaido.

- Todo es importante. 

Que va. Estaba segura de que Yukino seguiría en sus trece. Pero no quería discutir. Se había liberado de un gran peso en menos de un día y ahora simplemente quería recuperar la confianza que Kaido le había robado.

- Y no podría estar con quien quisiera. Eres demasiado exagerada, Kazehaya.

Quería decirle que Tezuka no era ni mayor que ella ni carismático, ni rico y en la actualidad ni siquiera era popular de modo que si tanta importancia le daba a esas cosas, ¿por qué quería tanto a Tezuka? Pero de algún modo sentía que aquello no estaría bien.

- Pero Tezuka no es ni carismático ni rico y en la actualidad ni siquiera popular pero aún así te gusta, ¿no? - vale, no estaba bien preguntarle eso pero no había podido resistirlo. De algún modo le parecía que Mashima acababa de entrar en contradicción. Por su parte, era muy difícil no sucumbir a las inseguridades que esa chica alimentaba con su sola presencia -. Tal vez sí que soy exagerada o soy demasiado simple, para mí hay cosas que están muy claras, una de esas cosas es que estás muy por encima de alguien como los Ayuzawa - había dicho aquello con determinación que no tardó en transformarse en un fuerte rubor cubriéndole el rostro -. Ah...bueno...eso. Realmente creo que debería ir a buscarte hielo, se te está hinchando la mano.

Y ella quería escapar un rato de ahí y terminar con aquella conversación. De algún modo siempre acababa diciendo cosas inapropiadas cuando estaba frente a aquella chica.

¿Por qué no se callaba? Debía de estar acostumbrada a hablar sin parar, como Kunimitsu Hayane, y sin pensar en lo que estaba diciendo ni a quien. Por algo era amiga de esa chica. Permaneció callada, ahora sí alzando la ceja. En parte la estaba halagando pero realmente no lo parecía. Una chica más pequeña que ella le estaba recriminando su forma de actuar. ¿Podría ser aquello más raro?

Aunque no necesitaba el hielo, agradeció profundamente que Yukino decidiera irse. 

Una vez en el pasillo, la escena que siguió no fue mucho más cómoda que la anterior. Tezuka tenía sujeto de la solapa del traje a Ayuzawa que se mantenía unos centímetro por encima del suelo. Ayuzawa, aunque algo despeinado y con el pómulo aún rojo del tortazo de Mashima, no parecía tener mucho miedo.

Tezuka:- Como vuelvas a repetirlo te juro que te arrepentirás.

Ayuzawa:- Kunimitsu, Kunimitsu... ¿y qué harás? Me encantaría verte expulsado por defender a la chica morena tan guapa. ¿No me digas que te has enamorado de ella?

En realidad sabía que estaba siendo totalmente inapropiada con Mashima a causa de las inseguridades que le provocaba. Una parte de ella se sentía mejor al descubrir aquella clase de defectos en la chica pero a la vez se sentía mal por aprovechar la oportunidad así que cuando se marchó estaba tan aliviada como turbada.

Por desgracia Ayuzawa no había tenido tiempo de llegar muy lejos antes de encontrarse con Tezuka y al parecer soltarle algún comentario provocador de los suyos dispuesto a causarle problemas al rubio. Apretó los puños con angustia cuando escuchó la última frase del kaichou, sabiendo sin duda alguna que se refería a Mashima. ¿A quién sino? Sólo podía referirse a la chica ante el adjetivo de "muy guapa".

Son sólo palabras de Ayuzawa, Tezuka te quiere a ti, no le hagas caso, se dijo y aquello fue lo que necesitaba para volver a emprender camino hasta ahí, colocando la mano sobre la de Tezuka, que seguía aferrada a la pechera del chico.

- No - dijo con voz alta y clara -. Suficiente. Sólo está enfadado porque Mashima-sempai le ha dado un tortazo y se está desquitando contigo porque a ella no puede hacerle nada por ser chica - había estado mirando a Tezuka con fijeza mientras hablaba, ignorando a propósito a Ayuzawa hasta el momento -. Eres un cobarde - pero esta vez si le miraba a él con dureza y desaprobación -. Ayuzawa, estas cosas que haces siempre son simplemente despreciables y por más dinero que tengas y gastes nunca podrás cambiar que la gente piense eso de ti. Márchate, vuelve al Hyotei. ¿Estabas buscando la salida, no? Pues es por ahí.

Lejos de sonreír como había estado haciendo hasta hacía un segundo, Ayuzawa se presentó serio, con los ojos cerrados, hasta que soltó una frase peligrosa acompañada de una mirada del mismo tipo:

- Oi. Ambos dos, comenzáis a resultarme demasiado molestos.

Pero antes de poder ser respondido, Kototsu apareció en escena, con su típico andar tranquilo y su tono de voz autoritario:

Kototsu:- Ya está bien. Bájale y hablaremos luego.

Ayuzawa se recolocó una vez que estuvo en el suelo. No es que a Tezuka le hubiera gustado dejarle libre, pero no le quedaba otra. Kototsu mandaba y aunque creía que se había metido en algún lío, no se defendería ni hablaría. Sin más dilación, Ayuzawa se fue con Kototsu, sin siquiera despedirse de los otros dos.

Tezuka le siguió con la mirada. Las ganas de pegarle aún no habían disminuído ni un ápice; si bien tampoco le había gustado aquella amenaza.

Tezuka:- ¿Y tú a donde vas? ¿No se supone que estabas en la biblioteca?

Le devolvió la misma mirada seria, sin dejarse amilanar pero preguntándose si no estaría pisando terreno peligroso. En verdad sabía que Ayuzawa era peligroso, era alguien que podría aplastarla como a una cucaracha pero tenía la rara virtud de sacarla de quicio de modo que cuando se enfrentaban Yukino no era capaz de pensar con claridad. De algún modo siempre buscaba las palabras que pudieran herir su ego, aunque no estaba segura de lograrlo. ¿Lo hacía por crueldad? era difícil decirlo, no es que le quisiera mal pero de algún modo simplemente le parecía que su personalidad y su forma de pensar eran totalmente erróneas.

Les observó marcharse, olvidando temporalmente su propósito mientras el enfado que ella sentía se evaporaba con prontitud. Ayuzawa no tenía la capacidad de alterarla lo suficiente como para que permaneciera enfadada durante mucho rato.

- ¿Eh? ¡Ah, sí! Voy a la enfermería a buscar hielo para la mano de Mashima-sempai.

Se sentía un tanto incómoda al decirle eso aunque procuró sonreír con naturalidad, como acostumbraba. ¿Se pensaría que ahora se llevaban mejor? Porque no era verdad, aunque lo cierto era que tampoco se llevaban peor.

- ¿Qué dijo sobre Mashima-sempai para que llegaras a las manos?